Sobreviviendo a los Chemical Brothers sin empirularse

Con una guía de conducta en conciertos para no iniciados

chembros.jpgAyer fui a un concierto de los Chemical Brothers en Madrid. Las premisas que hay que tener en cuenta para entender este acontecimiento son que 1) no me gusta nada la música electrónica y 2) que el amor es una fuerza muy poderosa. Vaya por delante que me considero un paleto musical, es decir, que nadie vaya a tomarse en serio mis impresiones del espectáculo al que asistí ayer porque ni estoy a la altura de poder apreciarlo ni lo pretendo, pero voy a intentar reproducir aquí lo que viví desde mi punto de vista.

Llegada al Madrid Arena. El ambiente previo al concierto no difiere mucho de cualquier otro; el recinto se va llenando poco a poco, hay una música ambiente (electrónica también) para ir animando al personal, grupitos sentados pasándose minis y petas, y eso, nada fuera de lo normal. En el escenario ya está situada la pantalla gigante, imprescindible para estos saraos, los cacharros del sonido y, en el centro, un dispositivo enorme que es una mezcla de altar satánico y puesto de mando del Enterprise. Se trata de la mesa de mezclas donde los hermanos químicos hacen sus labores y es realmente impresionante, todo lleno de clavijas, botoncitos y demás.

Un primer vistazo al público del concierto pone en evidencia una circunstancia poco común: hay gente realmente de todo tipo. ¿Qué grupo musical es capaz de convocar igualmente a gafapastas universitarios, genuinos bakalas de Alcobendas, otakus que salían del expocómic de al lado y a impresentables como un servidor? No creo que muchos puedan decir lo mismo. Poco a poco el espacio frente al escenario se llena completamente, ya no hay gente sentada, se huele la impaciencia. Miro el reloj y descubro que ya ha pasado media hora desde las 21:00, hora de comienzo programada, y me pregunto ¿dónde narices está el telonero? Error, el telonero lleva una hora interviniendo: lo que consideraba música ambiente es realmente dj. fulanito deleitando al personal con sus últimas virguerías electrónicas. Cuando me lo indican lo veo, en su propia versión del puente de una nave espacial, diminuta al lado de la de las verdaderas estrellas del concierto. El telonero de vez en cuando llama la atención del público, que hasta entonces permanecía casi ajeno, de vez en cuando sube el ritmo de los chunda-chundas y la peña pega gritos y aplaude; olor a porro aumentando.

Nos acercamos a las diez de la noche. La gente pita al telonero para que pare de una vez, pero siempre antes de acabar pone a toda caña los chunda-chundas y la gente enloquece y aplaude, lo que dj. fulanito interpreta como la petición de un bis, aplaude agradecido y levanta un dedo como diciendo «una más y ya está». La operación se repite otras dos veces. Mientras tanto, aparecen unos pavos de la nada y empiezan a comprobar todos los cachivaches de la mesa central, presumo que para hacerse los interesantes y provocar la impaciencia del público.

El telonero se despide entre aplausos y pitadas, suenan unos nuevos ritmos repetitivos, la expectación llena de silencio al público, y al rato provoca nuevos pitidos. Me imagino a los hermanos químicos entre bastidores «¿salimos ya?» «no hombre, aún no que sólo llevan 10 minutos esperando». Por fin, entre aplausos (no provocada por los cañones de humo) salen los artistas. Uno con gafitas, más tímido, se encierra detrás de la mesa-altar, y el otro (que no sé por qué me recuerda a Alan Parson) se acerca al borde del escenario con parsimonia y displicencia y levanta las manos como diciendo «está bien pringaos, voy a rebajarme a hacer unos ruiditos para vosotros, pero sólo porque todos habéis comprado una camiseta por 30 euracos y seguro que no os habéis bajado nuestro disco de la mula«. A velocidad supersónica una nube densa y dulzona (no provocada por los cañones de humo) impregna todo. Total, que el pum-pum se convierte poco a poco en el tema «Push the button», que la verdad es de los pocos que realmente me gusta, y empiezan a salir imágenes en la pantalla gigante.

El rollo visual es para darle de comer a parte. En el fondo viene a ser como una versión posmoderna de los Teletubbies. Me explico; cada parte de la sesión tiene un tema central, que pueden ser unas bolitas de colores que giran, las siluetas de un tío (también de colores) bailoteando, una sucesión de plantas de catedrales y otros edificios religiosos, o distintos animales andando y marcando el ritmo con su paso. Sea lo que sea, el tema se repite una y otra vez con mínimas variaciones, como un disco rayado (bueno, en el fondo la música se va repitiendo igual) y así van sucediéndose pequeños cambios hasta que una canción acaba convirtiéndose en otra. Cuando llega este momento y la gente se da cuenta de la metamorfosis, todo el mundo grita entusiasmado. Uno de los momentos estelares fue cuando salió un payaso maligno de dentadura grotesca y repetía con voz malvada «You are all my children now». Inquietante.

De repente, van los tíos y dejan de trastear (dejando sólo un pum-pum de fondo), parece que recogen los bártulos y se van, pero no, es sólo un descansito. Mientras tanto en la pantalla se ve un ojo gigante que mira para uno y otro lado y parpadea de vez en cuando, y así te dejan diez minutos. Me imagino ya la escena:

Chemical Brother 1: Jo tío, acabo destrozado con las sessions estas que nos marcamos.
Chemical Brother 2: ¿Y si nos permitiéramos un descansito a mitad de concierto?
CB1: Tú estás tonto hombre, la gente se iba a mosquear, ahí esperando.
CB2: Que no hombre, se trata todo de planearlo bien para que parezca que forma parte del espectáculo
CB1: ¿Tú te crees que la gente es tonta? Se darán cuenta
CB2: Que no hombre, todo es cuestión de planearlo y dejarles algo en la pantalla, no sé, algo inquietante, algo intelectual… ¡ya está! ¡Un ojo!
CB1: ¿Tú te drogas*? ¿Pretendes que la gente se tire mirando un ojo el rato que nos estamos tomando un cubata y que no se mosqueen?
CB2: No tienes ni idea hombre ¿Qué te juegas que hasta nos aplauden cuando nos vean aparecer otra vez?

* (Sentido figurado)

La gente enloquece de gusto cuando reaparecen nuestros artistas. Los tienen a todos en el bolsillo y el buen rollo es insuperable: el bakala comparte porro con el gafapasta, los que se dan un pisotón se abrazan después… todo es maravilloso. De repente me doy la vuelta y puedo ver de frente al público. Veo algunas caras de colgaos que no se me olvidan en la vida, cayéndoseles la baba mirando las pelotitas de la pantalla. Tiene que ser una gozada vivir la ocasión con las pastis adecuadas, si no es que no me lo explico.

A las dos horas, ea, se acabó lo que se daba. Aplausos, vítores y entusiasmo; en la pantalla se puede leer «Love is all», todo superhippy. Los hermanos se despiden como si nos fueran a ver a todos la semana que viene (hala, hasta luego), y ni bises ni nada, por suerte para mí. El concierto ha terminado.

Conclusiones

Nunca sabes cuándo puedes acabar en un concierto de este tipo. Ten en cuenta lo siguiente:

  • Los Chemical Brothers vienen a ser los herederos de John Lennon. No te olvides el buen rollito en casa (ni las pastis, si eso)
  • Mantén siempre un movimiento corporal constante y expresión de entusiasmo y/o colgamiento. Mira la pantalla
  • Aumenta tu entusiasmo, tus sacudidas frenéticas y lanza gritos de júbilo cuando: 1) Las imágenes de la pantalla dejen de repetirse y se cambien por otras. 2) cuando notes que se ha cambiado de canción 3) cada vez que Alan Parson se acerque al borde del escenario y levante las manos
  • No pidas bises, especialmente al telonero
  • A la salida di que las interpolaciones han estado magníficas

Pues ya sabéis, unas reglas muy simples que nunca se sabe cuándo te pueden venir bien. Yo para el próximo que me toque ya sé lo que tengo que hacer.

chemicalbrothers2.jpg

Esto va por Alfie, y que no se lo tome a mal.

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8 comentarios en “Sobreviviendo a los Chemical Brothers sin empirularse

  1. Traquí Xema si yo te contara como los descubrí, y mira los he visto 4 veces en directo, 3 conciertos suyos y una sesión en el Summercase, son una auténtica pasada. Y tranqui Monsieur Copépodo, me he reido un rato con su visión del concierto. Ya sabes «el amor lo es todo» ¿no es cierto?

  2. ya te dije Rafa, que debías llevarte unas pastillitas o algún alucinójeno, sin las cuales no se puede uno embobar con esta gente, o no se, quizás esas gafapastas que tanto viste por allí.

  3. Yo tb fui a un concierto de estos payos, y lo que me sorprendió es lo cachas y sanotes que estaban todos los pastilleros/as, para que luego digan que la droga es mala. Eso si, reconozco que en el fondo me lo pasé bien.

  4. pues para mi fue un espectaculazo cuando los vi en creamfields almeria tanto en imagenes como en musica es mas nunca e difrutado mas ni e sentido mas la musica q aquel dia y sin pirulas ni nada d ese royo claro q quien no entienda la musica electronica no lo puede vivir igual..a todo esto vivan los chemical q son los putos amos.

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