Antes de dejar el bloj en estado de abandono hasta el viernes, aprovecho para contar muy rápidamente que este fin de semana tuve la oportunidad de ver «Metrópolis» en pantalla grande. Fue con ocasión de la clausura del 10º Festival de Cine Alemán de Madrid, que al parecer tiene la buena costumbre de cerrar el chiringuito con un clásico de cine mudo. Hay que decir, además, que la proyección estuvo acompañada de la música con la que normalmente se ve esta película interpretada en directo con piano, violín y percusión, ¡Todo un acontecimiento!
Tengo la sensación de que «Metrópolis» es una de esas películas de las que todos hemos oído hablar pero que no siempre hemos tenido ocasión de ver, al menos ese era mi caso. Un primer dato sorprendente es que alrededor de una cuarta parte del metraje se ha perdido para siempre. La versión que pudimos ver (de dos horas de duración) se realizó a partir de distintas copias para intentar tapar el máximo número de lagunas, y a pesar de todo en muchas escenas sólo puedes leer lo que se sabe que contenían. Es curioso que esto haya pasado incluso con una película que ya en su momento causó un gran impacto, porque en efecto, si nos ponemos a pensar en lo que tuvo que suponer una película así para la gente de 1927 nos podemos hacer una idea del hito que marcó. No estoy realmente seguro de que sea la primera película de ciencia-ficción (que alguien lo desmienta, si eso), pero desde luego fue de las pioneras en introducir muchísimos elementos que hoy son muy habituales en las salas: la distopía futurista, el hombre-máquina, el contenido social… A lo largo de la proyección, de aquí y de allá vas sacando ciertos elementos que han sido homenajeados e imitados en el futuro, todo ello mezclado con unas dosis de misticismo religioso que se hace bastante ajeno a los ojos modernos en lo que es el patrón de este tipo de distopías.
Aquí lo dejo, que voy con prisas. Muy recomendable que le echéis un ratillo en ver esta película, preferiblemente en versión original (jujuju, qué guasa tengo) para reflexionar un poco sobre qué fue el cine y qué es ahora y jugar a encontrar las siete diferencias, y así de paso a mi regreso podemos discutir si realmente el tema de la lucha de clases en «Metrópolis» es de un alto contenido izquierdista o no, que lo mismo las apariencias engañan.
Tíooo, que el guión, y posterior novelización, es nada menos que de Thea von Harbou, o sea la mujer del propio Fritz Lang y posteriormente miembro del partido nazi. No es que eso la descalifique, pero la señora por lo menos al final iba a lo que iba.
¿Ciencia-ficción? ¿Qué ciencia-ficción? Como se nota que no trabajas en una oficina. Tengo poemas sobre esta película.
Creo que la primera película de ciencia ficción es «Viaje a la Luna» de Georges Méliès.
¡Adoro Metrópolis! Es una de mis epopeyas de ciencia ficción favoritas. Me encanta esa triste androide, entre heroina y villana y esa colosal ciudad tan impresionante como injusta…