Portada del New York Times del día de hoy (de ayer ya por casita):
La gente se arrechucha para tocar a Obama. Me ha llamado la atención esta imagen, casi mesiánica del candidato. Según se acerca el 4 de noviembre creo ver que la ilusión puesta por una parte de la población en este hombre se acrecenta. Parece bastante claro quién va a ganar en Connecticut (mayoría aplastante de carteles en los jardines, camisetas y chapas para Obama), pero pocos se atreven a anticipar el resultado final pese al optimismo de las encuestas: entre los demócratas hay esperanza e ilusión después de ocho años de Bush, pero también mucho miedo y tensión por la inmensa frustración que supondría un continuismo republicano. Estas no serán unas elecciones ordinarias.
Pero es que lo de las encuestas es brutal. Vamos, que como no gane el tongazo va a ser muy gordo… demasiado.
Pues a yo sólo me fije en el titular de «Estudio sugiere más factores de riesgo de Alzheimer para hispanos». Brr.
Pues para mi que va a perder.
PD Además, Sarah is so nice.
A mí lo que me asusta es que Irak no haya sido capaz de echar a Bush, y vayan a cambiar (o lo parezca) cuando les tocan el bolsillo.
Vergonzoso.
¿¿Y no es verdad q va a salvar, temporalmente, a los eeuu?? Me refiero más a los eeuu como país y como sociedad ‘avanzada’ q a la crisis. Es normal q los afines demócratas le vean como una especie de salvador
Yo no estaría tan seguro de que Obama vaya a ganar las elecciones, a pesar de lo que digan las encuestas, pues no debemos olvidar que Obama es negro, y mucha gente puede haber mentido en las encuestas al decir que votarán a Obama para que no piensen que son racistas.
Pero es que la política, como el fútbol o el reiki, es una cuestión de fe. Uno no vota al mejor candidato, sino al que más nos obnubila creando en nosotros una catarsis o sofrosine próxima al éxtasis teresiano.
Pingback: Yes, they could « Diario de un copépodo