Inicio aquí la anunciada serie de entradas dedicadas a contar mis andaduras por una región tan interesante para un naturalista como lo es el reino florístico capense, sobre el que ya hice una introducción. Mi objetivo es dar unas pinceladas sobre algunos de los ecosistemas más típicos del lugar basándome en mi propia experiencia, mis notas y las fotos que haya podido hacer. No va a ser una revisión a fondo ni un resumen completo que aburriría al más pintado y que estaría mucho peor hecho que la amplia bibliografía ya existente. Al igual que con la serie sobre la naturaleza de Nueva Inglaterra, se trata más bien de un compendio de impresiones que un servidor, acostumbrado a salir al campo por Iberia y tierras aledañas y absoluto ignorante de la flora y la fauna sudafricana hasta hace unas semanas, se ha llevado para su tierra. Pienso especialmente en aquellos de vosotros que sois aficionados a la flora y fauna ibéricas, pero he intentado que sea accesible para cualquier lector con curiosidad por la naturaleza.
Aunque hice unas 2000 fotos en el viaje, de momento he hecho una selección de unas 170 fotos representativas que ya están etiquetadas y referenciadas en Flick’r (por si hay alguien que quiera ver más). Y por cierto, hay muchas que están sin identificar, así que si puedes echar una mano, no lo dudes.
Colección: Sudáfrica
Set: flora capense
Set: fauna capense
Dispersión de la selección de fotos, para hacerse una idea de por dónde anduve
La primera parte está dedicada al ecosistema conocido como Karoo suculento. Así que empecemos por el principio.
«Karoo» es una palabra de origen khoisán que quiere decir «seco», y en la actualidad se emplea para nombrar una amplia ecorregión desértica del suroeste africano que limita al norte con el desierto del Namib y al sur con el fynbos (del que hablaremos en la segunda parte de la serie). La culpa de que exista este y otros biomas áridos en el suroeste del continente la tiene, como pasa en otros lugares del mundo, una corriente marina fría, en este caso la corriente de Benguela, que transporta aguas gĺidas del Antártico hacia el norte por la costa occidental de Sudáfrica y Namibia. Los que saben de esto dicen que las aguas frías, al ser mucho más costosas de evaporar energéticamente, garantizan la ausencia de lluvias en las zonas continentales adyacentes, y no en vano el desierto del Namib es uno de los más secos del mundo.
El Karoo suele subdividirse en dos ambientes, el Nama-Karoo o Gran Karoo, la zona más continental e inhóspita, dominada por arbustos enanos y herbáceas, y el Karoo suculento, no tan árido y prácticamente una transición entre el desierto y el clima mediterráneo del Cabo. Éste último es el que nos ocupa ahora, como ya os habréis imaginado.
La línea amarilla engloba el Karoo en sentido amplio. La verde el Karoo suculento (aproximadamente). Lo que queda entre una y otra sería el Nama-Karoo
Desde el punto de vista biológico, el karoo suculento es la repolla un sitio increíble. Como su propio nombre indica, está caracterizado por una profusión de plantas suculentas que es única en todo el mundo. De hecho un tercio de toda la diversidad mundial de este tipo de plantas, que acumulan mucha agua en sus tejidos como respuesta a la sequía, viven en este ecosistema. Se calcula que casi un 70% de las especies de plantas que podemos encontrar aquí son endémicas, ¡un 70%! Igualmente hay una endimicidad fuera de lo común en reptiles y escorpiones. No por nada este bioma se considera uno de los puntos calientes de biodiversidad de los que ya hemos hablado alguna vez.
Sin embargo, la flora del Karoo suculento no es propiamente del reino florístico capense (si os fijáis queda fuera de esta región), pero lo incluyo aquí dándome una pequeña licencia porque de hecho yo no visité las regiones típicas de esta ecorregión, sino unas pequeñas islas que quedan desgajadas por el sur y que sí están inmersas en la región capense. Se les conoce como los centros de diversidad del Karoo de Worcester-Robertson y el Klein Karoo (o Little Karoo). A todos los efectos son islas biogeográficas, valles llanos rodeados de montañas. Son muy limitados en extensión, pero su riqueza de plantas es espectacular. En el Klein Karoo hay como 4000 especies de angiospermas. Eso es una burrada, para entendernos estamos hablando de un área que puede ser la de Asturias y que contiene más del doble de especies que las que hay en todas las Islas Británicas, y los niveles de endemicidad son también de vértigo.
PEro basta de datos, y vamos con las fotos. Las regiones más típicas del karoo suculento son fácilmente reconocibles por los aloes arborescentes, como Aloe pillansii y el famoso Pachypodium namaquanum, llamado en inglés «half-man» porque a menudo parecen las piernas de una persona a la que hubiesen enterrado boca abajo.
Como decía, yo no estuve en estos sitios, pero sí conocí las plantas en el jardín botánico de Worcester.
Aspecto del jardín de Worcester despuntando la primavera austral. Abajo: Aloe pillansii y Pachypodium namaquanum
Para ver estas plantas en su ambiente natural hay que ir un poco más al norte. Las zonas del Karoo de Worcester-Robertson y del Little Karoo tienen este aspecto (ved también la foto que abría esta entrada):
Básicamente son secarrales, pero con mucho glamour, que diría una compañera mía. Entre los pocos árboles o arbustos grandes que despuntan podemos ver alguna acacia, arbustos como los del género Eriocephalus, y los ya mencionados aloes.
Arriba: Detalle de la espinosa Acacia karoo. Eriocephalus ericoides. Abajo: algunos aloes en flor
Las compuestas tienen un papel también muy destacado en el Karoo suculento. Hay muchos géneros muy diversificados.
Pero, por supuesto, las verdaderas estrellas son las suculentas. La diversidad es asombrosa. Aunque a primera vista quizá no se aprecie en toda su magnitud, basta un rato de atención fijándonos en una pequeña extensión de suelo para darnos cuenta de la tremenda variedad de suculentas que se pueden ver. Hay familias de todo tipo que han optado por esta forma de vida, desde las consabidas crasuláceas hasta asfodeláceas o apocináceas, pero sin duda las que más llaman la atención son las mesembriantemáceas y las aizoáceas, que son las más genuinamente capenses. Esta familia ha experimentado una radiación evolutiva muy reciente. La mayor parte de las especies que hay en la zona se atribuyen a eventos muy recientes de especiación realmente explosiva.
Arriba: dos mesembriantemáceas sin identificar. Centro: Haworthia sp. y Senecio radicans. Abajo: más suculentas, apenas una pequeña muestra de los, literalmente, cientos y cientos de especies que se pueden disfrutar en el Karoo suculento.
El otro elemento que caracteriza de forma especial a este ecosistema es la gran variedad de geófitos (bulbosas en sentido amplio) que suelen florecer en masa alfombrando el suelo de color cuando ha habido lluvias recientes.
Moraea sp. y Ferraria crispa, dos iridáceas (las iridáceas también cuentan con su centro de diversidad en la región del Cabo y aledaños)
Algunas otras plantas que me llamaron la atención de estas zonas fueron, por ejemplo, las que polinizan mamíferos.
Androcymbium sp. y Massonia depressa. Ambas con inflorescencias a ras de suelo y ambas son polinizadas, al parecer, por roedores
Podría seguir hablando de las plantas del Karoo suculento que me encontré durante un buen rato, pero supongo que vais pillando la idea. Hay más fotos en los álbumes de flickr. Casi que os hablo un poco de animalillos también.
Esta oruga peluda la pongo porque me hizo mucha gracia. Había muchas en el Parque Nacional de Bontebok. No tengo ni idea de cómo puede ser el adulto, pero las larvas eran muy bravuconas y se retorcían amenazantes cuando te acercabas.
Ya os hablé también del camaleón con el que me topé en un camino. Era del género Bradypodion, que está muy diversificado en en Karoo suculento.
Se pueden ver muchas aves en el Karoo suculento. Quizá una de las más llamativas por su colorido y por lo frecuentes y numerosas que son en algunas zonas son los tejedores, que construyen sus nidos colgantes en las acacias.
Tejedor del Cabo (Ploceus capensis) y tejedor enmascarado meridional (Ploceus velatus). Abajo, aspecto de un nido.
Aprovecho para incluir también a la grulla azul (Anthropiodes paradisea), el ave insignia de Sudáfrica, que aunque no vive específicamente en el Karoo suculento, frecuenta las zonas cultivadas de esta parte del país.
Y acabo esta entrega con el bontebok (Damaliscus pygargus), una especie de antílope que tuvo sus escarceos con la extinción en el pasado, motivo por el que se le acabó dedicando un parque nacional que hoy lleva su nombre, y donde no le va del todo mal.
La semana que viene, el fynbos. Se agradecen comentarios.
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Serie sobre la naturaleza capense en DDUC
Naturaleza capense contada para europeos 1: el karoo suculento
Naturaleza capense contada para europeos 2: el fynbos
Naturaleza capense contada para europeos 3: el bosque afromontano y la costa
Algunas de esas plantas larguiruchas parecen sacadas de un plató cartón piedra de una peli de ciencia ficción hortera. Si irrumpiera por detrás un escarabajo tamaño diplodocus estilo harryhausen no me sorprendería en absoluto.
En ese caso tu supervivencia sí que me sorprendería.
Impresionante, qué distinto es todo, de momento he conseguido reconocer sólo los tejedores, alguna de las especies que tienes son invasoras aquí en la península, en las zonas costeras de Portugal ya son un importantes problema. Me encantan las fotos de Androcybium y Massonia, polinizadas por mamíferos… ¡Hay que ver!. Sueño con poder ver grullas azules algún día, son preciosas.
Mi estimado Monsieur Copépodo uno disfruta leyendo sus correrías más allá de la comarca, y es más podría decir, más allá de Mordor. Veo que no ha colgado la foto de los nidos de lso tejedores, esa que aprecen corazones al reves, molaba un montón. Es muy didáctico, en algunos aspectos me ha recordado a la tesis de Graciela, al darnos los datos de las corrientes, etc. En síntesis más divulgativo no puede ser.
De verdad… lo haces muy interesante, estás hecho super buen divulgador. Suena pelota, pero jopé, no sabes cómo envidio esa capacidad de transmitir todo lo que explicas y tan bien. Por supuesto, esperamos nuevas entregas!!
Yo paso de comentar nada, que me corroe la envidia
Gracias por los comentarios a todos. Estoy preparando la segunda parte. Estas entradas se prestan poco a los comentarios, pero son de las que más trabajo cuestan, así que los valoro el doble.
Preciosa entrada, super meritoria. Cada vez más envidia, también. Chulísima la Ferraria, las otras, los tejedores, los damaliscos… mira, la grulla azul no la conocía, me la has descubierto… Currado el post, como siempre. Espero ansioso el resto de entregas. Por cierto, que te estoy leyendo últimamente desde los primeros posts, y algunos son una pasada. El artículo de Bryochuscum me hizo llorar de la risa, y también suspirar por aquellos tiempos en la facultad…
Gracias!!!!
Meritorio es lo tuyo, por querer leer antiguallas :-P
Tengo casi lista la segunda entrega, espero que la disfrutes.
Qué se prestan pocos comentarios!!!
Just back from South Africa my friend. He cruzado de norte a sur el pais (de Kuruman, en el Kalahari cerca de Botswana) a Knysna y después a Bloemfontein). Me encanta Sudáfrica, y cuanto más voy más me gusta…es casi mi segundo hogar. Hemos compartido algo de flora pero yo no he visto apenas karoo suculento. Lo mejor de lo suculento sin embargo está en Namaqualand…eso es lo que nos qeuda por ver…guárdame el viaje para el septiembre de algún año, que es cuando mejor se está allí.. Por cierto algunas de las plantas las sé, déjame que mire mi cuaderno de campo y te doy algo de feedback.
Acerca de la corriente Benguela, un dato interesante por el que siempre nos peleamos los Cuaternaristas es su origen. Al parecer es tan antigua que convierte al Namib en el desierto más antiguo del mundo…pero me parece que no el más seco (teóricamente lo es Atacama, misma latitud en otro continente, con la misma corriente fría-Humboldt-pero lejos del desnivel andino). Las nieblas en Skeleton Coast lo convierten en el único que puede mantener una interesante población de líquenes. La diferencia de temperatura entre el aire cálido que desciende del Great Escarpment y el contacto de las masas frías sobre el océano hacen que las nieblas sean estacionarias en la estrecha franja del Namib. Lo sorprendente es que hace 40.000 años llovia más!…o eso me han contado unos damanes. Vuelvo a mi fría Albión, pero por poco creo.
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ola estan chido
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