Después de la pausa del mes de agosto, retomo la serie de entradas conmemorativas del bicentenario de Darwin. Como sabéis, se acerca el 150 aniversario de la publicación de El origen de las especies. El 24 de noviembre de 1859 fue el día en que estuvo disponible en la editorial de John Murray, pero la firma del manuscrito cumplirá siglo y medio mañana, 1 de octubre. He pensado que estaría bien hacer un breve recorrido por la obra y comentar algunos párrafos aprovechando que me lo volví a leer hace unos meses. La entrada de mañana será una especie de “guía de lectura” o de “aviso a navegantes”, especialmente para los no biólogos que eventualmente podría darles el punto y ponerse a leerlo. En la entrada de hoy haré una introducción más breve sobre las ediciones que hay disponibles y en qué tendríais que fijaros si os apetece haceros con un ejemplar.
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Antes de nada, ahora que nadie nos oye, voy a deciros un par de cosas:
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El origen de las especies es un coñazo. No os estoy recomendando que os lo leáis.
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Una vez atraída vuestra atención con unas palabras que quizá nunca os habríais esperado de mí, procedo a matizarlas. Por supuesto que es un libro importantísimo, visionario, revolucionario y magníficamente escrito, y si me lo he leído tres veces no es por masoquismo, me parece muy interesante. Lo único que digo es que no es algo para tener en la mesilla de noche antes de dormir. Requiere concentración, algo de contexto histórico y verdadero interés por la historia de la biología. No es un libro de divulgación científica, ni una introducción al pensamiento evolutivo, y posiblemente no aprendáis nada que no supiérais. Hay muchos otros libros que sí son adecuados para estos fines y que sí recomendaría a cualquier persona que tenga curiosidad por aprender más sobre Darwin o sobre el nacimiento del darwinismo (echad un vistazo a la sección de libros de aquí). Sobre si todo biólogo debería leerse o no esta piedra angular de la biología moderna, pues hombre, pasa un poco lo mismo. Probablemente si se está familiarizado con lo que es el darwinismo, leerse el origen no vaya a aportar nada nuevo, y como ya he dicho no es una lectura ligera, que cada cuál valore lo que significa para él leer las cosas de primera mano o si es suficiente con atenerse a lo que te han dicho del darwinismo desde siempre.
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El origen de las especies es un texto argumentativo con el que Darwin intentaba convencer a una sociedad científica de que su (entonces) hipótesis de la transmutación de las especies por selección natural explicaba mucho mejor que cualquier otra teoría, evolutiva o creacionista, la diversidad de la vida. Es un texto escrito deprisa y corriendo, en unos pocos meses, pero después de más de 20 años de runrún en la cabeza, de pensar en los argumentos contrarios que podían esgrimirse, de ponerse el barro antes de que te pique el tábano y de muchos pies de plomo por la que se le iba a venir encima. Esto hace que a ratos sea una lectura densa, y que la estructura general de la obra nos deje un poco descolocados, como veremos mañana.
Si a pesar de todo queréis dar un paso al frente y tirar p’alante, lo primero es decidir qué “origen” queremos leer. Hubo seis ediciones del origen de las especies, y difieren bastante unas de otras. Lo normal es que si os compráis ahora una copia o la pilláis en la biblioteca sea una traducción de la sexta (y “definitiva”) edición traducida por Antonio de Zulueta en 1921. Es el texto “clásico” en nuestro idioma y con el que la mayor parte de los hispanohablantes se han sumergido en la obra del amigo Carlos. Aprovechando la coyuntura del centenario os encontraréis todo tipo de ediciones conmemorativas muy resultonas, con ensayitos introductorios, notas, y tal, que según lo que busque pueden venir muy bien. Vaya, que hay mucha variedad donde elegir, desde precios muy asequibles. Eso sí, aseguráos de que se trata de la traducción de Zulueta, que hay traducciones espantosas rondando por ahí en los típicos libros de puestos de mercadillo en los que traducen “starfish” por “pez estrella” y cosas peores. El 99% de las personas interesadas en leerse el origen tienen más que de sobra con un ejemplar de la 6ª edición decentemente traducido. En Biblioteca de Traductores pueden verse y descargarse los 3 tomos de la traducción original de Zulueta (Tomo I Tomo II Tomo III) publicada por Espasa Calpe en 1921.
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Si nos ponemos un poco historicistas hay algunas opciones muy jugosas disponibles. La primera traducción de la obra de Darwin completa al castellano (no cuenta una anterior que se hizo por “fascículos” y que no se completó) fue de 1877 y el responsable se llamaba Enrique Godínez. La editorial Extramuros ha sacado a la venta una edición facsímil de esta traducción que incluye unas cartas de Darwin al traductor en las que daba el visto bueno (recordemos que Darwin aprendió bastante español durante el viaje del Beagle), si bien su delicado estado de salud en el que siempre se escudaba le había impedido hacer una lectura exhaustiva. Esta edición es básicamente una curiosidad, aunque el ensayo introductorio es muy extenso y detallado y contiene una amplia revisión de teorías evolutivas decimonónicas que me pareció interesante, sobre todo porque está escrito también en 1877 (creo recordar) y la perspectiva que presenta tiene mucho valor. No me la he leído entera, pero creo que la traducción de Zulueta es mucho mejor.
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También habrá un porcentaje de lectores que, ya puestos, prefiera leerse la versión original en inglés. A ellos les recuerdo por enésima vez que tenemos la suerte de disponer de la obra completa de Darwin en internet, incluyendo todas las ediciones del origen, en la página de Darwin Online. Por supuesto, en vuestra librería internacional de confianza habrá también ejemplares de la sexta edición a precios asequibles.
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Los bibliófilos fetichistas estarán contentos de enterarse de que hay varias ediciones facsímiles de la primera edición en inglés. Yo me compré esta, pero hay más, algunas de ellas comentadas. Sobre qué edición leer, hay varias opiniones. Se supone que la sexta es la versión más pulida y que contiene además todo un capítulo (el séptimo) completamente nuevo, recopilando objeciones hechas a su teoría desde la primera edición. Hay quien opina que la primera edición tiene el encanto de la espontaneidad, que es mucho más fresca y que en ella Darwin es más audaz, más atrevido (Acordáos del sutil pero significativo cambio del último párrafo entre la primera y la segunda edición), y por supuesto, si alguno tiene mucho interés le recomiendo leerse, por ejemplo, la sexta edición teniendo a mano la primera, para comprobar en algunos párrafos críticos si hay diferencias o no, es un ejercicio muy interesante; se ha leído mucho “entre líneas” a partir de los cambios de una edición a otra.
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Aunque el asunto de los cambios de una edición a otra interesa sobre todo a los estudiosos, y la mayoría de nosotros tenemos de sobra con la sexta edición (y si acaso la primera para los morbosos), recientemente podemos examinar de un vistazo qué pinta tiene la “evolución” en el tiempo de este libro. El responsable de todo es Ben Fry (del MIT, creo), un experto en visualización de datos. Si cotilleáis aquí podéis hacer que aparezca ante vuestros ojos el texto completo del origen en distintos colores en función de la edición en la que aparece por primera vez. Merece la pena entre otras cosas porque nos permite darnos cuenta de cómo el propio Darwin quiso perfeccionar su obra.
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Mañana seguimos.
«El origen de las especies es un coñazo»
¡¡¡Blasfemia!!!
Por fin te has quitado la máscara, jodío.
Yo me lo lei el año pasado, y lo que dices, bastante coñazo. Encima la edicion que tenia la traduccion era completamente fecal y el 90% de las vocales y alguna consonante tenian tildes porquesi.
A ver si un dia me pillo uno nuevo y me lo reeleo…
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Me parece muy bien que incidas en lo de la traducción: ¡¡¡¡las traducciones son importantes, niños!!!! Pueden hacer que un texto más o menos denso se convierta en una auténtica cuesta arriba.
Maquhatulieltl, Juliacgs: Cuando era crío me encantaban las «ediciones de mercadillo», como las llamo, más que nada por el precio, que en aquel entonces era la única forma de permitirme leer tantos libros como quisiera, pero con el tiempo acabas apreciando el valor de las traducciones, las notas a pie de página, las referencias y los ensayos introductorios. Mi primer «origen» fue de edición mercadillo y como decía, es espantoso, y con libros un poco técnicos como este, te tronchas con la manera que tienen de traducir animales y plantas.
Efectivamente, el libro de Darwin es tostonudo, sobre todo para un lector moderno. No es de los mas rollos de la epoca, de todas formas. Si no me falla la informacion, los libros de biologia de aquella epoca consistian en paginas y paginas de descripciones, adornadas con loas a la infinita sabiduria del creador. Normalmente sus autores en inglaterra eran pastores (de la iglesia), el trabajo de pastor y de naturalista se confundian. Tambien habia libros escritos por señoras desocupadas de buena familia, igualmente medio religiosos.
Creo que te refieres especialmente a aquello que llamaban «Teología Natural», en la que la perfección de las adaptaciones en la naturaleza se usaban como argumento a favor del diseño divino de los organismos. El autor más famoso de esta corriente era el tal Paley al que de hecho Darwin era muy aficionado en su juventud.
Darwin es que era un poco pesao escribiendo. Tiene momentos inspiradísimos, pero un editor moderno le pediría ser más sintético.
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