El mago de Oz: suspense político profascista

Se cumplían hace poco 70 añazos del estreno de El mago de Oz. Para recordar tan multicolor efeméride el excelso faraonato de Madrid instaló una carpa en la plaza de los cubos donde se podía ver la película de forma gratuita las pasadas navidades (eso sí, con una potente calefacción bien a punto), ocasión aprovechada por un servidor para volver a disfrutar de la magia del país de Oz, cosa que hacía ya alguna que otra década que no ocurría. Aunque creía recordar bastante bien el argumento no he podido evitar quedarme pasmado ante el desarrollo del mismo y las lecturas que se le pueden sacar cuando uno tiene el alma podrida, como es el caso.

Ojito con el perro, que tiene mucho peligro

Recordemos que la historia tiene por protagonista a Dorothy (me vais a permitir que utilice el nombre original y que evite usar el espantoso «Dorita» que se empleó en el doblaje al español y que sólo contribuye a hacer aún más empalagosa una película que ya de por sí es como comer polvorones mojados en miel y rebozados en azúcar moreno). Dorothy es una niña huérfana criada por sus tíos que vive en una granja de Kansas. Digamos que es un poco ñoña y que le faltan diez minutos de cocción. No conocemos bien a qué se dedica, pero sabemos que adora a su perro Totó, que es el típico perro diminuto que te ladra cuando te lo cruzas en el portal y al que no puedes evitar imaginártelo entrando en órbita lunar de una patada. De hecho, la película comienza poco después de que haya mordido a su pobre vecina, la ciudadana Gulch, que evidentemente acude a casa de los tíos de Dorothy y confisca al susodicho cánido para que le pongan el microchip y le vacunen de la rabia, sin embargo, el perro escapa, Dorothy lo encuentra y juntos se fugan de casa. Desgraciadamente, sus planes se ven truncados por un tornado de fuerza 5 que les obliga a regresar al hogar, pero demasiado tarde para entrar en el búnker: al final Dorothy y Totó acaban «volándose» literalmente hablando, junto con toda la casa y aterrizando en un país mágico que llamaremos URROZ, «la unión de repúblicas de Oz». Sabemos que la URROZ es mágica porque la vemos en tecnicolor, ahí el director estuvo hábil, de otra forma el público se habría perdido.

Al salir de la casa descubrimos que Dorothy, involuntariamente, acaba de cometer un magnicidio: la vivienda voladora ha aplastado a la «Bruja mala del Este», que gobernaba en la «Unión de Repúblicas Socialistas de Pequeñilandia» (URSP). Nótese el injusto calificativo que recibe la difunta gobernanta, pues sin haber llegado a conocerla siquiera ya se nos está mediatizando en su contra, ¿y quién? Pues nada más y nada menos que una individua, de raza aria por más señas, que se hace llamar «Hada buena del Norte», que se aparece a Dorothy en una burbuja flotante. Ya hemos dicho que Dorothy muchas luces no es que tenga, por lo tanto acepta sin crítica el mensaje que le transmite el Hada del Norte: los habitantes de la URSP vivía sometidos al cruel yugo comunista de la Bruja «mala» del Este y han sido liberados por la buena de Dorothy. De ahora en adelante los pequeñines (un pueblo naturalmente proletario, con fuerte conciencia de grupo, sin desarrollo de la individualidad e incapacidad de gobernarse a sí mismos) serán «libres», o lo que es lo mismo: el Hada del Norte ha conseguido ampliar su área de influencia a los territorios orientales de la URROZ.

Lógicamente, este desequilibrio en el orden establecido de poderes hace que acuda presta la «Bruja mala del Oeste», que no es de raza aria ni mucho menos, sino que es fea y verde. Dorothy, mediatizada por el Hada del Norte, interpreta a este personaje como malvado y su rechazo es evidente. Sin embargo esta injusta reacción no es nada comparada con la escena que, atónitos, estamos a punto de presenciar. Cuando aún no se ha repuesto del impacto de la noticia de la trágica pérdida de su familiar (no somos nadie), compungida y afectada la Bruja del Oeste descubre con pasmo que los zapatos rojos de su hermana (recuerdo de familia, de su legítima propiedad como heredera de la bruja muerta y poseedores, como veremos, de espectaculares poderes mágicos) son literalmente birlados delante de sus narices y colocados en los pies de Dorothy. Todo ello por obra y gracia del Hada del Norte que no duda un instante en arrebatar lo que no es suyo y dárselo a quien puede mangonear a su antojo (¿A que empieza a caeros mal?).

La herencia de la discordia

El cabreo de la bruja es más que comprensible. Si no fuese ya de por sí verde, no dudamos que esta jugarreta habría conseguido el mismo tono broncíneo en su epidermis (broncíneo oxidado, cual Auriga de Delfos, se entiende). La bruja jura venganza y se retira, y Dorothy empieza a preocuparse porque aquello obviamente no es Kansas y ya deben estar esperándola para cenar. Aquí es cuando tiene lugar una de las estrategias más macabras de la historia del Séptimo Arte, tomad nota, estimados lectores, de que Dorothy ya tiene en sus pies los «chapines de rubíes» en este momento de la trama y como sabemos podría haber regresado instantáneamente con sus tíos sin haber causado más problemas en la URROZ. Sin embargo, ¿qué le aconseja el Hada del Norte? Pues que siga la calzada de baldosas amarillas que conduce a la Ciudad Esmeralda, donde habita el mago de Oz, que es sabio y le ayudará.

La guapa es un hada buena, la fea es una bruja mala. Niños, debéis siempre dejaros llevar por las apariencias.

Sabiendo, como sabe la persona culta y formada, cuál va a ser el devenir de los acontecimientos y quién es en realidad ese farsante que se hace llamar mago queda evidente y cristalino que el viaje iniciático de Dorothy por la senda de baldosas amarillas y todo lo que va a ocurrir en él es en realidad una estratagema malvadamente pergeñada por el Hada «buena» del Norte. Una estratagema, por más señas, ya preparada y urdida desde el primer momento de la historia. No me digáis que no se os pone el pelo de punta.

Los proletarios de la URSP se despiden de Dorothy con una canción aleccionadora donde le insisten en el camino a recorrer: el de baldosas amarillas. Reflexionemos un instante sobre esta calzada. Nos consta que el camino nace en la capital de Pequeñilandia-URSP, puesto que vemos claramente cómo surge de una espiral en la plaza del pueblo, y sabemos asimismo que el camino acaba en la Ciudad Esmeralda. Esta carretera no debe ser un camino cualquiera, sino que está uniendo los centros neurálgicos de poder de la URROZ. El primero de ellos ha caído ya bajo el dominio del Hada del Norte, y el otro lo hará eventualmente. No hay duda de que quien controle ambas ciudades tiene acceso a los puntos estratégicos del área, y eso es lo que quiere el Hada. Aquí hay un breve «pero», aunque sospecho que ningún lector lo recuerda y no lo voy a mencionar para dar oportunidad a una mayor discusión en los comentarios y para evitar alargarme demasiado.

El camino de baldosas amarillas conecta los dos centros neurálgicos de poder en la URROZ: Pequeñilandia y la Ciudad Esmeralda

El punto central de la trama, como recordaréis, incluye el encuentro con tres personajes: el Espantapájaros, el Hombre de hojalata y el León. Cada uno de ellos muestra un déficit en alguna virtud que ya desde tiempos de Platón se mencionan como necesarias en todo buen gobernante: déficit de inteligencia (el Espantapájaros), déficit de corazón (el Hombre de hojalata) y déficit de valor (el León). Los encuentros con cada personaje son bastante patéticos y la buena de Dorothy, en lugar de evitar las compañías indeseables, les hace partícipes de su búsqueda espiritual quedando de manifiesto que realmente a Dorothy le falta un hervor. Vamos a ver, si ya la legitimidad de Dorothy consultando al mago de Oz puede ser puesta en entredicho, ¿qué narices pinta en este viaje estos tres individuos? Si yo fuese el mago de Oz no habría podido contener mi ira: «¿Pero qué os habéis creído que es esto? ¿el Corte Inglés?», les habría respondido todo enfadado, pero bueno, esa es otra cosa.

Como iba diciendo: este viaje iniciático está integrado unos personajes deficitarios: carencia absoluta de alma racional (lógos), encarnada por el Espantapájaros; estado patológicamente débil del alma irascible (thymós) representada tanto por el Hombre de Hojalata como por el León; y finalmente un desarrollo excesivo del alma concupiscible (epithymía) encarnada por Dorothy que, para más inri, es la que conduce la expedición a su objetivo. Concluimos por tanto que esta expedición encarna lo que sería la antítesis del buen gobernante desde el punto de vista platónico. Hale, ahí dejo eso.

Menudas tres patas p’a un banco

No se sabe muy bien cómo, los caminantes alcanzan la Ciudad Esmeralda, segundo centro de poder de la URROZ. Cuando solicitan audiencia con el mago de Oz literalmente se les cierra la puerta en las narices. Sin embargo en este momento se vuelve a manifestar la bruja del Oeste y pide a la ciudad que entreguen a Dorothy. En este momento y por temor a una guerra abierta con las tierras del Oeste, el mago, interesado él, sí que acepta parlamentar con la comitiva. En esta primera sesión aún no se descubre que el mago es en realidad un farsante. Con vulgares trucos circenses se compromete a conceder a Dorothy y sus amigos sus deseos… a cambio de la escoba de la Bruja del Oeste. A estas alturas de la película ya nos olemos que el mago desea en realidad poner fin a las disputas territoriales de ambas comarcas (imaginamos que colindantes) con la sucia estrategia de arrebatar a la bruja su poder.

El mago será un farsante, pero de tonto no tiene un pelo. Puede que los cuatro personajillos que llaman a su puerta sean unos mentecatos y no precisamente el mejor equipo que se pueda desear para asaltar el castillo de la bruja y dar un golpe de estado pero, ¿Os fijásteis en los habitantes de la Ciudad Esmeralda? ¡Son peores todavía que los de Pequeñilandia! Serían incapaces de matar a una mosca, se asustarían con un sonajero y recordemos que los secuaces de la bruja son monos alados que acojonarían a cualquiera. El mago fue rápido pensando: obviamente ni puede ni quiere conceder los deseos que se le piden, pero esta es la ocasión que lleva esperando años y no la va a dejar escapar y por eso utiliza a Dorothy y cía para que intenten robar la escoba de la bruja. ¡Qué malvado!

El siguiente episodio es básicamente vergonzoso. La bruja es con diferencia la persona más capaz que hemos visto hasta ahora de gobernar un feudo de la URROZ. Si bien secuestra a Dorothy para recuperar los zapatos de rubíes (recordemos: de su legítima propiedad) no la quiere matar porque sí, sino porque es condición necesaria para que se le pueda retirar el calzado mágico. Cuando el Espantapájaros, el Hombre de hojalata y el León asaltan el castillo tiene lugar una trifulca en la que se pone de manifiesto que NINGUNO de ellos ha contrarrestado el déficit inicial: siguen siendo un tonto, un cuatrolatas y un cobarde. Si la situación acaba resolviéndose felizmente para ellos es sólo porque de casualidad le cae un cubo de agua a la bruja y ésta muere. Breve inciso: ya es una suerte puerca la tuya si te toca ser bruja verde y te mueres con una cosa tan estúpida como un puñetero cubo de agua, joder qué casualidad. Casi lloro cuando veo morirse a la bruja de esa forma tan indigna, ¡no hay derecho! Sin merecerlo en absoluto, Dorothy toma la escoba de la bruja y todos retornan a la Ciudad Esmeralda donde el mago no puede creerse lo bien que le ha salido todo.

Sin embargo, no todo iba a ser buena suerte y Totó descubre el pastel al mover la cortina donde se esconde: en realidad el mago es un farsante. Esto lo complica todo, porque un mago poderoso puede simplemente mandar a hacer puñetas a los personajillos que le han resuelto la papeleta, pero una vez descubierto el pastel es cuestión de tiempo que los habitantes de la Ciudad Esmeralda se enteren y se acaben rebelando. La reacción rápida y cobarde es la de huir: les come la oreja al Espantapájaros, al Hombre de hojalata y al León para que se piensen que han superado sus fobias (acabamos de ver que es mentira en el episodio del castillo), y les da unos objetos o talismanes para que se confíen. Es una decisión dura dejar el gobierno de la ciudad a estos tres impresentables, pero no le queda más remedio. Finalmente decide marcharse en globo con Dorothy. Teóricamente la va a llevar a Kansas, pero secretamente pretende empujarla cuando hayan alcanzado suficiente altura para deshacerse del último de sus problemas (al fin y al cabo ella es la última responsable del fin de su reinado en la ciudad).

Os dije que el perro tenía mucho peligro, miradle, a punto de liarla otra vez

En el último momento, de nuevo es Totó el que altera los planes: el puto perro de los cojones que no ha parado de enredar desde que empezó la película salta del globo justo antes de despegar y Dorothy escapa de su destino. Ella se queda muy triste porque no puede volver a Kansas, pero cual deus ex machina aparece el Hada buena del Norte y le informa, ¡oh campos de soledad, oh mustios collados! de que basta con que golpee los zapatos de rubíes tres veces para que regrese con sus tíos: los mismos puñeteros zapatos que llevaba puestos desde casi el comienzo de la película. ¿Qué habría hecho cualquier persona con sangre en las venas? Pues lógicamente meterle los zapatos de rubíes al Hada donde la espalda pierde su  nombre y se convierte mayormente en el ojete, pero ¡no! Dorothy le hace caso sin rechistar y efectivamente es transportada mágicamente a Kansas donde, recórcholis, todo ha sido aparentemente un sueño.

Aparentemente, digo, este es un final feliz para Dorothy, pero lo es aún más para el Hada del Norte. Recapitulemos su situación al comienzo y al final de la película.

En el principio, el Hada del Norte no controlaba ninguno de los centros de poder de la URROZ, tenía dos enemigas mortales (una al este y otra al oeste), con sendos objetos de poder mágico (zapatos y escoba) y básicamente, aunque podía volar en burbujas mágicas era una doñanadie.

Al final de la película el equilibrio de poder ha cambiado radicalmente: tanto la bruja del este como la del oeste han sido eliminadas. En Pequeñilandia-URSP hay un vacío de poder que no le costará llenar, puesto que los pequeñímanos están acostumbrados a obedecer y no son rival para un Hada. En cuanto a la Ciudad Esmeralda, el otro centro de poder, está gobernada por tres personajes que, como hemos visto, son unos ineptos y en los que además tiene una probada capacidad de influencia. Los dos únicos rivales que quedan en toda la URROZ (el mago y Dorothy) han sido neutralizados permanentemente, y los dos objetos mágicos están en su poder (no nos consta que los zapatos se hallan trasladado a Kansas con Dorothy y seguro que no le costará mucho trabajo quitarle la escoba al triunvirato).

Conclusión: para quien el final de la película es realmente feliz es para el Hada, una tirana aria sin escrúpulos que ha utilizado a Dorothy para someter todo el país de Oz bajo su dominio y a la que no le da ni las gracias.

Teniendo en cuenta que la obra data de cuando Hitler se fue a veranear a Polonia (1939), de la exaltación que se hace de la tiranía y de la alusión continua a la inferioridad de los regímenes comunistas, creo que es evidente que esta película es en realidad una obra de propaganda fascista que se consiguió colar sigilosamente en Hollywood con la clásica intención de «a ver si cuela».

Ahí queda eso.

30 comentarios en “El mago de Oz: suspense político profascista

  1. Ridiela! hace muchos años que vi la peli, cuando era un enano, pero desde luego me apetece volver a verla ahora, jajaja, no re cuerdo mucho, así que este comentario está carente de toda razón.
    Lo único que puedo asegurar es que a día de hoy a ésta película se le siguen imitando cosas , como por ejemplo lo que ya toda la blogosfera sabe; que el final de Lost es un sueño de Antonio Resines

  2. Jajaja, el puto perro de los cojones… el hada del Norte es una doñanadie… pero esta hijadeputa no podía haberle dicho algo al principio de la película? No, tenía que esperar a que se acabara, cuando ya Dorothy, hábilmente manipulada, hizo lo que la aria quería. ¡Qué bueno, ya veo a los críos del instituto haciendo una obra de teatro con esta historia!

    Que me río cuando paso por aquí, oyes…

  3. Era yo muy peque aún y esta peli es una de las q celebraba mi mare q iban a dar por la TV (qué tiempos!), pero recuerdo, hete aquí, q a los 5 minutos de verla me aburría soberanamente. Creo q no me gustó la cara de Dorothy, le faltaban, no uno, sino varios golpes de 12 horas en la olla laster* con la pesa gorda (como dicen en mi pueblo), así pues me levanté y me fui a otras cosas más divertidas, nunca la he visto pues y creo q a partir de tu crítica ya no la visualizaré jamás, a no ser q me mantengan atada frente a ella con los párpados abiertos por la fuerza.

    Oye q te fumaste en esa sesión de peli q viniste tan inspirado? ejejejej, anda q no le has hecho kilómetros al boli!

    * la olla laster (laster era la marca) era una de las primeras ollas a presión q salieron al mercado en la decada de los 60. Para provocar la presión en su interior a distintas intensidades usaba varias pesas de diferentes tamaños

  4. El Mago de Oz Imprimir Correo electrónico
    15/03/2007
    El cuento convertido en alegoría de la política monetaria estadounidense. El Maravilloso Mago de Oz, escrito por Lyman Frank Baum en 1900, para muchos un simple cuento infantil, ha sido utilizado por economistas como una alegoría que expone las ideas de los populistas, de finales de siglo XIX, donde estos defienden el bimetalismo, que proponía que la emisión de dinero debía no solo estar respaldada con oro, como se hacía hasta entonces, si no que también se podía incorporar el mineral plata como respaldo a las emisiones de dinero. En sí, era un debate sobre la libre acuñación de plata.
    Como algunos recordarán la historia se centra en que Dorothy, una niña que vive con sus tíos en las praderas de Kansas, es llevada por un tornado junto con su perrito Toto al territorio de los Munchkins. Ahí la niña salva a un espantapájaros, personaje que será su primer acompañante, junto al León Cobarde y al Leñador de Hojalata.
    Este singular grupo deberá atravesar la tierra de los Kalidahs, el campo de las amapolas venenosas, el castillo de la Bruja Malvada, y otros caminos más hasta llegar a la tierra de Oz, donde el Mago del lugar se supondría les iba ayudar a encontrar lo que andaban buscando: cerebro o sentido común (Espantapájaros), un corazón o ternura (Leñador de Hojalata), valor (el León Cobarde) y el camino a casa (Dorothy).
    Para llegar a la tierra de Oz, Dorothy tuvo que vencer a la malvada bruja del este, liberando además a los Munchkins, a quienes esta bruja tenía atemorizados. Con las zapatillas de plata de la bruja sale volando sobre el camino de ladrillos amarillos a la Ciudad de esmeralda -al centro del País de Oz, donde ellos encuentran al Mago.
    Este parece poderoso, pues ha mantenido a raya a las brujas del este y del oeste, sin embargo, el mago no puede ayudarles a ninguno de ellos y por el contrario todos descubren que poseían lo que andaban buscando. En el caso de Dorothy, ella encuentra el camino a casa, pero no siguiendo el camino de ladrillos amarillos, si no, por medio del poder mágico de sus zapatillas de plata.
    La alegoría sobre la política monetaria de Estados Unidos de finales del siglo XIX se basa en que entre 1880 y 1896 el nivel de precios de la economía estadounidense experimentó una disminución de 23%, o sea, una inflación negativa o deflación.
    Este hecho provocó una fuerte redistribución de riqueza desde aquellas personas que mantenían deudas hacia a aquellos que les habían prestado dinero. Como no se esperaba, la mayoría de los agricultores del oeste estadounidense -que eran deudores- sufrieron un aumento del valor real de las deudas que mantenían con los bancos.
    Esto hizo que los políticos populistas de entonces plantearan como solución la libre acuñación de plata, permitiendo así que se utilizara como dinero tanto el oro como la plata. Ellos argumentaban que esto permitiría que hubiera más liquidez en la economía, lo que presionaría los precios hacía arriba disminuyendo así la carga real de las deudas de los agricultores.
    A pesar que esto es correcto, la teoría monetaria moderna argumenta que el dinero en circulación de una economía no debe estar respaldado por plata u oro, si no, únicamente por la producción que realicen las personas con sus habilidades y recursos.
    En resumen, los personajes de la obra se asocian a los protagonistas de la contienda política de la época de la siguiente forma:
    Oz: Es la abreviatura de onza, la medida para el oro y la plata.
    Dorothy: Representa al pueblo, a los valores americanos tradicionales.
    Espantapájaros: Los agricultores, quienes no podían entender su situación o intereses políticos.
    León cobarde: William Jennings Bryan, con un rugido ruidoso pero poco poder político.
    Leñador de hojalata: Los trabajadores industriales, oxidados y trabados desde la depresión de 1893.
    Brujas Buenas: El potencial de la gente del Norte y el Sur.
    Malvada bruja del este: Los banqueros del este.
    Malvada bruja del oeste: Los empresarios industriales.
    Mago de Oz: William McKinley, como presidente de los Estados
    Unidos.
    Munchkins: Ciudadanos del este.
    Camino de ladrillos amarillos: Patrón oro.
    Zapatillas de plata: Patrón plata.
    Por Melvin Garita Mora., Analista Financiero, Lafise Valores.
    EKA 260 / 2006

  5. Pero qué repaso más bueno, hombre. Una pregunta… ¿qué fue primero, el libro o la peli?

    No me tiréis tomates, yo es que leí el libro, y la peli, creo que sólo la medio vi, no me dejaron, era pobre, estaba tan sola…

  6. Bueno, el Mago de Oz es una historia que lleva a multitud de interpretaciones posibles. Y parece que ha envejecido un poco mal. A mi me ha gustado lo que ha puesto «visiones», lo veo más posible como explicación del origen de la historia que la desternillante visión anticomunista del cope (efectivamente, algo había fumao). Por cierto, intentad imaginar una situación política económica o personal y pensad como encajarla en una alegoría con la historia del Mago de Oz. Seguramente encaje siempre con muy poco esfuerzo.

    Hablando de encajar, ¿sabéis que el Dark Side of the Moon de Pink Floyd se sincroniza perfectamente con la película como si fuese una banda sonora?

  7. Puestos a defender pajas mentales prefiero defender la mía, y en todo caso creo imprescindible subrayar que la mala de la película es claramente el Hada y que la bruja del Oeste es una pobre desgraciada.

    Había oído hablar de la sincronización con «The Dark Side of the Moon», pero nunca he probado. Estando fumao debe ser toda una experiencia.

    Por cierto, me han informado de que, como era de esperar, ya hace mucho tiempo que se intentó «rescatar» el personaje de la bruja del Oeste, concretamente en la novela Wicked, más tarde convertida en musical; es la historia de la bruja antes de la llegada de Dorothy. Está claro que El mago de Oz ha dado para mucho.

    Gracias por comentar

  8. Yo era peuqeña e inocente y apenas me acuerdo de la peli, pero, además de asemejarse mucho (pero mazo) a la historia de una tal Alicia, me quiero acordar que la Garland acabó malamente ¿no?

    ¿Cargo de conciencia?

  9. La verdad es que de pequeña siempre me impactó lo de que le robara los zapatos a un cadáver… aún así, veo que el Hada del norte consiguió manipularme de todos modos.
    :-((

    ¡Me gusta la cantidad de interpretaciones que tiene la peli! No obstante, por algo muchos dicen que es «de culto».

    En youtube hay un vídeo con escenas de la peli y la música del Dark Side of the Moon:

    Un día me dio por comprobarlo en mi casa, y es cierto. Coincide muchísimo (aguanté 10 minutos nada más, que no soy tan friki). Aunque Pink Floid siempre ha dicho que es una bendita casualidad:

    Un saludo!

  10. Cielos! La bruja Aria del norte! Antonio Resines! Nobita! Genial! No tengo mucho que aportar, solo que en Youtube hay ciertamente algun video que demuestra esa sincronización de El Mago de Oz con el disco de Pink Floyd.
    M’a encantao, Rafa xD

  11. Y digo yo, ¿esta entrada psicotrópica con que disco o canción de los Pink Floyd lo sincronizaste? Te has superado amigo!!

    Sobre lo de la sincronización de Pink Floyd… es dificil decir que no cuando uno ve videos como este:

    Creo que las casualidades dirigen el universo, pero esta se lleva la palma en el mundo de las casualidades de origen antrópico.

  12. Es fabuloso lo que se puede llegar a elucubrar acerca de cualquier tema, jejejejeje… Mi más sincera enhorabuena por tamañas conclusiones.

    Creo que primero habría que tener en cuenta que el libro, The Wonderful Wizard of Oz de L. Frank Baum, fue publicado 39 años antes de la aparición de la película en los cines (1900). Por todo ello, creo que tanto la revolución rusa (1917) como el auge de los regímenes fascistas de los años 30 quedan un poco a desmano de la década que retrata conscientemente L. Frank Baum, que no es otra que la de 1890. Y más concretamente, la estadounidense. ¿Acaso un yanki ha mirado a Europa alguna vez? Aunque no descarto que las intenciones del equipo cinematográfico o de parte de éste no fueran las que indicas. Todo puede ser. El principal guionista, Noel Langley, es sudafricano, ahí queda eso. Pero parece ser que su escrito fue revisado y requeterevisado y al final él quedó muy a disgusto del resultado final.

    Recomiendo encarecidamente la lectura del paralelismo entre el camino de baldosas amarillas y el patrón de cambio del oro, así como las interpretaciones políticas del Mago de Oz. Ambos artículos de la wikipedia (en inglés). Además, la productora de la película, volviendo a ella, es la MGM, capital judío… Todos sabemos cómo se las gastan los hebreos con el dinero, así que los tiros me parece a mí que van más por el tema económico.

    En otro orden de cosas, colosal artículo, mi querido y minúsculo crustáceo favorito. Me he reído de lo lindo con tu imaginería. ¡Eres grande!

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