Centenario de la Gran Vía y to eso

Con muchísima pereza, la redacción de DDUC vuelve a sus puestos para continuar la andadura por el blogoplancton después de unos días de palparse el epidídimo a dos manos. Por lo que he visto la idea del «Spring Break ¿Y por qué no?» no ha triunfado en los pueblos de España. Otra vez será.

Para coger el ritmillo vamos a empezar criticando, que es lo que se nos da mejor. Resulta que hace un par de días se cumplía el centenario del comienzo de las obras de la Gran Vía. Hela.

Paso de poner enlaces, porque la verdad es que todo el día de ayer hubo un runrún que ya resulta un poco cansino y tampoco es plan de repetirse, pero me apetecía hacer un par de comentarios especialmente para que los que no sois de Madrí entendáis un poco lo que está pasando.

Quien más quien menos todos habréis tenido la ocasión de hablar con algún madrileño. Que la experiencia fuese de provecho o no, ya es otro cantar, pero puede que os hayáis percatado de que a los madrileños nos encanta poner a parir nuestra ciudad. Si yo conozco a alguien de la Alberca o de Villanueva de los Infantes, ya puedo abstenerme de poner en duda la belleza (indiscutible) de sendos municipios si no quiero que me corran a gorrazos, pero el madrileño vive con una especie de relación amor-odio con la ciudad en la que reside y casi seguro que en algún momento se pondrá a echar pestes del tráfico, de lo feas que son las últimas intervenciones urbanísticas o de cómo funciona el transporte público. Yo adoro Madrid, y pese a todo me sorprendo a mí mismo disculpándome a veces con los forasteros que la encuentran hostil y desalmada o envidiando sin rubor ciertas virtudes de Barcelona. Lo mismo vuestra experiencia con madrileños (o como madrileños) es distinta, pero bueno, tampoco me vais a fastidiar el hilo conductor, ¿a que no?

La cosa es que, con todo lo indolentes que somos los madrileños con nuestra ciudad, con la Gran Vía básicamente se nos hace el culo pessicola. Yo no sé qué pasa, pero a los madrileños nos encanta, y supongo que a muchos visitantes también.

Primera reflexión: para construir la Gran Vía hubo que derribar 300 edificios, previa expropiación y reubicación de los inquilinos, y no hace tanto de eso. En Madrid, que yo sepa, este tipo de actuaciones han sido muy excepcionales. Estas reformas tan magnánimas me recuerdan al París de Napoleón o a la Roma de Mussolini, ciudades que deben mucho de su fisonomía moderna a estos urbanistas de pro. De haber contado con gente como ellos, probablemente el Madrid de los Austrias y su trazado secular hoy sería muy distinto. Desde Napoleón ha llovido mucho, de acuerdo, pero las intervenciones de Mussolini en Roma son recientes (pienso en la Avenida de los Foros Imperiales y la Avenida de la Conciliación) y han sido durísimamente criticadas durante la historia del siglo XX. ¿No es gracioso que a los madrileños nos guste tanto la intervención más fascistoide (entiéndase el sentido) de la ciudad? A raíz de estas celebraciones me dan ganas de escuchar la zarzuela que trata justamente de las críticas que hubo a principios de siglo cuando se dio a conocer el proyecto.

La segunda reflexión es sobre el futuro de la calle. Una mañana como la de ayer con Telemadrid como ruidillo de fondo es muy reveladora. Empresarios y políticos han hablado sobre cómo será la Gran Vía en el futuro destacando la importancia que tiene como polo comercial. Será para algunas cosas: en años recientes hemos visto cómo han desaparecido tiendas de música emblemáticas y castizos centros comerciales y han sido sustituidos por tiendas de ropa. Pues sí, eso es básicamente lo que es en la actualidad la Gran Vía, una sucesión de tiendas chachi-guays de ropa de marca. Otro grupo de empresarios se frotaban las manos y se alegraban de que esta emblemática vía madrileña se vaya a convertir en lo que denominaban una «avenida hotelera», así que ya sabéis cuál es la idea: en los bajos tiendas de ropas, y por arriba hoteles nada baratos. En cuanto a los cines más famosos de la capital en el pasado, auténticos iconos de la esencia de la Gran Vía, poco a poco se están marchitando con el florecimiento del ocio de centro comercial. El cabrón de nuestro alcalde, que está dejando morir los cines de toda la ciudad, tiene el cinismo de contestar que sí, que vale que se están cerrando cines, pero que muchos se están reconvirtiendo en teatros de musicales.

Conclusión: la Gran Vía se convierte en una avenida pija para comprar ropa pija y ver musicales pijos. Los turistas además tendrán opción de dormir en los hoteles pijos si les da la cartera. Vamos, que a este paso pondrán a un guardia en cada extremo y te cobrarán la entrada por pasear. A todo esto la ciudadanía, toda contenta y orgullosa para variar de la efeméride de su querida Gran Vía, parece echar de menos los entrañables carteles de películas gigantescos pintados a mano por los estudiantes de Bellas Artes, pero a la vez parecen encantados con el pijerío. Y es que la Gran Vía es mu nuestra.

Aquí hay unas panorámicas chulas de 360º de la Gran Vía, por cierto. disfrutadlas, que son gratis (de momento).

18 comentarios en “Centenario de la Gran Vía y to eso

  1. Espero que no cobren por pasear por ella, pero me da a mi que se nos acaba el chollo…

    Pero aún así no sé qué es lo que hay que ver en la Gran Vía. Yo soy más de callejear, que las calles pequeñas son las que ocultan las mejores curiosidades.

    Pd: Pero las calles pequeñas sin drogadictos, asesinos, bandoleros y demás personajes por el estilo, se sobreentiende.

  2. El problema no sólo es que sean tiendas pijas, sino que son franquicias de las mismas tiendas, de la misma ropa, con la misma decoración y las dependientas (siempre contratan tías) vestidas con el mismo uniforme que en otros cientos de avenidas y plazas repartidas por toda la geografía nacional e internacional. Es decir convierten algo son personalidad en algo totalmente ANODINO E INSULSO.

  3. Lo que más me gusta de la Gran Vía y aledaños es lo mucho que me recuerda a Buenos Aires (Avda. de Mayo, Florida,…). ¡Quién me daría volver a estar por allí pronto!

  4. Pero hay otra lectura. El cumpleaños de la Gran Vía nos da perspectiva para contemplar el fracaso de una actuación urbanística.
    Porque la finalidad de esta avenida no fue sólo dotar de comunicaciones al centro con el oeste, sino también regenerar un sector de la ciudad asolado por la marginalidad y pobreza. Y en esto último pues me temo que no; han pasado 100 años y el resultado es poco triunfalista. La Gran Vía está provisto de fachadas fastuosas; el monumento descubierto por los reyes es revelador: dos filas de edificios grandiosos (muchos de los cuales tiene un indudable valor arquitectónico). Pero detrás de esos edificios es mejor taparse la nariz y no mirar. Esa avenida es una gran llaga que aún hoy en día sigue supurando. Hace 100 años se aplicó el bisturía y el corte no acaba de cicatrizar bien. El pus sigue presente. La fusión de la avenida con el entorno es casi nula, especialmente en la parte norte.
    Por cierto, esta matización no es de mi cosecha: se la leí a un arquitecto cuyo nombre no recuerdo.

    Por último un consejo a los turistas de la Gran Vía: vigilad las carteras, sobre todo cuando os detengáis, por ejemplo, en semáforos.

  5. Eulez: sí, ese es otro tema. Como idea está bien, pero el proyecto no me convence nada, y siempre está el riesgo de que nos pongan granitazo a saco. Habrá que ir viendo.

    Jmongil: pues no te falta una tremenda dosis de razón, la verdad es que no l había visto desde ese punto de vista, y eso que en los últimos años la zona de Tudescos, Fuencarral, etc ha mejorado mucho.

  6. Si una calle de cualquier ciudad española (que no sea Madrid o Barcelona) cumple 500 ó 1.000 años seguro que no sale en el Telediario.

    Particularmente, a mi, la Gran Vía no me parece gran cosa. Eso sí, sus calles aledañas para desmpeñar actividades ilícitas es un paraiso.

  7. Bueno, la plaza de Alonso Martinez, por ejemplo, a mi me gusta como la han dejado. Tiene árboles y sitios para sentarse. Y columpios para niños. La pinta de la supuesta reforma de Gran Vía, parece ir más en ese sentido que en el granitazo. De todas formas, nadie parece decirlo, pero que una de las calles más «vividas» de Madrid tenga chopocientos carriles para coches en cada sentido no es algo muy bonito. Mejor el granitazo que eso.

  8. A mi eso de peatonalizar la Gran Vía, aparte de ser casi inviable porque debajo está el metro a poca profundidad, me parece un proyecto grandilocuente y aparatoso. Perfecto para los políticos.
    Lo que me rompe los esquemas es que casi todas las calles aledañas, además de sórdidas, tengan aceras de apenas un metro de ancho. Más que peatonalizar las calles principales, son las secundarias las que ganarían mucho si así lo fueran.
    Caso aparte es que se tiren meses de obra y luego al cabo de un tiempo de su inauguración, aparezcan ñapas por doquier. Sin ir más lejos, la calle Arenal ya tiene las baldosas hechas unos zorros.

  9. No se jmongil, parece que los arquitectos dicen que se puede peatonalizar y hacer un parking subterráneo que financie la obra. Que quieres que te diga, pero todo lo que sea quitar coches de las calles creo que merece la pena. Además, algo tienen que hacer en esa calle, y en Princesa y en el Paseo de Prado. El año que viene implantan las bicis públicas de alquiler en esa zona y el tráfico no está ahora mismo preparado para un número elevado de bicicletas por ahí en medio (ni los posibles usuarios están preparados para el tráfico).

    Lo de las calles aledañas es muy cierto, pero una vez peatonalizada la vía principal, lo otro vendrá solo.

  10. «Lo de las calles aledañas es muy cierto, pero una vez peatonalizada la vía principal, lo otro vendrá solo.»

    Más bien creo que es al revés. Si peatonalizas la principal, se hace imprescindible que las aledañas se mantengan abiertas al tráfico (¿te has fijado cómo está el tráfico en las transversales a Arenal?). Por eso, yo haría lo contrario: peatonalizar las callejas y mantener el tráfico en las principales.

    En cuanto a la peatonalización de Gran Vía, Princesa o Paseo del Prado… Lo veo inviable. Y si se pretende meter un aparcamiento subterráneo, más inviable todavía. El túnel tendría que ir más profundo que las líneas 3 y 5 en el caso de la Gran Vía, por tanto no habría mucho sitio para construir la rampa de entrada al túnel. Fíjate además que la Gran Vía en su entronque con Alcalá es más bien estrecha.
    En el caso de Princesa, está las líneas 3, 6 y 10.
    En el Paseo del Prado, las líneas 1 y 2, así como los dos túneles de la Risa y el del AVE, éste útimo ahora en construcción.
    Flipantes proyectos, pienso yo.

    Luego hay también que meter en la ecuación los árboles. En el caso de la Gran Vía, no hay mucho que perder. Pero en los demás…

  11. Y los chinos(personas fisicas)????? nadie habla de los chinos??? esos seres pululantes que con sus cervezas a 1 leuro sostienen viva la ciudad por la noche.Copan Gran Via y aledaños, manteniendo la idiosincrasia mediterranea de la urbe al fomentar el contacto humano en las noches de primavera y verano en los parques, fuera de los rediles de los circuitos comerciales donde nos quieren dirigir…un brindis de fresquita lata de birra por ellos¡¡¡¡

  12. Como madrileña que por motivos laborales ha vivido en varias ciudades y ha tenido la desgracia de padecer Barcelona durante cinco años, no tengo ninguna relación de odio con Madrid, sólo de inmenso agradecimiento por no haberme convertido en una cateta permanentemente autoalabadora e insultadora de lo ajeno, sin criterio y sin individualidad. Sigo criticando, por supuesto, cuando veo motivos, para eso me enseñaros de pequeña que criticar es una obligación cívica; pero Madrid, en capacidad de convivencia y respeto al prójimo sigue estando muy por encima del resto de España y de la mayor parte del extranjero. Por cierto, la Gran Vía es una calle más, no especialmente bonita ni especialmente fea. Eso sí, en sus aledaños se vive y se trabaja estupendamente.

  13. Pues a mí no me vale q digas, Copépodo, q el alcalde está dejando morir los cines. Qé qieres q haga, q vaya todos los días al cine para mantenerlos abiertos? Con los cines está pasando lo mismo q con las discográficas: son un negocio marchito, al menos tal y como estaba planteado antes, especialmente los de la Gran Vía, con 1-3 salas inmensas. Por qé de la caída de las discográficas nos alegramos y de la de los cines no? La culpa no es del alcalde, sino de la gente por dejar de ir tan masivamente y de los empresarios del cine por no haber sabido reconvertirlos manteniendo su negocio original.

    De lo demás… pues yo qé sé, no he pasado nunca en Madrís más de 3 días seguidos, así q no puedo opinar :P

  14. Estaría de acuerdo si fuese como lo estás diciendo, pero no es que la gente esté dejando de ir al cine en general, sino que deja de ir a los cines del centro: hay un cambio cultural por el que la población prefiere coger el coche para ir a uno de esos espantosos y gigantescos centros comerciales a ver una película mientras come nachos con queso y después compra ropa y electrodomésticos en lugar de coger el metro, ir a ver la misma película y darse un paseo por el centro. Evidentemente esto no es totalmente culpa del alcalde, pero si lees el post enlazado verás que en su día ya contaba cómo edificios históricos de Madrid se abandonaban o se convertían en tiendas pese a haber una ordenanza vigente sobre la conservación de los mismos. Y luego, aparte, está mi queja personal (compartida por muchos otros) de que toooodos los cambios son para empijecer la ciudad y obligarte a consumir a lo bestia.

    Sí, ya sé que el que está marchito soy yo, que no me adapto a los tiempos, pero es que uno es un romántico :-P

    Gracias por comentar

  15. Lo de los carteles pintados a mano no lo descubrí hasta esta última semana que estuve allí y me quedé de verdad flipado, estoy de acuerdo en que es una pena que se pierdan esas cosas.

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