Mi especie extinta favorita


Un apunte rápido sobre nuestra tremeda capacidad destructora.

¿Recordáis a Alfred Russell Wallace, codescubridor de la selección natural? En el famoso artículo de 1858, hablando sobre la fertilidad de las especies dice lo siguiente:

Todo esto queda demostrado por los casos de especies concretas; pues hallamos que su abundancia no guarda relación alguna con su fertilidad en la producción de descendencia. Quizá el ejemplo más notable de una inmensa población de aves sea el de la paloma migratoria de los Estados Unidos, que sólo pone un huevo, o a lo sumo dos, y que según se cree no saca más que un pollo cada año. ¿Por qué es esta ave tan extraordinariamente abundante mientras que otras, que producen dos o tres veces más pollos, lo son mucho menos? La explicación no es difícil. El alimento natural de esta especie, y con el que mejor prospera, está distribuido abundantemente por una región muy extensa y con tales diferencias de suelo y clima que siempre está disponible en un lugar o en otro. Esta ave es capaz de vuelos muy rápidos y prolongados, de manera que puede atravesar sin fatigarse todos los distritos en los que habita, y tan pronto como la disponibilidad de alimento comienza a escasear en un lugar, es capaz de descubrir uno nuevo donde alimentarse.

A. R. Wallace (1858)

Sobre la tendencia de las variedades a adaptarse indefinidamente del tipo original

Y no exageraba aquí el amigo Wallace sobre la merecida fama de ave abundantísima que tenía esta paloma migratoria, Ectopistes migratorius; pese a que Wallace no hizo expediciones por Norteamérica, sabía muy bien lo que se decía. Ya entonces se calculaba que un 40% de todas las aves del subcontinente norteamericano pertenecían a esta especie. Paráos a pensar la inmensidad de este dato: casi la mitad de las aves de too ese extensísimo cacho de tierra, pertenecientes a una única especie. Tremendo. El «fundador» de la ornitología estadounidense, John James Audubon, cita una bandada de mil millones de estas palomas (como para dejarse el coche aparcado debajo) y se conocían colonias de cría de 137 millones de individuos. Las estimaciones de la población total (cinco mil millones) superaban con creces a la de la humanidad en todo el mundo, lo que la colocaba como el ave más abundante del mundo muy cómodamente.

¿Una especie muy afortunada? Según se mire, ya que cometió la imprudencia de tener una carne muy rica y a lo largo del siglo XIX se desarrolló toda una industria alrededor de la explotación de su carne. Las abundantísimas bandadas atravesando las llanuras de Estados Unidos en su migración anual hacia el sur permitían a los cazadores disparar casi a ciegas asegurándose cobrar piezas. Con la llegada del ferrocarril y del telégrafo, se daba la voz de alarma cuando se avistaban grandes masas de palomas y llegaban cazadores de muchos kilómetros a la redonda. Con el tiempo la caza se hizo más salvaje aún (uso de redes, quema y tala de dormideros, etc). Los incipientes intentos de protección de finales de siglo fueron ignorados. En 1878 «sólo» quedaban 50 millones de individuos y en 1890 apenas quedaban poblaciones. La última paloma migratoria murió en un zoo de Cincinnati en 1914 (se llamaba Martha).

Cada extinción tiene su propia historia y sus propias causas. Leyendo por casualidad el texto de Wallace me viene a la cabeza de esa «manía» de poner sólo un huevo pudo haber tenido mucho que ver en la limitada capacidad de recuperación de sus poblaciones, pilladas por sorpresa por las escopetas.

En general, y como buen urbanita, las palomas me caen un poco antipáticas, pero esta me cae bien. El dodo se extinguió sin pena ni gloria en una isla dejada de la mano de Dios, pero esta puñetera paloma era el ave más abundante del mundo y la extinguimos en el siglo XIX, siendo plenamente conscientes de lo que estábamos haciendo y sin que lo pudiésemos evitar. Acojonante, ¿verdad?

Aquí tenéis una recopilación de testimonios sobre la paloma migratoria. La mayoría de ellos los escribieron personas a finales del siglo XIX, cuando la disminución dramática de las poblaciones era ya algo evidente.

Mientras visitaba a unos amigos en Nueva Inglaterra, estando sentado en la cocina, de repente el cielo se oscureció, no había luz en la habitación y un ruido estruendoso empezó a oirse cada vez más, estaba seguro de que era un tornado. Cuando mis amigos vieron lo asustado que estaba exclamaron, «¡oh, eso son sólo las palomas volando sobre nosotros»

Los datos sobre la paloma los encontré en «Vida» de Miguel Delibes de Castro.

¡Muere, rata con alas!

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21 comentarios en “Mi especie extinta favorita

  1. Conocía la historia de la paloma… la más triste es que no se ha aprendido nada… La historia de bisonte americano es muy similar, aunque en este caso no se extinguió completamente la especie, pero sí las grandes manadas que debían ser todo un espectáculo…

    Por cierto, en la Wikipedia, con el crédito que se le quiera conceder, la foto que pones en tercer lugar dicen que es una montaña de cráneos de bisonte, no de palomas… que una vez pulverizados se comercialiaban como fertilizante:

    http://es.wikipedia.org/wiki/Bison_bison

  2. Vaya, menuda cagada. Estoy seguro de que he visto en algún sitio una foto de una montaña de palomas de estas, ni siquiera la miré cuando la puse, gracias por avisar, a ver si la encuentro o «lo he soñado».

  3. Siguiendo los enlaces veo con alivio que dos especies que se creía que se habían extinguido con la paloma, no lo hicieron. Efectivamente, sus piojos consiguieron adaptarse a nuevos huéspedes.

    Un cordial saludo.

  4. Es una historia que tenía olvidada, pero que debía ser un ICONO del abuso humano con la Naturaleza. Por cierto, la colonización de USA fue un desatino tras otro contra la Naturaleza, un abuso constante.

    Casi no soy capaz de entender que de semejante población en un territorio tan enorme no hayan sido capaz de sobrevivir algunos ejemplares… Quizás ser nómadas fue su perdición y no quedó ninguna población aislada en algún remoto lugar….

  5. Lamentable. Y parece mentira, un bicho que existía por doquier y en cuestión de unas cuantas décadas, bye!.

    La sobreexplotación de una especie hasta su extinción sigue siendo pan de cada día. Desde la gula hasta el atún rojo, pasando por las grandes pesquerías (hoy agotadas), los ríos aniquilados y lagunas interiores (como el Mar Menor), antaño bullente de peces, hoy bastante pobre.

    Suma y sigue…

  6. Joder, da miedo pensar que semejante abundancia nos la hayamos cargado las personas, así como si tal cosa.
    Este era uno de los ejemplos que puso Philippe en la charla del otro día, fue repasando cada epoca de dominio de la «civilización» occidental y las especies que se iban extinguiendo. Visto en conjunto da más miedo aún. Que no vengan con chorradas de que las extinciones son contínuas y «naturales», si existen millones de palomas y a base de cazarlas y comérselas se acaban, ahí no hay nada de natural, carajo.

    De todas formas, mi animal favorito extinto siempre será el Dodo, tanto por su nombre común como por su aspecto tremendamente cachondo. Hay que tener mala baba para dispararle a un bichito así de majo…

  7. Pues la mía es el pingüino original, el que vivía en el norte: el alca gigante, pinguinus impennis (no sé cómo poner el nombre científico en cursiva, sorry). Terminó sus días cazado hasta la extinción, ya que sus huevos eran muy ricos.

  8. Me ha gustado que os lo toméis como meme y digáis vuestras «especies extintas favoritas», aunque en el caso de JEsús, no tendría muy claro que así sea, jejeje.

    JL: no creo que te sorprenda saber que no me he enterado de nada :-P ¿De qué va eso?

    Mario: ¡Qué bueno! Si es que al final está ya todo dicho y nos acabamos repitiendo, jejeje.

  9. Y lo mismo está pasando hoy con el etún rojo y nadie hace nada… (bueno he visto que tambien lo ha dicho Cnidus), en algunas cosas da igual que estemos en el siglo XXI y no el el XIX, pero seguimos igual eso es lo lamentable.
    Muy buen post me ha gustado mucho.

  10. Pingback: Mi especie extinta favorita: la paloma migratoria de los Estados Unidos - apezz.com

  11. Flipante. Pero así es y así ha sido durante mucho tiempo. Norteamérica era una región riqísima en naturaleza y muy poco poblado y fue llegar a colonizarla y cepillársela casi entera. Y luego q no nos digan de la ‘Conquista española’, q los anglos fueron mucho más salvajes con lo suyo.

    Por cierto q un día estuve explorando animaluchos extintos, aunq más bien antiguos -fundamentalmente megafauna-, y la verdad es q ver una Moa tuvo q ser todo un espectáculo. Pero claro, eso es comprensible, desde q los humanos colonizamos toda la superficie terrestre, todos esos animales grandotes q tardaban mucho en desarrollarse y daban mucha carne jugosa de un tirón estaban condenados a desaparecer.

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