La naturaleza de Madagascar contada para europeos (6/6): Información práctica

Dos perfiles de vegetación que resumen visualmente el viaje

La serie sobre naturaleza de Madagascar llega a su fin. No me queda mucho que añadir a los aspectos de naturaleza en sí, pero siguiendo el ejemplo de Javier Mosquera (La Vida Maravillosa) relatando hace poco sus aventuras por Costa Rica, de lectura muy recomendable, he pensado que puede ser útil incluir aquí algunos detalles prácticos para naturalistas potenciales que vayan a visitar Madagascar o para curiosos en general. Además de añadir algunas otras fotillos pondré también páginas del cuaderno de campo del viaje porque me consta que os gusta y porque ya sabéis lo que insisto en lo imprescindible que es el cuaderno de campo, y esta serie es una muestra de ello: el cuaderno es una pieza clave para consultar a la vuelta, completar información y reconstruir las experiencias. Sin él no podría haber escrito esta serie y muchos datos del viaje se habrían perdido.

Aclaración: esto no pretende sustituir la información disponible en cualquier guía de viaje, que viene a ser imprencindible por la gran cantidad de información que se necesita, pero a veces se echa de menos en ellas información específica para viajeros exigentes en cuanto a la observación de flora y fauna salvaje y ya que he ido, pues quizá a alguien en mi situación le interese mi experiencia. Obviamente sólo puedo hablar de los lugares que he visitado.

RN7

En general

Para comenzar, y hablando de guías, creo que la Lonely Planet funciona mejor que la Bradtz, aunque las traducciones de las secciones de naturaleza tienen partes infames. Sobre la bibliografía naturalista, recomiendo sin ninguna duda esta guía general (muy muy básica, pero útil), esta guía de aves (cojonuda) y esta guía de mamíferos (cojonudísima). La guía de flora que me parece más útil es esta. Además, me llevé este mapa y este diccionario de malgache. Si se tiene tiempo merece la pena aprender algo de este idioma, aunque no es vital. Sí lo es, sin embargo, que al menos alguien del grupo hable francés, porque aunque no es difícil dar con gente dedicada al turismo que hable inglés (raramente español, aunque empieza a haberlos), nuestras posibilidades de comunicación con el resto de la gente se ven tristemente limitadas si no se habla algo de gabacho.

Madagascar ofrece posibilidades muy diversas para viajar. Los desplazamientos entre los distintos puntos se pueden hacer en taxi-brousse (microbuses colectivos). Sale baratísimo, pero son comparativamente muy lentos y sus horarios muy inciertos. Creo que es una buena opción si se tiene tiempo de sobra, pero si el plan es ambicioso o se va justo, merece la pena aprovechar y alquilar un vehículo, sobre todo grupos pequeños de 2-3 personas. Esto encarece el viaje, pero es una solución eficiente. Al alquilar un coche se alquila también el conductor (no sólo es casi inviable hacerlo de otra forma, sino además poco seguro). Al cerrar el trato habrá que dejar claro el punto de inicio y finalización del trayecto, las fechas, y que el precio incluye conductor y su manutención, gasolina y tasas. También conviene dejar claro (si es el caso) que es posible que pidamos parar durante el trayecto para observar aves, hacer fotos, etc. Para que sirva de orientación, a nosotros el trayecto Antsirabe-Toliara (800 km, en 7 días) nos salió por 430 euros todo incluido. Si alguien necesita contactar con un touroperador para planificar asuntos de tipo logístico, a nosotros nos fue muy bien con Madagascar Visite, con quienes nos encontramos en Tana y que resultaron ser gente muy profesional y flexible para los viajes de naturalistas entusiastas.

Cebúes y taxi-brousse

Un taxi-brousse, adelantando a un rebaño de cebúes en la RN7 (la mejor carretera del país)

Por supuesto el transporte hay que tomárselo con calma. Las distancias son mucho mayores de lo que uno se piensa y hay tramos que sólo son transitables en 4×4 y exigen ir mentalizado de que nos llevará 4 horas hacer un trayecto de 100 km.

En las visitas a los parques y reservas hay que tener en cuenta que más o menos funciona siempre de la misma manera: hay que llegar a las oficinas del parque (lo mejor es hacerlo por la tarde del día anterior, para poder salir muy muy temprano), se paga el acceso al parque y además, al guía. Contratar un guía es obligatorio en los parques nacionales, además de prácticamente imprescindible (las rutas no están señalizadas y sería facilísimo perderse). Lo bueno es que los guías suelen estar muy bien preparados. En todos los parques es fácil dar con gente profesional que conoce los nombres científicos de plantas y animales (les dan incluso cursillos de refresco periódicamente). Mi consejo es presentarse en las oficinas con una idea clara del tipo de visita que se quiere hacer (informándose primero en la guía de viaje) y dejar constancia de que se busca a alguien que controle realmente de flora y fauna (da buen resultado ir con los prismáticos visibles, que se vea que uno no se va a contentar sólo con que le señalen los lémures). Aunque ha habido de todo, en general los guías son, como digo, muy profesionales y lo suyo es reconocer el esmero con una propina proporcional a la satisfacción.

No hará falta ni decirlo: la visita debe empezar al amanecer para poder observar aves en plena actividad. Los lémures son algo más perezosos y sólo empiezan a estar más activos cuando el sol les calienta un poco en lo alto de los árboles. Poco después empiezan a alimentarse.

Muchos parques y reservas ofrecen visitas nocturnas (que se pagan a parte). Mi consejo es que no se deje pasar la oportunidad de hacerlas, casi siempre se ven muchos reptiles (sobre todo camaleones) y lémures nocturnos.

Cangrejo con salsa de ron y vainilla Crisálidas

Madagascar: gastronomía para todos los gustos

La comida es bastante variada, y en general muy buena. En zonas «de turistas» siempre hay cosas ricas de precio variable. A destacar la carne de cebú y un buen surtido de sopas. En muchas zonas, sobre todo en ruta, podremos también comer en hotelys típicos de comida malgache, donde los platos son más sencillos (un perolo de arroz y un poquito de guiso de carne o pescado del día) a unos 20 céntimos.

Para terminar: el viajero del siglo XXI aficionado a la fotografía no debe olvidar llevar una cosa tan simple como un ladrón. Cuando se pasan varios días sin electricidad y las baterías de repuesto van acabándose, llegar a un hotel donde sólo hay un enchufe para tres personas con cámara, o peor aún, a un cámping donde el generador sólo funciona algunas horas al día, puede generar momentos críticos.

Descenso del río Tsiribinha

Rivo se despide

Nuestro remero, despidiéndose de la gente de Miandrivazo al comenzar el descenso

Entre Miandrivazo y Belo-sur-Tsiribinha. Es una posibilidad bastante popular entre los turistas, y aunque tenía mis recelos al principio es una pasada. Se trata de pasar tres días descendiendo un río impresionante en una canoa tradicional sakalava, acampando en apacibles playas de arena y atravesando zonas inaccesibles del país. Se ven muchísimas especies de aves, tortugas, cocodrilos y algunos lémures y se tiene la posibilidad de entablar contacto con poblados recónditos. Normalmente se contrata a un remero y a un guía, y hay que tramitar unos permisos y comprar vituallas en Miandrivazo. Como siempre, hay que acordar desde el principio que se quieren ver animales salvajes para así poder detener la canoa en algunas zonas y hacer breves excursiones en busca de lémures. El viajero tiene que tomar conciencia de lo importante que es deshacerse de sus residuos fisiológicos de forma eficaz (30 centímetros de profundidad). Esta fue una de las etapas más fascinantes del viaje, podría tirarme un buen rato contando anécdotas, pero haría de esto algo interminable.

Remando

Río abajo

Sifakas de Verreaux (Propithecus verreauxi)

¡Los primeros lémures del viaje!

Parque nacional Tsingy de Bemaraha

¿Qué puedo decir a estas alturas que no haya dicho ya? Este parque es una maravilla. Muy inaccesible, eso sí (sólo en 4×4, se tardan 4 horas en llegar desde Belo-sur-Tsiribinha, y es completamente inalcanzable en estación de lluvias), pero sin duda merece la pena. Lo normal es acampar cerca de las oficinas del «Pequeño Tsingy», desde allí hay una hora y media hasta el Gran Tsingy. Es el lugar más emblemático para ver al blanquísimo sifaka de Decken.

Gran Tsingy

Reserva Kirindy

Recomendada en las guías como uno de los lugares con mejor «rentabilidad» en cuanto al número de especies que se ven, y no podría estar más de acuerdo (7 especies de lémures, incluyendo Microcebus berthae, el primate más pequeño del mundo). Se trata de una antigua explotación maderera, ahora en recuperación. Ofrece unos barracones básicos y comidas, está bastante aislado. Los guías son muy competentes y la visita nocturna es de lo mejorcito. Como es un centro de investigación se ve mucho a biólogos rondando, pero no dejan que nadie acceda a los recintos de investigación (comprensible). Es famoso en Madagascar por ser el lugar donde más fácilmente se puede ver al fosa. Los sifakas de Verreaux y los lémures marrones se ven a patadas.

Fosa (Cryptoprocta ferox)

Un fosa en Kirindy, con un localizador de radio que le han puesto los pesados de los investigadores.

Camino a Morondava

Si se anda por la zona, seguramente nuestros pasos acaben (o comiencen) en Morondava. La carretera sigue siendo terriblemente mala, pero esta zona es famosa por la profusión de baobabs gigantes (Adansonia grandidieri), especialmente en la llamada «Avenida de los baobabs». Estar aquí presentes durante la puesta de sol es una de las mayores turistadas de la isla, pero lo cierto es que mola.

Puesta de sol en la Avenida de los Baobabs

Territorio Zafimaniry

Esta etnia minoritaria de Madagascar es famosa por vivir en aldeas aisladas en la montaña donde construyen casas de madera exquisitamente talladas en todos y cada uno de sus tablones, por lo que han merecido el reconocimiento de la UNESCO como patrimonio de la humanidad. Además de su tremendo interés antropológico, incluso una breve excursión a Ifasina de un día (la aldea más accesible) permite recorrer paisajes muy interesantes con una flora única, rica en ericáceas y suculentas. El acceso se hace desde Antoetra, cerca de Ambositra. Hay que pagar una especie de «tarifa» cada vez que se entra en una de estas aldeas y se supone que repercute en toda la comunidad. Lo ideal sería quedarse varios días haciendo un trekking para conocer distintas aldeas.

Ifasinos

Niños de Ifasina

Parque nacional de Ranomafana

Su visita merece mucho la pena. Espectaculares pluvisilvas montanas, aunque no de fácil acceso (intentad que os lleven al bosque primario). Aunque es muy raro, es aquí donde se puede ver al lémur dorado del bambú y al sifaka de Milne-Edward. En general cualquier guía trae muy extensa información sobre este parque, uno de los más visitados.

Reserva Anja

Se trata de una comunidad rural betsileo asentada junto a grandes formaciones graníticas que ofrece estupendas posibilidades para el visitante. Es un lugar excelente para disfrutar en primera fila de una colonia muy fotogénica de lémures de cola anillada, la flora también es muy interesante, parecida pero distinta a la de Isalo, y se pueden hacer excursiones largas que coronan el pico. El dinero de la entrada se destina a la propia comunidad. Muy recomendable.

Lémur de cola anillada

Parque nacional de Isalo

Al parecer el más popular del país. Es muy extenso y ocupa un vasto macizo de areniscas ruiniformes, aunque la mayoría de los visitantes sólo se quedan cerca de Ranohira, en el sur. De nuevo lo ideal sería quedarse varios días y acampar, pero si sólo se puede estar uno, recomiendo pedir que se nos haga una ruta larga (de unas 8 horas a paso naturalista) uniendo dos rutas cortas, la de las cascadas y la de la «route de la Crête». El punto fuerte de este parque es la flora, tremendamente original. Merece la pena que el guía que nos busquemos se conozca bien las plantas. Es relativamente fácil ver sifakas de Verreaux, lémures marrones y lémures de cola anillada, pero muchos de ellos son grupos muy habituados al hombre que incluso roban comida a los campistas y pierde un poco el encanto. Una buena oportunidad además para ver distintos tipos de enterramientos y conocer mejor las costumbres locales.

Situación de una tumba bara

Vistas de Isalo y transcripción del famadihana de los bara según nos contó nuestro guía

Toliara e Ifaty

De Toliara tengo que decir que se pueden ver los manglares en la propia ciudad y que en el «Musé de la Mer» tienen un enorme celacanto conservado en formol que, ya que estáis, merece la pena verse.

Celacanto (Latimeria chalumnae)

El celacanto de Toliara, pescado en 1995, un poco perjudicado ya

La zona de Ifaty es ideal para remojarse un poco en una playa paradisíaca. Además, se puede hacer submarinismo y avistamiento de ballenas (a precios del primer mundo, eso sí). Además, los sakalava del lugar nos ofrecerán la posibilidad de llevarnos en velero hasta los manglares, aventurilla que también fue de las más agradables del viaje. Imprescindible visitar la llamada «reserva Reniala», donde poder admirar el bosque espinoso semiárido, a ser posible pidiendo la opción «visita ornitológica» para que el guía controle los reclamos de las aves y probemos suerte para avistar algunos de los raros microendemismos plumíferos del lugar.

Listos

Listos para zarpar. Embarcación tradicional de los vezo-sakalava.

Parques nacionales de Mantadia y Andasibe

Dos de los parques nacionales más emblemáticos de la isla, aunque conviene distinguirlos entre sí. Mantadia es mucho más extenso e innaccesible (una hora y media en 4×4 desde Andasibe pueblo), pero es pluvisilva primaria, salvaje y espectacular. Una gozada para el naturalista que hay que intentar no perderse. El de Andasibe es más pequeño y es bosque secundario, pero es donde viven algunas colonias de indri que se han habituado a la presencia humana y donde, por lo tanto, más probable es que los veamos. Los indris de Mantadia son fáciles de oir, pero muy difíciles de encontrar. Aconsejo visitar al menos una vez cada uno de ellos y no perderse la visita nocturna, que también es muy jugosa. Además de indris se ven, si se tiene suerte, sifakas diademados y lémures grises del bambú.

Indri indri (EN)

Encuentro con los indris

Y hasta aquí lo que han dado de sí las entradas sobre naturaleza de Madagascar. Espero de verdad que hayáis disfrutado tanto leyéndolas como yo contándolo.

——

«La naturaleza de Madagascar contada para europeos»

1. Introducción
2. El bosque espinoso semiárido. Las megafaunas extintas
3. El bosque tropical caducifolio
4. El interior y las tierras altas
5. La pluvisilva montana
6. Información práctica

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16 comentarios en “La naturaleza de Madagascar contada para europeos (6/6): Información práctica

  1. Tengo que confesar que aún no me he leido la serie entera.
    Y tengo muchas ganas de hacerlo, pero aún no he tenido la oportunidad de sentarme delante del ordenador con la suficiente tranquilidad como para disfrutarlo como se merece.
    Pero esta entrada con las copias del cuaderno de campo me parece genial, eso si, te faltan los dibujos lemures, jejeje.

  2. Chacho, no hay ninguna prisa, estas entradas no caducan (tampoco para dejar comentarios cuando llegue el momento). No hice dibujillos de lémures. Habrían sido un insulto a todos los prosimios.

  3. ¿Qué se puede decir que no se haya dicho ya? Ha sido una estupenda serie de artículos, cada uno de ellos la mar de interesante. Créeme que desde el primer artículo me ha estado corroyendo la envidia. Algún día también iré yo por allá (y a Borneo, que le tengo muchas ganas).

    Me quedé con la idea de que iba a haber un post acerca de las implicaciones ecológicas de la cría de los p*tos cebúes, como mencionaste en la primera parte.

  4. Gracias Kureno, Cómo me alegra de que te acuerdes de esas promesas; el post de los cebúes llegará (y creo que es interesante) pero intento no saturar de Madagascar el bloj, que como ves, me da cuerda para rato.

  5. Lo primero gracias por la parte que me toca… por lo de acordarte de mis entradas de Costa Rica y eso. La verdad es que preparando el viaje eché de menos encontrar alguna información concreta y precisa sobre detalles logísticos que no salen en las guías y este tipo de entradas siempre se agradecen.

    Y con esta entrada pones el broche de oro a una serie que ya te dije que pienso recopilar en pdf para imprimirla como dios manda. Madagascar no es uno de esos sitios que tenga en mi lista de «quiero viajar ahí», sino que está en la de «Sitios a los que sé que nunca iré» (con la Antártida, Nueva Zelanda y otros). Aunque con tus entradas has hecho que me anime todavía más…

    Por cierto, viendo tus cuadernos de campo me arrepiento tanto de no haber hecho lo mismo en Costa Rica… en fin, a ver si aprendo algo de los maestros…

    Enhorabuena una vez mas por la serie malgache!. Saludos.

  6. Gracias Javier. Tus entradas fueron una inspiración, me di cuenta de que era importante incluir algo de información práctica, aunque preferí reservarla para el final. Sobre lo de los sitios donde se va y donde no, pues vete tú a saber lo que te depara la vida, ¿O te veías tú en Costa Rica hace 5 años?

    En lo de los cuadernos de campo sí que no hago concesiones, ¡Hay que hacerlo siempre!

    Un abrazo

  7. proximamente un grupo de 4 personas haremos un viaje muy similar (sustituyendo la parte de Bemaraha por Ankarafantsika y Majunga y seguramente variando el reparto de días en los otros lugares), pero hacer una serie de entradas que intenten parecerse a lo que tu has hecho, será un reto insuperable…

    Tengo toda la bilbiografia que citas (y más) menos el de flora en frances, pero no es tarde para consegirlo….

    Enorabuena, he disfrutado de lo lindo con tu literatura y sentido del humor, y a partir de ahora seré fiel seguidor de tu espacio en la red.

  8. Misaotra betsaka!
    He estado volviendo a echar un ojo al blog despues del viaje y he podido conseguir algunos nombres que no habia manera de dar con ellos. Ademas de emocionarme volviendo a recordar algunos momentos-paisajes.
    Madagascar es sencillamente imprescindible, al menos para mi. Y coincido muy mucho contigo: Escuchar al Indri Indri en pleno canto es una de las cosas mas emocionantes que he hecho hasta el dia de hoy.La primera vez que lo escuche, pense que aun quedaba algun velocirraptor vivo en selvas malgaches, muy inocente por otra parte, pues bruto es poco para definir a los malgaches….Que junto con el Cebu forman una combinacion terrible. Pero he podido disfrutar como un niño cada momento en la isla. Ahora me falta la otra mitad!
    Veloma!

  9. Hola.
    Como amante de la botánica tus cuadernos de campo me resultan muy útiles, puedo hacerme una idea del hábitat de todas las maravillas botánicas de tus fotos. En el caso de Madagascar, algo excepcional, como también en otros lugares de este magnífico planeta. No sé si tuviste la ocasión de toparte con Pachipodium brevicaule, el más pequeño de la familia, estoy seguro que no te hubiese dejado indiferente.
    Saludos.

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