Se van a cumplir 500 días desde que empecé a desplazarme en bicicleta con regularidad para ir a trabajar y a otros menesteres. Hubiese estado bien hacer un balance en el primer aniversario, pero me pilló la criptobiosis, así que lo dejaremos para la siguiente efeméride. Mientras tanto, y por pasar el tiempo, vamos a hacer un poco como en Barrio Sésamo y vamos a comparar dos reportajes sobre ciclismo urbano en Madrid: uno malo y uno bueno.
Resulta, queridos lectores, que los madrileños tenemos una mutación en el cromosoma 12 que nos provoca un atavismo intelectual indeleble por ahí donde el hipotálamo pierde su honrado nombre y nos hace tener como la mayor de las certezas que ¡Madrid no está preparado para ir en bici! (¡copón!). Científicos de todo el mundo intentan aún sin éxito encontrar una cura a este problema, pero hasta que eso llegue, seguiremos pensando que antes de poder ir en bici, la ciudad debe prepararse (como si de unos juegos olímpicos o una JMJ se tratase, solo que sin llegar a estar lista nunca). Además, inequívocamente, esa preparación consiste en hacer kilómetros de carriles bici. Mientras tanto, el resto de ciudades de España y de Europa pedalea cada vez más.
En este contexto, prestad atención a este reportaje de TVE que salió en el telediario hace sólo unos días. Está realizado por varios periodistas, cada uno en una ciudad distinta, y aunque os animo a que lo veáis entero (poco más de 5 minutos), vale con que atendáis a la parte de Madrid, que sale al principio, en apenas un par de minutos.
(El reportaje empieza en el minuto 34:20 )
Se nota a la legua que este reportaje lo ha hecho una persona que no tiene ni puñetera idea de con qué tiene que enfrentarse un ciclista en Madrid y que tira de tópicos. Pese a haberse montado en una bici para hacer el trabajo de campo, el contenido del reportaje estaba ya preparado de antemano, todo a base de prejuicios.
En resumen:
– La bici es sostenible y verde como una lechuga (siempre según «los expertos»), pero Madrid no está preparado porque no hay suficientes carriles bici
– Ir en bici por Madrid es peligrosísimo: el año pasado murieron dos personas
– La bici molesta en todas partes
– Cada vez hay más carriles bici, pero aún estamos lejos de ese advenimiento prometido de la preparación madrileña a la bici. Mientras tanto, queda reservado a los suicidas.
Nótese que:
– La periodista alquila la bici (se ve que no tiene) para su experiencia ciclista. Por cómo viste y cómo pedalea diríase que no ha tocado una bicicleta en lustros.
– Decide estrenarse en calles de mucho tráfico en plena hora punta, para que se vea lo peligroso que es. Necesita un escolta y, además, se salta un semáforo.
– Da a entender que «hay que ir sorteando» a los coches, en lugar de haberse informado sobre la forma correcta, circulando por el centro del carril (como bien apunta uno de los entrevistados, aunque ni se le entiende).
– Acaba hablando de asuntos que no tienen NADA que ver con el ciclismo urbano, como gente que pasea a su perro con patines.
– Hace preguntas a ciclistas. Algunos (sólo algunos) ponen un poco de cordura y hablan realmente de aspectos importantes sobre visibilidad y circulación, pero las conclusiones del reportaje son las mismas que las premisas: ¡Madrid no está preparado para la bici! (¡copón!) Y todo el reportaje está centrado en la peligrosidad. Estoy seguro de que la reportera podía haberlo escrito tal cual sin salir de su estudio.
Y ahora, una pequeña reflexión: en el mismo reportaje en el que dicen que «constantemente hay accidentes y sustos y que en Madrid murieron tan solo en un año dos personas», más adelante, cuando se habla de Berlín, se dice (textualmente) que «sólo hay una decena de muertos al año». Tremendo. Dos ciudades europeas con poblaciones equivalentes pero cuyos ciclistas muertos se interpretan de forma completamente distinta. Diez muertos en Berlín son poquísimos según un reportero (que se ha informado en Berlín, claro), y sin embargo dos en Madrid son motivo para creer que la bici es un vehículo mortal ¡Y mueren cinco veces menos ciclistas! Es cierto que puesto que en Berlín hay más desplazamientos en bici, hay más probabilidades de tener un accidente, pero ¿Dos muertos al año es indicio de peligrosidad? Se me ocurren formas mucho más probables de morir en Madrid a las que no se le tiene miedo constante precisamente por su improbabilidad, desde un tiroteo entre bandas a un coma etílico, cruzar un paso de cebra, intoxicación alimentaria y, por supuesto, estar al volante de un coche. Por favor, un poco de cordura.
Frente a ejemplos como este, tenemos el reportaje de Rafa Vidiella que salió el lunes en 20 Minutos. Comienza con un hecho paradójico: el domingo se celebró la llamada «fiesta de la bicicleta» en Madrid. Se trata de un acontecimiento controvertido entre muchos ciclistas madrileños. Aunque es muy divertido y cortan calles a lo largo de 20 kilómetros para que miles de madrileños puedan darse unos tripazos por el asfalto (muchos de ellos, como la reportera de TVE, ni se acuerdan de dónde está el depósito de gasolina), está más que claro que para el ayuntamiento es una especie de concesión festivalera familiar que nada tiene que ver con una apuesta por la movilidad urbana. Algunos años, incluso el cartel promocional rezaba «disfruta de tu bici sólo por un día«. El reportaje destaca la paradoja que supone que en esa fiesta de la bicicleta, los ciclistas a los que el mediodía les pillaba sin haber concluido el recorrido, eran invitados por la policía a que dejara de circular por el peligro del tráfico y que se fueran a sus casas.
Quitando esta más que merecida denuncia, el resto del reportaje es justamente eso, un reportaje sin prejuicios ni conclusiones precocinadas en la redacción en las que se deja hablar a quienes tienen ya una experiencia en el asfalto madrileño. Como es de esperar, la visión de este segundo reportaje, mucho más fiel a la realidad por la autenticidad de sus fuentes, no es alarmista y muy al contrario, ofrece buenos consejos por auténticos expertos con hasta 38 años de experiencia.
Si para ir en bici por Madrid hubiera que esperar a que «la ciudad esté preparada», ya podríamos esperar sentados los cambios siempre prometidos y nunca cumplidos. Quienes tienen que cambiar (de mentalidad) somos los madrileños, y por suerte parece que eso ya está ocurriendo.
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Joer, te acordabas de lo que puse sobre la dichosa «fiesta de la bicicleta», a mí se me había olvidado… pero sigo pensando que esa «fiesta», que tiene 30 y pico de años ya, no es beneficiosa para el ciclismo urbano madrileño. Si acaso es sencillamente irrelevante. O no, porque da a entender que ese es el único día en que un ciclista puede circular por la Gran Vía. El resto de días, perdón, de domingos, con las mallas, los maillots y el casco a dar un paseo por el Anillo Verde. Para el día a día, el coche, que para eso Madrid está hecha para ellos.
Y a todo esto creo que la evolución de número de ciclistas es importante pero se está haciendo mal. Dado que el Ayuntamiento no tiene una política decidida con el tema, los nuevos ciclistas se comportan mal, como si estuviesen haciendo algo ilegal o prohibido. Me cuesta cruzarme con uno solo que cumpla con todo lo siguiente:
Conducción (más o menos, cierto grado de flexibilidad es beneficioso para todos) por el centro del carril.
Que no vaya por la acera a toda leche.
Que lleve luces.
Que no se salte los semáforos alegremente en caso de ir por la calzada.
Que mire (¡mirad!) o señalice al moverse en la calzada.
Estas cosas son razonables pero apenas ningún ciclista madrileño las cumple y esto es por la falta de interés real de las autoridades que sigue considerando al ciclista urbano como algo de segunda o tercera categoría, algo para los domingos. El ciclista no siente que las normas estén hechas para él, y por tanto no se interesa por ellas y por supuesto no las cumple.
Y lo del Madrid Río no tiene nombre. Ayer vi a un tipo con la rueda delantera levantada, con cascos y esquivando a peatones de forma temeraria. Así esto va a ser complicado.
Hombre, un ascensor para bicis en la Cuesta de la Vega no estaría mal.
Personalmente yo encantado de que las calzadas se llenen de bicis. Y si es a costa de los coches, pues mejor.
Pero seguiré yendo en metro, porque me veo demasiado torpe con el manillar y me da miedo caerme. Además esos sillines… prefiero disfrutar de mi perineo en otros menesteres…
:-))
Eulez: nosotros fuimos a la fiesta de la bicicleta, y estuvo divertido, aunque todos los tópicos que me esperaba se cumplieron, e incluso alguno inesperado, como la animación lamentable y bochornosa de un locutor de radio. Aparte: los ciclistas de la fiesta de la bicicleta no dejaban pasar peatones en casi ningún momento, ¡mucho más radis que en una bicicrítica con diferencia! Y luego, ¿qué me dices del detalle de la policía animando a los participantes rezagados a dejar de circular por el peligro de los coches? De risa.
Sobre el respeto a las normas estoy de acuerdo: muchos ciclistas se pasan siete pueblos.
Jmongil: la subida de la cuesta de la Vega, que afronto cada vez que vuelvo de tu casa, es un pequeño desafío que te permite colgarte alguna medallita personal cuando lo haces por aquello de ser de las cuestas más castizas y empinadas de la ciudad, pero con una bici con marchas y un poco de paciencia es asequible a cualquiera. (No quita que un ascensor no fuese deseable para mucha gente). Haces muy bien en usar el metro pero tengo que recordarte que, aunque eres muy libre de reservar tu perineo para los menesteres que quieras (faltaría más), el capítulo de molestias que sueles relatar son simples agujetas de novato que no se repiten con el uso regular. Si eso pasara cada vez que se monta en bici, nadie lo haría. ¿Has montado alguna vez a caballo? Si nunca lo has hecho y montas una vez, al día siguiente estás roto de cintura para abajo, pero obviamente eso no le pasa a quien está acostumbrado.
Sobre esa cuesta, yo no la he hecho NUNCA por la calzada en sentido cuesta arriba. Sencillamente, me parece uno de los recorridos más temerarios que se pueden hacer en la ciudad junto con la glorieta de Atocha (en solitario). No se puede ir por el carril bus porque está separado físicamente del carril contiguo y el bus puede ponerse MUY nervioso. En cierta ocasión vi a un taxi que adelantó a una bicicleta dentro del carril, para cabreo monumental del ciclista. Por el carril contiguo es otra locura porque los coches te adelantan por los dos lados a la vez que uno va muy despacio. Además, la calle suele estar atascada día sí, día también.
Solución en la situación actual: subirse la cuesta andando por la acera. Si te montas en la bici cuando no haya peatones tampoco pasa nada. A veces se pone como motivo para no ir en bici cosas como esta pero una de las cosas buenas de ir en bicicleta es que si te cansas, te bajas. Subir esa cuesta andando son 5 minutos, tampoco pasa nada.
Pero sí, sería recomendable que hicieran algo en esa calle. Un carril bici decente parecería lo más indicado.
Por cierto, lo del culo se quita en cuanto montes tres días seguidos.
Chachoooo, ¡echa el freno! Me parece a mí que estás confundiendo la cuesta de San Vicente con la cuesta de la Vega. En esta última no hay nada de lo que dices. El desnivel es similar, pero puedes subirla despacio y a tu ritmo porque apenas hay tráfico y por su trazado en zigzag los coches con los que puedas coincidir van despacio. Además, entre los parquecillos, la muralla árabe y las vistas, se compensa la pendiente. No es temeraria en absoluto.
Una de las pocas cosas buenas que está teniendo la crisis es el aumento de los desplazamientos en bici. Cuando la gente echa cuentas, se percata del ahorro que supone. Yo lo noto respecto de cuando voy en bus y metro, así que supongo que respecto del coche la diferencia debe ser bestial.
Jmongil: uno de los lemas de la masa crítica de Valencia es [i]pone el culo duro/sin gastar un duro.[/i]
Saludos.
¿Crees que es por la crisis? Una de las cosas que se discute en los saraos de movilidad es que la gente sí que deja de ir en autobús o metro para ir en bici, pero son pocos, muy pocos, los automovilistas que dan el cambio. En todo caso, los que prueban ¡se quedan!
Un saludo