A falta de otras novedades que añadir a mi aún embrionaria rutina, aquí llega como elefante por cacharrería el huracán Sandy. Como me consta que ha sido objeto de noticia también en España, supongo que sobran las presentaciones, pero por decirlo rápido y mal: el 18 de octubre, una borrasca caribeña tomaba suficiente fuerza como para pasar a considerarse una tormenta tropical de las que reciben nombre. Con los días acabó cogiendo rumbo norte y fortaleciéndose hasta llegar a ser huracán de categoría 1 en la escala Saffir-Simpson. A su paso por las Antillas ha dejado 51 muertos en Haití y 11 en Cuba. Hasta ahora ha continuado bordeando la costa este de EE.UU., donde acabará entrando a lo largo del lunes a la altura de Nueva Jersey. Nueve estados están en alerta, hay evacuaciones en puntos de la costa y se prevén extensos cortes en la electricidad que pueden durar días.
Obviando sus consecuencias trágicas, la verdad es que me fascinan los huracanes. Este es el tercer fenómeno de este tipo que me pilla cerca y el que más alarma está causando, y al principio no lo comprendía muy bien tratándose de un ciclón de tan “baja categoría”, con perdón.
En 2007, durante un viaje a Cuba, apareció amenazante el huracán Dean. El bicharraco, que rápidamente alcanzó la máxima categoría de la escala SS (o sea, la 5) se aproximaba por el este y las provincias más orientales de la isla entraron en alerta informativa. En los informativos, la previsión del tiempo tomó todo el protagonismo y me gustó mucho cómo los meteorólogos de la televisión cubana explicaban los porqués de los comportamientos del ciclón, cómo obtenía su energía a partir del calor del agua del mar, por ejemplo, y los efectos que podía tener en su futura trayectoria las altas y bajas presiones que hubiese a su alrededor.
Trayectoria del huracán Dean, de categoría 5, en el verano de 2007
Por suerte para nosotros, el Dean pasó de largo por el sur, aunque afectó gravemente a Jamaica y a varias regiones del Yucatán. De vuelta a España, me pasé unos largos ratos cotilleando la excelente información que hay en la wikipedia sobre series históricas , acumulación de trayectorias de distintas temporadas y demás material que os recomiendo si os interesa el tema.
Superposición de las trayectorias de todos los ciclones tropicales entre 1985 y 2005
Si examinamos esas series históricas, veremos que aunque los huracanes del Atlántico norte suelen generarse en el trópico, es muy común que sus residuos (a menudo debilitados en forma de tormentas tropicales), suban por la costa estadounidense. Así fue como en 2008 también conocí al huracán Hanna (o lo que quedaba de él), que trajo muy intensas lluvias y vientos a Nueva Inglaterra. Algo mucho menos habitual pero que muchos lectores recordarán, es que los ciclones del Atlántico norte acaben llegando incluso a Canarias o incluso a la península.
Trayectoria del huracán Hanna en 2008, ascendiendo por la costa este de EE.UU., una agonía habitual entre los ciclones tropicales del Atlántico norte
Por eso, cuando empecé a oír que se acercaba un huracán y tal, pensaba que se trataba de algo “rutinario”, pero al parecer no es así. La baja “categorización” de Sandy (que sólo alcanzó la caegoría 2 durante unas pocas horas, y que incluso perdió la categoría de huracán durante algunos días) no debe llevar a confusión. La velocidad del viento puede ser relativamente modesta en comparación con otros huracanes de mayor “gradación”, pero, al parecer, se trata de una tormenta tropical con un radio de acción extraordinariamente amplio (de más de 500 km) y con muy bajas presiones en su centro (tan bajas que en muchos puntos de la costa supondrán un récord en los registros). Además, se espera que la presencia de un bucle de una corriente en chorro convenientemente situada, le cargue las pilas aún más.
Según la previsión del Centro Nacional de Huracanes, Sandy alcanzará tierra firme después de experimentar un giro brusco, de forma que entrará de forma perpendicular a la línea de costa, algo poco habitual.
Cono de previsión de la trayectoria del centro del Sandy. Sus efectos se prolongarán varios cientos de kilómetros alrededor del mismo.
Debido la rotación típica ciclónica (antihoraria en el hemisferio norte), las zonas que queden al suroeste del ojo del huracán, soportarán vientos del noroeste, lo que va a provocar nevadas muy intensas en los Apalaches de las Virginias y las Carolinas. La parte que quede al norte del centro de Sandy sufrirá unos efectos muy diferentes. Aquí se recibirán vientos del sur cargados de precipitaciones. Esto, unido a las mareas vivas de mañana (por ser luna llena) asegura una subida de la marea de varios metros, con inundaciones más que probables por toda la costa de Nueva York y Nueva Inglaterra. Las rachas de viento y las lluvias intensas hace más que probables caídas de árboles y fallos generalizados del suministro eléctrico, que quizá se extiendan durante varios días.
Previsión de la subida de la marea, en pies
Cuando empecé a enterarme de que venía la tormenta, al principio pensabe que no sería para tanto y que se trataba de una de esas paranoias yanquis, pero para mi sorpresa la gente desde España me preguntaban también sobre el tema y la universidad acabó mandándonos un correo con un protocolo de recomendaciones a seguir, así que no ha quedado más remedio que tomarse a Sandy muy en serio. Aquí todo el mundo da casi por seguro de que nos vamos a quedar sin electricidad (hubo un precedente muy reciente que se mantiene vivo en la memoria).
Toma borrasca
En casa tengo comida suficiente como para un asedio zombi (de una semana y pico) y todos los recipientes disponibles están llenos de agua, baterías cargadas, todo recogido, papeleo a buen recaudo y tal. Ya se ha confirmado que los autobuses no van a funcionar y que el campus estará cerrado mañana. Cuando he ido a comprar esta mañana, no puedo decir que hubiese desabastecimiento, pero sí se notaba algo de nerviosismo y algunos productos se estaban reponiendo con mucha frecuencia (agua embotellada, por ejemplo). Aparte de eso he tenido que ir a tres tiendas antes de poder comprar una linterna.
Cuando escribo esto (domingo por la noche), ni llueve ni hace viento y todo parece estar en calma. Si el Sandy va a ser tan tremendo como dicen, desde luego nada parece anticiparlo. Desde el búnker copepodil, seguiremos informando.
ACTUALIZACIÓN (30 de octubre):
Bueno, tras una noche movidita, al final ha habido suerte y por aquí no ha habido consecuancias graves. Varios cortes de luz en los alredores por árboles caídos pero poco más. Al parecer unas 40 personas han perdido la vida en EE.UU. por este huracán (que se suman a las 68 que se cobró en el Caribe) debido sobre todo a las inundaciones en las áreas costeras que se habían previsto, con mucha precisión. Devolvemos la conexión.