El amante de Jesús y las dramáticas consecuencias del homoerotismo bíblico


juan1De todas las cosas que me han llamado como bloguero, quizá la que más ilusión me hizo fue aquella vez en la que me definieron como «irreverente». Queda muy guay que te llamen irreverente, como muy alternativo y modernillo. Me hizo ilusión por lo inesperado, ya que no tengo mucha conciencia de serlo particularmente. Podría parecer por el título de este post que me propongo cumplir mi cuota mensual de irreverencia de forma facilona y premeditada. He releído dos veces el tochazo que os queda por delante y la verdad, no creo que sea así, pero no puedo evitar pensar que estoy poniendo un cebo jugoso para que se acuerden de mí y de todos mis familiares. Lo que vais a leer es una de estas ideas que tienes en el tintero durante años (yo antes hacía más cosas de este estilo), pero que nunca te animas a escribir porque no es el momento, o porque ya no estás para ciertos trotes. Reconozco que ha habido un suceso que ha sido el que me ha animado a retomar esta idea abandonada. Se trata, una vez más, de uno de esos ejemplos en los que la religión saca su comodín de excepcionalidad para que no se le pueda aplicar lo que en cualquier otro colectivo sería perfectamente aceptable. El uso de un ídolo en un cartel publicitario de un acto de una revista satírica (que podía haber sido mucho, mucho más cruel y blasfema) ha bastado para que afloren las lágrimas de cocodrilo, la susceptibilidad más encendida a flor de epidermis y la querella como remedio contra los mosquitos. Por eso me ha parecido que era un buen momento para animarme a compartir otra de mis reflexiones irrelevantes y así mato dos pájaros de un tiro: doy salida a la idea que llevaba años en el tintero, y de paso ejercito un poco el músculo de la libertad de expresión, no sea que se nos atrofie. Como ya habréis adivinado, pues sois gente enteradilla y avispada, vamos a hablar de Jesús de Nazaret y de si tuvo un amante de su mismo sexo, y luego divagaremos largo y tendido.

Antes de entrar en materia, un nuevo aviso: el primero que no se cree nada de lo que vais a leer a continuación soy yo mismo. No le doy ni el más mínimo crédito, oiga, nada, cero. Básicamente porque a Jesús de Nazaret no se le puede tratar como si fuese una figura histórica. Como dice un tío mío, profesor de historia (muy sabio él, aunque esto es una percepción mía que no tenéis por qué compartir si no os fiáis de mí), si hiciéramos una aproximación a Jesús usando las herramientas habituales de investigación histórica no obtendríamos un cagao; no pasa la prueba del algodón. Jesús no es una figura histórica. Si alguna vez os han hablado del tema, lo mejor os acordáis de Flavio Josefo o Suetonio soltando un par de frasecillas aisladas casi un siglo después de la supuesta crucifixión y que ni siquiera son sobre Jesús en sí, sino sobre los primeros cristianos. Lo cierto es que no hay ni una sola fuente fiable y contrastada, siquiera de la existencia del tal Jesús, y en caso de que existiese de verdad, de su vida sabemos lo que quisieron decir los sucesivos evangelistas, cuyos relatos ni son ni pretenden ser históricos, se escribieron en años muy posteriores a la vida de su protagonista, y guardan entre sí a veces significativas incoherencias. La aproximación a Jesús, o se hace desde la fe (cosa que este invertebrado no puede hacer), o se hace desde la mitología-literatura, cosa que sí podemos hacer todos para nuestro deleite y disipación. En resumen, hablar sobre la sexualidad de Jesús viene a ser como hablar de si a Ulises le olía el aliento o si a Quetzalcóatl le fastidiaba madrugar: es simplemente un ejercicio que se puede hacer para pasar el rato leyendo y aprendiendo curiosidades, pero ni es productivo ni tiene por qué acercarnos a ninguna realidad histórica. Obviamente esto tampoco es una investigación seria ni he realizado ninguna revisión bibliográfica, ni he hcho nada original que mereca la pena reseñar o que no se hubiese dicho antes. Esto es un bloj y lo que aquí cuento es como si lo soltara en el bar, (un bar un poco raro) avisados quedáis.

Bueno, al grano. Vamos a hablar del amante de Jesús, o en otras palabras, «el discípulo a quien Jesús amaba«, que como muchos sabréis era, según la tradición más aceptada(1)San Juan Evangelista, hijo de Zebedeo. Resumiendo: el evangelio atribuido a Juan destaca por varias razones. En lugar de narrar los hechos cronológicamente hace una aproximación temática y, dicen, es el más profundo de todos y el que tiene más rollete místico. Además es el único que se supone que fue escrito por un testigo directo de la vida de Jesús, y desde primera fila, podríamos decir («El que lo ha visto da testimonio de ello, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice verdad, para que vosotros creáis» Jn 19, 35). Está claro como el agua que Juan tenía una relación muy especial con Jesús, digamos que de auténtico privilegio según el mismo evangelista pone negro sobre blanco refiriéndose a sí mismo como «el discípulo a quien Jesús amaba«, fórmula que se repite en cinco momentos distintos y únicamente refiriéndose a sí mismo.

– En la Última Cena, Juan se sienta al lado de Jesús y apoya su cabeza contra su pecho. (Jn 13, 23-25)

– Cuando crucifican a Jesús, Juan es el único apóstol que está presente en la ejecución, junto a la madre del reo. En un gesto de tremenda ternura Jesús viene a decirle a Juan que tiene en María a su madre y a ella que considere a Juan como a su propio hijo. A partir de este día, la madre de Jesús se va a vivir con Juan (Jn 19, 26-27)

– Cuando María Magdalena comunica que el sepulcro está abierto, es el que sale corriendo y el primero que llega (aunque espera a Pedro) (Jn 20, 1-10)

– Es el primero en reconocerlo en una de sus performances post-resurrección (Jn 21, 7)

– Se percibe un trato especial hacia él en una conversación bastante ambigua entre Jesús y Pedro cuando está a punto de irse (Jn 21, 20-22)

En todas estas ocasiones, el autor del texto se nombra a sí mismo mediante la misma fórmula, usada en exclusiva: «el discípulo a quien Jesús amaba», y en todas ellas hay datos relevantes que nos hacen pensar que no se trataba de un simple seguidor más. Si hemos de creer estos textos, Jesús amaba a todo el género humano (amad al prójimo como yo os he amado, amáos los unos a los otros, etc), pero a ningún otro individuo en los 21 capítulos del texto le confiere ese privilegio tan explícito. Jesús amaba a todas las personas en general (en plan jipi) pero a Juan en particular.

Esto lo puede leer cualquiera que tenga una Biblia delante, y por supuesto, si la Biblia está correctamente anotada, encontrará los correspondientes asteriscos, bien gordos, llamándonos a un pie de página donde nos explicarán que Jesús simplemente le tenía un especial cariño a Juan. Sin embargo, y esta es la parte que considero más interesante, a lo largo de los siglos, la gente que ha leído la Biblia se ha topado con estos párrafos y muchos de ellos han visto unos indicios muy claros en el mismo texto (en esto profundizaré después).

Quizá como hay mucho malpensado, los «doctores de la Iglesia» se han encargado de preparar los argumentos pertinentes. Se dice en primer lugar que Jesús apreciaba a Juan especialmente porque era el más joven de los apóstoles. No es que esto aporte ninguna confianza, y más tal y como está la Iglesia en este momento, y de hecho más bien al contrario: en el mundo helenístico la relación entre mentor maduro y aprendiz joven ya sabemos que no implicaba, ni mucho menos, ninguna barrera ética para aprender cualquiera de las cosas que la vida puede enseñar. Pese a todo, si hemos de confiar en «la tradición» como venimos haciendo, Juan se llevaba como mucho seis años con Jesús (tendría, por lo tanto al menos 28), edad totalmente adulta en siglo XXI y más aún en el I, y suponemos que casi peinaría canas en los pelillos de los huevos para saber lo que se hacía y no necesitar ningún «cuidado especial» por parte de su maestro.

El otro argumento es que en el texto original griego se usa el verbo «agapáo«, y que «agápe» es un amor muy distinto al «éros» o amor carnal, deseo. De esta forma se resuelve de un plumazo cualquier incómoda relación carnal entre Jesús. ¡Valiente tontería! Si la sospecha es que Jesús y Juan eran amantes, ¿por qué habría de esfumarse esa sospecha por que su relación no estuviese limitada a lo físico? ¿Cómo iba a estarlo si las muestras de cariño van más allá de un encoñamiento caprichoso? ¡si le pide nada menos que se encargue de su madre cuando él muera! ¿Qué mayor muestra de amor y confianza puede haber que ocuparte de tu suegra? No señor: «agápe» significa amor en su sentido más amplio; según el diccionario de griego clásico de José Pabón, «agapáo» es «amar, querer, acoger, tratar con cariño, desear, complacerse». ¿Cuál de estos significados es el adecuado? ¿Cambiaría algo de lo que he dicho si tradujésemos la fórmula por «el discípulo al que Jesús trataba con cariño«? Aún hoy en día los griegos se declaran su amor con un «s’agapó» y los cantantes para adolescentes de ese país siguen titulando sus canciones empalagosas usando ese mismo verbo. No cuela.

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La fórmula empleada en Jn 21, 7, en versión original: «‘o mathetés ekínos ‘on egápa ‘o Iesûs«, literalmente, «el discípulo aquel al cual amaba Jesús«, y punto pelota.

Falta lo más importante de todo: ¿Por qué razón Jesús habría de tener un favorito? El encargado de liderar su misión evangelizadora era Pedro, pero éste no era «el discípulo al que amaba». Tener un favorito es muy poco profesional, muy poco de naturaleza divina, redentora de la humanidad. Todo lo relacionado con «el discípulo amado» más bien parece tener relación con la parte humana de Jesús, sensible por lo tanto a sus emociones, según la misma Iglesia.

Por supuesto que hay una amplia bibliografía sobre los aspectos carnales de Jesús, amén de otras lecturas muy recomendables como «La última tentación de Cristo» de Kazantzakis. Creo además que hay evangelios apócrifos en los que se habla más abiertamene de otros tabúes más o menos heréticos como posibles esposas de Jesús e incluso en el mismo evangelio de Juan se menciona que tiene hermanos (y de nuevo la Iglesia aduce argumentos semánticos en su contra). Una cosa no quita la otra. Una crítica habitual que se hace cuando se llama la atención sobre la homosexualidad de un personaje del pasado es aclarar que «no se puede aplicar el concepto moderno de homosexualidad». Esto también tiene su gracia. Si por ello se quiere decir que no debemos imaginarnos, en este caso a Jesús, llevando banderitas de colores, trabajando en una peluquería, bailando música techno y… en fin, añádanse aquí los clichés que se estimen oportunos para cumplir esa entelequia de «concepto moderno de homosexualidad», estoy totalmente de acuerdo. Sin embargo esa actitud no hace más que evitar la cuestión de fondo: si el personaje en cuestión se sentía física y afectivamente atraído por personas de su mismo sexo o no.

Por cierto, y ya que sale el tema: es impresionante cómo todo tipo de biógrafos esquivan con asombrosa agilidad la vida afectiva del objeto de su estudio cuando no se trata de un varón heterosexual (y a ser posible, mujeriego), desde Shakespeare hasta Humboldt; como mucho en estas biografías aprensivas hay menciones tangenciales a una, siempre «supuesta» o «presunta», homosexualidad. Es cierto que concretamente en el mundo clásico compaginar las ostras y los caracoles posiblemente no tendría mucho misterio, con todos los matices que queramos añadir, pero preguntarnos si se ordenó o no un código rojo exige una respuesta muy sencilla: sí o no.

Pero me estoy desviando…

Llegados a este punto, saquemos la navaja de Ockham del armario y contemplemos a la luz de los textos las dos hipótesis.

Hipótesis A: Jesús y Juan se querían, pero ojo, no se trata de lo que normalmente pensamos cuando decimos que dos personas se quieren: Jesús quería a Juan como criatura creada por sí mismo en su trinidad, como al resto de los mortales, pero recibía un trato especial en exclusiva que no sabemos muy bien en qué consistía ni a qué era debido pero que permitía al apóstol tratar a Jesús con más confianzas de las que se tomaban el resto de los doce. Juan, a su vez, es un ejemplo a seguir por su virtud y su fe, su entrega absoluta a Jesús, pero por supuesto se trata en todo momento de algo puramente místico y cualquier malentendido se debe en realidad a la incapacidad de un idioma (nada menos que la koiné) de matizar mejor qué tipo de relación tenían y usar en su lugar un verbo de amplio espectro.

Hipótesis B: Jesús y Juan se querían.

Que el lector haga con la navaja lo que crea conveniente, yo ya he dicho que en el fondo no me creo nada de lo anterior… pero no he terminado.

Lo realmente fascinante de este asunto no es lo que pasara o no entre personajes que lo mismo ni existieron. Lo que me encanta es la trascendencia que ha tenido a lo largo de la historia. El testimonio del «discípulo al que Jesús amaba» no pasaba desapercibido a la gente receptiva, con razón o sin ella para sospechar que la literalidad de un texto tan claro no podía maquillarse con explicaciones teológicas o semánticas: uno lee lo que tiene delante, las palabras están ahí. No deja de ser curioso que en una gran parte de la historia de occidente la homosexualidad haya pasado sus buenos siglos poco menos que en la clandestinidad y en la persecución mientras en el propio texto sagrado había ciertos guiños a un amor prohibido que desde luego no pasarían inadvertidos a los lectores perspicaces. La poderosa lectura literal de los detalles de este evangelio es un elemento fundamental en el corpus del homoerotismo bíblico (reducido pero innegable), y poco importa que hubiese razones fundadas para ello o no: el hecho de que homosexuales de todos los siglos, en condiciones bastante adversas, se hayan sentido inspirados por la arriesgada ambigüedad de ciertos versículos ya los convierten en toda una curiosidad.

El ejemplo más típico de icono gay cristiano es quizá San Sebastián. Es muy curiosa la fijación que tiene la cultura homosexual con este mártir, pero en este caso se debe más bien a que ha sido motivo habitual de pintores que querían dibujar un resplandeciente mozo en ropa interior sin levantar sospechas. Pese a todo, no es tan interesante en este contexto porque su origen no es bíblico (murió en el siglo III).

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San Sebastián: la mejor excusa para mostrar jovencitos de buen ver en taparrabos durante siglos sin levantar sospechas. Izquierda, Antonello de Messina (circa 1477); derecha, Pierre et Guilles (1985)

El ejemplo clásico y mi favorito es la relación entre David y Jonatán. A esto le dediqué el post Brokeback Bible en 2008 y para no alargar mucho más este tochazo os animo a que lo leáis después si os quedáis con ganas, que quedó muy divertido. Os recuerdo que la relación entre David y Jonatán incluye perlas como estas:

«En acabando de hablar David a Saúl, el alma de Jonatán se apegó al alma de David y le amó Jonatán como a sí mismo (…). Hizo Jonatán un pacto con David, pues le amaba como a sí mismo. Se quitó Jonatán el manto que llevaba y se lo dio a David, su vestido y también su espada, su arco y su cinturón. (I Sam 18:1-4

… además de, por supuesto, la elegía de David a Jonatán muerto en batalla:

¡Jonatán! Por tu muerte estoy herido, por ti lleno de angustia, Jonatán, hermano mío, en extremo querido, más delicioso para mí tu amor que el amor de las mujeres. ¡Cómo cayeron los héroes, cómo perecieron las armas de combate! (II Sam 1:25-27)

por último no conviene pasar de largo que esta historia incluye la dote más magnífica que jamás haya pedido un rey a un pretendiente de la mano de su hija en todos los siglos habidos y por haber: los prepucios de cien filisteos. Lo dicho, leedla.

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David, de yogurín, tocando el arpa para Saúl. ¡Saltan chispas! Julius Kronberg, 1885.

Evidentemente, en cualquier Biblia como Diosh manda, cada parrafito ambiguo lleva su nota al pie de página que nos aclara que lo que realmente ocurría era que David y Jonatán eran muy amigos. Pero mucho. ¿Cuánto de amigos? Pues mucho, ya os lo estoy diciendo, ¡pesados! De nuevo, que el lector haga lo que crea conveniente con la motosierra de Ockham leyendo el texto bíblico original.

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David y Jonatán. Muy amigos. circa 1300.

Lo que es un hecho es que la figura de David inspiró a muchos homosexuales durante siglos de teocracia y persecución. Más de uno se frotaría los ojos tras leer ciertos párrafos y volver una y otra vez sobre las mismas palabras, sin poder creer lo que estaba leyendo en el libro de los libros. Algunos levantarían la cabeza y mirarían al de al lado con una gesto interrogativo en plan «¿Estás ‘entendiendo’ lo mismo que yo?», y de ahí al escobero hay dos avemarías. No es difícil imaginar cómo estos textos pudieron acabar adquiriendo un significado oculto, esotérico (con significado sólo para los «iniciados») pese a estar a plena luz. Así tampoco nos sorprende que de todos los personajes de la mitología del Antiguo Testamento, David (y no, por ejemplo, Adán, Abraham o Sansón) sea el escogido con más frecuencia para desplegar la belleza del cuerpo masculino en todo su esplendor o como ejemplo de ambigua voluptuosidad.

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Esculturas de David por Miguel Ángel y Donatello. Ambos renacentistas, ambos tortugas ninjas, y ambos (¡¡¡presuntamente!!!) con conocidos amores impropios de los hombres como Dios manda. Presuntamente, ojo.

Pero volvamos a Juan, para ir ya cerrando. En la tradición artística occidental es frecuente encontrar a Juan retratado como un jovencito imberbe con la cabeza, más o menos cariñosamente, apoyada en el pecho de Jesús durante la Última Cena. Sobran los ejemplos.

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Capitel de monasterio de San Juan de Peña (siglo XI-XII); Vidriera en Gotland (1240); Jaume Huguet (1470); Valentin de Boulogne (1625-1626)

Y una vez más, sabemos que desde hace siglos no han faltado quienes han querido leer la versión más estreitforguard del susodicho evangelio. Hay incluso quien tuvo los arrestos para decirlo en público. Algunos de los casos más famosos lo acabaron pagando con la vida. Así le ocurrió a un monje franciscano llamado Francesco Calcagno, que se ganó una, al parecer merecida, fama de ateo y blasfemo; dormía con otro chico todas las noches y, en efecto, sostenía que Jesús y Juan se acostaban juntos. Fue ejecutado por la Inquisición en Venecia en 1550, contando con 22 años de edad. Al parecer nunca mostró arrepentimiento ni se retractó.

Christopher Marlowe es un personaje difícil de definir. Dramaturgo inglés muy valorado por sus contemporáneos, espía al servicio de la reina, a la vez que posible traidor y conspirador, escéptico ¡incluso sin Twitter!, librepensador con talento, asiduo de tabernas y lugares de mal vivir, libertino irredento, ateo y blasfemo a la vez que acusado de católico, sinvergüenza confeso y, cómo no, «presunto homosexual», son algunos de los calificativos, a veces contradictorios, que se le suelen aplicar. La vida de Marlowe da para una serie de posts dedicados en exclusiva. A Marlowe no le faltaban enemigos que desearan verlo muerto, pero en su vertiente herética también se le acusó de sostener que Juan Evangelista era compañero de cama de Cristo y que «le usaba como a los pecadores de Sodoma». Se le arrestó y se le juzgó por blasfemia, y aunque las causas y motivos de su muerte nunca se conocieron con detalle, murió apuñalado unos días después.

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Cristopher Marlowe. «Quod me nutrit me destruit». Un tipo interesante.

Para poder decir algo de ese calado y salir impune, mucho me temo que tenías que ser un tipo bastante más influyente. Escogeremos un ejemplo así para cerrar sin más muertes. Jacobo I de Inglaterra, cuya preferencia por la compañía de hombres jóvenes es bien conocida, dejó en su momento bien clarito que para él no había nadie como George Villiers, duque de Buckingham, y para dejarlo meridiano, puso como ejemplo precisamente a Jesús y a Juan (mis negritas):

I, James, am neither a god nor an angel, but a man like any other. Therefore I act like a man and confess to loving those dear to me more than other men. You may be sure that I love the Earl of Buckingham more than anyone else, and more than you who are here assembled. I wish to speak in my own behalf and not to have it thought to be a defect, for Jesus Christ did the same, and therefore I cannot be blamed. Christ had John, and I have George.

El que tenga ojos para leer, que lea.

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Jacobo I de Inglaterra y el duque de Buckingham

Bueno, y ahora sí, ya paro. Los comentarios están abajo para posibles reclamaciones y para añadir, si conocéis, más ejemplos de homoerotismo bíblico.

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(1) A todo esto, hay otras interpretaciones sobre quién era el «discípulo amado» (desde Lázaro a María Magdalena). Ninguna de ellas explicaría muy bien qué hacia el susodicho individuo (o individua) en la cena de autos sin haber sido invitado ni nombrado antes, pero en el fondo todo esto es irrelevante porque, como ya dije en su momento, el primero que no le da ningún crédito soy yo.

46 comentarios en “El amante de Jesús y las dramáticas consecuencias del homoerotismo bíblico

  1. Un 10 xDD Lo de «Esculturas de David por Miguel Ángel y Donatello. Ambos renacentistas, ambos tortugas ninjas, y ambos (¡¡¡presuntamente!!!) con conocidos amores impropios de los hombres como Dios manda. Presuntamente, ojo.» te pondría por encima del 10, pero mejor no pasarse xDD

  2. He leído el post de cabo a rabo (uy), con la habitual mezcla de interés, sorpresa y diversión; me parece una reflexión de lo más razonable y aunque digas lo contrario, bien meditada y fundamentada; como bien dices, nadie debería ofenderse por un mero ejercicio intelectual, imaginativo y de análisis literario-histórico, pero bueno supongo que estarás preparado para lo que pueda venir después de casos como el de Brokeback Bible.

    Eso sí, no puedo dejar de denunciar las acusaciones que tú mismo has dejado entrever, en un ejercicio de metabloguismo, en tu propio post y de igual modo que sucede en los textos bíblicos: así como el que no quiere la cosa, haciendo como que hablas de otro tema, va y sugieres que existía una relación más que fraternal nada más y nada menos que… ¡entre Michaelangello y Donatello! Eso sí que no amigo invertebrado, no permito que mancilles mis ídolos de infancia y espero que te retractes en el correspondiente post. Ya está bien hombre, primero fueron Batman y Robin, luego Epi y Blas… ¡ ya basta!

    Aunque ahora que lo pienso… únicos en su especie, sin hembras conocidas, viviendo recluidos en las tristes y solitarias alcantarillas y en plena efervescencia adolescente… mmm… tampoco es una hipótesis carente de sentido… O_O

  3. Genial, auténtico y sublime ejercicio de investigación hipotética, con un sutil sentido del humor woodyalleniano (si lo puedo denominar así), evitando caer en la irreverencia más brutal y sanguinaria, como muchos habríamos caido. Voy a leer lo de Brokeback Bible, que seguro me sigo partiendo de risa. Enhorabuena.

  4. Buenísimo. Yo soy fan (como casi todo geólogo) de las interpretaciones bíblicas, y esta me ha gustado especialmente teniendo en cuenta que quizás el colectivo con el armario más grande de todos sea el religioso (de todas las religiones monoteístas en general).De hecho si ahora mismo la Iglesia Apostólica y Romana aceptara la homosexualidad entre sus filas (públicamente, claro), tendrían que cambiar la sotana de su lúgubre color negro a una multicolor. El festival más grande del Orgullo pasaría de celebrarse en Madrid a celebrarse en la Ciudad del Vaticano.

    Lo único que me da un poco de pena es que ahora entiendo que la pobre María Magdalena se quedó a dos velas no por la propia muerte de Jesús, sino porque Jesús sería un sodomita de tomo y lomo que tardó un poco más de la cuenta en aceptarse. Pero le comprendo perfectamente, mirad la que armó el mismo en su versión divina sobre Sodoma y Gomera, islas de nuestro archipiélago más austral.

    Por otro lado, evidentemente la homoerótica de aquella época no era la misma que de ahora. No habían bakalas, grinders ni badoos, y ligar era mucho más difícil, aunque por lo visto en los retratos algunos como que muy dentro del armario no estaban (e incluso deberían de haber optado al puesto de Reina).

    Y para concluir una cosa más: Me pido el San Sebastian de la derecha.

  5. En la 4º foto con la cabeza apoyada parece que le van a cortar la cabeza.

    En el plato que hay? un gato atropellado? Muy plano me parece para el ancho de las ruedas de la epoca.

  6. Estoy contento de ver que las empanadas mentales siguen teniendo cabida en el bloj y siguen teniendo su público. Muchas gracias por comentar a todos.

    Dr Litos: descuida amigo, que no he sugerido que las tortugas nija tengan sus líos ¡entre ellas! jojojo. ¿Tú sabes lo que es llamarte como una tortuga ninja y luego descubrir que la tuya es la más inútil de las cuatro? Menudo trauma infantil. La primera imagen no me preguntes de dónde la he sacado, pero prometo que no la miré con detalle hasta casi el final.

    Nahúm: Me parto con lo de Sodoma y Gomera, no sabía que estaban tan cerca. Ligar era difícil y peligroso, y en aquellos tiempos de sequía y enranciamiento, no me extraña que unos cuantos párrafos o que un cuadro contrahecho hiciesen volar la imaginación a más de uno, aunque no fuese el Sebastián de Pierre et Guilles, jajaja.

    Eulez: Es un post lleno de inshidiash

    Pipistrellum: pues esa es la imagen que más me gusta de las que he encontrado de la última cena para ilustrar el post. No sé lo que hay en el plato, debía estar ya medio comido.

    Mortiziia: uy, los caballeros del zodiaco, eso daría también para mucho

    Aitor: entiendo que lo veáis como una «reinterpretación», pero lo que me hace gracia es que es fruto de la literalidad. Muchas gracias por el enlace.

    Alfie: ¡¡Ya estamos tardando!! :-P

  7. Ten cuidado que no te lean tus amigos del bus, si no te van a enterrar en tratados de Chick para intentar reconducirte al camino de la fe! Me ha encantado, no abandones nunca las empanadas mentales en el bloj!!

  8. Tela marinera crustáceo… pa no haberte documentado haces mas referencias que alguna tesis de por ahí… Muy bien traído y muy bien llevado jajajaja es que me descojono! Cuanto mal han hecho 900 años de oscuridad. Hay que hacer la prueba, yo ya la he hecho alguna vez. Cójase a algún viejo o no tan viejo que se alborota cuando oye algo referente a la homosexualidad, y lo mínimo que dice es Maricón!. Repásesele la historia de sus figuras mitológicas o históricas preferidas (vistas en la tele o ensalzadas en el NODO). Puntualícesele que algunos de sus preferidos y más bravos guerreros y estrategas (cosas muy machotiles) eran alevosa y denodadamente y homosexuales, para continuación, ver cambiar su gesto de asco a incomprensión y luego a apatía o pena. Como cuando le dices a un niño de 4 años que los reyes magos no existen… No tiene precio.

  9. Escribes genial. Ya sé que no tiene que ver mucho con la temática de la entrada, pero tenía ganas de decirlo. Y es que de la Biblia, a pesar de haberme leído el Apocalipsis, no tengo ni pajolera idea. Menudos peer reviews se marca la Iglesia no obstante…

  10. Mirando las imágenes de Juan apoyando la cabeza en el pecho de Jesús, constato las dudas que tenían que tener los artistas a la hora de plasmarlo xD. Como poco, no hay ninguna pose natural.

  11. Hoy he intentado hacer el ejercicio de la navaja de Ockham: ha sido el siguiente, los sacerdotes católicos no se casan y viven el celibato apostólico porque se dedican a Dios, en cierto modo las monjas y los sacerdotes «se casan» con Jesús. Entonces la opción de ockhamiana sería que todos los sacerdotes son homosexuales puesto que deciden casarse con otro hombre. Sin embargo, y aunque supongo que de todo hay en la viña del Señor, conozco una muestra representativa de curas que no son homosexuales, ergo… la navaja no me funciona. Y pienso que algo así pasa con el homoerotismo bíblico

  12. Caray copepodo es que acaso quieres terminar en el infierno plantónico, que barbaridad, Jesús debe de estar revolcándose en su tumba (con Juan por supuesto).

  13. ¡Nunca defraudas, Copepodito mío! Me he leído la entrada de arriba a abajo y sin respirar, y aparte de que, efectivamente, está muy bien escrita (como no podía ser menos), mi opinión de filóloga es que es un trabajo sólido, coherente y documentado…¡amén de divertido! Creo que ya habíamos comentado en alguna ocasión la «supuesta» homosexualidad de Jesús. ¡Ahora ya no hay duda ninguna! Por cierto…¿no estás echando de menos algún comentario cristiano-católico? Yo casi me he sentido decepcionada de no leer réplicas indignadas y llenas de sapos, culebras y deseos de verte arder en el Infiereno.

  14. Virginia: muchas gracias, habrá más empanadas seguro.

    Banchsinger: ¿Has hecho esa prueba? Pues mira que me extrañaría que realmente no le entrase todo por un oído y le saliese por el otro al no-tan-viejo del ejemplo, pero en fin, olé por ti.

    Biónica: Natural natural… no, no parece que haya ninguna entre estas. Otros dicen por ahí que en realidad lo de apoyarse en el pecho era una costumbre siria ¿¿?? pero yo qué sé, a mí eso siempre me resultó muy sospechoso.

    Ununcuadio: la navaja de Ockham nunca prueba nada. La explicación más sencilla no siempre es la correcta y hay muchos ejemplos; se usa más bien como una tendencia, pero no como una prueba. No entiendo muy bien qué quieres decir: yo desde luego no aceptaría ese silogismo por el cual todos los sacerdotes son homosexuales, pero tampoco entiendo cuál es la relación con el relato del evangelio de San Juan. Sí que me parece muy razonable pensar que si alguien que no supiese nada en absoluto, NADA, del cristianismo, leyese esas partes del evangelio de San Juan, muy posiblemente se imaginaría que el vínculo entre Jesús y Juan es amoroso en su sentido más literal.

    Flauros: Jesús ascendió en cuerpo y alma: nada de tumbas pues, me mira desde arriba con amenazante rictus.

    Marple: muchas gracias por pasarte por aquí. Me acordé de algunas de nuestras memorables conversaciones, claro que sí. Sobre otro tipo de comentarios… seguro que tarde o temprano algo me cae.

  15. Ok, error mío de interpretación, ya entiendo por dónde vas. Me cuesta hacer el ejercicio de olvidar los asteriscos ;) porque aún (y espero seguir un rato más) soy creyente. Digamos que no me convence la navaja de Ockham, por el ejemplo que puse y otros tantos, me parece que las generalizaciones no proporcionan una visión adecuada de la realidad, al menos desde el punto de vista del Homo sapiens (o si no, yo tengo una capacidad de equivocarme al respecto).

  16. Aunque… he seguido pensando, y creo que mi razonamiento es válido. Si alguien no conociese NADA del cristianismo, podría coger el Catecismo e interpretar que el celibato apostólico implica la homosexualidad. Quizá tú no, pero conozco gente que sí que se lo plantea así (y no necesariamente por no conocer NADA, sino por conocer solo «algo»).
    Un saludo! :)

  17. Pero a ver, yo es que no entiendo qué tiene que ver lo del celibato con todo esto. Eso es un asunto totalmente distinto del que yo no he dicho nada. Yo a lo que voy es que tienes un texto, que nos lo vamos a tomar como un relato, puesto que fuera de la fe no te lo puedes tomar como un hecho histórico. Si tú coges y lees ese relato sin ningún prejuicio, sin ningún asterisco y sin ninguna interpretación previa (cosa que por nuestro sustrato cultural no podemos hacer sino a modo de ejercicio), a mí me parece bastante plausible creer que Jesús y Juan se quieren (de una forma normal y mundana), o al menos que la intención del autor de ese relato era reflejarlo así (y lo justifico con elementos textuales y etimológicos). Como digo me parece una postura razonable, la más directa y menos retorcida. Otra cosa es que a mucha gente eso le resulte inadmisible porque uno de los protagonistas es el mesías de su religión, religión que a día de hoy, rechaza la homosexualidad y en el pasado la perseguía.

    Lo del asunto del celibato, como digo, no tiene absolutamente nada que ver con el relato del que se habla en el post. Y no estoy para nada de acuerdo con tu postura. Ser sacerdote y estar comprometido con tu dios no te convierte en homosexual, para empezar, porque Yavé no tiene género, y para terminar porque eso no quita que sientas atracción afectiva y sexual por hombres o mujeres.

  18. No tiene que ver directamente, en cuanto que es otro ejemplo distinto. Voy a que tomar los textos en sentido literal, normalmente es erróneo.

    De acuerdo en que Yahvé no tiene sexo, pero Jesús sí: ¿una entrega total a un hombre-Dios para tener «el corazón indiviso»? Las monjas cuando pasan el noviciado tienen una ceremonia que representa sus «bodas» con Jesús-DIos (imagino que los monjes otro tanto), porque en cierta manera se describe el celibato como «matrimonio». Incluso, Benedicto XVI habla de eros y agapé en su encíclica «Deus Caritas est» como partes integrantes y, en cierto modo inseparables del querer humano, (dentro del que estaría el celibato).

    No he hecho la prueba, pero probablemente si cogiéramos lo que escribe Juan de la Cruz sería erótico, y como lo refiere a Jesús, él homosexual. Y lo mismo supongo del Cantar de los Cantares o de Teresa de Jesús.

    De todas formas, gracias por el post y por el debate, que me está sirviendo para aprender :) Un saludo

  19. Perdón, Ununcuadio, ¿he leído bien?: ¿»Tomar los textos en sentido literal, normalmente es erróneo»? ¿Desde cuándo? Si te refieres a «textos» en general, creo que no hace falta que rebata una afirmación como esa (sería completamente absurda, puesto que la inmensa mayoría de los textos se escriben precisamente con la pretensión de ser tomados en sentido literal). Si te refieres a textos literarios, te diré que los filólogos a lo que nos dedicamos es a enmarcar los escritos en una época, una corriente artística y unas circunstancias personales (del escritor) determinadas para realizar una interpretación y una valoración lo más ajustadas y veraces que se pueda a su forma y su contenido. «Inventarse» dicha interpretación sin ninguna base no suele estar muy valorado que se diga. Y en cuanto a los textos bíblicos, en mi opinión la Iglesia Católica interpreta como le parece, y tan pronto decide que tal o cual cosa está escrita en lenguaje figurado o simbólico como se pone de un literal que asusta (hete ahí la transubstanciación: «Tomad y comed todos de él, porque este es mi cuerpo, que será entregado por vosotros»…, que para la Iglesia se traduce en la conversión del pan en la carne de Cristo).

    No querría ponerme estupenda, pero ya que mencionas a San Juan de la Cruz aprovecho para aclarar que la interpretación que se hace de sus poemas «a lo divino» la proporcionó él mismo, con lo que no dejó lugar a dudas de lo que quería expresar con ellos. La lectura erótica que puede hacerse de los mismos es intencionada, esto es, que el autor (dicho por él, insisto), utilizó esta analogía para tratar de hacernos comprender lo que se siente en la unión con Dios. Lo mismo ocurre con Santa Teresa de Jesús.

    En cuanto al Evangelio de San Juan, citado por Copépodo, yo creo que lo verdaderamente retorcido es tratar de disfrazar una realidad tan sencilla y natural como que Juan estaba enamorado de su Maestro y que él parecía corresponderle, o al menos le dedicaba una atención especial. Que yo sepa, Jesucristo en ningún momento censuró la homosexualidad ni se metió en tal o cual práctica sexual o amorosa. El rechazo, o más bien terror, que ha manifestado la Iglesia después ha sido lo que ha provocado todos estos intentos de enmascarar lo que, en realidad, no supone ninguna amenaza a los principios básicos de la doctrina cristiana.

    Y yo tampoco veo relación alguna con el tema de la castidad. :)

  20. Bueno, Marple se me ha adelantado en varias cosas, pero básicamente tengo que protestar una vez más por que lleves el tema a algo que no tiene nada que ver. Si quieres hablar del tema del celibato, tiene que quedar claro que es un off-topic, yo acepto todas las críticas que haga falta sobre la interpretación que hago (y que ni siquiera es original) del evangelio de Juan.

    Y efectivamente, protesto también con eso de la interpretación literal de un texto da problemas. ¿A quién exactamente? Que yo sepa los que sufrieron esos problemas fueron Calcagno y cía, pero no creo que te refieras a eso. Cuanto más necesario es que un texto se entienda, más preciso y exacto debe ser el lenguaje para evitar ambigüedades. Pensemos en un texto científico comparado con una poesía. Pero, ¿Por qué debe dar «problemas» interpretar un texto? Curiosamente es en el caso de los «textos sagrados» en los que unos personajes se dicen ser los únicos capaces de interpretarlos correctamente (sin ningún argumento más allá del de su autoridad «porque sí»), pero la verdad es que son interpretaciones bastante arbitrarias. La prohibición de comer marisco no hay que tomarla al pie de la letra, pero la de yacer con varón como con mujer sí, pese a aparecer en el mismo libro. ¡Amos no jodas! ¡Si es que es de guasa! ¿de verdad esperas que se pueda hacer una interpretación coherente de una colección de escritos totalmente heterogéneos y de un contexto alejadísimo de nosotros sin que sea a capricho de los intereses y preferencias del «intérprete»? Yo no me tomo demasiado en serio mi lectura, como ya he dicho; sin embargo unos cuantos iluminados que sí que quieren imponernos a los demás su interpretación de estos libros pese a que a muchos ni nos van ni nos vienen. Por eso me parece pertinente de vez en cuando escribir cosas como esta.

    La cuestión de fondo es mucho más sencilla: aún con todo su mensaje intacto, un Jesús homosexual se percibiría con horror. ¿Por qué? Esa es la reflexión que realmente merece la pena que se hagan unos cuantos.

  21. Acepto las críticas, y pido disculpas por la burrada que dije, eataba pensando en otra cosa que me ocupaba la cabeza que claramente sí es off-topic (¿por qué los paper científicos son a veces tan difíciles de aplicar en un laboratorio distinto?).

    Me refería, como bien ha interpretado Marple a enmarcar los textos literarios en una época, corriente, etc. Que, me parece que no se aplica solo a textos bíblicos, sino a literarios en general. Con los cuentos también, ¿no? Vamos que el lobo de Caperucita debía representar todo menos un lobo, ¿no?

    Lo del celibato si ambos coincidís en que es off-topic, lo dejo. Aclaro que no es de mi invención, sino que lo he oído preguntar a compañeros del colegio al cura y que la explicación no les dejaba satisfechos. Después lo he oído más veces, relacionar el celibato masculino con homosexualidad. Por eso, saqué el tema aquí.

    Ahora mismo no tengo una Biblia a mano, y no puedo contrastar ni mirar asteriscos, lo que diga es de memoria y probablemente cometeré errores. Nunca me he planteado la relación Jesús-Juan como la plantea Copépodo, supongo que debido a la inculturación familia-cole religioso, porque es de antes de que empezar a leer textos bíblicos con o sin asterisco. Así como David-Jonatán si me lo parece, nunca lo había oído de Jesús-Juan. Pero lo contrastaré con la Biblia, a ver :)

    ¿Por qué si Juan de la Cruz hace una interpretación erótica de sus escritos místicos, Juan Evangelista no hizo lo propio con su Evangelio? ¿Por qué Yahvé hace llover fuego y azufre sobre Sodoma y Gomorra, y no sobre David-Jonatán? Eso sí, cuando David se lía con Betsabé y hace matar a su marido para que no se entere, Yahvé sí que hace que enferme el hijo de ambos y muera. ¿Por qué Pablo de Éfeso incluye entre los pecados que deben evitar las primeras comunidades cristianas la «sodomía» si su Maestro era homosexual? Si la cuestión de la circuncisión tuvo una gran polémica entre los judíos conversos, ¿no habría sido escrito también algo sobre las distintas posturas hacia la homosexualidad? Si leemos las cartas de Juan (el mismo evangelista) y llama a todo el mundo «hijitos queridos», parece más una expresión afectuosa que algo literal, ¿no pasará algo similar en su Evangelio?

    Más o menos lo expuesto en el párrafo anterior es lo que me impide llegar a la cuestión de fondo. Porque no soy capaz de «creérmelo» sea por mi fe, por cultura, etc.

    Un saludo

  22. Aún a riesgo de acabar con la paciencia del autor del blog… Si Jesús fue homosexual en activo, el celibato sacerdotal o religioso no tendría sentido puesto que es a imitación del celibato de Jesús. Creo que ahí sí que se encuadra sin ser off-topic.

    Un saludo

  23. Al revés, Ununcuadio: se echa de menos que la gente participe, tanto si se está a favor como en contra, yo encantado.

    En tus últimos comentarios vas al fondo de la cuestión, esa es la clave de todo. Tengo que insistir en que yo no es que defienda a capa y espada la interpretación del post, para empezar porque las fuentes no me parecen fidedignas, pero aunque nos choque, sí que me parece que cuando menos es una lectura que tiene sentido, y lo que más me interesa es que haya formado parte de ese corpus del homoerotismo al que hacía mención. Cualquier texto puede estar sujeto a distintas interpretaciones, abierto a discusión y a enriquecimiento, eso siempre ha sido así y es un aspecto realmente interesante de la literatura. La intransigencia absoluta (pagada con la muerte en el pasado) a interpretaciones no dogmáticas de la biblia es una marca de la casa de muchas iglesias cristianas que nos hablan de su verdadero carácter. Esto entronca con la crítica del segundo párrafo a las actitudes que vemos hoy, en pleno siglo XXI, en las que la Iglesia pretende estar al margen de toda burla o sátira, algo absolutamente inadmisible desde mi punto de vista. Pero hay más: la Iglesia pretende hacer pensar que sus escrituras son un conjunto coherente de principios, y nada más lejos de la verdad, como cualquier persona que haya leído la Biblia (y no se haya quedado en los fragmentos que se repiten los domingos con metronómica regularidad). ¿Extraña encontrar un relato como el de David y Jonatán junto con el de Sodoma y Gomorra? Pues no tanto: la Biblia es una colección muy heterogénea. El mismo dios que prohíbe matar, es un genocida sin remordimientos en muchos pasajes del Antiguo Testamento. Ni siquiera los 10 mandamientos son coherentes con el mensaje actual de la Iglesia. El segundo mandamiento prohíbe la adoración de ídolos, algo que ocurre constantemente por toda la geografía española; técnicamente un cristiano no debería comer marisco, etc etc Pincha en el enlace sobre las incoherencias internas de la Biblia y compruébalas una a una si es necesario. La propia elección de qué evangelios son canónicos y cuáles apócrifos fue un ejercicio interesado, etc, todas estas cosas se saben de sobra.

    Por lo tanto, ¿tiene sentido discutir sobre la relación entre Jesús y Juan? Yo me limito a poner sobre la mesa una interpretación que a mi juicio tiene sentido, y desde luego tiene interés, pero no pretendo convencer a nadie, es sólo un ejercicio, como dije. Ahora bien, si esta lectura es blasfema es porque para un católico que siga el dogma resultaría inimaginable que el mesías fuese homosexual, porque ello es algo intrínscamente malo; en mi opinión eso es lo que muchos deberían hacerse mirar, sobre todo recordando que la prohibición expresa de la homosexualidad está al mismo nivel que la prohibición de estar junto con una mujer que tiene la regla.

    Tu último comentario me ha hecho sonreír: es que de hecho el celibato no tiene mucho sentido. Comprobarás que en la Biblia no se instituye en ningún momento, como sí se hace con los sacramentos. Incluso el primer papa (San Pedro) tenía mujer. Muchas iglesias cristianas aceptan que sus sacerdotes se casen, y el celibato es sólo una opción voluntaria. La Iglesia católica simplemente quiso ser más papista que el papa, pero cualquiera te dirá que la institución del celibato para sacerdotes surgió bastante después del nacimiento del cristianismo como religión. De hecho sin esta práctica sospecho que la Iglesia católica se habría ahorrado más de un disgusto.

    Gracias por comentar

  24. Mi comentario anterior venía por esta afirmación: «Esto entronca con la crítica del segundo párrafo a las actitudes que vemos hoy, en pleno siglo XXI, en las que la Iglesia pretende estar al margen de toda burla o sátira, algo absolutamente inadmisible desde mi punto de vista.» Quizá me equivoco, pero por muy fundamentalistas que seamos los católicos españoles, no llegamos a la radicalidad de otras religiones (desde mi punto de vista parcial y subjetivo, of course).

    Me pareció que no tenía sentido seguir el debate porque no me he leído la Biblia entera ni ahora mismo tengo tiempo. Sí que está llena de incoherencias, en general, como cualquier escrito de su época (no sé si por entonces había una versión prehistórica del texto científico).

    El celibato me parece que viene de una declaración de Jesús: hay eunucos que nacen así, otros que los hacen los hombres, y otros que se hacen a sí mismos por el Reino de los Cielos. Quien pueda entenderlo, que lo haga [o algo así]. Acerca de las tendencias sexuales de Jesús, no creo que importara si fue o no homosexual, sino más bien si fue célibe o no. Y siento irme todo el rato off-topic, será (de)formación…

  25. Pero a ver ¿qué tipo de argumento es ese? Es como cuando un partido roba y su respuesta a las acusaciones es «pues los otros roban más». Pero si es que además ni siquiera estoy atacando (esta vez) a la Iglesia católica, no hay por qué ponerse a la defensiva. Si de verdad hubiese querido sacar trapos sucios o meter el dedo en la llaga, créeme que no me hubiese faltado material. Sólo estoy interpretando libremente un texto. Si se está de acuerdo como si no, me da igual, es sólo un entretenimiento, ni yo mismo me lo tomo en serio, es una excusa para hablar de asuntos que me parecen curiosos, ya está. La Iglesia católica está… relativamente civilizada, pero resulta que aún hoy pretende decir a los ciudadanos (seamos o no parte de ella) qué podemos y qué no podemos hacer, y entenderás que eso no guste. Si en lugar de hacerlo la Iglesia ese poder coercitivo lo ejerciese un ayatolá, pues lo mismo hubiese escrito otro post, o lo mismo no, qué más dará. Por cierto, que yo en este bloj dibujé a Mahoma, así que esa condena ya la tengo convalidada.

  26. ¿A sí? :D Tendré que bucear más en este bloj, jeje.
    No era ningún argumento, sino dejar el debate al menos de momento (por mi parte). Necesito tiempo para considerar tus argumentos que me han parecido interesantes, y me abren «puertas» para seguir dándole vueltas.

    Un saludo

  27. El asunto lo han tratado varios historiadores, desde el punto de vista de cómo se refleja un cuento o mito, y qué significado podía tener para los nuestros antepasados, naturalmente ningún historiador serio daría a Jesús como personaje histórico. Si tenéis curiosidad podéis leer a John Eastburn Boswell.

  28. Pingback: Octavo aniversario de Diario de un copépodo | Diario de un copépodo

  29. La palabra de Dios se debe de leer en el Espíritu Santo, si no has nacido de nuevo y tus pecados no han sido perdonados nunca entenderás la palabra de Dios, ten mucho cuidado con tus pensamientos, al final de tu vida te darás cuenta quien tenía la razón, tu o Dios.

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  31. Posible interpretación textual:
    Jesús es hermanastro del discípulo que amaba: «Madre ahí tienes a tu hijo». La madre de Jesús podía haber contraído segundas nupcias, y este hermanastro de Jesús había decidido seguirle, dejando a su madre. De ahí el amor especial de Jesús por este discípulo.

  32. Por experiencia propia yo llegué a tener un amor especial hacia una amigo.,el se preocupaba por mi y yo por él, el amor que sentía por él era especial más que el amor sexual que se puede llegar a sentir por una mujer porque era desinteresado como de hermanos hombres y no tenía nada de homosexual y yo prefería estar con su compañía física que con la de intimidad con mujer pero no tenía nada de impuro ni mal pensamiento sexual. Es muy dificil entender esta experiencia mística con Jesús para alguien que tiene el sexo en su cabeza o que cree que el amor es solamente sexual . Sólo quien experimentó esto puede hablar bien de lo divino pero para alguien que jamás lo ha tenido siempre dirá lo contrario.

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