Soy científico y prefiero los «alimentos naturales»


Cada vez que en internet hay algún tipo de debate sobre alimentación, cualquiera diría que únicamente existen dos posiciones antagónicas, ambas muy fácilmente ridiculizables por la opinión contraria:

El «ecolojeta» que sólo consume productos orgánicos, que son carísimos y ni son orgánicos ni nada, que rechaza los transgénicos, que es supersticioso y se piensa que Monsanto quiere dominar el mundo y que la leche de soja le abre los chacras. Es un ignorante que «no sabe nada de ciencia», y si se informara bien no haría tanto el ridículo.

El «biotecnócrata», adorador de los aditivos, transgénicos, guarrerías varias y devorador de cachorritos. Se asquea si ve algo de tierra en sus verduras, cree que los huevos salen de los árboles y si por él fuera sólo comería píldoras. El pobre está tan afectado por las grasas saturadas que ya ni razona.

Este debate mil veces repetido me aburre y me irrita a la vez porque no me siento identificado con ninguno de los dos grupos «mayoritarios» de opinión y nunca veo representado mi punto de vista. Como este es mi bloj, al final he vencido a la pereza y me he animado a escribir un artículo sobre el tema, no sin temor de iniciar una flameguor que no voy a tener ganas de seguir, que estoy ya muy mayor. Ahí va el abstract:

1-Hablando rápido y empezando por el final: pienso que cuanto más cerca se produzca la comida del consumidor, mejor, cuantos menos aditivos, procesamiento vario e intermediarios tenga, mejor, y cuanto más «control» tenga yo sobre lo que como (por ejemplo, cocinarlo en casa frente a comprarlo hecho), mejor. Este post tratará de argumentar por qué estas son posturas perfectamente razonables.

2- Esto es sólo mi opinión, no quiero convencer a nadie. Lo mismo muchos no la compartís, pero estará sobradamente justificada cuando acabéis de leer, y con unos argumentos que creo que es necesario decir porque casi nunca los leo cuando surge este debate.

3- Soy muy ignorante en muchas cosas y no voy a basar mis razonamientos en una lista de artículos en Nature, entre otras cosas porque no es mi especialidad, pero lejos de entrar en detalles, de mirar con lupa, mi reflexión surge de una visión de conjunto, de «dar un paso atrás», que dicen los yanquis, y tener una perspectiva más global en el espacio y en el tiempo, que, sí, incluye datos científicos pero también apreciaciones sociopolíticas y personales.

4- Nótese que en el título entrecomillo eso de «alimentos naturales» porque estoy totalmente de acuerdo en que por sí mismo eso no significa nada, y que la cicuta es igualmente natural. Sustitúyase por «alimentos no envasados, no tratados, sin aditivos» o lo que queráis, es que en el título no me cabía. Nótese también que digo «prefiero», es decir, no rechazo ni siento ninguna aversión fanática o quimiofóbica a los aditivos ni los transgénicos autorizados ni contra los envases de plástico. Simplemente, si me dan a elegir, prefiero evitarlos.

Pues eso.

El balance energético de la producción alimentaria

Como el resto de animales consumimos alimentos para mantenernos vivos. La materia orgánica que comemos contiene energía almacenada en los enlaces químicos de glúcidos, grasas, proteínas y ácidos nucleicos. La generación de esta materia orgánica, la acumulación de esta energía, se hace gracias a la fotosíntesis. Es la luz del Sol la que provee de energía a las plantas, y a través de la cadena trófica, a los animales que se alimentan de ellas. Esto puede parecer una perogrullada, pero sorprende comprobar cuán a menudo se nos olvida que en última instancia estamos vivos únicamente por la energía solar que las plantas son capaces de fijar.

Si yo, homínido recolector, cojo una manzana de un árbol y me la como, estoy obteniendo energía acumulada en los azúcares de un fruto, y el balance será claramente positivo, ya que obtengo más energía del contenido de esa fruta que la que han gastado mis músculos en arrancarla del árbol y masticarla. Si por el contrario, yo tengo que ir andando a Francia a coger esa misma manzana de un árbol, claramente el balance energético iba a ser negativo: no compensa desfallecer de camino a los Pirineos para conseguir un puñado de calorías. Como hace tiempo que no somos cazadores-recolectores, nuestras economías han tratado a lo largo de la historia de optimizar la eficiencia de la obtención y producción de alimentos en las sociedades (por ejemplo, quizá sí compensase en tiempo de los íberos, ir andando al poblado de al lado a por un cesto de manzanas, e intercambiarlo a la vuelta por un pollo), pero los balances energéticos siguen estando determinados por la pura y dura aritmética termodinámica (la del nadie da duros a cuatro pesetas, pero probablemente sí que los tengas a seis).

La sorprendente realidad, sin embargo, es que el proceso de producción de alimentos es energéticamente deficitario, y mucho. En España, por poner un ejemplo, por cada caloría consumida en forma de alimento, se han necesitado siete para producirla, envasarla, transportarla y conservarla. ¡Siete! ¡Un ratio 7:1! No estamos hablando de una desviación marginal, sino de algo muy significativo. (Y me da igual si el dato preciso es diez o es cuatro, lo relevante es que es un balance negativo) ¿Cómo es posible? Por seguir el ejemplo de las manzanas; al contrario que en el caso del recolector que se la come bajo el árbol, comerse hoy una manzana comprada en nuestra superficie comercial favorita es el resultado de un proceso energéticamente muy costoso. Hoy en día la manzana crece en un árbol como producto de la fotosíntesis sí, en un árbol, pongamos, francés, y para más señas en un árbol que crece en un campo regularmente fertilizado y libre de plagas. La manzana se recolecta con un sistema más o menos mecanizado, se almacena en cajas (que a su vez se han fabricado en una ciudad distinta), se lleva de una nave a otra, pasa por un control de calidad, se limpia, se encera, se empaqueta en una rutilante bandeja de pvc cubierta de un aséptico plástico, se monta en un camión, recorre mil kilómetros de autopista y se trae al Mercadona de tu barrio donde permanece refrigerada hasta que la compras y te la comes. Así es como se explica ese estrafalario ratio 7:1. Si contamos todo el gasto energético que se ha llevado a cabo para hacerte llegar algo tan sencillo como una manzana, el coste energético se dispara:

– La síntesis y uso de fertilizantes, pesticidad, aditivos , etc ha requerido energía de fábricas, iluminación, almacenamiento, análisis…  (¡¡OJO!! No estoy diciendo que sean nocivos para la salud, sólo digo que cuesta energía producirlos y usarlos)

– Recolección más o menos automatizada, dependiendo del producto

– Almacenamiento, refrigeración (todo ello consume energía eléctrica)

– Transporte (que puede ser muy variable, pero a menudo transcontinental)

– Embalaje, en cajas de madera y en bandejitas de plástico (incluyendo su fabricación)

La manzana final es esencialmente idéntica en contenido energético a la que arrancas directamente del árbol, pero su adquisición en el súper de turno sólo ha sido posible tras gastar gasolina y electricidad superando el aporte calórico de dicho fruto. En última instancia, si nos paramos a pensarlo, esta forma de obtener la comida está «subvencionada» por una provisión, hasta ahora «barata» y asequible, de energía concentrada en gran parte bajo la forma de combustibles fósiles. Sin esa inyección constante de energía extra, estos procesos tan complejos serían directamente inviables, porque no compensaría energéticamente llevarlos a cabo. Por eso, cuando queramos analizar si una contribución al proceso de producción de alimentos es realmente ventajoso, conviene intentar mirarlo desde el punto de vista global para entender si está afectando negativamente al balance energético.

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Consumo energético del sector agroalimentario español en el año 2000 (en millones de GJ). Se compara la energía empleada por el sector frente a la contenida en los alimentos. Fuente

Tomemos un ejemplo: el de los fertilizantes. Los fertilizantes aumentan la cantidad, digamos, de nitrógeno disponible en el suelo. Esto hace que el manzano crezca fuerte y vigoroso, que dé más manzanas y que éstas sean más grandes. A primera vista es una idea redonda si sólo consideramos el manzano y su entorno inmediato, pero ¿de dónde sale ese fertilizante? La mayor parte de las veces se trata de una fuente de nitrógeno generada de forma industrial que ha consumido grandes cantidades de energía eléctrica en su producción (procedente, en gran parte, de combustibles fósiles) y que ha sido transportado por vehículos de motor de explosión. ¿Cuál es el balance energético de esta «innovación»? Hemos enriquecido el suelo, pero a costa de concentrar industrialmente nitrógeno en otro lugar, mediante un proceso que ha gastado más calorías que el plus que obtendrá el manzano y que en última instancia será aprovechable por el consumidor (la segunda ley de la termodinámica es implacable). Y así con todo. Las bandejitas y envases de plástico, de los que abusamos, no sólamente están físicamente hechas con derivados del petróleo sino que han gastado energía en su producción haciendo que cada vez la caloría de manzana sea más y más cara en el balance global. Se dice a veces, como metáfora, que «comemos petróleo», porque la realidad es que detrás de nuestra comida suele haber una cantidad muy grande de energía procedente de fuentes no renovables de energía.

No me asustan los aditivos ni soy quimiofóbico, pero veo un error conceptual en el hecho de que sea necesario sintetizar industrialmente un producto conservante para que, digamos, yo pueda comerme unos espárragos de Perú, que tienen que ser transportados en barco, refrigerados, envasados y almacenados durante días o semanas, con un tremendo coste energético, cuando hay espárragos creciendo a diez kilómetros de mi casa o cuando en mi país sobran tierras de labranza abandonadas. Lo siento pero no hay manera de convencerme de que eso es un avance: eso es un ejemplo rampante de ineficiencia.

El balance energético debería estar en la primera línea de las valoraciones sobre nuestro sistema agroalimentario, especialmente en un país que es muy dependiente energéticamente (y alimentariamente) del exterior. En un escenario pasado el pico del petróleo en el que el precio del combustible tenderá a aumentar, encareciendo el transporte y la actividad económica e industrial a la que estamos acostumbrados, lo racional es buscar la eficiencia y un mejor rendimiento energético: el consumo de los productos locales frente a los que deben viajar, el de los productos frescos frente a los procesados, el consumo racional de los productos de origen animal, el ahorro de envases, la relación más directa posible entre el agricultor/ganadero y el consumidor… Todas estas son medidas perfectamente racionales que mejoran el balance energético de la producción de alimentos: no hay nada «anticientífico» en querer consumir preferentemente los productos que se producen a nivel local en lugar de los que viajan medio mundo derrochando recursos finitos; no hay nada de magufo en querer evitar que se usen conservantes (por el coste que acarrean) si éstos no son necesarios porque el consumo es inmediato a la recolección.

Porque soy científico, creo que la ciencia puede hacer grandes cosas por la alimentación mundial. Si se modifica genéticamente el arroz para que sintetice vitamina A y permita que cientos de miles de niños asiáticos no sufran nictalopía lo veré como un avance indudable. Si por el contrario la modificación genética tiene como objetivo hacer que la fruta dure meses almacenada para poder obtenerla en un país donde la mano de obra es barata y venderla luego en otro continente con mayor poder adquisitivo a un precio más alto, la verdad, no creo que esa innovación tenga un carácter especialmente filantrópico. Una vez más, el avance en sí (la ingeniería genética, por ejemplo), no es «bueno» o «malo» por sí mismo, sino que los juicios de valor los hacemos sobre las consecuencias que dichos avances tienen, siendo esto algo lícito y a menudo, bastante subjetivo. Los transgénicos no son «buenos» o «malos», por sí mismos, pero sí pueden tener consecuencias buenas o malas para unos colectivos u otros. Hay espacio para un debate racional y responsable sobre transgénicos, sobre aditivos y sobre lo bueno o malo que es para nuestra sociedad su uso en cada caso concreto (sin maguferías ni sensacionalismos, por supuesto). Por desgracia en este tema percibo bastantes posiciones fundamentalistas, de uno y de otro lado.

Podríamos extendernos mucho en este tema, pero creo que se entiende mi postura: considerar el balance energético global de la producción de alimentos debería ser fundamental, y muchas veces se excluye esta parte de la ecuación haciendo parecer como avances o mejoras de la eficiencia lo que en realidad es una concentración energética y de recursos que sólo es posible gracias al uso de combustibles fósiles, y que por lo tanto son técnicas insostenibles y que además a menudo contribuyen a la degradación del entorno. Ni qué decir tiene que no es que a largo plazo nos convenga cambiar de sistema, es que no nos va a quedar otro remedio.

Una visión más racional y justa de la alimentación mundial

Pero personalmente, me gustaría ir un poco más allá. Como creo que la alimentación es una cosa muy seria, no puedo evitar sentir que se hacen necesarias consideraciones morales sobre cómo nos estamos alimentando en unas y otras partes del mundo y a dónde conduce todo esto (y sí, esta parte está muy contaminada por mis ideas políticas sobre lo que creo que es justo y lo que no). En la actualidad, el mercado de la industria agroalimentaria funciona a un nivel global, heredando los vicios que conocemos del capitalismo en sus otras facetas, pero con el agravante de estar tratando de un asunto tan relevante como el sustento de la humanidad. Como pasa con tantos otros recursos, el balance neto es que los países ricos estamos exprimiendo los recursos de los países pobres: los bosques tropicales desaparecen en gran medida por satisfacer nuestras exigencias de energía, recursos y alimentos. Los ejemplos de colonialismo económico son constantes: cada vez tenemos que irnos más lejos para conseguir satisfacer nuestra demanda de pescado, un simple paseo por un supermercado nos muestra que hasta los productos más básicos vienen cada vez de países más alejados. Estas políticas tienen consecuencias perniciosas a todos los niveles, especialmente ambiental (deterioro del entorno, crisis de la biodiversidad a distintos niveles, cambio climático) y humano (aumento de las desigualdades en el mundo).

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Mapa deformado en el que el área de los países se ha igualado a la que deberían tener en función de su consumo de recursos. Fuente

Resulta evidente que este sistema injusto de explotación sólo puede sustentarse gracias a los avances tecnológicos que permiten la globalización del mercado agroalimentario. Las grandes beneficiadas son compañías que hacen un negocio más redondo, pero al contrario de lo que he oído estos días, no estoy seguro de que el balance neto esté siendo realmente satisfactorio para el conjunto de la humanidad. De hecho en ciertos aspectos es muy deficiente. Nos enorgullecemos de conocer y controlar plantas y animales casi hasta el punto de poder manufacturarlos a nuestro capricho, pero a la vez la obesidad se convierte en una epidemia entre los niños de los países del primer mundo, donde se tiran cantidades escandalosas de comida a diario y donde el campo se abandona; presumimos de ser capaces de adquirir todos los ingredientes que un rey pudiese haber soñado hace tres siglos sin salir del barrio, pero a la vez provocamos hambrunas y burbujas en los precios de los alimentos del tercer mundo porque arrebatamos terreno cultivable para conseguir biodiésel o para cultivar arroz tras talar un bosque tropical. Medio mundo se muere de hambre mientras el otro medio se muere porque la grasa le obstruye las arterias. Lo siento mucho pero no veo que este sistema globalizado sea un éxito de la ciencia al servicio del hombre. La ciencia al servicio del hombre, la que crea las vacunas y la que descubrió los antibióticos, haría un trabajo mucho mejor alimentando al mundo de forma eficiente y racional. El progreso que ha alentado esta globalización asimétrica no está, en su conjunto, al servicio más que del interés económico de unos pocos (sí, ya, como siempre). Y sí, puede que este sea un discurso muy fácil: denunciar las desigualdades en el mundo desde la comodidad de mi salón y con la nevera llena, pero dándole la vuelta a ese argumento, me parece bastante cínico considerar que podemos darnos por satisfechos por lo que ha beneficiado esta industria a nuestra esperanza de vida, cuando nuestra obscena opulencia alimentaria se la debemos en parte a la explotación de los recursos del sur.

No pretendo aquí condenar tal o cual cosa sin más. Soy consciente de que este es un asunto realmente complejo, uno de los mayores desafíos que la especie humana tiene por delante. Por un lado la mecanización y automatización de la producción agrícola y ganadera ha liberado tiempo y permitido que las sociedades se desarrollen en otros sentidos. Es impensable a día de hoy renunciar a ello de la noche a la mañana porque nuestra forma de vida ha asumido este tipo de funcionamiento. Sin embargo no es menos cierto todo lo que he dicho anteriormente: que el modelo actual sólo es posible en abundancia de petróleo, que genera desigualdad, que degrada el entorno, que no es eficiente y que no garantiza ni nuestra propia autonomía alimentaria ni un reparto equitativo de los recursos. No esperéis encontrar en un egobloj la solución al hambre en el mundo porque yo no la tengo, pero ¡no se pueden ignorar estas verdades como se hace cada vez que se aborda este debate!

Mi opinión personal es que el sistema debe intentar cambiar hacia una forma más viable a largo plazo y más justa de alimentarnos. No tengo la fórmula mágica ni sé suficiente del tema, pero han bastado un puñado de conceptos básicos de ecología y termodinámica para hacerme entender que hay motivos más que sobrados para ser muy crítico con cómo nos estamos alimentando. Valorando el gradiente que va desde un extremo representando la alta sofisticación, mecanización, transporte a grandes distancias, globalización del mercado alimentario (energética y ambientalmente costosísimo) hasta el otro que apuesta por la búsqueda de una mayor autonomía alimentaria, el respeto de los recursos, el consumo local e inmediato, la recuperación del campo (energética y ambientalmente más favorable en un escenario post-petróleo), lo que hay que intentar favorecer desde mi punto de vista es este segundo polo del gradiente, ayudándonos de todo el ingenio y la inventiva que sea necesaria.

Por supuesto, una parte importantísima de que las cosas sean como son, nos tienen a nosotros, consumidores, en el ojo del huracán. Si este derroche energético se da a nuestro alrededor para traernos manjares de allende los mares a cualquier hora del día y de la noche es porque nosotros lo demandamos, dice el manual del libre mercado, pero ¿de verdad es necesario? ¿De verdad es un derecho inalienable el acceso absoluto a todos los alimentos posibles sabiendo las consecuencias que tiene? Nos hemos acostumbrado tanto a comer fresas en agosto que quizá no nos paramos a pensar si tiene sentido que un madrileño disponga los siete días de la semana de pescado fresco procedente de los mares de Somalia. Al igual que ahora está tan de moda hablar de la poca importancia que hemos dado a votar de forma responsable, hay que recordar que tenemos una responsabilidad como consumidores.

Pues sí, cada vez que compramos estamos haciendo una declaración de intenciones, estamos provocando una retroalimentación positiva en el proceso que ha llevado al producto obtenido. Por eso y por todo lo anterior, a mí me parece totalmente razonable poder saber de dónde sale el pescado que compro, si para su extracción se ha alterado el fondo marino o no, dónde se han cultivado las dichosas manzanas, qué ha comido el pollo y cómo se han puesto los huevos. La mayor parte de las veces el consumidor encuentra muchos obstáculos para conocer con veracidad este tipo de información, a veces porque se oculta, y a veces porque la publicidad es engañosa (por ejemplo, con tanto producto «orgánico» o «ecológico», dos adjetivos que en realidad están vacíos de contenido y que muchas veces son, efectivamente, un timo: no hay nada de «eco» en un tomate que ha viajado dos mil kilómetros hasta llegar a tu casa). En este contexto me parece especialmente necesario que exista buena información y que quien quiera pueda elegir una alternativa real que no sea tan derrochadora: yo quiero saber si la harina del producto X está hecha con un cereal transgénico;  si esta leche no pasteurizada «natural» puede contener bacterias nocivas para el ser humano; si este plátano «orgánico» viene de Venezuela y si el saludable color de esta mermelada se debe a un colorante artificial sintetizado industrialmente. Quiero etiquetas bien claras en todos los casos, ¡que se sepa! … y ya tomaré yo la decisión que crea conveniente.

La comida y yo

Y por último voy a añadir un tercer motivo por el que, si es posible, prefiero una serie de alimentos frente a otros. Aquí entro en un plano totalmente subjetivo y personal, con el que que entiendo que muchos no coincidan, pero que no me avergüenza reconocer y me parece también bastante razonable: la comida es uno de los grandes placeres de la vida; disfruto de la interacción con los alimentos, cuanto más, mejor. Si me das a elegir entre una naranja y un zumo comercial en el que me garantizas que tiene exactamente los mismos (¡o incluso más!) principios inmediatos y nutrientes que la naranja, yo prefiero la naranja, incluso sin tener en cuenta el asunto del balance energético ni otras consideraciones: prefiero sentir la naranja, pelarla, provocar que las glandulitas de la piel lancen su contenido, abrirla con ese sonido inconfundible, deleitarme con la estructura del hesperidio, descubrir si tiene o no ese verticilo adicional de carpelos con el que nos sorprenden a veces, ¡pringarme las manos de jugo y que me huelan todo el día, sí!, disfrutarla a todos los niveles y finalmente, comérmela. Comer no es sólo una necesidad fisiológica, comer es una experiencia vital, es pura sensibilidad, es conocimiento, tradición, cultura… yo personalmente no quiero renunciar a nada de eso, y en la medida en la que puedo no lo hago aunque me cueste más tiempo e incluso más dinero. Mi experiencia personal es que el comercio local, el ingrediente en bruto y el procesamiento personal de la comida me provoca sensaciones  más agradables que las grandes superficies, los alimentos muy envasados o procesados.

A lo largo de mi vida he tenido la suerte de visitar mercados en un puñado de países, todos ellos muy distintos, pero también con unos rasgos ancestrales que me parecen interesantísimos y que disfruto sinceramente. Ya sea en el mercadillo de San Fernando de Henares, en la galería de mi barrio de Madrid, en un puesto de fruta de la Habana, en un mercado de la costa de Madagascar, en los «farmer market» de Connecticut o en los fascinantes zocos del mundo árabe se ven los mismos patrones microsociales de venta y compra, de seducción, de regateo, de complicidad, de picaresca… Comprar en un mercado es una tarea cotidiana y ancestral que se remonta al Neolítico, ¡es un acervo cultural de toda la humanidad! ¿Cómo no disfrutarlo? ¿Cómo no quererse zambullir en él? ¿Cómo renunciar a esto por ir a una insulsa gran superficie llena de productos envasados, deshuesados, desinfectados, desalmados…? Claro que también voy a esas grandes superficies, pero personalmente, no me aportan nada, es inhumano, vacío, no me enriquece como lo hace un mercado. En un mercado hay una interacción con el vendedor, le puedes echar en cara que la sandía de la semana pasada estaba pasada, puedes preguntarle, informarte por el producto, aprender recetas, enterarte de lo que pasa… ¡Es fascinante que todos estos patrones sigan vivos hoy en casi cualquier parte del mundo! Por supuesto, comprar en el mercadillo del barrio puede ser sinónimo de un consumo más local, inmediato y energéticamente favorable, pero por encima de todo, ¡es que me gusta más!

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Mercado en Etiopía, reducido a su esencia más fundamental: agricultores que ofrecen sus productos y consumidores que los compran. Aquí se dan los mismos patrones sociales que podemos observar en los mercados de todo el mundo desde el Neolítico.

El siguiente escenario es la cocina. Adquirir los alimentos en su estado más básico, renunciando a envases y procesados suele implicar pasar más tiempo en la cocina y tener un contacto más directo con los alimentos y sus sensaciones (sí: incluyo llorar partiendo cebollas o limpiar pescado y hacer un caldo con las raspas). Muchos de los envases, plastiquitos y procesamientos de los ingredientes tienen como única finalidad ahorrarnos unos minutos cortando carne, pelando una hortaliza o lavando una pieza de fruta.  Ya hemos hablado del precio energético que puede tener darnos esa pequeña comodidad; no está de más valorar si merece la pena.

Es cierto que nuestra forma de vida suele andar escasa de tiempo, pero no lo es menos que somos nosotros los que adjudicamos prioridades. En mi casa entre uno y otro pasamos diariamente más de dos horas cocinando. No nos sobra el tiempo y de buen seguro que siempre andamos escasos para hacer cosas que nos gustan, pero cocinar nuestro propio alimento es parte de nuestra cultura y nuestra identidad y no queremos renunciar a ello. Podríamos ganar esas horas al día si recurriésemos más a menudo a productos precocinados (todos ellos, pongamos, muy sanos y con un equilibrado aporte nutritivo), pero no, preferimos invertir ese tiempo en nosotros mismos siempre que es posible. Cocinar es una actividad única que le da un valor añadido al alimento; también es una actividad social en la que inviertes tu tiempo y tu energía, algo que aprecias y que te gusta que te aprecien los demás. Ese valor intangible no merece ser ignorado incluso aunque el resultado final sea supuestamente el mismo energéticamente. ¿De verdad alguien espera que yo valore en la misma medida un bizcocho comercial (envasado en su plastiquito, su caja y sus gaitas) que uno que alguien ha preparado para mí, (seleccionando los ingredientes, haciendo la masa y horneándola personalmente)? La comida es mucho más que un balance de calorías y principios inmediatos. Un cuenco de plástico y uno de madera hecho artesanalmente puede que tengan exactamente la misma utilidad, pero ¿tienen el mismo valor? No entiendo por qué algunos parecen tan reacios a admitir el valor humano que encierra necesariamente la comida y que es el que nos lleva a muchos a sentir mayor rechazo hacia el alimento procesado por una máquina frente al procesado por una persona. ¿De verdad es tan difícil de entender?

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Pues no, no es lo mismo. Por muchas razones

68 comentarios en “Soy científico y prefiero los «alimentos naturales»

  1. Una entrada muy completa con la que comparto muchas de las preocupaciones pero me gustaría matizar una cosa:

    El problema radica en el uso de lo «natural» como reclamo, natural no es «sostenible», no es «responsable», no es «sano», no es «bio/eclógico/orgánico», no es «sin aditivos» y no es «sin transformar»…

    Natural no es nada, escribí esto al respecto:
    http://midietacojea.com/2013/04/01/el-vacio-legal-de-lo-100-natural/

    Abogo por una alimentación responsable, ética, sostenible y poco impactante, pero nada de eso es «natural».

    Leyendo la intención del artículo creo que tenemos mucho en común, con un enfoque alimentario social, si le echas un vistazo a algunas de mis entradas de Alimentación y Sociedad creo que se nota (Lo digo por sumar argumento, no por promoción).

    Me ha gustado llegar hasta aquí.
    ¡Un saludo!

  2. Me ha gustado el post y coincido con tu opinión. Siempre son las opiniones más extravagantes las que más se escuchan, pero no son las mayoritarias (junto con «mi dieta…» ya somos tres con esta forma de pensar). Yo también soy científica y, si el tiempo (y dinero) me lo permiten prefieron materias primas de calidad y cuanto más directamente de la fuente mejor. También disfruto de todos los aspectos de la comida, algo que considero esencialmente humano.

    PERO es que ese título… Entiendo que buscas ser provocador, pero de verdad este uso de «natural» vs «artificial/químico» me crispa muchísimo. No es una cuestiónde mera semántica, sino de profundo desconocimiento de la verdadera naturaleza(origen) de todo.

    También he comentado temas relacionados con este en la red, por si quieres echar un vistazo:
    http://concienciados.es/post/32598483354/transgenicos-libres-de-sensacionalismos
    http://e-ciencia.com/blog/divulgacion/la-naturaleza-es-pura-quimica/

    ¡Encantada de descubrir este sitio!

  3. Una pregunta quizas un poco ignorante con respecto al deficit energetico mas que todo con respecto a la mecanizacion y no lo de explotar mano de obra barata en paises pobres, asi que obviando todo el tema de el transporte y almacenamiento. Es en efecto la mecanizacion mas deficiente energeticamente que otros metodos manuales como el arado por bueyes o cientos de personas recogiendo algodon? Entiendo tu punto sobre el petroleo pero digamos que son recolectoras y aradoras solares vaya.

    Yo que me confieso pecador en este tema y que lo justifico con el hecho de que donde me crie nunca tuve muchas opciones de que comer (para no decir ninguna) nunca podre ser como tu en esto. Pero si tengo un problema muy grande con la produccion de alimentos moderna y su enfasis de seleccion de productos basados en color/forma/etc(para vender mas en el supermercado) o que se puedan almacenar por meses y no que se seleccionen (independientemente que sean transgenicos o no) en lo que me importa, el sabor. Generalmente sobre todo con las frutas ninguna de aqui se compara con las mandarinas que compraba en Bhutan o los mangos de la India (o los aguacates y los platanos de las matas de mi casa en Cuba_ En eso yo si escogo generalmente los productos locales si puedo porque creo que saben mejor, y cada vez que voy a Colombia me doy un gustazo con las frutas de alla! Tambien coincido totalmente contigo en lo de los mercados, y la verdad me encantaria ir al mercado y comprar el pollo vivo y que me lo maten y desplumen ahi mismo, Soy aficionado de las carnicerias (con sus trozos de vaca sangrientos colgados en garfios), las pescaderias, las fruterias y las panaderias tradicionales.

  4. Me parece un artículo muy acertado con el que comparto buena parte del análisis y casi todas las conclusiones. El uso de la energía como unidad de medida me parece además muy interesante.

    Sin embargo me gustaría que me aclarases un punto respecto a tu visión respecto a la globalización. Si lo he entendido bien, una de las premisas por la que estas en contra de consumir productos del otro lado del mundo es que el coste energético que representa hacerlo es enormemente superior al beneficio energético obtenido al consumir el alimento (balance muy negativo).

    Si la tecnología permitiese el día de mañana aumentar significativamente la eficiencia del proceso, ¿disminuiría tu reticencia de manera proporcional a la reducción de la ineficiencia? o si lo prefieres ¿extenderías el radio de productos que consideras suficientemente cercanos para ser consumidos de manera racional?.

    Y, en el caso de que técnicamente pudiésemos sustituir el petróleo de forma rentable por otra fuente de energía que, si bien es finita, fuese tan abundante como aumentar exponencialmente nuestras reservas energéticas(pongamos el hidrógeno). ¿Aceptarías usar/invertir el excedente energético en «procesos con balances energéticos negativos » mayores de los que ahora mismo estas dispuesto a aceptar?

    No se si tendrás tiempo de responderme, pero en todo caso te agradezco el esfuerzo realizado en la elaboración de esta entrada. Para mí el balance ha sido muy positivo.

  5. Podría decir muchas cosas respecto a cada una de las secciones de esta entrada, casi todas en tono de alabanza y con pequeños matices para añadir mi opinión personal, pero a estas alturas estarás ya reventado de escribir y de leer, así que te voy a decir una sola: foodporndaily.com, y le das a Random. Para cuando necesites descansar la vista de tanta letra.

  6. La penúltima foto me ha abierto el apetito, Cope. Hmmm, gazpachito fresco y casero. ¡Mañana me pongo a hacerlo!
    ¿De verdad es tan difícil de entender, preguntas? Debe serlo… o eso o la gente no quiere saber ni entender ni gaitas.
    Yo, cuando digo que estoy en contra de los transgénicos, en realidad estoy resumiendo (tal vez un tanto chapuceramente) mi posición de «los transgénicos diseñados para acabar como monocultivo y hacer desaparece la variedad vegetal, sumiendo al agricultor en una deuda al hacer su suelo inviable para cualquier otra especie que no sea ultrarresistente a todas las mierdas que la transgénica si aguanta» (porque, no es por nada, al coste de fabricar esos alimentos hay que añadirle el coste de recuperar suelos desprovistos ya de toda capacidad cultivable). Y eso no quiere decir que esté en contra de variedades adaptables a entornos complicados ni nada de eso. Claro que, como bien dices, el fundamentalismo sólo acepta una cosa: o estás conmigo o estás contra mí.

    PD: no disfruto nada de nada en los mercados ni en los zocos ni similares. ¡¡Me agobian mucho!! Y mira que lo he intentado, pero es que no me sale el regatear. Yo en el neolítico me hubiera muerto de hambre, jajaja.

    PD’: me encanta cocinar mis propias cosas.

  7. Ha sido un placer leer esta entrada. Llena de sensatez y cordura, en contraposición a aquellos que radicalizan el debate desde extremos que son fácilmente reconocibles y como bien dice el autor, ridiculizables desde la opinión contraria.

  8. No lo he leído aún Rafa, pero huele a el artículo definitivo que he estado deseando y esperando por largo tiempo y que a partir de ahora enlazaré y mencionaré cada vez que salga el tema, el mismo tema que sale una y otra vez, una y otra vez… Vamos, que solo lo supera la crisis y lo mal que va ‘spiña. Vaya tela, vaya telaaaa… xD
    Ya comentaré en condiciones hombre, aunque por la longitud del texto no creo que hayas dejado muchos cabos sueltos :)

  9. Cope, de este tema parece que me has leído la mente xDDDD. Ya sabes que al final por As o por Bs mi blog es más personal que otra cosa: pero tenía un montón de ganas de abordar este tema. De vez en cuando, salta en Twitter algún comentario sobre «los productos naturales», y mira que entiendo perfectamente las razones… pero las formas me dan a veces bastante asco. Hablando mal y pronto.

    Entiendo que hay dos grupos «mayoritarios» que son los que has citado primero. Los entrecomillo porque creo que en realidad el común de la gente (y el consumidor) se sitúa más bien en el medio: entre comer mierda e intentar que la alimentación sea lo más sana posible, creo que hay un buen trecho.
    Por eso, no me parece de recibo encontrarme con artículos divulgativos donde su tesis para exponer que los productos naturales son un timo (y aquí resuena con un título por ahí, sin haberlo hecho adrede xD) es decir que las setas Amanita son un producto natural y perjudicial.
    Yo creo que el común de la gente que lea eso se tiene que sentir ofendido. Hablamos de gente con un nivel de cultura media que espera que se le expliquen las cosas sin oscilar entre el tecnicismo brutal y apabullante al concepto absolutamente de primaria… Por no hablar de las bromas y humor que veo en Twitter del estilo: «JOJOJOJO, vete al súper a encontrar algo libre de químicos» o, cito textualmente, «El otro día me fui a comer un tomate y lo tuve que tirar porque estaba lleno de átomos! #quimiofobia»… y ya tiemblo cuando oigo en la publicidad «Sanex 0%», porque ya está la tropa ahí dándolo todo.

    Telita. Y mira que soy de risa fácil. Pero es muy cansino el tema: me considero escéptica en cuanto a las propiedades que se publicitan de los productos (es decir, no me voy a comprar un champú porque tenga arginina, si huele a «HAMOR» entonces es negociable xD), pero por otra parte, claro que prefiero un tipo determinado de productos. Prefiero consumir local antes que de fuera, prefiero prestar interés en la marca y sus buenas prácticas, prefiero preparar repostería yo misma antes que comprarla… y así un largo similar a lo que cuentas… no sé, a lo mejor si me dedicara a la biotecnología y alimentos funcionales sería así de… así (xD).

    Pero bueno, ya ves, una opinión personal mía de tuitera quemada con ciertas actitudes :-/

  10. Y vuelvo para apuntar que entiendo perfectamente la crispación que hay sobre el concepto que tiene la gente de “natural” vs “artificial/químico”, sí. Pero es que no es la respuesta más adecuada crisparse y no dirigir bien el debate. Ambas posiciones se colocan a la defensiva y al final pienso que no creamos entendimiento.

    Y entiendo perfectamente la crispación porque la veo comparable como microbióloga a que venga alguien a decirte que el SIDA ha sido inventado por los americanos (sin conocer la hipótesis disidente del VIH, ojo…). Pero, insisto, además de que la alimentación es un tema espinoso de por sí (no sólo entran en juego consideraciones fisiológicas o biológicas o químicas si me apuras, sobre la comida, está incluso el aspecto social…), a veces, en mi humilde opinión, me parece ver una actitud científica un poco elitista :-/…

    Es que lo del tomate y los átomos no me ha hecho ni p*t* gracia, vamos xDDDDDDD.

  11. Al igual que Hebus, encuentro muy interesante el uso de la energía como unidad de medida para evaluar al «eficacia» de un alimento desde que se produce hasta que se consume. Entiendo que el dato que das de que cada caloría ingerida cuesta 7 calorías puede parecer escandaloso, especialmente cuando ha sido hinchado, como bien explicas, por el uso de fertilizantes, plaguicidas, recolectoras, transporte, envasado, distribución, etc. Ahora bien, pese a que algunos de esos «gastos» sean superfluos, no creo que el balance 7:1 se pueda reducir mucho más (no sé, tal vez a 5:1 o 4:1, pero dudo que se pueda bajar de ahí).
    Me explico: en primer lugar hay que computar la energía gastada por el agricultor… un tractor gasta mucha energía, pero más gastarían unos bueyes y más aún el agricultor solo con una azada; los fertilizantes gastan energía en ser producidos, pero incrementan la producción de alimentos (=calorías finales); los plaguicidas también cuestan energía, pero menos que perder toda una cosecha. Transportar la cosecha desde el campo al almacén y/o al mercado cuesta mucho si es en camión, pero ¿y en burro?
    Es decir, que si no se usaran estas «tecnologías» que hacen que el balance calórico suba hasta el 5:1 o el 6:1, habría que resignarse a tener balances aún peores.
    Ojo, que con esto no justifico el transportar alimentos durante miles de kilómetros o el envasar con plastiquitos absolutamente todo. En eso lo has clavado.
    En fin, un artículo estupendo, me ha gustado la perspectiva y me ha hecho replantearme un par de cosillas, así que gracias ;-)

  12. Coincido en todo lo que has comentado en el artículo: la idea de buscar ese equilibrio energético es la filosofía de vida de supermercados como el nuestro, y estoy seguro de que es lo que está en la mente de todos los «magufos», pero que además lo han adornado con un poco de mitología moderna :)

    Sólo una aclaración: cuando algo es «Ecológico» sí que significa algo, al menos en la Unión Europea: un alimento ecológico con su correspondiente etiqueta identificativa supone que ese alimento se ha realizado bajo unas estrictas normas sostenibles de extracción y producción, sobre todo en agricultura ecológica: nada de pesticidas o herbicidas industriales, y nada de transgénicos desde la semilla, además de un centenar más de restricciones.

  13. ¡Señor @copepodo!

    Has parido una obra maestra. Yo soy una persona práctica (ingeniero, ya sabes) y considero que el enfoque energético es el único válido al final del día, cuando saldas las cuentas y cierras los libros. Mención aparte a los asuntos puramente subjetivos… Si has «afeitado» la piel de un limón para aromatizar un bizcocho (seguro que sí) entonces hablamos de lo mismo.

    Lo dicho, obra maestra, marco de oro y referencia para la posteridad. Gracias.

  14. Muy de acuerdo. Yo el otro dia fui de los que puso el grito en el cielo con slavados, siendo muy critico en las redes sociales como twitter, por la visión que a mi parecer sesgada, catostrofista y partidista, dio del proceso alimentario. Al final acabo pareciendo que los aditivos eran tan malos como la contaminación ambiental de la empresa de flix. Y ese no es el punto.

    Lo que si estoy de acuerdo es en lo que tu dices, cuanto más natural sea algo, y más cercano a ti, y más sepas de donde viene, mi abuelo era agricultor y ganadero, mucho mejor. Porque mi abuelo usaba nitratos, usaba pesticidas, pero la comida tenía sabor,,y hoy en dia lo que comrpas en un supermercado, muchas veecs no lo tiene, y eso quiere decir que algo ocurre.

    La mezcla de avances y tradición es lo mejor y más logico, querer ser solamente sintwetico omsolamente ecologico, no es bueno. Piorque en cualqueir de los dos lados perderás rtanto la sabiduría ecologica adquirida durante años, como la sabiduría química . Si, ambas son importantes.

    Obviamente como muchos dicen hoy tenemos niveles de esperanzade vida mayores, y enfermedades erradicadas, que si obviamos ciertos procesos que nos han llevado hasta aqui,, nos hará retroceder, pero también es cierto que perder todo lo natural, hará que dentro de 15 años hayamos retrocedido quizás no en la esperanza de vida pero si en la calidad de la misma, por ello, bajo mi humilde opinión, y soy científco y aunque no me dedico al campo alimentario, estudie biotecnología y se un poco del tema…

    Por ello, yo creo que tanto químicos aditivos etc, como pesticidas, como antibióticos en animales, usados de forma racional, bien documentados y testeados, son buenos porque nos permite alimentarnos de forma correcta y con mas posibilidades de acceso a la misma, pero si se usan de forma inadecuada, sin apsar controles necesarios ( como yo personalmente creo que ocurre con muchos epsticidas) y abusando de antibióticos como ocurre en muchas explotaciones ganadera para incrementar el beneficio, mal vamos.

    Y para que sede el uso racional de los mismos, es decir recursos natuirales y quimicos, deberíamos cambair en muchas ocasiones le modelo productivo que nos empuja a estas practicas erroneas

  15. Hola maligno Doctor Copépodo,
    Soy Tyler-Pepe y me ha encantado el artículo.
    Creo que otro de los problemas que no has mencionado es el de que la gente realmente no piensa en lo que se lleva a la boca (igual que no lo hace con lo que se viste).
    Hemos dejado de dedicarle tiempo a pensar, ya no sólo a cocinar…es mi sensación.
    Queremos hacer demasiadas cosas a lo largo del día, y todo ¿para qué? ¿Compensa?
    Bueno, lo dejo que me voy a echar a llorar..
    Gran post, como siempre ;)
    Abrazote
    Quique

  16. Bueno, poco se puede añadir después de un post tan meditado, elaborado y acertado como este. Además, nutrido (je) ya de unos cuantos comentarios igualmente interesantes.

    Pero no quería dejar de agradecerte esta abierta manifestación de una postura centrada, conciliadora, que nos haga reflexionar sobre la manera en que tratamos la información. Se nos llena la boca criticando a periodistas y «malos científicos» que infunden dudas y temores, pero se nos va la mano de mala manera. Personalmente siempre he intentado, y he manifestado más de una vez mi crítica: enseñar o compartir antes que atacar, insultar o recriminar. Expresiones como «ecolojeta» o «magufo» son insultantes y ridiculizantes, y hacen flaco favor a cualquier argumentación. Estoy seguro de que toda la cuadrilla escéptica comparte tus preferencias y preocupaciones en mayor o menor medida, y también entiendo que si uno trabaja con transgénicos o aditivos alimentarios esté un poco harto de que le llamen satanás y cosas parecidas. A mi me pasa algo parecido con el tema de las «terapias alternativas», normalmente no me enervo porque un amigo se haga acupuntura para el dolor de la rodilla o me diga que desde que hace meditación tiene menos ansiedad; pero claro, cuando lees una noticia de alguien que reniega de la quimioterapia, o difunde que el VIH no existe… al final se te llevan los demonios y te extremizas un poco. Esto pasa mucho con el tema de las medicaciones: sí, puede que estemos sobremedicados y yo soy el primero (tal vez un poco masoca) que prefiero esperar a ver si se me pasa el dolor de cabeza antes que tomarme el ibuprofeno sin pensarlo, pero de ahí a decir que ciertas enfermedades son inventos de las farmacéuticas y poner en peligro la salud mental de personas con afecciones muy graves (como lo que hacen los de la cienciología y afines), se convierte en algo muy peligroso. Un uso racional de la medicación es crucial, pero negar sus beneficios o sospechar de todas las cosas etiquetadas como fármacos es de locos.

    La clave es que una postura no quita la otra: hay que ser racional, y hay que criticar las malas prácticas, en cualquier campo. No mezclar el valor a criticar, porque cosas con base científica hay muchas y estamos hartos de decir que la tecnología no es mala en sí misma, sino el uso que se le da. Pero no reflexionamos mucho acerca de estos usos.

    Así que, a pesar de que comparto muchas de tus inquietudes y tu posición respecto al tema concreto planteado (lo de disfrutar la comida, intentar racionalizar la energía y los residuos, otro tema importante que no has mencionado mucho, creo), lo mejor de todo me parece la actitud de golpear la mesa y decir bien alto oye, a mi me gusta más el tomate de huerta, no nos pasemos ahora de listos. ¿Que se da por hecho? Bueno, pues cuando entras en las constantes argumentaciones que se suelen entrar, y además hay voluntad de enseñar o derrumbar mitos y leyendas, no conviene ser dogmático ni agresivo. Hay que establecer puntos de contacto o si no el cerramiento en banda es inevitable.

    Un post para leer en los colegios, sin duda alguna. Gracias.

    P.D.: supongo que algo de la polémico por el último Salvados habrá influido en este post. Pues que sepas que lo que has escrito hubiese sido perfectamente lo que hubiese esperado yo de un programa semejante que abordase el tema de la alimentación: problemáticas de una u otra alternativa, cosas buenas de cada una, opiniones de expertos en cada campo. Una visión global de la problemática alimentaria y sus posibles soluciones, desde la aproximación más tecnológica hasta la optimización más clásica de los recursos. Pero allí salió gente dando miedo y preocupando, simplemente. Y además no hablaron de alimentación.

  17. Un artículo que me hubiera gustado escribir a mi! Coincido plenamente en la apreciación sobre la dificultad que supone la existencia de etiquetas excluyentes para las posturas. La mia se acerca bastante a la de Copépodo.

    Sólo me gustaria introducir un matiz. Donde dices: «el avance en sí (…), no es “bueno” o “malo” por sí mismo, sino que los juicios de valor los hacemos sobre las consecuencias que dichos avances tienen, siendo esto algo lícito y a menudo, bastante subjetivo.», yo prefiero decir, siguiendo un poco la idea platónica de «pharmakon», que el avance es «bueno» y es «malo» al mismo tiempo. Los avances de la tecnociencia son ambivalentes, buenos y malos al mismo tiempo, de manera inseparable pueden tener consecuencias buenas y consecuencias malas. Hay que ser conscientes de ello y actuar en consecuencia. Si quieres, a nivel lógico puede parecer lo mismo, pero creo que el matiz es importante.

    Felicidades otra vez por la entrada!

  18. Soberbio, Rafa, soberbio. Como ya preveía, no has dejado ningún gran palo sin tocar (tal vez me hubiera gustado que hubieras subrayado más el absurdo inherente en la frase ‘es que eso tiene mucha química’), pero guardo desde ya este artículo en mi subcarpeta de ‘superfavoritos’ para, preveo, numerosas futuras referencias.
    Bueno, voy a ver si puedo aportar algo. Primer punto: corroboro y firmo punto por punto todo lo referido a que una de las mejores formas de ser efectivamente ecologista es volverse vegetariano (en la medida de lo posible y de la voluntad) por la cosa de la pirámide energética; y luego, como dices, consumir productos locales. Precisamente a esto último he comprobado que en UK le dan mucha importancia, una actitud que aunque a menudo me parece que tiene un origen más chovinista y proteccionista que genuinamente ecologista, bienvenida sea.
    Con respecto a los llamados productos orgánico/ecológicos (esto es, criados sin fertilizantes ni excesivamente procesados), me parece que ignoras, no sé si deliberadamente, el hecho de que lo que encarece el precio de los productos ‘ecológicos’ es el rendimiento de la producción, el hecho de que un porcentaje mayor no se puede vender, y es necesario más terreno para un mismo volumen de producción. Y no te voy discutir en profundidad todo lo que mencionas del sinsentido que tiene enriquecer de nitrógeno una parcela de terreno si para ello debemos de empobrecer otra (que presupongo pertenece a terrenos baldíos), sin duda eres el que sabes del tema, pero en principio, per se, no sé que tiene de malo ese desequilibrio artificial.
    Y vamos al tema de la energía. En general, con todo lo que te refieres a gastos energéticos, no hace falta que te de la razón al tratarse de una sencilla evidencia: mejor temprano que tarde, tendremos que abandonar los combustibles fósiles en favor de alternativas renovables. Para satisfacer las necesidades de energía eléctrica bastaría esencialmente ‘sembrar’ la superficie de la Tierra con paneles fotovoltaicos con una superficie aproximadamente igual a la urbanizada; dicho de otro modo, con poco más que usar todos los tejados debería bastar. Junto a energía hidroeléctrica, viento, y biomasa/biocombustibles (que ya lo hemos hablado, son carbono-neutrales), es más que técnicamente factible cubrir todas las necesidades energéticas humanas actuales, y con bastante margen. Insisto, no hay ningún gran impedimento técnico para no hacerlo, si se nos plantase en los cojones podríamos abandonar el petroleo en diez años. Obviamente, y desgraciadamente, no va a pasar, hay una gigantesca infraestructura perfectamente funcional que habría que desechar en favor de una nueva, pero poder, se puede, y el día que se haga, de repente al hablar en términos de energías renovables se vuelve irrelevante hablar de ‘agotar la hucha’ que supone tirar de reservas de combustibles fósiles, y empezar a beber casi directamente de la fuente: el sol. Ese día, combinado con un consumo y una gestión sostenible y responsable del resto de recursos y desechos, te dará igual comerte una papaya de la Guyana francesa.
    Pero claro, hay que llegar a ese día.

    Y con tu descripción de pelar la naranja me has emocionao. Jajaja

  19. Me ha gustado mucho esta estrada. Lo cierto es que el criterio energético es una de las razones fundamentales del vegetarianismo, aunque no se conozca tanto. En definitiva este es el post que me hubiese gustado escribir a mí, sobre todo después de la polémica de #quecomemos.

    Sin embargo yo la hubiese ampliado tratando la ética de la explotación animal, a riesgo de perder algún lector ;-)

  20. Estoy completamente de acuerdo contigo tío. Pero como viene pasando últimamente, me parece bien comentar todo esto en un blog o donde sea, pero creo q es mucho más productivo pasar a la acción. O sea, no digo q haya q hacer tal o cual cosa, pero yo por ejemplo, pensando parecido a ti, el año pasado se me presentó la oportunidad y me metí en un huerto con un par de colegas. El comienzo es complicado, no nos salieron todas las cosas q plantamos, pero otras sí; la cuestión es aprender y ver cómo crece lo q te vas a comer, y además sabiendo lo q le has echado y lo q no. Si alguien quiere visitar mi huerto, por aquí. Hace poco matamos también un par de pollos, pero de eso no subí nada :P (q oye, cambia bastante de verte los filetes en bandejitas o el pollo girando asándose q tener q matarlo y desplumarlo tú mismo.. :P).

    Pero vamos, q la esencia, lo q me llevó a meterme ahí, fue una manera de pensar muy parecida a la tuya:
    – pq los alimentos cuestan cada vez más por culpa de la distribución, más la energía consumida innecesariamente (en esto me has ilustrado mucho mejor tú, gracias)
    – pq además resulta q están cada vez más malos o más insípidos por todas las mierdas q les echan
    – pq tenemos muchas tierras infrautilizadas en nuestras ciudades y alrededor, y creo q no es en absoluto necesario irse a argentina a cultivar nada (aunq si hubiera políticas oficiales q ayudaran a esto ayudaría bastante..)
    – pq ya no le damos valor a los alimentos, y mientras q antes se aprovechaba todo, incluso los huesos o las raspas para hacer caldos o arroces, ahora tiramos la mitad de la comida

    En fin, q hay muchos motivos para ir lo menos posible al supermercado tipo mercadona y tratar de cultivar y criar nuestras cositas, q las cosas se están perdiendo, y es una pena. Y a todo eso añádele lo q comentaas de la eficiencia energética, q es un desastre vaya.

  21. Excelente el punto de partida, con esa equidistancia entre los ecojetas y los biotecnócratas, pero cagad monumental al confundir Ciencia con capitalismo. Como tú mismo dices, te dejas contaminar por la política, y la política es, por naturaleza, dogmática. La solución de los problemas alimentarios no está en el capitalismo, desde luego, pero mucho menos en el comunismo. En todo caso, brillante en su conjunto.

  22. Caramba Rafa. Te habrás quedado a gusto jejeje.

    En general estoy de acuerdo con los razonamientos que expones. Pero quiero matizar un aspecto.

    Criticas el balance global alimentario como negativo. Bueno, opino que esto es inevitable para todo individuo que no cultiva sus propios alimentos. Desde el momento que de la producción agropecuaria se ocupa un parte de la sociedad, para abastecer al resto, el balance energético es claramente negativo.
    Inevitablemente hay que destinar recursos (en mayor o menor medida) a su transporte y conservación.

    Así que el problema es más bien de magnitud: no es lo mismo que nos abastezamos de productos de la comarca que del otro hemisferio. No es lo mismo gastar un poco de energía para abastecernos de comida del entorno inmediato, que un huevo de energía para importar kiwis de Nueva Zelanda.

    Este problema que mencionas no es nuevo: la ciudad de Roma en su periodo imperial llegó a tener millón y medio de habitantes. Aunque la dieta del romano medio era una mierda (pan, aceite, queso y poco más), para poder alimentar a semejante población había que importar el grano de todos los confines del Imperio (Bética, Sicilia, África, Egipto) e incluso más allá (Propóntide por ejemplo).
    De hecho a lo largo de la historia, la población máxima de una ciudad dependía de su capacidad para importar alimentos.
    Inglaterra según fue creando su imperio (a partir del si.XVIII), fue reduciendo su producción agrícola, a cambio de aumentar sus importaciones de alimentos de las quimbambas. Esto llegó a ser un problema serio en periodos en que tenían las vías marítimas comprometidas por la guerra, como las guerras napoleónicas o las dos guerras mundiales.
    ¿Y cómo llegó Inglaterra a esa situación? Por varios factores. Por una parte por el régimen de la propiedad de tierras en la isla, que no viene al caso. Pero por otro lado, por especialización funcional: sale más rentable que la población se concentre en las industrias y servicios, y dejar los campos para usos extensivos. Y como hay que dar de comer a esas hordas de obreros, pues se importa la comida, que sale relativamente barato.
    Seguro que el área metropolitana de Nueva York se zampa el equivalente de las producciones agropecuarias de 200 km a la redonda, y aún así se queda con hambre. Pero para eso tiene un impresionante estuario, para recibir lo que le falta.

    Lo que quiero decir con todo esto es que, la inmensa mayoría de los mortales importamos nuestra comida a mayor o menor distancia. El déficit energético es sí o sí. Se trata por tanto de que, ya puestos a que hay que gastar energía en obtener nuestra comida, que no sea de demasiada distancia. Estamos por tanto ante un problema de magnitudes.
    Porque no podemos quedarnos con una visión bucólica del mercado tradicional. Una ciudad como Madrid es inabastecible a través de los mercados convencionales con sus puestos de fruta, verduras, carnicerías y pescaderías. Ya sé que sencillamente a la gente ya no le va pisarlos. Ya sé que la gente prefiere gastar su tiempo en otras cosas que en cocinar y opta por los precocinados. Pero aunque no fuera así, es inviable. Aquí en Madrid, la mayor parte de los alimentos no procesados tienen que pasar a narices por Mercamadrid. Por muy ágil que sea su funcionamiento, los productos que siguen todo este proceso no son precisamente frescos. Inevitablemente la mayor parte de lo que comemos en Madrid es insulso.

    Lo ideal sería, claro, que las poblaciones tuviesen una población media (nada de ciudades millonarias) y que estuviesen rodeadas por una corona proporcional de terrenos con explotaciones agropecuarias, en lugar de disfuncionales ciudades dormitorio. La realidad, desgraciadamente, es muy diferente.

    Y una de las causas de esta situación diferente es que hemos disfrutado durante décadas de energía barata y abundante. Como ya me conoces, sabes que me sumo a la idea de que, llegados al pico de la producción, esta coyuntura podría terminar, y sabe dios qué horrores pueden venir después si no se encuentra rápidamente una alternativa energética razonable.
    Y no quiero ponerme apocalíptico, que de eso ya hemos hablado bastante antaño.
    En caso de lograr esa alternativa energética, me sumo a la pregunta que razonablemente te ha planteado Hebus, porque teniendo energía abundante, el único problema que veo de importar frívolamente la comida de las quimbambas es que hay que recurrir a cochinadas para que llegue a casita en buen estado. No veo otros inconvenientes.
    Teniendo abundancia relativa de energía, será viable la especialización productiva a nivel territorial. Caso aparte es que esta especialización propicie saqueos y expolios, que no tienen disculpa.

    Una curiosidad: ¿qué productos alimenticios añoras de España?

  23. Absolutamente genial texto el que nos presentas macho. Obviamente muchos de nosotros no podemos mas que levantarnos y aplaudir frente a nuestro ordenador (mi jefe mi mira con cara rara cuando hago eso en el laboratorio) porque estamos de acuerdo, sino en todo, en la mayoría de cosas.

    Solo una cosa con la que no estoy de acuerdo y es la parte en la que dices que de alguna forma la ciencia es responsable de las desigualdades sociales entre países y de los desequilibrio económicos. Volvemos al tema de los transgénicos y la tecnología. La ciencia y los avances no son ni buenos ni malos, es la aplicación de estos y las políticas de adaptación las que hacen que una tecnología se use bien o mal. Es la política de un país, una empresa, un distribuidor, un consumidor, etc… lo que provoca esas desigualdades. La ciencia y sus avances deben seguir y ser ofrecidas (preferiblemente sin patentes y sin derechos de autor… pero para eso se debe invertir desde los poderes públicos y no desde empresas privadas) Pero ese es otro tema.

    Por tanto la automatización de los procesos agronómicos conlleva riqueza por un lado, mayor producción, etc pero por otro provoca que muchos puestos de trabajo desaparezcan y que solo unos poco con grandes terrenos tengan el acceso a las nuevas tecnologías (con las que los pequeños productores difícilmente pueden competir). Esos pequeños productores deberán entonces dedicarse a otra cosa, que en una sociedad indrustrial o post-industrial, hay muchos trabajo nuevos que nos hemos inventado.

    Pero el problema real es la velocidad. Si pasamos rápidamente y sin pasos intermedios de la ausencia de tecnología a la automatización de todos los sistemas, a la sociedad no le da tiempo de acostumbrarse y pasa lo que pasa. España es un buen ejemplo, pasamos de la sociedad agrícola a la sociedad postindustrial, sin apenas haber pisado la era industrial… y claro, todos los esfuerzos se centran en donde no se debe.

    Volviendo al tema central del texto, totalmente de acuerdo con que una muuuuuy gran parte de la responsabilidad cae sobre el consumidor, quien reclama mas y mejores productos… es nuestra responsabilidad no comparar aquello que supone un mayor coste social en la otra punta del mundo. Mucha gente me dice que la fruta del mercadona no sabe a nada… yo les digo «Coñe, ¿Es temporada de lo que consumes?» No pretendas comer naranjas en verano ni castañas en primavera. Todo tiene su tiempo en tu país.. y así no hay que guardarlo en cámaras y el sabor será mejor.

    Compadre, el momento Orgasnaranjico… mágico macho. Me han dado unas ganas de comer naranjas… pero no es temporada, mierda.

    Estoy contigo en lo de los mercados. Disfruté muchísimo en Chile y Perú comprando directamente al productor y disfrutando de esas pequeñas variedades y cosas que solo te puede ofrecer un agricultor con muchos años de experiencia y duro trabajo.

  24. Interesantísimo artículo. La verdad es que todo este tema da mucho que pensar. Lo mejor es conrear tus alimentos si puedes porque cada vez la alimentación va a peor y están saliendo muchas alergias severas.

  25. Pingback: Soy científico y prefiero los "alim...

  26. Excelente entrada aunque me gustaría matizar algunos aspectos.

    En tu renuncia a tratamientos quimicos en general no computas el coste en salud. Hace no tanto tiempo, las intoxicaciones eran importantes. Comer local de un productor de granja tiene mas riesgos. Eso también sería un coste energético a considerar, el tener que tratar a más enfermos.

    A nivel global, y gracias a las nuevas variedades parece que se está reduciendo la superficie necesaria para cultivar alimentos, y es probable que mejores variedades sigan mejorando este proceso. Aun así el ritmo de destrución de hábitats y especies es superior y un grave problema.

    A bote pronto creo que España exporta mas alimentos de los que importa y se podría autoabastecer sin problemas, renunciando a otros productos exóticos claro. Sobre todo pasando a una alimentación más vegetal. Con el pescado hay un problema.

    Como a ti, me enanta cocinar y comer pero ¿cómo sería una sociedad en la que todos dedicaran dos horas a cocinar? No digo que fuera mala, pero obviamente sería mucho menos productiva y eso dejaría a muchos fuera de juego, ¿a quiénes?

    Hay cosas que no me gustan del capitalismo, pero el mercado como tu indicas es la mejor forma de intercambiar bienes y servicios usando precios y monedas. La realidad es que hay millones muriendo de hambre pero también es cierto que nunca antes en la historia de la humanidad hemos comido tantos y con esta calidad. China o la India son claros ejemplos.

    Creo sinceramiente que el futuro está en una sinergia de transgénicos, permacultura, consumo local y reducción de la huella energética. Todo ello, nos llevará a una menor población mundial.

    Como bien dices, a ver quien se atreve a decir lo que hay que hacer…

    De nuevo enhorabuena por el post que comparto en su mayoría.

  27. Bueno, se ve que estaba muy equivocado. Sí que hay mucha gente a la que le importa y le interesa incluir el aspecto del balance energético en el debate sobre alimentación, y eso me parece muy buena noticia. Os agradezco a todos los comentarios, voy a intentar responder a todos los que habéis planteado cuestiones diversas, aunque llevará un tiempo.

    Unas cosas en general:

    Sí, me he dejado muchas cosas en el tintero, me hubiese gustado añadir mucho más, pero bastante rollero soy.

    Mi dieta cojea, Ángela
    Muchas gracias por vuestros comentarios. Tenéis toda la razón en que el uso de «natural» está vacío de contenido y es incorrecto. Creía haberlo dicho al final de la «introducción», de todas formas por si fuese necesario, aclaro que está puesto así con toda la intención del mundo, pero vamos, asumo que es verdad lo que decís y lo sé.

    Erick
    ¡Exacto! La tracción animal se basa en energía solar en última instancia, porque comen plantas que hacen fotosíntesis. Un molino de agua también funciona, en definitiva, con energía solar (es la radiación solar la que «sube» el agua a las montañas). La cuestión es que desde que empezamos a usar combustibles fósiles podemos hacer muchas cosas sin esfuerzo, pero llega el momento de pensar que eso no va a durar para siempre. No hace falta que lo agotemos, basta haber sobrepasado el pico de máxima producción (algo que al parecer ya ha tenido lugar) para empezar a percibir que cada vez va a ser más difícil mantener el derroche de antaño. Sobre costumbres de consumo, creo que en general andamos en sintonía.

    Hebus
    Me ha encantado tu comentario y te respondo encantado: si por arte de magia el problema del balance energético se solucionase (energía gratis, fusión fría chupi-guay o cualquier solución interminable) Y esa solución no provocara ninguna consecuencia negativa en el entorno, no pondría ninguna pega a que se transportara lo que hiciese falta. Sí que es verdad que intuitivamente sospecho que el ahorro y la eficacia siempre es mejor que el derroche, pero me quedaría sin ese argumento que para mí es el más importante. Hablas del hidrógeno. el hidrógeno puede ser una buena forma de almacenar energía, pero no es una fuente de la misma, al menos en este planeta, pues o bien tendríamos que sintetizarlo a partir de hidrocarburos (finitos, contaminantes, etc) o bien por electrólisis a partir del agua (proceso también de balance negativo termodinámicamente, pues lo que se hace luego con el hidrógeno es «quemarlo» obteniendo agua como resultado, y mientras no inventemos un móvil perpetuo, este «ciclo» no va a salirnos a cuenta).

    Mortiziia
    Gracias por la recomendación. ¡Mmmmm!

    Rad
    Estos son temas complicados, no soy muy amigo de simplificar, pero mi apreciación general de los transgénicos y del motivo para los que se usan es en general negativa. Sin embargo no me gusta decir que estoy «contra los transgénicos» porque es como decir que estás en contra de la televisión: la televisión puede ser una cosa cojonuda o un montón de mierda dependiendo del programa que pongan, pues con los transgénicos igual.

    Biónica
    Bueno, qué te voy a contar a estas alturas: totalmente de acuerdo con lo que dices. A mí me incomodan mucho las actitudes arrogantes en gente que se jacta de divulgar. ¿Cuál es tu propósito, enseñar al que no sabe, o darte palmaditas en la espalda con el que ya piensa como tú? La gente que más puede necesitar la divulgación, la que puede realmente aprender a cambiar la imagen que tiene de la química o de la biotecnología no va a dar palmadas con las orejas si entras faltando al respeto y ridiculizando, así no se consigue nada. Por otro lado, la arrogancia me parece una actitud muy poco científica en sí misma. Yo cuanto más mayor me hago y más «aprendo», más trabajo me cuesta hacer afirmaciones categóricas (por eso mis textos están tan saturados de adverbios y acotaciones). Se da además una circunstancia muy curiosa. Quizá el ecolojeta perroflauta vegetariano que cree en las auras va y compra causando menos impacto que tú, que te crees tan listo, y quizá acabe siendo por una cestión totalmente distinta, pero va el tío y deja menos huella ecológica que tú. ¿Cómo se te queda el cuerpo? Yo ahora compro en una cooperativa, llena de alimentos de producción local, donde apenas se usan envases… (tengo que escribir un post sobre este sitio) y sí, compro en el mismo sitio que muchos flipadillos new-age, y tal, y mira, tan contentos todos.

    ÓsQar
    Gracias por el comentario, me ha gustado mucho porque das justo en el clavo. En este tema podríamos extendernos muchísimo, si te interesa te diría que la palabra clave es «decrecimiento» y te animaría a leer un par de libritos introductorios donde se habla de todo esto, de cuáles son las expectativas pasado el pico del petróleo y algunas nociones sobre lo que se puede hacer. (::1:: y ::2::), pero es un tema inmenso y también controvertido. Yo en general tiendo a ser bastante pesimista sobre nuestra capacidad de reducir ese ratio, no sé muy bien hasta dónde podremos llegar, pero lo qu tengo claro es que seguir aumentándolo es una malísima idea.

    Ecorganic
    Te agradezco la aclaración, pero el día que ví una bandeja de manzanas «ecológicas» en el supermercado, en bandejita de pvc, con plástico y procedentes de Francia, puse en cuarentena esa etiqueta europea.

    Iván
    Un comentario así de un ingeniero me sabe casi tan bien como un bizcocho con piel de limón. ¡Gracias!

    Melchor
    No me gustó nada el programa que dices, pero me decepcionó también el tono de los comentarios en internet. Y bueno, me alegro de que te haya gustado.

    Eroyuela
    Pues sí, a veces estamos tan empanados que hasta hay que hacer el esfuerzo por centrarse en ¡comer! y en disfrutar de la comida.

  28. Yo me sumo a la tesis de decrecimeinto que sostienes, y lo suscribo. Yo sólo hubiera añadido añadido algo más, cuando cocinas para alguien (inclusive para uno mismo) no dejas de mostrar lo que sientes hacia esa persona, le pones todo el mimo y el cariño para que esté rico, sabroso, le dotas de una personalidad que nada envasado puede tener.

  29. Dr. Litos>/b>
    Me remito un poco al comentario que he respondido a Biónica: la arrogancia me resulta una característica bastante desagradable, y muy especialmente entre gente que se supone que hace divulgación científica. Sí, vi el programa del domingo, y no me gustó nada de lo que vi ni ahí ni en Twitter, y nadie menciona nunca el puñetero balance energético, que a mí es lo que más me preocupa. Y lo mismo es una impresión mía, pero llevábamos ya una temporada que vamos, parecía que además del salero toda mesa tiene que tener un bote con el puto bisfenol de las narices para echárselo a la sopa, de lo cojonudo que es, así que, sí, me apetecía decirlo. El resumen es que yo intento comprar parecido a como compraría un ecolojeta, pero por cuestiones muy diferentes, cuestiones que se dicen poco y son importantes.

    Pere
    Gracias por el matiz. No sé, yo tiendo a pensar que el avance es neutro. el juicio de valor sólo se hace desde el punto de vista de cómo afecta a una persona o a un colectivo, pero la técnica en sí no tiene cualidades morales, ¿no?

    Rufo
    Lo de ser vegetariano es uno de los muchos temas que dejé en el tintero. Efectivamente, la reducción de la huella ecológica me parece el mejor de los motivos para tomar esa opción (el único que he barajado personalmente). Nunca, hasta ahora, nunca ningún vegetariano me ha confesado que dejó de comer carne por eso… curioso.

    Me gustaría poder hablar muuucho tiempo sobre otro temas que tocas: lo de que la biomasa es carbono-neutral, por ejemplo (habría que matizar eso también), y sobre las posibilidades de satisfacer un tren de vida como el actual simplemente poniendo células fotovoltaicas en los tejados (lo dudo mucho), pero en general, estoy de acuerdo con lo que dices, espero que me perdones la falta de tiempo.

    amoyag
    Mucho me temo que aunque creo que debe tratarse a los animales todo lo éticamente que se pueda, no puedo compartir una postura vegetariana basada en la ética: somos omnívoros, así que no me parece incorrecto comer animales. Eso sí: estoy de acuerdo en que consumimos muchos más de los que son necesarios. Por lo demás, ya he dicho ariba que si alguna vez considero hacerme vegetariano, será por reducir la huella ecológica. ¡Muchas gracias por pasarte por aquí!

    agu2v
    Me ha encantado saber que tienes un huerto, ese era ooootro de los temas que se han quedado en el tintero (bastante rollero soy ya). ¡Eso tiene un valor inmenso! A todo lo que he dicho del valor humano del mercado y la cocina habría que añadir el de cultivar con tus propias manos, ¡bravo y felicidades! Otro día con más tiempo recuérdame que cuente lo de unos pollos que nos comimos en Madagascar. Y atento a cuando hable de la cooperativa de Willimantic, que te va a gustar también. Gracias por compartir las fotos.

    Sphakteria
    No confundo ciencia con capitalismo, hablo de las dos cosas, pero no las mezclo. Por una parte, independientemente de tu opción política, defiendo que la eficiencia energética es deseable frente al derroche, y por otra, afirmo que el mercado global está generando desigualdad y degradación del medio. Esto es un hecho. El mercado global es posible gracias a avances tecnológicos, pero no son la consecuencia inevitable de los mismos (y me he cuidado mucho de no escribir algo así).

    Jmongil
    Suscribo punto por punto todo lo que dices, me ha encantado leerlo. Creo que ya hemos hablado de este tema alguna vez, y sí, las ciudades millonarias son insostenibles. Cada vez estoy más seguro de que el modelo óptimo de población es el de pequeñas ciudades (de 10-50k habitantes quizá), en las que se optimizaría la sinergia de un núcleo urbano con una huella ecológica razonable. Yo no soy ningún experto en estas cosas, pero me preocupan. Al igual que tú, yo DESEO estar equivocado y que mañana se descubra el Karma Fluido y solucione para siempre las necesidades energéticas del mundo y vivamos felices como en star Trek. Ojalá. sobre la otra pregunta: la verdad es que, exceptuando el jamón ibérico, algunos quesos y algunas frutas muy concretas, aquí hay cosas muy buenas, y algunos productos locales estupendos que no hay en España (el sirope de arce, los frutos secos americanos,…)

    ÓskarHR
    Bueno, esto hay que dejarlo claro: por supuesto que la ciencia no es responsable de la desigualdad. ¡La ciencia no es responsable de nada! ¡Aquí los únicos responsables somos nosotros! Fíjate que lo que escribo es «este sistema injusto de explotación sólo puede sustentarse gracias a los avances tecnológicos que permiten la globalización del mercado agroalimentario«, es decir, la ciencia es condición para que eso se produzca, pero no la causa. Lo digo en el texto: el conocimiento no es bueno ni malo. Esos juicios de valor siempre tienen que tener un complemento indirecto (¿para quién es bueno o malo?). ¿Es buena o mala la gravedad? Esa pregunta es absurda, ¿no? Es como lo del cuchillo, que lo mismo corta jamón que la yugular. Pues eso.

    Aitor
    Muy buen comentario que te agradezco: estoy de acuerdo con tus matices. Hay muchas cosas que se han quedado en el tintero, y soy consciente de que este es un tema muy complejo, pero me gusta poner sobre la mesa los temas que me preocupan, eso no quiere decir que ignore o que no considere los otros. Todo lo que lleve a reducir la superficie cultivable y el impacto puede ser bueno, pero se me pone la mosca detrás de la oreja cuando oigo soluciones demasiado fáciles, me gustaría comprobar si el balance energético es positivo o si encierra «truco» como en el ejemplo de los fertilizantes. Sobre si España es excedentaria o deficitaria en alimentos… pues mi sensación es que es deficitaria, de ahí mi preocupación. Este punto habría que aclararlo, pero en el informe que he enlazado al principio creo que se dice que es bastante deficitaria, y este es un asunto complejo también (la PAC, por ejemplo). Otro tema interesantísimo: el del modelo de sociedad. Yo sospecho que una sociedad en la que dedicáramos no dos, sino cuatro hoas a cocinar o cultivar, en la que fuésemos más dueños de nuestro tiempo y menos «esclavos» de un sistema productivo (ese que te puede «dejar fuera»), sería una sociedad mejor, pero bueno, entiendo que no todo el mundo lo comparta, y francamente, tampoco puedo decir con total seguridad que vaya a ser así. Desde luego todo sería más fácil si no fuésemos tantísimos, pero a ver cómo solucionamos eso. No sé, esto es un asunto «mu gordo», yo no tengo claras las respuestas, pero me gusta que tenga el balance energético en mente.

    Alfie
    Cocinar para uno solo ¡malo! Que te abandonas.

  30. Estoy de acuerdo contigo, copepodín, en cuanto dices. Todo es matizable, como dicen más arriba otros lectores, pero puedo decir que has escrito la entrada que me habría gustado escribir sobre el tema. Y es que yo también siendo que las posturas se vuelven extremas cuando se debate sobre estos temas, y al final todos gritan y nadie escucha.

    La alimentación es un tema apasionante, y has sabido trasladar a tu artículo cómo hilvana ciencia, sociedad, cultura, sentimientos, naturaleza… Y es que tenemos que comer cada día, y tras el acto de hacerlo, al decidir qué comemos, estamos emitiendo un voto sobre el sistema alimentario y social que deseamos. Hay un libro apasionante que posiblemente conozcas: Otra manera de vivir, de Jane Goodall (algo del mismo mencioné en una entrada de uno de mis blogs hace unos años) y cuya lectura que te creo que te gustará, si no lo hiciste.

    Tu texto resume de una forma tremendamente eficaz varios temas de la asignatura «Medio Ambiente y Sociedad» de la carrera de Ciencias Ambientales, y estoy seguro de que le gustará al profesor que tuve en la misma. La pregunta del examen que hice (pues era solo una, de amplio desarrollo) y que pude escoger trataba precisamente sobre la alimentación, ya que creo que da juego para tratar muchísimos problemas con los que nos enfrentamos hoy día en nuestras sociedades. Le recomendaré la entrada. :)

    ¡Saludos!

  31. Si se cocina durante dos horas en tu casa, gastando grandes cantidades de energía en cocción y demás, estás contribuyendo bastante al «balance energético negativo». Pero eso ocurre desde que el hombre es sapiens (y mucho antes). Desde que empezamos a cocinar los alimentos, utilizando por tanto combustible, gastamos más energía que la que consumimos, pero la gastamos del ambiente, no de nuestros cuerpos, y el rendimiento energético que conseguimos es mucho mayor que sin el uso de fuego.

    Preocuparse por el balance energético (que es el punto principal de tu post) tiene mucho sentido por razones económicas y ecológicas, pero no como algo «absurdo» en sí mismo. No tiene mucho sentido en mi opinión ignorar todo el resto de factores. ¿Crecen espárragos a 10 km de mi casa? Sí, pero ¿para cuánta gente (hay mucha gente que existe y quiere espárragos)? ¿tendría que destrozar un bosque para cultivarlos? ¿cómo estarían de ricos? ¿sería cómodo consumirlos? ¿en qué época podría consumirlos? ¿cuánta gente podría vivir de ese trabajo y en qué condiciones? ¿cómo me saldrían esos espárragos de caros? ¿Cómo podría hacer que salieran baratos, ricos, todo el año etc., ? ¿quizá no cogiéndolos de esa zona a 10 km de mi casa?

    ¿Y si precisamente por el placer de la alimentación y de la cocina, que tanto valoras, queremos productos que *no pueden* crecer cerca de nuestra o que lo harían con un coste demasiado elevado precisamente porque el balance energético no es lo único?

    En fin, eso por ahora. Ah, dices que prefieres alimentos sin transgénicos pero no queda claro exactamente por qué.

  32. Cope porfavor, borra el anterior comentario que se lee mal.
    Veo por los comentarios que este articulo ha sido bastante catartico, incluido para mi.
    Era hora de que alguien lo dijese.
    Has tratado varios temas, voy a empezar por los extremismos cientificos.

    Es un hecho que tambien me da rabia y a mucha gente que lo ha expresado por aqui. La ridiculación y mofa disuade las voces criticas. Por eso nos sorprende que nadie lo diga, aunque muchos lo opinemos. Este articulo ha sido bastante rebelador.

    Yo creo que entre los divulgadores cientificos deberiamos poner en evidencia este comportamiento cuando lo veamos y mostrar las consecuencias negativas que tiene.
    La falta de autocritica es algo que criticamos en las religiones y similares, pero por lo visto la gente con una filosofia más cientifica, no esta libre de pecado. Nunca mejor dicho, jeje.

    Y como tu has dicho.

    «Bueno, qué te voy a contar a estas alturas: totalmente de acuerdo con lo que dices. A mí me incomodan mucho las actitudes arrogantes en gente que se jacta de divulgar. ¿Cuál es tu propósito, enseñar al que no sabe, o darte palmaditas en la espalda con el que ya piensa como tú? La gente que más puede necesitar la divulgación, la que puede realmente aprender a cambiar la imagen que tiene de la química o de la biotecnología no va a dar palmadas con las orejas si entras faltando al respeto y ridiculizando, así no se consigue nada. Por otro lado, la arrogancia me parece una actitud muy poco científica en sí misma. Yo cuanto más mayor me hago y más “aprendo”, más trabajo me cuesta hacer afirmaciones categóricas (por eso mis textos están tan saturados de adverbios y acotaciones).»

    No puedo comentar nada, solo resaltar tu comentario y recomendar el de Dr. litos. Tambien comparto la opinion con Biónica.

    ES curioso porque ocurre esto. En muchas circunstacias hay una tendencia natural a la (bi)polarización con dos bandos enfrentados que es bastante negativa.

    PP vs PSOE
    Pepsi Vs CCola
    Izda vs Dercha (politicamente hablando)
    Capitalismo vs comunismo (En mi opinion el problema no es uno u otro sino la concentración de poder. ej: jeraquia de la iglesia, partidos, reyes, multinacionales, paises potentes, farmaceuticas grandes, etc)
    Empresaurios vs perroflautas.
    ecologetas vs ?

    No tengo claro porque no hay 3, 4 o 5 bandos en lugar de 2. Por lo menos no se me ocurren y no se como funcionarian.

    Aunque lo ideal es una escala de grises.

    Yo tengo una teoria sobre los extremismos. Cuando uno tiene una opinion intermedia, se puede mover a un lado u otro pero cuando llega a los extremos no se puede volver más extremo y se produce una acumulacion de personas con la misma opinion y sin matices, se hacen grupo y más fuerte.
    Por ejemplo, veganismos, aborto en ninguna circunstancia, pena de muerte si o no, etc.

    Por ultimo, quiero comentar una teoria sobre los foros (en sentido amplio) porque puede ser util o entender porque pasan ciertas cosas.

    Cuando alguien hace comentarios extremistas y ridiculizantes hay varias formas de reaccion.

    * Se esta en desacuerdo radicalmente y contestan sin mesura. (el comentarista puede ser radical de por si o haber tenido un ataque agudo de radicalismo por el cabreo) (Flame descontrolado)
    * Se esta de acuerdo y se apoya. (palmadita en la espalda y realimentación positiva.
    * No se esta de acuerdo y se comenta cordialmente.
    * No se esta de acuerdo, pero pasa. No le va convencer y es mejor no cansarse. Aunque, otros foreros, pueden apreciar esa opinion y aunque sea publicada, el autor no tenga feedback.

    Habrá mas tipos pero como se ve estan ordenados por aptitud natural a reproducirse en un foro. Y esto pasa mas en foros grandes donde la gente se conoce poco (como en una ciudad).
    En foros mas pequeños y donde hay una masa critica de cordialidad ya no pasa.

    Tengo mis propias tacticas, que no aplico demasiado, que pienso que podria ser utiles. Y como todas las opiniones puedo estar equivocado.

    -Cuando alguien comente algo razonable o interesante. Dar un realimentacion positivo. Un «gracias» o «interesante» es infinitamente mejor que nada. El diseño de los foros no lo facilita, pero yo creo que cambiaria el tipo de seleccion natural a uno mucho mejor.

    – Como NO dice el refran: El mejor ataque es una buena defensa. Pienso que mas util defender en un foro a alguien que es atacado ( por un troll o comentario desmesurado) que atacar al atacante. Mejoras el clima y reduces la visibilidad del atacante y aumentas el del comentarista razonable.

    Voy a comentar sobre los otros temas que has comentado, pero esta parte ya tiene miga y voy partir el comentario.
    Pero antes quiero dejar un video que creo que se esta pidiendo subliminalmente en los comentarios.
    Si no lo conoceis, creo que os gustarás. Es sorprendentemente revelador (ultimamnete utilizo mucho esta palabra) :P

    Aritmetica, población y energia

  33. Copépodo, veo que opinas igual que Mulet, respecto a los temas de balance energético, en un estudio que hice tiempo ha, criar insectos da los mejores rendimientos para alimentar masivamente a la población con proteína animal, si mal no recuerdo, si la vaca necesita 100 gramos de proteína ingerida para producir 3 gramos de proteína animal, un saltamontes por 100 gramos ingeridos, produce unos 15/20gr de proteína animal.

    Desde luego el modelo de producción cárnica actual es a parte de ilógico, insostenible.

  34. Por último y para no agobiarte con tanto tocho comentario, unas matizaciones de alguien que también ha visto mundo :) :

    – En los zocos el vendedor casi nunca es el própio agricultor/ganadero.

    – hay gazpachos envasados (sin aditivos) que saben igual que los frescos, y ahorran tiempo, podrías haber puesto otro ejemplo, pero el gazpacho NO ;).

    – comprar en el mercadillo suele ser más caro, el supermercado quieras o no es un buen invento y tampoco es tan trágico como lo pintas joer, si es que, como se te nota la buena vida.

    Saludos.

  35. Trotalomas
    Gracias por la recomendación, y por compartir el texto. Sí que es verdad que por lo que escribiste en Homo libris parece un libro interesante.

    Paleofreak
    Bueno, lo del coste energético de cocinar es interesante, porque curiosamente, puede tener un balance positivo: uno de los objetivos del procesado del alimento es hacerlo más digestivo, y por lo tanto, de obtener un mayor aporte nutricional que si lo ingiriésemos crudo. Evidentemente no es lo mismo cocer el arroz (¡imagínate comer el arroz crudo!) que preparar un plato de «nouvelle cuisine». De todas formas entiendo que esa no es la cuestión: evidentemente siempre hay una inversión energética para conseguir el alimento (incluso si simplemente se coge la manzana del árbol), pero de lo que hablamos es del balance global, y por suuesto que se ueden recurrir a «ayudas» energéticas, pero de lo que se trata es de que el proceso en su globalidad sea sostenible. Lo bueno que tiene pensar en términos energéticos es que la propia termodinámica te marca la viabilidad. De todas las cosas que hacemos hoy, ¿cuáles serían posibles en un mundo sin petróleo? Esa es la reflexión. Esto es fácil de hacer: piensa en todo lo que podía hacerse antes de la revolución industrial: cultivos, conservas, comercio entre regiones, transporte de mercancías, etc (ayudándose de recursos renovables). No estoy diciendo que haya que volver a eso, sólo lo pongo como ejemplo de actividades posibles y sin balance energético negativo. Por lo tanto todas las consideraciones que haces de los espárragos también tienen cabida: claro que se puede cocinar los espárragos, comerciar con ellos, moverlos entre comarcas, conservarlos para disfrutarlos fuera de temporada. También hay cabida para el comercio de ultramar, pero con más cabeza: lo que es un derroche y una injusticia es recurrir a terrenos y recursos de otros continentes para satisfacer nuestro capricho (tener de todo, siempre, a todas horas). Y por si queda alguna duda, no creo que sea posible un cambio de la noche a la mañana ni estoy abogando por eso, pero frente a una economía que es cada vez más derrochadora y cuyo balance es cada vez más negativo en términos energéticos, ¿qué menos que intentar paliar y revertir esa tendencia? Respecto a tus últimas preguntas: a mí no me importaría vivir con acceso a menos ingredientes, respetando la temporada de maduración de los mismos y consumiendo menos productos animales. Quizá hasta ni siquiera notase mucho la diferencia. Sobre los transgénicos ya he hablado: en sí no me parecen buenos ni malos, hay que valorar caso a caso qué aportan. Si lo que aportan es una mayor rentabilidad para explotar grandes monocultivos resistentes a pesticidas en otro continente, no me parece interesante.

    Pipistrellum
    Sí, es curioso eso que comentas de las bipolarizaciones. Cuando una actividad surge como oposición a otra o como reacción a otra quizá a veces se pierde un poco el norte. Supongo que nos pasa a todos. Gracias por el vídeo, ¡52 minutos! A ver si saco alguna vez un rato.

    orab
    Muchas gracias por el comentario. ¡Muy bueno lo de los insectos! El problema es que habría que superar una barrera cultural tremenda, pero sí que lo había leído antes. Yo probé algunos en un seminario de entomofagia que hicimos en la carrera, pero chico, no sé si sería capaz de adaptarme (aunque los saltamontes esos que comen en México eran aceptables). Tienes razón en lo que dices de que en los mercados no sueles encontrarte con el agricultor o ganadero, he intentado poner siempre «contacto más directo con el agricultor», no sé si se me ha pasado alguna vez, lo que quiero decir es que veo mejor reducir el número de intermediarios.El ejemplo del gazpacho está puesto para ilustrar la diferencia entre un alimento procesado por una máquina y por una persona (lo digo justo antes), en la parte en la que hablo de opiniones personales. De todas formas sigue estando el coste del envasado, transporte y refrigeración: sigue siendo mucho más costoso que hacerlo en casa, incluso aunque no lleve aditivos. Lo del mercadillo vs. supermercado también está en el párrafo de opiniones personales sobre la comida, entiendo que no la compartas, pero bueno, ya he dicho que estoy dispuesto a pagar más por disfrutar la diferencia. Los mercadillos no están precisamente plagados de gente de clase alta, dudo mucho que sus precios no sean asequibles para cualquiera, aunque tal y como está el patio, con gente buscando comida en los contenedores, casi que me callo.

  36. Me ha gustado mucho, aunque ya hablamos de esto en otras ocasiones y como sabes, en general estoy de acuerdo contigo. Debo decir que difiero en el tema de las naranjas: yo prefiero exprimirlas para hacerme zumo.

    Dicho esto, creo que hay un problema muy complicado que resolver aquí: concienciar a la gente de esto implica concienciarla de que ha de ir contra la búsqueda de la eficiencia que inconscientemente todos llevamos a cabo. ¿Qué quiero decir con esto? Muy sencillo: si un señor se pasa la semana trabajando como un negro y gastando su tiempo y energía en ello para obtener un sueldo paupérrimo, ¿qué será más eficiente para él? ¿Ir de tienda en tienda (verdurería, pescadería, panadería…) a comprar alimentos a un precio digámosle «medio», o hacerlo en el súper de al lado, donde tiene toda la variedad de alimentos concentrada, y con precios mucho más ventajosos? Por supuesto, para el individuo lo más eficiente será tirar de supermercado, y más en tiempos de crisis como estos donde muchas familias no tienen margen de maniobra.

    Claro, esta aparente eficiencia es engañosa si hacemos un análisis ecológico del tema, tal como lo has presentado tú. Personalmente, de ese «¿sabemos lo que comemos?», me preocupa más de dónde proviene la comida y por qué manos ha pasado (intermediarios) que si es transgénico u «orgánico». Ahí debería haber debate. Creo que es ahí donde habría que trabajar por concienciar a la gente, con didáctica y con herramientas de márketing. Y por supuesto, a ser posible, con ofertas atractivas.

  37. Segunda parte del comentario
    como has comentado la vida actual esta muy centralizada en el trabajo, le dedicamos muchas horas y a veces, ademas mal repartidas y no quita libertad para administrarnos nuestro tiempo.
    Además, en el sistema educativo nos enseñan muchas cosas alejadas del mundo cotidiano. En los niveles superiores, materias dedicadas al trabajo.
    Hemos ganado conocimientos academicos, pero tal vez hemos perdido el conocimiento de nuestro entorno. Como funcionan los aparatos que nos rodean, la meteorologia, como funciona la ciudad, el sistema de semaforos, como se arregla un enchufe o un aparato. Como se hacen las gestiones, porque muchas veces estamos perdidisimos.

    Si tuviesemos conocimientos mas diversos y tuviesemos flexibilidad en el trabajo, podriamos administrar mejor nuestro tiempo. Por ejemplo.
    Si hay que montar una instalacion electrica, seguro que si quitamos horas del trabajo para ahorrarnos mano de obra del electricista, ganamos dinero.
    No todo lo podremos hacer nosotros, pero la mayoria del trabajo es asequible, con unas indicaciones y el profesional dando el remate, seguro que sale a cuenta y ademas se tiene la satisfaccion de haberlo hecho uno mismo y si falla algo saber mas o menos arreglarlo en el futuro.

    En el tema de la gestion del tiempo entra la decision de cocinar uno o que cocinen por ti. Por aqui solo se conocen los precocinados, pero en asia pacifico son muy comunes los puestos de comida ya hecha. Si el nombre de preconizados ya esta cogido, se podrian llamar ya cocinados.

    A mi este sistema me tiene maravillado, aunque tambien me guste cocinar. A pesar de lo que puede parecer, es mas barato que cocinar en casa y tiene su explicacion.
    Comprando en cantidad se pueden negociar mejores precios.
    Cocinando en cantidad se gasta menos energia en relacion a la cantidad.
    El trabajo muchas veces no aumenta con la cantidad de comida.
    La rotación de alimento es mas rapida.
    El alimento hace menos viajes y se tira menos comida.
    Se despacha el alimento mas facil si esta listo para comer.

    El sistema estan eficiente que mucha gente tiene la cocina meses sin usar. Me parece genial en todos los aspectos. Sostenibilidad ambiental, calidad de vida y ganacia de tiempo libre, eficiencia energetica y reparto de la riqueza.
    Y a diferencia de la comida precocinada y de bar de aqui puede ser muy sana y variada. Creo que se tardaria meses en probar el 80% de lo que ofrecen.

    A ti te gusta cocinar todos los dias, pero yo creo que es un lujo asequible poder decidir no cocinar si no te da la gana :P, salir de trabajo y no necesitar ir a casa solo para comer o llegar a casa tarde y no necesitar prepararte comida.

    En España empieza a ver empresas con este modelo de negocio, aunque me gustaria que tambien funcionasen microempresas personales, y pienso que será el futuro. Como decia un creador de una de estas empresas :» En el futuro solo cocinaremos por ocio o diversión»

    Por arriba han comentado que el sistema de supermercados es casi imprescindible en ciudad cuando se hacen grande y con mercadillos no se podria abastecer.
    Los puestos de comida, esta extendidos en Japon, Singapur, Tailandia, Corea y yo creo que en todas las ciudades grandes funcionan. Y alli el concepto de ciudad grande no es mismo que aqui. Es una cuestion a investigar ¿ porque hay tantos chinos (y coreanos, japones y demas orientales)? Yo creo que porque se comen todo lo que corre o vuela XD.

    Proximo tema supermercados :P

  38. No estoy seguro que una gran ciudad sea insostenible del todo, pero tampoco lo niego o afirmo categoricamente. Pero creo que en la cabeza se tiene una ciudad como un continuo de asfalto y hormigon entre edificios. Creo que en Valencia, dentro de la zona urbana hay huertas cultivadas de palleses y me parece una buena solucion, pero no estoy seguro de puedan hacer una ciudad autosuficiente.

    En Japon, Tokio no es todo asfalto. Hay bastantes zonas verdes entre el asfalto y es algo muy curioso. No es como el modelo de aqui con un parque grande central o zonas verdes solo en los alrededores de la ciudad.

    Jmongil dijo:
    Lo ideal sería, claro, que las poblaciones tuviesen una población media (nada de ciudades millonarias) y que estuviesen rodeadas por una corona proporcional de terrenos con explotaciones agropecuarias, en lugar de disfuncionales ciudades dormitorio. La realidad, desgraciadamente, es muy diferente.

    No se si está aplicado, pero hay un concepto de ciudades archipielago. Hay conjuntos de ciudades mas o menos asi, pero no si hay algun conjunto creado intencionadamente.

    La idea es tener nucleos urbanos de tamaño medio a no demasiada distancia. Permiten zonas desocupadas de terreno salvaje o agricola y tambien reducen las distancias de transporte respecto a ciudades mas alejadas entre si.

    Hay bastantes conceptos de ciudad interesantes Lineales, circulares, e incluso ciudades giratorias que serian su propio sistema de trasnporte interno.

  39. Buff, estoy agotado de leer porque la cantidad de argumentos (y su calidad) es abrumadora (en el buen sentido, claro). Además creo que ya se han tratado muy bien todos los puntos importantes tanto en la entrada como en los comentarios. Pero bueno, voy a hacer un par de apuntes rápidos, que si no no me quedo tranquilo XD

    En primer lugar, resaltar los comentarios de OsQar y jmongil sobre el ratio de energía gastada/obtenida en el procesado y transporte de alimentos. Claramente creo que disminuir ese ratio debe ser una prioridad, pero también pienso como ellos que no se va a poder reducir muy por debajo de un 5:1.

    También coincido con lo que dijo Aitor Calero sobre los conservantes: no es que se usen para mejorar los beneficios de empresas al permitir mantener productos en buen estado más tiempo (que también, ojo), es que se usan (y se empezaron a usar) porque evitan que suframos intoxicaciones y problemas de salud más a menudo. Mejoran la seguridad alimentaria.

    Respecto al hidrógeno que comentaban para usar como fuente de energía, es cierto que es un almacén, como comentabas, pero también es cierto que se podría sintetizar usando energía fotovoltaica, no solo petróleo :D

    Y por último, decir que estoy totalmente de acuerdo sobre lo que comentaste de que ciudades más pequeñas serían mejores a nivel de eficiencia y de abastecimiento. Pero la tendencia de los humanos es agruparse y esto tiene difícil solución. Además, hay ciertas tecnologías o procesos que son rentables cuando se supera una masa crítica. Aún así, probablemente tengamos ciudades demasiado grandes. Otro detalle es que la democracia funcionaría mucho mejor (en principio) en ciudades más pequeñas.

    En fin, me ha gustado la entrada que has hecho porque has conseguido moderar un debate que se estaba crispando desde hace tiempo.

  40. Estupendos entrada y comentarios a comentarios: Racionales, razonados, matizados, sensibles, equilibrados. Positivo contrapunto a otras posturas, que oscilan con demasiada frecuencia entre lo irracional y la manipulación interesada. Enhorabuena.

  41. Supermercados vs pequeños vendedores.

    A mi me gusta ir a mi aire mirando los estantes. Y es una lata ir pidiendo lo que quieres ver y es un poco incomodo ponerse a leer todas las caracteristicas del envase mientras el tendero te observa. Yo soy asi, jeje.
    En parte me disgusta porque prefiero que mi dinero fuese a negocios pequeños.

    Muchas veces en los mercadillos venden las mismas cajas que los supermercados. Yo me suelo leer la bolsas cajas de demas y suelen venir de zonas bastantes alejadas de España. Un ejemplo son las fresas de Lepe o Palos.

    El modelo actual favorece a los supermercados y la adopcion de mano de obra poco cualificada. No digo que los trabajodores sean tontos, sino que se busca que las tareas sen asequibles a casi todo el mundo para que haya muchos candidatos a bajo sueldo.

    La recetas de McDonals son mas o menos calentar y listo o sacar de la bolsa, ponerlo en la plancha y servirlo. En una cadena de montaje un trabajador le da una puerta cada 30 segundos y repetir.

    El vendedor del mercadillo puede ser el propio agricultor o ser un distribuidor de la misma mercancia que los supermercados y no poder informarte mas de lo que haria un empleado del hiper o tu mismo al llamar al telefono de la caja.

    Yo creo que una de las mejores opciones que se me ocurre es hablar con un agricultor cercano para acordar qué te gusta y que quieres que cultive y acordar un precio y una cantidad que calcules. Aunque hay que ser bastante previsor.

    Energia y agricultura.

    Estoy totalmente de acuerdo en que no es sostenible el consumo de energia y recursos que necesita la agricultura y la alimentación actual.

    La agricultura consume mas N, P y K que cualquier otra industria. La produccion de Amoniaco o nitrogeno consume el 3% de la energia mundial y el mayor consumidor es la agricultura.

    Cope, para producir amoniaco no se suele utilizar electricidad sino el hidrogeno del gas natural ;) Da que pensar, cuantos de nuestro atomos de hidrogeno estaban hace unos años bajo tierra?
    En Noruega creo que todavia hay una fabrica de fertilizantes que usa electrolisis de una central hidroelectrica, debe ser un recurso muy abundante.
    Como subproducto producia agua pesada diluida que querian los Nazis, pero eso es otra historia.

    El consumo energetico no es el mismo para todos los alimentos.
    Los cultivos energeticos son los mas eficientes. El cereal, semillas y demas producto seco se almacena y transporta muy bien y es el cultivo donde mas eficientes son las cosechadoras.
    Los cultivos mas frescos, frutas y verduras y similares. Son mas pesados por el agua y se estropean más. Se tiene mas perdidas de producto, el transporte debe ser mas rapido y hay menos tiempo para venderlos.
    Los animales consumen de media unas 10 veces su peso en alimentos para crecer, y son los mas ineficientes. Aunque creo que solo se pueden aplicar a mamiferos y aves. Los reptiles peces e insectos son mas eficientes y creo que se acercan al 100% bastante.

    Paradojicamente los alimentos que mas energia consumen son los que no cultivamos ni cuidamos. La pesca extractiva es la que mas energia consume.

    Como tu dices si no es necesario utlizar fertilizantes quimicos, mejor no usarlos. Es un despilfarro no saber que hacer con desechos de explotaciones animales y por otro lado fabricar y comprar fertilizantes indusctriales. Que tambien se pueden acabar. Aparte del pico de petroleo hay un pico de fosfatos que se esta alcanzando.
    Aunque si no fuese por el petroleo ese pico ya se habria alcanzado porque el esfuerzo no iba a compensar.

    Si te pones a pensar a cuantos ambitos afecta una fuente de energia abundante como el petroleo te sorprendes. Y algunos de los problemas se mantendrian aunque se cambiase el petroleo por otra cosa.

    Todo el impacto que hemos creado en el planeta es humanamente imposible de producir si no fuese por, literalmente, un poder sobrehumano. Grandes cantidades de energia.
    Sin ese extra no podriamos acabar con caladeros porque no compensaria el esfuerzo y el tiempo para conseguir cuatro peces, no podriamos mover maquinaria para talar las selvas y bosques, bombear acuiferos hasta vacialos, etc.

    Si existiese otra fuente de energia equivalente al petroleo, generaria parte de sus problemas. La mas probable alternativa es la fusion nuclear. Se podria mover trenes, pero no se si se podria aplicar a barcos, aviones o vehiculos autonomos.
    Tampoco se cuantos procesos industriales se podrian aprovechar de la Fusion.
    La electricidad es el forma de energia mas versatil y el calor la menos y de peor calidad, pero la energia más usada por la industria es el calor.

    Formas de hacer mas eficiente la agricultura.

    Yo creo que hay bastantes alternativas, aunque no se que pasara si el petroleo y/o la energia se volviese realmente escaso.
    -Evitar tirar comida.
    -Cerrar ciclos de nutrientes
    -Pienso que se puede mejorar bastante el rendimiento de la maquinaria. Por lo que he leido una animal es mas eficiente energeticamente que un tractor que haga el mismo trabajo. No veo un limite tecnico para que la maquinaria no sea mejor, ademas se puede apagar cuando se usa.
    -Los animales solo pueden comer cultivos, una maquina puede utlizar energia de un aerogenerador o un panel solar que es mas eficiente que una planta (menos de 2%).
    Podriamos seguir necesitando mas energia de la que produce un cultivo, pero ahora provendria de un recurso renovable y no de uno que se empieza a acabar.
    -Cultivar cerca del consumo
    -Etc.

    Pesticidas y quimicos.
    ..

  42. Pesticidas y quimicos.

    Yo prefiero evitar quimicos por otros motivos ademas del consumo energetico.

    Cuando se descubrio el DDT era la panacea. Absolutamente eficaz contra las plagas totalmente inocuo contra los humanos, por lo menos en el corto plazo.

    Luego se vio que producia efectos a largo plazo, sutiles y a veces dificiles de relacionar con el causante.

    Hoy día hay muchos quimicos sospechosos, pero es dificil dar una conclusion contundente. Seria interesante tener unas pequeñas sociedades de hippies quimiofobos, para usarlos de control.

    Hay enfermedades que antes no se producian o se producian en menor medida.
    Hace un par de siglos el Parkinson no existia o no se tenia constancia. Se lo relaciono con los pesticidas cuando un drogadicto llego a urgencias con un ataque agudo de parkinson. Hubo unos cuantos casos mas, por lo visto la droga estaba contaminada con una sustancia muy parecida y ciertos pesticidas. Ademas, sus sintomas remitian con la misma medicación que usaban los Parkinsonianos. Pero los sintomas volvian en cuanto se pasaba el efecto.
    Podria estar relacionada con la aparicion de la industria quimica.

    La calidad y cantidad de espermatozoides baja cada decada. Cada vez hay mas casos de niños cuyos testiculos no baja bien, que podria estar relacionados con disruptores endocrinos. Los canceres de mama tambien se ven afectados por los disruptores.

    Entre la quimiofobia y rechazar la duda razonable hacia los quimicos hay un termino medio.

    Es mejor aplicar plaguicidas a que pierda la cosecha, pero tampoco hay que irse al otro extremo y aplicarlos continuamente y por sistema.

    Si se puede crear un ecosistema con un nivel de insectos plaga bajo y sus depredadores, se tendria un equilibrio.

    Por Utrera, creo que esta el mayor cultivo de arroz de España. Obviamente esta inundado y periodicamente tiene plagas tremendas de mosquitos. Si no lo habeis visto por la tele no os lo imaginais.

    Por lo visto en una de ella no hubo presupuesto para pesticidas. Si hubiese un equilibrio con predadores no harian falta pesticidas y podrian pescar peces, como hacen en China.

    En donde yo vivo el rio Oria estaba muy contaminado. Desde que mejoró la calidad y echaron unos pocos peces de colores, en todo el verano tengo 3 o 4 picaduras como mucho o ninguna. Es realmente increible la mejora.

    Hay bastante motivos para evitar o reducir el uso de pesticidas, aunque sean muy eficaces y selectivos por lo menos a corto plazo.
    *El abuso de pesticidas puede inmunizar la plagas.
    *Dependencia de una empresa quimica, que puede subir los precios, etc. La dependencia nunca es buena.
    *Dependecia de un producto que no se puede producir localmete.
    *Desigualdad economica. El desarrollo de pesticidas suele ser asequible solo para empresas muy grandes, con lo que se produce una concentracion de dinero.
    *Falta de conocimiento de daños a largo plazo.

    La frase «No hay veneno sino dosis» no se puede aplicar en todos los casos. Incluso en venenos naturales hay algunos de serpientes y escorpiones que las picadures se vuelven peores cada vez recibes una y el cuerpo no se acostumbre.

    Hay que tener en cuenta los efectos acumulativos de algunos toxicos, sobre todo porque somos la cuspide de la cadena alimentaria y vivimos muchos años. En nuestra especie es donde mas se deberian notar.

    Los metales pesados y los compuestos organicos contaminantes. Incluso particulas procedentes de las explosiones nucleares.

    Por cierto, se habla mucho del mercurio del pescado, pero muchos lo llevan permanentemente en la boca en los empastes. En algunos paises estan prohibidos.

  43. Jope Cope…he entrado porque de repente me acordé que te había puesto comentario en tuiter pero no aquí, y madre mía…ya está todo dicho maño!.
    Es el post que a mi me hubiera gustado escribir de tener un bloj.

    Desde que nos mudamos a la ribera del Ebro nuestra vida a cambiado para mucho mejor. El aspecto agrícola es uno de ellos- ahora además en la nueva localidad estamos en la cooperativa local que funciona muy bien (http://cooperativaecoflor.blogspot.com.es/). Me encantaría que pudierais venir y compartirlo un ratito con nosotros, aunque veo que estáis bien integrados allí.

    Creo que suscribo todo lo has escrito y comentado. Ya en la mesa camilla hablamos una vez que la única razón para mí para hacerme vegetariana es la energética. Si todo el planeta comiera mañana carne al ritmo de occidente, esto se hunde. Lo que no necesariamente lleva a comer insectos desde el punto de vista de la eficiencia. Comer menos carne (una vez a la semana, por ejemplo) ya sería un paso importante. Para nuestra salud y para el medio ambiente (tenga o no esa carne que nos comemos sulfitos para conservar el color y la entereza biológica durante más de 5 días -no es crítica, repito).

    En cuanto a los «ecolojetas», pues mira, yo no comparto muchas cosas que veo hacer a la gente que, como yo, persigue tener un balance energético más neutral en sus acciones. Como decía el Dr. Litos, si alguien cree que la homeopatía le cura, y de hecho se cura, pues oye, bien está lo que bien acaba. Eso no es razón para que se agrupe en el mismo saco de «pseudociencias» a quienes sencillamente queremos tener un consumo de recursos un poco más razonable. Y eso no significa tampoco que me vaya a comer cualquier queso sin control de calidad y que me dé la brucelosis. O que sea tan naive como para creer en «utopía», toda la población comiendo ecológico (no necesariamente con certificado, que ese es otro invento que merece mención a parte), porque puede que sea realmente imposible tal y como tenemos montado el chiringuito.
    Yo no he visto el Salvados del domingo, pero no me hace falta la verdad, cada vez tengo las ideas más claras con respecto a cómo nos alimentamos. Como yo no puedo criar la gallinas que ponen los huevos, ni tener los animales que dan la carne, ni un huerto de dimensiones aceptables que den los vegetales que me como, pues se los compro a quien se dedica a eso profesionalmente en el radio más cercano a donde vivo. No hay más, creo que es fácil de entender.
    Si además, pero no de manera imprescindible, ese productor lo hace a pequeña escala, sin extenuar la tierra y minimizando el input energético, pues oye, mejor que mejor.

    Me gustaría añadir además al comentario que alguien hacia sobre la energía invertida en cocinar, que eso, justo eso, nos hace hombres (y mujeres) anatómicamente modernos porque cuando el hombre manejo el fuego y cocino, dejó de invertir energía en digerir y aprovechó notablemente más los nutrientes(http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/wcs.1206/full | http://link.springer.com/chapter/10.1007/978-94-007-5419-5_19 | http://link.springer.com/chapter/10.1007/978-1-4614-6265-1_2) Para mi, lo grave aquí, es que dejamos de cocinar para que lo haga otro de una manera que no tiene por qué ser necesariamente sana.
    Los datos de obesidad infantil (que es la que importa porque son los hábitos infantiles los que hacen el mañana) en España son para mí alarmantes…y esto está derivado de cómo nos alimentamos.

    De nuestro paso por UK me llevé dos cosas importantes con respecto a la alimentación:
    – me convertí en una «food extremist» como les gustaba llamarme. Yo paro al menos media hora para comer, no lo hago delante del ordenador a no ser que sea imprescindible, y simepre que puedo (en el 90% de los casos) me como algo que yo he comprado y procesado (y dentro de poco, cuando tenga mi huerto, producido!). Todo esto vino de ver cómo y qué se come en UK. No solo todo viene de lejos (que es comprensible, es una isla pequeña a 45ºN donde solo crecen coles y patatas) si no que hay una clara segregación social en la comida que determina el biotipo. Es decir, obeso=pobre, delgado o en buen peso = rico. Esto viene de que lo fresco en UK es extremadamente caro y lo pre cocinado extremadamente barato. Cuando mis amigos británicos viene al mercado de las Delicias de Zaragoza…alucinan al saber que por 15 € llenas el carro de verdura (no hablo de ecología aquí, son productos generados en la cadena de producción general)

    – Mi interés cada vez mayor por cómo nos alimentamos me llevó a conocer a los del Movimiento «Transition Towns» http://www.transitionnetwork.org/ rafa, te recomiendo que leas sobre esto…es un poco «utopía», hay cosas que no me convencen nada de cómo funcionan, pero la esencia está ahí. Yo he tenido oportunidad de hablar con su fundador (Rob Hopkins @robintransition) y te aseguro que ví en «operación» una ciudad modelo «en transición» a menor consumo de energía (Totnes, UK) . Una pasada: http://www.youtube.com/watch?v=r3L9n20myqk

    Algún día, con tu permiso, me gustaría colaborar contigo en una entrada de este tema en concreto.

    En fin, que ya me vale de resolver el mundo!. Te mando mucha energía en total equilibrio desde la ribera del Gállego.

  44. Aunque no lo digan nunca. A mi no me molestan tanto esas faltas ortograficas, Creo que le pasara a mucha gente aunque no lo diga.

    Como yo no puedo criar la gallinas que ponen los huevos

    En noain (Navarra) hay un sistema de reciclaje con gallinas. Los beneficiarios solo dan los residuos y 1 dia de trabajo al mes.

    Yo creo que seria muy interesante como alternativa al parque de los patos y la palomas.
    Las palomas crean un gran problema y en las plazas las gallinas puede sustituir a las palomas.
    La Gallinas se comen la comida de la palomas. Pero tendrian su nicho en los despercios repartidos por la ciudad.
    La Gallinas entretienen mucho mas que la palomas.
    Dan huevos y reciclan.
    Yo creo que son bastante viables.

  45. La FAO parece que ya va por el camino de los insectos:
    http://www.fao.org/forestry/edibleinsects/es/

    y el chiste:
    http://www.gurusblog.com/archives/fao-recomienda-insectos-alimento-hambre/15/05/2013/

    Yo también soy científico y también prefiero lo más «natural» siempre que pueda elegir.

    Por cierto, creo que se hace demasiado hincapié en el lenguaje y poco en el contenido cuando la gente se queja del uso de «natural» o incluso de «químico». El problema es que la traducción científica es diferente que la traducción que se hace en la calle, lo que no quiere decir que estén faltas de significado. Pero así a ojo la idea principal creo que es:

    Natural: Cuanto menos procesado y con ingredientes más locales («de los de toda la vida»), más natural.

    Químico: Toda sustancia nueva, producida por el ser humano y que no existía antes que éste. Y por extensión toda sustancia sospechosa de ser tóxica o nociva para la salud, sobre todo en combinación con el resto de sustancias sospechosas y aunque sea a largo plazo.

    Otra de químico: Todo lo que hace reacción a las personas con «Sensibilidad química múltiple».

    Un ejemplo: Morir de gripe es mucho más natural que quedarse tonto porque tu madre comía mucho pescado (acumulación de mercurio).

    Esto pasa con otros muchos términos científicos y no tan científicos que no me caben aquí y darían para un post largo.

    Salud y felicidades por el post

  46. Diplotaxis
    Cuando llega el momento de plantear cómo afecta nuestra vida diaria al asunto este de la alimentación, cómo consumimos y cánta energía gastamos es cuando queda de manifiesto que no es una cuestió aislada, sino que todo está relacionado: alimentación, desigualdades en el mundo, economía, política, residuos, calentamiento global… la reflexión que se impone a mí me lleva a pensar que se hace necesario un cambio muy radical en nuestros modos de vida.

    Paleofreak
    Pues obviamente no, pero no deja de ser curioso que los insectos sean más eficientes produciendo proteína animal. A eso me refería.

    Ornithorhynchus
    Pues si eso es verdad, desde luego, ilustra a la perfección el concepto de disparate.

    Pipistrellum
    Fidelísimo Pipistrellum, me disculparás que no te responda a tus comentarios con la misma dedicación y minuciosidad con los que los has escrito, ando siempre pillado de tiempo, pero te los agradezco mucho. Cada tema que se toca daría para hablar de mucho más. En general estoy de acuerdo en que comer fuera de casa no tiene por qué ser más ineficaz, ni menos sano, estamos generalizando siempre. Lo que me ha matao, eso sí, es lo de la ciudad giratoria, no cuela. Me ha parecido interesante que la producción de amoniaco sea el 3% del gasto energético mundial.

    GdeGalleta
    Gracias por las puntualizaciones. Es un tema muy vasto, muy complejo y en el que caben muchas de ellas. De verdad que de cada parrafito que escribes, al igual que muchos que lo han hecho antes, saldrían temas muy interesantes sobre los que profundizar, por ejemplo lo de la masa crítica a partir de la cual un proceso empieza a ser rentable (pensando en las energías renovables).

    t
    Muchas gracias por pasarte por aquí

    Graciela
    Puf, ¿Qué añadir? Es cierto que poca cosa nueva que decirnos, aunque nos falte ponernos al día. Quedamos emplazados a esa colaboración por mi parte, y gracias por los enlaces de «Transition», de hecho a ver si te cuento lo que se está cociendo por aquí, que va en ese sentido.

    Tomaquina
    Gracias por el comentario, de hecho con el paso de los días me ha parecido muy curioso que la máxima crítica que ha recibido el artículo sea por el uso de la palabra «natural» en el título, pese a que va entrecomillada (y por lo tanto con uso irónico, y dicho sea otra vez, con toda la intención) y está explicado. Pero de hecho, pensándolo más y más he llegado a la misma conclusión que tú: la gente se está volviendo un poco talibán.

  47. Qué imponente, Copépodo. Coincido prácticamente punto por punto contigo. Solo me queda por decir que otro aspecto importante a tener en cuenta dentro del balance no es sólo el energético, sino el que involucra a un recurso aún más preciado que los combustibles fósiles, como es el agua. Agua que se usa y de la que se abusa en todos y cada uno de los procesos productivos, ya sean los llamados ecológicos como los químicos y todas las industrias subsidiarias involucradas. Lo que se conoce como teoría del agua virtual, que influye muchísimo en el costo de producción.

    Por otro lado, si fuera a criticar algo de tu extenso y espléndido artítulo, sería la ligereza y poca importancia que le das a Monsanto y las grandes semilleras, que imponen acuerdos feroces a los países que compran sus semillas y ponen en serio riesgo la independencia alimenticia de naciones enteras al evitar o dificultar seriamente que los agricultores puedan cultivar sus propias semillas. No me considero uno de los agoreros que claman que Monsanto quiera conquistar el mundo, pero ciertamente que influye de manera incontestable y no del todo positiva, por decirlo tiernamente.

    Saludos y gracias por semejante texto. Ha sido un placer.

  48. Pingback: Debate alimenticio | 42

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  50. Esta tarde he visto este documental relacionado con el articulo

    Programados para ser gordos

    Has ahora no habia pensado que los disruptores podia producir obesidad.

    El documental caduca pronto 1 o 2 semanas.

    Si alguien tiene alguna opinion seria interesante conocerla.

  51. Hola copépodo,

    Acabo de descubrir tu blog, gracias a un amigo de menéame, llevo cinco entradas leídas del tirón, y realmente me parece excelente. Tu estilo, redacción, rigor y opiniones.

    En especial esta entrada. Creo que centras el debate donde hace falta. No necesitas referencias de Nature. Encuentro muy acertado acotar el tema en cuestiones energéticas. El sentido común y la profundidad me parecen extraordinarias. Sólo me ha faltado algo sobre la «prepotencia» en el conocimiento científico que a menudo pasa por alto algunos riesgos, pero es un detalle, en el que además creo que no querías entrar. .

    Tu entrada sobre menéame y por qué no quieres que te meneen, es excelente.

    Te mereces todo el fitoplancton del mar ;)

    Felicidades por el blog. Espeo tu siguiente post

    P.D: Tu estilo me causa una envidia sana que no tenía de hace mucho tiempo. Espero que me impulse a volver a escribir. Gracias

  52. Pancho, Al, muchas gracias por vuestros comentarios y perdonad el retraso. Apuntáis a varias cosillas pendientes que no se tratan en profundidad, y tenéis razón, pero bueno, al final preferí centrarme sólo en algunos aspectos y evitar controversias secundarias que desviarían la atención de lo principal

  53. Pingback: La naturaleza de Etiopía contada para europeos (2/5). Valle del Omo y alrededores | Diario de un copépodo

  54. Hola, en su momento pensé en hacer un comentario a este post y lo dejé ir, así que se me volvió a ocurrir, y aquí estoy…

    Lo primero que quiero decir es que, en temas de alimentación, el asunto está tan enrevesado, tan liado entre hechos, opiniones, etiquetas y demás, que es difícil hacer verdaderos juicios que sean útiles. Decisiones como «¿Compro esta marca o esta otra?».

    Una aclaración primero. Vivo en Irlanda, y la alimentación aquí es diferente a España. El producto local es preferido (de manera incluso un poco chovinista, con una etiqueta «100% Irish») PERO el producto local se limita a carne y patatas. En esta isla no crece prácticamente nada más, y el resto de cosas se importan. Muchas de España. Pero también de Nueva Zelanda.

    Algunas ideas.

    – Lo queramos o no, los debates desde el punto de vista europeo son «first world problems» de todas todas. A día de hoy, en Europa, USA, etc, se come mejor que se ha comido nunca en la historia, y los alimentos son baratos y seguros. Aquí se habla de cosas como «sabor», no de «comer tres veces al día». En otras partes del mundo, lamentablemente no es así, y el reto es conseguir tener una industria agroalimentaria planetaria que no se cargue el planeta a medida que alimentamos a la población mundial. Porque ante la disyuntiva «alimentar a gente de manera segura / riesgo difuso de acabar con recursos dentro de 50 años», ya sabemos lo que va a pasar.
    – De nuevo vuelvo a la seguridad. No hace tanto tiempo (algunas décadas), en España había muchísimas mas alertas alimentarias e intoxicaciones. Tantas, que no eran noticia. Desde hace algunos años, si dos personas mueren por salmonelosis, abren el telediario. Hemos llegado a un punto que estuvimos un año preocupados con la carne de vaca loca cuando no había un sólo caso registrado en España. La seguridad alimentaria es importantísima, y es más fácil de conseguir cuando empaquetas, envasas y controlas cada lote.
    – Los mercados tradicionales son una experiencia interesante. El problema es que son muy poco eficientes desde el punto de vista del consumidor. Está muy bien ir una vez al mes, pero no puedes ir a las 10 de la noche cuando resulta que te has quedado sin leche. Ni te garantizan el mismo producto cada vez que vayas. Ni pago con tarjeta.
    – Otro detalle relacionado, la eficiencia. Cocinar durante dos horas está bien un día o dos. Ni te cuento ir a comprar la comida que te vas a comer en el mismo día. Fresquísimo. Pero hacerlo todos los días es tedioso, y hay muchos días que «esta vida moderna» nos lleva a tener poco tiempo. Oye, el que quiera gastarlo en cocinar, está fantástico, pero otra mucha gente querrá hacer deporte, jugar con sus niños o aprender a tocar el violín. El que en las familias a día de hoy trabajen hombres y mujeres lleva obligatoriamente a que no se pueda dedicar el mismo tiempo y mimo a cocinar en casa (en agregado). Y, la verdad, es beneficioso para la sociedad, porque podemos especializarnos y ser más eficientes. En lugar de un mal cocinero y comprador de comida a tiempo parcial, tenemos un científico a tiempo completo ;-) Y siempre podemos «tomarnos el día especial» y hacer una comida fantástica, con todo el mimo, en un día en particular.
    – Los productos locales, de nuevo, depende de donde estés. En España, estupendo. En el Sáhara, en Irlanda o en Suecia, esto no es realista. España produce mucha más comida de la que necesita, y la exporta. Tampoco es justo para un productor limitarle al mercado local, si puede abastecer más sitios, o si el producto se lo van a valorar más fuera del país. Oye, los productores tienen también aspiraciones, y todo lo que les reporte beneficios legítimamente (mayor producción, más barata, etc) lo van a hacer. No podemos pretender que el agricultor sea «de toda la vida». Y, ya puestos, que un pescador de Somalia pueda vender su producto en el mercado de Madrid es una gran oportunidad para Somalia (de hecho, somos MUY proteccionistas con nuestros productos y evitamos que otros países pobres tengan economías más pujantes a base justamente vendiéndonos comida)
    – La etiqueta «orgánico» (que no ecológico) es percibida como un cajón de sastre en Europa para «alimento premium». Y lo más gracioso es que cada uno le pone en la cabeza el premium que desea. Para algunos es más sabrosa, para otros más ecológica, para otros más sana. Y el caso es que la etiqueta no quiere decir nada de eso. Que un alimento sea «orgánico» no garantiza NADA de esas cosas. Aquí en Irlanda el 90% de la comida «buena»(cara) es «orgánica». La hay mejor y peor, pero sinceramente, me fastidia bastante que lo que se venda sea la etiqueta y no la calidad. Porque te venden vino chileno orgánico (hay sorprendentemente poco vino español, y mucho australiano, neozelandés, argentino y chileno) y hay gente que te habla de que eso es ecológico. ¿Etiquetas bien claras? El problema es que las palabras tienen connotaciones, como hemos visto en el caso de «alimentos naturales» ¿Sin aditivos? ¿Si le echo sal ya tiene «aditivos»? ¿De qué narices estamos hablando? Me encantaría ver etiquetas como «huella de carbono» o algo que tenga sentido. Pero dejemos de una vez de movernos por etiquetas «chachis». O entendemos los problemas o no. Nota al margen para otro debate, el cachondeo de los alimentos funcionales.
    – Los conservantes. Otro tema de batalla. Aquí en Irlanda no les gustan nada de nada. La leche es fresca y dura menos de una semana en nevera. La mayoría de la comida tiene una fecha de caducidad de dos semanas como muchísimo. Cosas como yogures y demás, a poco que te descuides caducan en dos días literalmente. Hay un anuncio en la TV muy gracioso en el que sale una familia que va a comprar a un supermercado barato, que está en las afueras, pero claro, como va una vez al mes, luego termina tirando la mitad. Es de la competencia, que al estar más cerca, puedes comprar menos y más a menudo. O sea, que se tira una cantidad no despreciable de comida (no yo, somos muy cuidadosos con las fechas e caducidad e incluso no tengo reparos en comerme algo a «consumir preferentemente» hace dos días) por evitar tanto los conservantes. No me parece solución, francamente. Podemos decir que la gente tenga cuidado, que compre menos y más a menudo, etc, etc, pero la realidad es la que es.

    En fin, me estoy enrollando, un resumen rápido:

    – El debate es muy complejo, contraintuitivo muchas veces. y el 98% de la gente en Europa (que somos unos pijos, además ;-) ) lo reduce a «orgánico guay / trasgénico caca». Y no les saques de ahí. Si empezamos a hablar de las implicaciones socioeconómicas, ya le explota la cabeza a más de uno. El debate, ademas, está terriblemente ideologizado, cosa que siempre es mala.
    – Hemos dejado de utilizar todo nuestro tiempo y esfuerzo en trabajar por y para comer, a dedicar un porcentaje importante, pero menor (Hace 100 años se utilizaba el 40% del salario en comprar comida, ahora es del orden del 16%). Esto es BUENO. Quiere decir que no estamos a dos cosechas de la muerte o a dos meses de paro del hambre. Plantea retos, que duda cabe, de la misma manera que la alta esperanza de vida plantea retos y es un problema estupendo para tener. Pero es un movimiento, de nuevo, que nos hace salir un poquito del barro en el que estamos.

  55. Jaime:

    Muchas gracias por tu comentario. En general me parece que todo lo que dices es muy sensato. Yo estoy de acuerdo sobre todo en que este es un asunto muy, muy complejo, y me he limitado a poner de manifiesto algunos factores que nunca leo en las redes «escéptico-científicas», pero lo que no pretendo es tener la respuesta definitiva sobre cómo debe ser la alimentación mundial, faltaría más.

    Interesante lo que mencionas de Irlanda. Jmongil daba a entender antes que en Gran Bretaña hay una situación similar y que apenas priducen alimentos, pero lo achaca a una descentralización que se remonta al Imperio Británico (es decir, que no fue así siempre).

    Estoy de acuerdo en que muchos de nuestros pensamientos sobre alimentación son problemas del primer mundo. Estoy de acuerdo también en que es bueno no tener que dedicar la mayor parte de tu sueldo a comer, y tampoco creo que haya que vivir en una autocracia total y prescindir del comercio internacional. Sin embargo a menudo precisamente lo que nos falta es una perspectiva más amplia y valorar en qué medida la abundancia que disfrutamos es resultado de una explotación o de un sistema ineficiente y derrochador que contribuye globalmente a un deterioro de los recursos y a ahondar en la desigualdad. No estamos «a dos cosechas de la muerte», pero ¿el cómo lo hemos conseguido es extrapolable a todo el mundo? ¿Es factible un mundo en el que todos sus habitantes disfruten de la abundancia y seguridad en los alimentos como tenemos nosotros? Me encantaría pensar que es así, te lo digo sinceramente, me encantaría estar equivocado, pero sospecho que sería inviable.

    No quiero repetirme, pero ahí dejé caer algunas ideas que son ciertas sobre superficies suelo fértil en países del sur que es explotado por compañías de países desarrollados, a veces con impactos muy negativos, y no sólo ambientales. A mí me parece evidente que esto podría equilibrarse teniendo en mente la eficiencia, la justicia y la sostenibilidad (por encima, si hubiese que elegir, de la libertad de mercado entendida como una excusa para que el beneficio económico de grandes compañías no tenga límite). Lo que me parece prescindible es la posibilidad de comprar fresas en octubre a las dos de la madrugada en Oviedo, por ejemplo. No es necesario y a buen seguro que una parte de la población ya lo tiene asumido como un derecho fundamental, y yo aquí veo un problema, porque sería necesaria una toma de conciencia en este sentido.

    Lo de los etiquetados, aditivos, ecologismos y demás: totalmente de acuerdo en que es un debate muy ideologizado y en que hay mucha tontería con el asunto de lo ecológico y un miedo irracional a la trangénesis en sí cuando tiene potencialidades muy interesantes. Sin embargo pocas veces leo textos equilibrados de partidarios de la biotecnología que aprecien el valor y el interés de mantener la diversidad genética de los cultivos tradicionales, por ejemplo.

    También tengo que decir que a veces, criticando la quimiofobia, se sacan las cosas de quicio. Peferir alimentos sin aditivos puede ser un acto muy respetable de quien busque «la autenticidad» del producto por encima de la estética. De la misma manera que hay quien ve engaño en la cirugía estética y que es preferible aceptarse como uno es antes que parecer ser más joven o más guapo, un consumidor perfectamente informado y racional puedo preferir una fruta más feota pero quedar más satisfecho si le da importancia a la ausencia de intermediarios entre el árbol y yo. El consumidor hace elecciones a veces completamente personales (porque le gusta más un tipo de envase o porque recuerda un anuncio pulicitario) que nadie cuestiona ¿Por qué habríamos de hacerlo con quien prefiere no consumir aditivos? A veces detecto un doble rasero también aquí (Evidentemente esto tiene la salvedad de dejarse engañar por trucos publicitarios, etiquetas chachis y no estar bien informado; como dije en el texto yo estoy a favor de la buena información y en contra de la publicidad engañosa).

    Quiero decir que también hay margen para una preferencia personal de unos tipos de alimentos sobre otros, y que como ciudadanos libres, al igual que nadie te cuestiona si no te gusta la lombarda y no la compras (a pesar de que es sanísima y tal), tampoco debería haber problema porque alguien, incluso estando perfectamente informado, prefiera antes alimentos sin aditivos.

    Un saludo

  56. Un comentario de dos puntos a tu comentario ;-)

    – Respecto a la explotación del tercer mundo y demás. Tenemos datos (oh, grandiosa palabra) que nos dicen que no vamos tan mal, y que, si bien es cierto que la desigualdad aumenta, lo hace principalmente porque la parte de arriba crece mucho más rápido que la de abajo, pero ésta también crece a muy buen ritmo.
    Échale un ojo a http://www.gapminder.org/ tiene datos muy interesantes.
    Otro «detalle», los objetivos del milenio. http://www.un.org/millenniumgoals/ Fueron una serie de objetivos para el desarrollo declarados en la ONU con vista al 2015. Eran ambiciosos (reducir el hambre a la mitad, por ejemplo, reducir la mortalidad infantil en dos tercios). Bueno, pues si miras el reporte, muchos de estos objetivos se han cumplido ya. Obviamente, hay mucho todavía que hacer, y no todas las regiones del mundo son iguales, pero en los últimos 30 años el cambio en el mundo (esp. el tercer mundo) ha sido espectacular.
    Por supuesto, esto no es la panacea, y sigue habiendo mucha pobreza y malas condiciones, pero la idea de que la gente está cada día peor no se corresponde con la realidad. Hace 10, 20 años había muchísima más miseria en el mundo que hoy. Y, por supuesto, hay muchos retos, como mantener ese crecimiento, mejorar regiones que son focos negros, o pensar en el medio ambiente a largo plazo. Pero, oye, son datos que a mí me parecen espectaculares (sobre todo comparados con, digamos, 50 años atrás, que tampoco es tanto)

    – Hay un tema interesante (que ha salido de nuevo en tu comentario, pero ya estaba al principio), que es el tema de «la confrontación». Y ahí, creo, tiene mucho que ver el cómo mucha gente que, por ponerle una etiqueta, vamos a llamar «anti anti transgénicos». Creo que se pilla la idea. Es cierto, y además incluyo a mucho del movimiento escéptico en esto, que a veces se toma una postura, quizá, demasiado agresiva. El problema es que creo que, desde la «otra orilla» se toman posturas tan tan TAN irresponsables y tergiversadoras, que entiendo que, o tomas un tono agresivo, o es que se te comen. Y no tengo tan claro que eso sea lo mejor. Es decir, se entiende para la gente que comprende lo que están diciendo, pero no tengo tan claro que convenzan a gente que tiene YA metido en la cabeza -> natural = bueno / antitrasgénicos = tomate con dientes.
    Y lo más triste del asunto es que la controversia NO EXISTE en la realidad. Si preguntas a 100 personas en la calle, 97 te dirán que prefieren alimentos 100% naturales y sin química. Y que los alimentos «orgánicos» son mucho más mejores, porque son más ecológicos, saber mejor y ayudan a los desfavorecidos (tanto los de aquí como los del resto del mundo). Y todo eso es una sarta de tonterías que no se sostiene por ningún sitio. No está basado en hechos, ni siquiera en preferencias. Sino en márketing.
    Y creo que eso es lo que preocupa a la gente que se dedica a la alimentación, que sabe que todo eso son etiquetas que nos distraen de lo importante: ¿son los alimentos seguros? ¿nutritivos? ¿cómo elijo un alimento? ¿Si estoy preocupado por el medio ambiente, cómo puedo fomentar alimentos ecológicamente responsables? ¿Y si estoy preocupado por desarrollar el tercer mundo?¿cómo podemos mejorar los alimentos para que sean más sabrosos, cuesten menos de producir? etc. Que pase algo equivalente a la energía nuclear. Algo que tiene una prensa espantosa, hasta el punto de que se hable del «desastre de Fukushima», como si en tsunami y terremoto anteriores fuesen una anécdota (y los 18.500 muertos fueron producidos por eso, ha habido 0 casos debidos a radiación o relacionados de alguna manera con la central) Pero a la gente le da miedo la radiación, así que la alternativa ya sabemos cual es. Ponernos a quemar cosas alegremente y echando CO2 a la atmósfera a paladas. Genial.
    Yo creo que ese es el riesgo con la alimentación. Entenderla mal, ideologizarla y limitar o demonizar muchos avances que pueden ser, bien usados, un gran avance para todos. ¿Cómo conseguimos fijarnos en lo importante y no en las proclamas (y convencer a la gente de que se fije en lo que debe para los objetivos que quiere)? Pues yo desde luego no tengo respuesta a eso….

  57. Otra cosa rápida. Por cierto cada uno come lo que más le gusta, y me parece perfectamente razonable que prefieras la comida menos procesada, fresca y cocinada en casa ;-) Yo también (y creo que casi todo el mundo)
    Ahora, también creo que hay que recalcar es que no hay nada malo en la comida (cualquiera) que se vende en las tiendas, que nada es «malo» o «menos sano» por llevar más o menos aditivos (oye, una ensalada ya lleva aceite, sal y vinagre como aditivos :-P, mínimo ) y que deberíamos hablar más de «hábitos sanos» o «cantidades sanas» que de «comida sana».

  58. Sobre el primer punto: muy buenos los enlaces, tengo que darte toda la razón en que también hay que saber ver el vaso medio lleno. Es fácil caer en el pesimismo y casi nunca tenemos noticias positivas sobre objetivos de este tipo que se cumplen. He pasado un rato curioseando sobre todo en la página de los objetivos de la ONU (viendo los resúmenes especialmente), y sí, si lees la letra pequeña tampoco es que haya que echar cohetes, pero bueno, si es cierto que gran parte de los objetivos se están alcanzando (muy razonable haber puesto objetivos factibles, igual que cuando te programas la semana), pues oye, bien merece que se sepa que las cosas pueden mejorarse, que no somos tan terribles, que merece la pena seguir intentándolo y no darlo todo por imposible.

    El segundo punto lo suscribo punto por punto: se trata de tener opiniones con criterio y de estar bien informados, y a partir de ahí, si tiene que haber un debate, que sea serio y razonable. No se trata de que estemos todos de acuerdo, pero al menos que la gente sepa más o menos de lo que está hablando. No niego que hay muchísima ignorancia sobre transgénicos, es sólo que el artículo se estaba escribiendo para el otro 3%.

    ¡Gracias por haberte animado a comentar!

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