Living in America: ocio dentro y fuera de casa

Ya he dicho varias veces que en mis zambullidas por el choque cultural transatlántico, Los Simpson han sido una constante referencia y ayuda. A ellos tengo que añadir un par de videojuegos de simulación con los que tuve mis buenos vicios en épocas más propicias y con más tiempo libre: Los Sims (la primera edición) y SimCity (hasta la versión 3000 nomás). Algunos aspectos de ambos juegos resultaban un tanto artificiales al jugarlos y siempre pensaba que se trataba de limitaciones técnicas para hacer una simulación más jugable aunque menos realista. Vivir en EE.UU. me ha llevado a la conclusión de que ¡no estaban mal hechos en absoluto! En ambos casos muchos de los detalles chocantes eran un fiel reflejo de la realidad. Veamos algún ejemplo:

¡Te invitan a una fiesta!

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Calcado, pero sin toro mecánico

Esto me hizo mucha ilusión al principio, cuando llevaba poco tiempo aquí, estaba bastante solo y mis planes para el fin de semana podían llegar a ser realmente lamentables. Me supuso cierta cantidad de arrojo inicial, no os creáis, que no soy yo muy amigo de ir a un sarao con quince personas de las que sólo conoces a dos, pero es lo que tiene ser emigrante, que espabilas que da gusto. Pero vamos al grano: en lo que al ocio se refiere, esta gente es muy de quedar en sus casas en lugar de salir por ahí a tomar algo. Mi interpretación sobre ello tiene que ver con la arquitectura de las «ciudades» y con lo del Sim City, así que lo dejo para después. Normalmente, cuando te invitan a una cena/fiesta/lo-que-sea se trata de un plan, reconozcámoslo, baratillo y bien pensado: cada uno de los asistentes lleva algo de comer y/o de beber, y entre todos se monta el potluck dinner, que es de lo que se trata.

Al cocinar conviene no cometer el error de hacer algo muy elaborado o de olvidar que debe ser algo que se va a comer de pie, revuelto con otras cosas. La tortilla de patata tiene un éxito asombroso y desaparece en minutos, así como distintos «mediterranean dips» como un buen salmorejo (divertidísimo escuchar cómo intentan pronunciarlo una y otra vez) con el ajo rebajado, adaptándolo al gusto local. Conviene también avisar si lo que llevas es «vegan friendly», si lleva glúten, derivados o trazas de frutos secos y todo puntúa doble si los ingredientes los has comprado en el mercadillo de granjeros de la zona o si es «orgánico» (¡nada de alimentos basados en el silicio, por favor!). La verdad es que si eres mínimamente cocinillas, no te costará nada quedar como un chef al hacer cualquier cosilla salada, porque para la mayoría de la gente aquí, «cocinar» es sinónimo de meter muchas cosas en la sartén y ver qué sale. Con los postres ya es otra cosa, porque en tartas, pasteles y galletas la verdad es que los gringos son unos cracks.

Después de dejar tu tortilla de patata en la mesa y las cervezas enfriándose en la puerta (el invierno de Nueva Inglaterra, ya se sabe), toca alternar con los asistentes, y aquí es donde te sientes transportado al universo Sim. Estar en uno de estos saraos es como una especie de juego en el que tienes que hablar con la gente, y el que tiene más conversaciones gana, o algo así. Como la gente anda por ahí rondando y no sentados alrededor de una mesa, las conversaciones suelen ser en parejas y hay una especie de rotación orquestada por algún tipo de mecanismo que no entiendo muy bien cómo funciona. No es, para nada, una experiencia desagradable si estás con gente maja, pero hay algo en todo ello que siempre tiene un no-sé-qué de artificio que no llega a parecerme natural o espontáneo. De vez en cuando picoteas algo (siempre sobra muchísima comida) y te llevas contigo tu bebida que, invariablemente, está en un vaso de plástico rojo (que es el vaso de plástico reglamentario para cualquier sarao que se precie).

redcupY cuando digo que son reglamentarios, creedme

Lo buena o mala que sea una de estas fiestas depende un poco de tus expectativas. Algunos de mis amigos latinoamericanos las encuentran deprimentes y anticlimáticas: nadie baila y la gente habla demasiado de trabajo. Creo que el problema está en llamarlo «fiesta»; para mí es como el café. El café americano deja de ser un problema si asumes que vas a beber algo que no es café, sino algo totalmente distinto, una especie de infusión local. Las fiestas de aquí son el lugar ideal para subirte la «barrita social» de los sims. En el mundo académico, (y más en un campus aislado como el mío) la gente pasa poco tiempo en un sitio fijo, hay mucho movimiento y las amistades profundas y las relaciones de años de antigüedad son una rareza, así que la necesidad de algún tipo de interacción social se vuelve casi fisiológica, y una fiesta de este tipo, lejos de acabar en desenfreno y orgía (algo limitado, al parecer a las fiestas de los «undegrads») es una forma de picotear comida y «raciones individuales de personalidad», como dirían mi amigo Rufo y cierta película. Con esto no quiero decir que no haya gente que merezca la pena y con la que puedas entablar amistades genuinas, simplemente es que el sistema este de fiestas me parece tan poco espontáneo como ver a los sims gesticular en la pantalla. Cuando en Madrid organizo una quedada en mi casa, la gente se ha comportado de otra forma, con conversaciones en grupos grandes, más carcajadas, menos postureos y más espontaneidad.

La advertencia de no hacer nada elaborado me recuerda a la primera ocasión en la que invité a la chavalería a mi casa en enero y les senté alrededor de una mesa (¡qué torpeza por mi parte!). En retrospectiva creo que debió parecerles una velada un tanto aburrida y debieron flipar con la formalidad de sentarse. Vi cosas que no creeríais. La falta de costumbre que tienen de degustar por separado cada plato me hizo ver atrocidades culinarias como mezclar en un mismo mejunje paella, hummus y ensalada y mezclarlo todo antes de comérselo. Unas risas.

El otro momento crítico es decidir cuándo se ha acabado la fiesta. Supongamos que todos tenemos una especie de sensor que nos avisa de que se hace tarde, que esta gente se tendrá que acostar y que qué bien lo pasemos. Pues bien, ese sensor siempre, siempre, siempre salta casi al mismo tiempo al 90% de los asistentes a una fiesta, y en un momento que yo considero demasiado pronto. Cuando la cosa ya se ha empezado a relajar y empiezas a sentirte realmente a gusto, a la gente le entran unas prisas locas por irse corriendo a sus casas, vete tú a saber por qué. Dependiendo de cuándo haya empezado la fiesta, esto suele ocurrir a horas tan intempestivas como entre las 20:30 y las 22:00 (pongo la notación 24h para evitar errores razonables). Como no voy a ser yo menos, también me voy, claro, generalmente aturdido por la sorpresa de ver cómo todo el mundo se pone a recoger. La siguiente escena es aquella en la que un sábado llegas a a casa a las 22:30 y eres consciente de que estás de vuelta de una fiesta a la misma hora a la que quizá habrías salido de casa en las Españas.

¡Vamos a tomar algo!

La alternativa a quedar en la casa de alguien, la de salir a tomar algo fuera, tiene también algo de artificioso. Quizá sea porque están menos acostumbrados a hacerlo de forma regular (saltas de los sitios cutres de comida basura a restaurantes de pitiminí de plástico), cuando alguien sugiere salir fuera la noche de un viernes o un sábado, la propuesta parece que tiene que ir sustentada por una planificación exhaustiva y una elección de los lugares a visitar. Esto hasta cierto punto es comprensible cuando algunos de estos planes incluían una excursión previa en coche desde nuestro refugio rural-universitario hasta algún centro neurálgico de la noche neoinglesa (como Hartford-Connecticut y Providence-Rhode Island… ¡Qué aventura!). Quizá sea porque mis amistades tienen gustos un tanto exquisitos, pero siempre me ha parecido que se le daba demasiada importancia al sitio escogido para la cena (cuidadísima decoración y cierto intento «quiero-y-no-puedo» de hacer que una hamburguesa parezca nouvelle-cuisine). Quiero y no puedo en la presentación, claro, no en el precio, porque al hilo de que aquí impresionas al personal con una tortilla de patata, al cliente le maravillas con una ensalada de tomates con cachos de mozzarella, albahaca y aceite de oliva, le cobras 12 dólares y te quedas más fresco que una ídem. Imagináos lo que son capaces de cobrar por un filetico con guarnición y vinagreta de frambuesas. ¡Pura fachada! Pero, ¿Y lo gourmet que se cree el cliente?

En el fondo, lo que más me repatea de comer fuera en EE.UU. es la costumbre que hay respecto a las propinas. La tienen tan asentada que tienes que aceptarla sin más, no tiene sentido discutirla, pero es un timo con todas las letras. La teoría dice que al margen de lo que pagues por la comida hay que dar una propina por el servicio. En mis primeros viajes en EE.UU. la cantidad estaba entre el 10% y el 15% de lo que has pagado por la cena pero a día de hoy el 15% es más bien lo mínimo. Esta costumbre se justifica normalmente al explicar que los camareros cobran una miseria, y a cambio se supone que recibes un servicio personalizado que sería impensable en España. Es cierto que a ojos de un gringo el camarero medio español merecería penas de cárcel por una atención bastante deficiente, pero a mí este sistema sigue sin convencerme.

Lo primero es, como dice Morti, que el dueño del restaurante se ahorra casi todo el sueldo de sus empleados haciendo recaer esa responsabilidad directamente en ti (algo impensable en cualquier otro tipo de negocio), sin que por ello te salga más barata la cena. Lo segundo es que, lo que en este país se entiende como «un buen servicio» a mí me parece más bien una pesadez. El camarero o camarera llega, muy sonriente, eso sí, se presenta y te da el menú. Pides la bebida. Te la traen. suelta alguna bromita o comentario para congraciarse contigo (quizá interrumpiendo la conversación que estás teniendo con quien sea que hayas ido a cenar). Pides la comida. Te la traen (bastante rápido, eso sí). Interrumpen tu comida y tu conversación una o dos veces durante la cena para ver si está todo bien, posiblemente ampliando el repertorio de comentarios bienintencionados (Me revienta que consideren que eso es sinónimo de un buen servicio). Te retiran el plato demasiado pronto y te traen la cuenta sin preguntar  (lo que en la microsociología carpetovetónica se entiende inmediatamente como una invitación a marcharse) aunque el restaurante esté medio vacío, y entonces te toca evaluar cuánto dejas de propina. En el fondo, el camarero se ha limitado a hacer su trabajo, igual que lo haces tú todos los días, pero esas sonrisitas, esos comentarios amigables esperan ser reconocidos en ese momento con un 15% de lo que ha costado la cena. Si además ha hecho algo realmente extraordinario, esperará más aún. Es como si además de pagar por la comida tuvieses que pagar por una representación teatral no deseada ni solicitada en función de qué tal le ha salido al intérprete. ¡De risa! Además, ni siquiera tienes margen de maniobra a la baja. Los camareros conocen su papel y no entenderían que les dieses «sólo» un 10% si a ti, personalmente, no te gusta ese tipo de servicio. Ni siquiera tiene sentido que dejes poca propina si no te ha gustado la cena, porque a quien premias o castigas es simplemente al camarero, no al cocinero ni al local en sí. En fin, que no merece la pena darle vueltas, porque ellos ni se plantean todo esto: al ir a cenar fuera esperan exactamente este tipo de conductas. Me acuerdo cómo se indignaba un chico estadounidense en un restaurante de Madrid (que a mí me parecía muy bueno) porque había que llamar a la camarera varias veces (estaba sirviendo ella sola a toda una terraza, la pobre) y porque la comida tardaba en llegar. Definitivamente, hay un abismo cultural en este aspecto.

Por último: decimos mucho de las que liamos los españoles cuando, a la hora de pedir unos cafés, cada comensal pide el suyo ligeramente distinto al de al lado (cortado descafeinado de máquina con leche desnatada templada en taza mediana y azúcar moreno), pero me asombra lo reacios que son los estadounidenses a pagar las cenas «a pachas», liando en su lugar unos saraos inconmensurables en los que cada comensal paga exactamente lo que ha consumido y calcula su propina individualmente. Y el camarero, poniendo buena cara, ¡más le vale!

PD: No hay nada peor que intentar calcular el 15% de algo con unas cervezas de más.

En el próximo capítulo: mundo Sim City (¡Urbanismo los cojones!)

38 comentarios en “Living in America: ocio dentro y fuera de casa

  1. Qué bien. Una entrada de las que a mí me gustan.

    Detesto los camareros que te interrumpen más de lo necesario. Por muy remunerados como ilotas, no los aguanto.

    Lo de los horarios de fiestas y demás, es un verdadero contraste con los usos y costumbres por aquí. La verdad es que hace mucho que en España nos hemos salido de madre en cuanto al ocio nocturno se refiere.

    Estoy deseando leer la siguiente entrega.

  2. Todas las cosas tienen su parte buena y su parte mala, pero visto desde aquí lo que cuentas parece triste y artificial. En los USA, empezando por las distancias y el urbanismo, con los diferentes usos (residencial, comercial, negocios, ocio…) totalmente segregados, dificulta interactuar de otra forma que no sea la que comentas. Y esto se ha integrado en una cultura ya de por sí bastante diferente a la nuestra. Así que cuando vienen por aquí flipan con todo, desde la comida hasta la vida social.

  3. Lo de los restaurantes es tal cual, lo de los camareros es insufrible. Lo de las fiestas-sim no lo he vivido, pero me creo perfectamente todo lo dicho aquí.

    A poco tiempo que vivas en EEUU uno se da cuenta de algo fundamental: el cambio cultural es brutal. Y más si te desplazas hacia el oeste. Debido a las series, la música, la cultura popular, etc, nos creemos que los EEUU es parecido a Europa, pero no es cierto. Si te mueves por Europa y comparas te das cuentas de que somos primos hermanos de los noruegos en comparación con los yanquis. Que hay diferencias, sí, pero no tantas como con estos. La estructura de las «ciudades» y el uso del automóvil, la rigidez en todos los aspectos de la vida y del ocio, ese buenrrollismo de pega (jau-ar-yu-doin?)… En fin, que no.

  4. Es curioso el efecto de ir a un sitio tener la sensacion de vivir en un escenario.
    A mi me ha pasado un poco con los franceses. Antes de la TDT por aqui se pillaba mal la señal de Francia y la tele era apta podias ver programas en frances.

    Luego cuando oyes hablar a francese parece que se han escapado de la tele. Muy curioso.

    No se que sentirán al venir a Europa, porque la invasion mediatica es mucho menor.
    Yo creo que el choque cultural para nosotros es algo menos por la ficcion que nos llega. Luego queda descartar lo real de lo irreal.

    Eulez a que te refieres cuando dices que nos parecemos mas a los noruegos?
    Menos abiertos que los americanos, más socialistas, …

    A mi lo de la propina me parecia algo inaceptable. Me parecia que se debia recompensar la calidad volviendo.
    Pero ahora he cambiado un poco y pienso que algo parecido puede ser util para tener un feedback rapido y premiar directamente al empleado.
    Aunque creo que tambien hay botes de propinas. Todo se junta y se reparte equitativamente. Me parece un poco injusto, pero hay trabajadores que no se relacionan con el publico y no reciben propinas.
    Yo pensaba que era un 20% pero aun un 15% me parece mucho. Lo ideal seria que el cliente eligiera dar o no propina, pero al obligar a dar un porcentaje rompes esa barrera, sino casi nadie daria nada.
    Yo creo que un 5% estaria bien o bien por tramos hasta 20e x de propina, hasta 10 x/2.
    Asi no hay que cavilar sacando decimales.
    Sobre la propina no tengo una opinion totalmente formada. Yo aqui no voy uso casi los bares y las cosas ya me parece caras de por si para propina. Siento ser tan racano ( o pobre)

    La filosofia de reunirse en casa a mi me gusta mas. Pero en España es un poco complicado, la gente no se puede emancipar tan pronto como el resto de Europa.

    Yo USA la veo un poco Steampunk. Es como se hubiese modernizado por una vida diferente y tiene ciertas cosas que parecen desfasadas.

  5. Cope, qué te voy a decir yo de lo que escribes de estos temas. Genial entrada. Si me permites el abuso y eulez no objeta, le dedico este copia-pega a Pipistrellum al hilo de parecernos más a los noruegos.

    Cuando digo que nunca podré adaptarme realmente a este país y me preguntan por qué, con detalles, no sé muy bien cómo explicarlo. No sé cómo empezar, cómo seguir ni qué conclusiones darle a estas cavilaciones que se quieren abrir paso a puñetazos y patadas del reino de mis pensamientos a la república no democrática del blog. La gente asume que son las diferencias culturales. Nada maś lejos de la realidad.

    Es una cuestión de mentalidad. La de este país. Todos los españoles en el mundillo de la inmigración hacia los Estados Unidos hablan del shock cultural que es mudarse de España a los Estados Unidos. Yo voy a salir del armario hoy y a decir que esto de “shock cultural” no me parece la clave en el caso de los Estados Unidos. No es el “shock cultural” lo que hace que un español medio y que hable inglés (yo, por ejemplo, pero no solamente yo) encuentre más difícil la integración en los Estados Unidos que en el Reino Unido. Es el tripe salto mortal que hay que dar de la mentalidad europea a la mentalidad estadounidense, no el salto cultural y lingüístico. Las diferencias culturales son prácticamente las mismas entre España y Estados Unidos que entre España y Reino Unido, Alemania o Francia. Todos los sitios nuevos te sorprenden con cosas que no conocías, algunas te encantarán, otras te reventarán, otras (la mayoría) con el tiempo te resultarán indiferentes y terminarás incorporándolas en tu vida sin darte cuenta (te darás cuenta cuando vuelvas a España, eso sí). Pero todos los países occidentales tenemos una base de civilización común. Las diferencias culturales con los Estados Unidos existen, pero son navegables. Son las diferencias de mentalidad las que resultan prácticamente insalvables. Yo creo que entender (y no digamos ya dar el salto de) la mentalidad de cualquier país de Europa respecto a Estados Unidos es más difícil que hacerlo de la mentalidad de España a la de otro país europeo.

    Saludos.

  6. Falta el link, sin duda :-). Es un blog muy recomendable.

    Y por supuesto, Cope, genial entrada, espero el resto!! (como europea no tengo nada que aportar xD)

  7. pipistrellum y mortiziiaz,

    Lo primero ¿hay alguna diferencia entre las diferencias culturales y la distintas mentalidades? Es que depende de qué entendamos por cultura. Para mí esa mentalidad tan diferente es cultural, porque viene de diferencias históricas… Es decir, dependen de cómo de importante consideremos que es la «cultura».

    Dicho esto, lo que pega mortiziiaz en su comentario es parecido a lo que quiero decir. Es muy dificil de explicar y supongo que hay que pasar algún tiempo allí. No todo son las ideologías políticas (ser más o menos socialista o capitalista), hay algo más, algo más ligado al día a día de la gente. Cualquiera de nosotros con un noruego con el que puedas comunicarte, iría a tomar un café, o saldría a dar un paseo. No sé, esto a veces es complicado con los norteamericanos. Su concepción del espacio personal es distinta. Además su forma de ver las cosas es profundamente adolescente. Todo está centrado en la apariencia, no en la realidad de las cosas. En fin, es complicado de explicar. La gente que trata con norteamericanos y europeos para ciertas cosas ve mucho la diferencia. En Suiza me comentaron que mientras que a los europeos les costaba mucho «vender» sus proyectos de investigación a pesar de tener muchas cosas que contar, a los norteamericanos les pasaba exactamente lo contrario.

    Lo de la distribución del espacio del país (el urbanismo) es muy importante en todo esto…

  8. Es complicado de explicar, pero lo haces magnificamente :)

    Tambien hay que tener en cuenta que USA y otros paises son de un tamaño similar a Europa. Puede haber las mismas diferencias que en Europa.

    En vender te refieres a que incluso llegan a ser exagerados al mostrar sus puntos fuertes?
    A veces es mas importantes saber venderse que un producto mejor.
    Creo que los italianos tambien se venden mejor que los italianos.

    Creo que los americanos son mas pudorosos que los Europeos. O por lo menos ellos consideran que los Europeos son más desinhibidos.

    Pero supongo que varia mucho dentro del pais.

    Espero no haberme pasado con las especulaciones.

    Tonteria relacionada con el tema. Creo que cope no lo ha visto.

    El resto.

  9. Yo veo que nos llevan años de ventaja. Como soy mayor que vosotros, veo como nos venden sus buenrrollismo, su popularidad, su aparientar … normalidad estándar.
    Ved donde vamos pues lo veremos aquí en seguida.
    También dejaremos la tortilla de patatas que se hace ya en muy pocos bares, … y este año la mayoría de los camareros -pre(be)carios- tenian una m de sueldo el que lo tenía.
    Yo ya dejo aquí unas propinas que te cagas.

  10. jmongil: Es una forma muy domesticada de ocio que contrasta mucho con despiporres que he presenciado en ocasiones y lugares especiales. Sin ir más lejos la famosa Bourbon St. en Nueva Orleans, incluso sin ser Mardi Grass ni nada de eso, se convierete en un botellón inmundo casi cada noche, digno de la Plaza del Dos de Mayo en sus «buenos» tiempos, lleno de gente emocionada porque puede beber (y mear, al parecer) en la calle. En el fondo a muchos de ellos les encanta cerdear a la española, pero se controla más. Iba a escribir la entrada del urbanismo toda junta, pero mejor la dejo aparte, que tiene tela. ¡Para cuando me saque el carnet de conducir en octubre!

    Aitor: Ya ves que estas entradas tienen sus adeptos, así que siempre trato de sacar las cosas que más chocan, pero efectivamente, hay cosas muy buenas también.

    Metodyko: Lo que da miedo no es el buenrollismo, lo que acojona que copiemos es lo de la sanidad privada y lo de endeudarse por tener unos estudios universitarios de risa, y eso sí lo estamos aprendiendo que no veas. Lo del civismo, la eficacia, la ciencia puntera y tal, eso ya menos. ¿Dejas buenas propinas en España? ¡Te deben de tener en un altar!

    Eulez, Mortiziia, Pipistrellum: pues al hilo de lo que decís, a Pipistrellum le tengo que decir que estoy de acuerdo con vosotros (claro). No tengo claro de si es mentalidad o cultura ni de dónde empieza una cosa y acaba la otra, pero por muchos Simpson que hayas visto, hay un cambio bastante radical pero a la vez sutil y difícil de explicar en cosas muy cotidianas que llegan incluso a la raíz de cómo te tomas la vida. Al asunto europeo se mezcla la idiosincrasia española, que tiene también lo suyo. Por poner sólo uno de muchísimos ejemplos tontos. Me da la impresión de que aquí la mayoría de la gente actúa y se cree que el trabajo duro recibe su recompensa. No sé si esto se limita sólo a la tradicional explicación protestante de que Dios reparte justicia en función de los actos (con la crudísima contrapartida que dice que el que es pobre es porque es un vago) o si va más allá, pero yo en estas situaciones me encuentro casi riéndome por dentro sorprendido de lo ingenua que es la gente. Esa ingenuidad, por ejemplo, en el mundo científico se traduce en un desparpajo y en una actitud muy de vendedor de coches de segunda mano (Stan, de Monkey Island), al hilo de lo que decía Eulez. en eso son unos cracks. Hace poco asistí a un concurso por una plaza a la que se presentaba un puñado de gringos y un paisano. Aunque todos los candidatos fueron buenos, si te ponías a comparar las conferencias que dieron, se comieron al celtíbero con french fries. En comparación no estamos acostumbrados a transmitir ideas de forma tan eficaz, y al menos yo ando siempre preocupado de qué puñalada es la próxima en caer o de lo que pueden pensar de ti o de muchas otras formas de perder el tiempo. Hay algo que aprender en todas partes. Puede ser todo una cuestión de grados. Por lo que conozco de África me da la impresión de que los europeos tenemos que parecerles a los africanos como los americanos a nosotros en cuanto a gente estirada y cierta hostilidad. El choque cultural de cualquier inmigrante subsahariano en España debe ser absolutamente explosivo.

    Gracias por los vídeos Pipistrellum, creo que se los voy a ir poniendo a algunos neoingleses, a ver qué les parece.

  11. Pipistrellum, los vídeos son la pera :_D. Tampoco los conocía.
    Todo lo que vais aportando complementa lo que quería decir. No pegué la segunda parte de esa entrada, en la que explico lo que me parece que es tan diferente la mentalidad yanqui de la europea (la idea de ‘entitlement’). La simpleza de ir a tomar una cerveza (de no poder ir, en muchos casos) después del trabajo y luego irte a tu casa es algo que quizá no se le ocurre a alguien que no haya estado ahí para vivirlo, también la comenté en otro momento:

    Están las diferencias urbanísticas: «cerca» y «lejos» significan cosas diferentes a ambos lados del Atlántico. Parece una obviedad, como parece obvio que en Finlandia en junio es de día a las doce de la noche, pero hasta que no lo ves de verdad no aprecias realmente lo que es. Las barreras de la distancia y la herencia anglosajona hacen que vivir en Tarragona, Cataluña o en Billings, Montana, con prácticamente la misma población, sean dos cosas poco comparables. Me voy a quedar con este ejemplo para intentar ilustrar estas diferencias urbanísticas. (…) Ir a tomarte una cerveza después del trabajo con los compañeros en Tarragona es algo perfectamente normal desde nuestra posición española, aunque también haya gente que se desplace de otros pueblos para trabajar allí. A los de fuera les queda la opción de coger el cercanías, o un autobús, o un taxi, o de esperar un ratito antes de coger el coche para regresar y llegar media hora más tarde de lo previsto, a los locales les basta con calzarse unos buenos zapatos y caminar. Ir a tomarte una cerveza después del trabajo en Billings puede que no sea tan sencillo. No lo es en mi pueblo, en cualquier caso, y vivo en una región que parece bastante menos inhóspita. Así las cosas, no es de extrañar que en Billings el ciudadano medio haya llegado a apreciar cosas en la categoría «entretenimiento» que no aprecia el ciudadano medio de Tarragona. Por no decir que los que fundaron Billings o en general los Estados Unidos no fueron los mediterranísimos pueblos bebedores de vino que hicieron lo propio con Tarragona y en general el resto de España, sino los anglosajonísimos puritanos que se largaron de Europa hacia el Nuevo Mundo hace dos días, como quien dice, a asentar sus colonias libres de la persecución religiosa y la depravación de quince siglos de Cristianismo del antiguo continente. A estas alturas es imposible trasladar la cultura de las tapas española o del pub británico a los pueblos estadounidenses creados en mitad de la nada, porque quienes los fundaron no lo hicieron con la idea de tener una nueva Tarragona o un nuevo Liverpool, sino un sitio con otros valores que ofrecía todas las ventajas del espacio para el urbanismo anglosajón.

    Son muchas cosas las que influyen. En esta otra entrada comentaba justo cómo la vida es tan parecida y a la vez tan diferente, seguro que Copépodo tiene aún mejores cosas que aportar cuando hable del urbanismo de esa zona. Yo vivía cerca (cerca para estándares yanquis, claro), pero a fin de cuentas estaba dentro de la órbita de la gran ciudad y la sensación ya era diferente a la que tuve en Virginia, o en cuanto iba a Boston y paraba por el camino en algún sitio de CT, o a apenas una hora más de carretera para arriba en mi propio estado. Y todo esto siendo la costa Este, más poblada y más urbanísticamente europea a grandes rasgos… ¡cómo será la cosa en mitad de Kansas!

  12. Lo de las fiestas la verdad es que me resultó muy frustante, todas en las que estuve. Te volvías a casa a esa hora obscenamente temprana con dos vinos y diciendo «pero coño, si ahora es cuando debería empezar lo bueno». Pero no, cuando alguna vez expliqué como era realmente una fiesta (y contándolo adaptado para no escandalizar) se quedaban ojipláticos.

    En fin, que nunca me acostumbré para nada al American Way of Life, la verdad. Pero disfruta lo que puedas. Y nunca te dejes la propina (me flipó que incluso el recibo de la tarjeta de crédito tenía una sección donde añadir a mano la propina que dejabas y te cargaban en la tarjeta).

    Salud y saludos.

  13. Pues mira, Exseminarista ye-ye, en materia de horarios nocturnos, creo que en España tenemos mucho que aprender de otras partes del mundo. Nos pasamos siete pueblos y ni nos enteramos.
    La coña es que luego llega el cambio de hora del equinocio y montamos un pollo. Absurdo. Cualquier fin de semana estandar en España altera los horarios de sueño bastante más que el de los equincios.

    • De acuerdo, nos pasamos 10, no 7, pueblos. Pero el grado de asociabilidad que vi y viví en los EE.UU., levemente maquillado por los Casual Friday o las reuniones de ese tipo, no se lo deseo a nadie, la verdad. Y eso que la cerveza en la empresa (y la comida mexicana) era gratis los viernes.

  14. Pues si, desde hace un par de años dejo buenas propinas, hay mucha gente que le dan de alta una o dos horas al día en unos contratos, perdón, atracos basura y curran 10 y 12 horas diarias los días que hay gente y en muchos casos además son amables,
    Mira: http://www.diariodemallorca.es/mallorca/2013/08/17/encuentran-33-becarios-hotel/868251.html

    Sobre la privatizaciones es una forma sencilla de aumentar el PIB o (GDI) sin aportar valor, ejemplo: http://www.opposingviews.com/i/society/ny-hospitals-charging-much-546-six-liters-saltwater-iv-bag

    No hay comparación con la sanidad pública, ahora que cae como una piedra el PIB español

    Lo que te quería decir, nos llevan años de ventaja, pues estamos copiando su modelo de pe a pa.
    Salud, saludos y buenos alimentos.

  15. Me alegro que os gusten los videos. Veo que tengo buen criterio poniendo tonterias :P

    Ya contarás que les parecen a los neoingleses XD

  16. La propinas son negro o pagan impuestos?
    Te retienen contando que te dan X de propinas, pero de ahi para arriba quien se va enterar.
    Supongo que no lo declaran. ¿O esta mal visto no hacerlo?

  17. Pipistrellum: las propinas pagan impuestos. Sí declaran la mayoría, excepto si no hay ningún documento que pruebe que estás trabajando para el bar o restaurante (hay casos, pero no es lo habitual, porque si alguien así tiene un accidente laboral en tu local, te arruinas de la demanda que te mete). Declaran todo lo que se señala en las cuentas pagadas con tarjeta porque eso se revisa en las declaraciones de los restaurantes/bares y donde únicamente puedes hacer algo de trampa es con las propinas en metálico. Los empleados de barra son los que lo tienen más fácil para no declarar parte de sus propinas, porque suele dejarse $1 por bebida y casi todo el que va a tomarse una o dos deja esos dólares en metálico.

  18. Me ha hecho gracia lo de la espantada general al finalizar las fiestas. La verdad es que es un problema insoluble.
    En España está mal visto fijar una hora. El anfitrión puede fijar la hora de comienzo (por cierto, nadie quiere ser el primero en llegar), pero nunca puede planificar la de cierre, a pesar de que por sentido común tiene que existir. Si te vas antes de tiempo (¿y cuándo es antes de tiempo?), te abuchean por aguafiestas. Lo mismo pasa si la juerga en la calle. En consecuencia, la coña se prolonga siempre más de lo debido, con las consecuencias etílicas…
    En España nos gusta decir que aquí sabemos divertirnos. No acabo de estar seguro de que eso sea cierto.

  19. Bufff, pos acabo de llegar y no sé por dónde empezar..

    La verdad es q puedo hablar poco pq nunca he estado en los EEUU, pero en primer lugar he de decir q. aunq hablemos de ellos como ‘anglosajones’, la verdad es q los ancestros de la mayoría de estadounidenses es germánica ( http://www.theoccidentalobserver.net/2012/08/the-limits-of-decoding-a-nations-dna/ ). Ahí sí cobra mucho más sentido eso del puritanismo religioso, q yo no sé si era tan fuerte en Inglaterra como por la Europa del centro-norte.

    Por otra parte, es verdad q la mentalidad debe ser muy distinta comparada con la de Europa, pq un océano de diferencia debe hacer mucho.. pero yo q he vivido en Chile allí no me he sentido tan distinto. Teniendo en cuenta q Chile era parte de España hace un par de siglos y los EEUU no, claro. Es decir, claro q hay muchas diferencias; pero en el fondo uno se siente como en casa de unos primos cercanos. Quizá hasta los italianos sean más distintos q allí, y eso q los tenemos ahí al lado. Por otro lado, q tampoco he vivido en Noruega pero sí en Suecia.. y no, no tenemos nada q ver. Sí, quizá tengamos una concepción algo más social que los estadounidenses actuales ($$ = individualismo, etc), pero aun así no tenemos nada q ver. Creo q también ha tenido mucho q ver con la geopolítica de los últimos dos siglos. Me explico: los EEUU han estado mucho más aislados de lo normal en estos dos últimos siglos pq no han necesitado de nadie. Les ha ido de puta madre, se han convertido en los reyes del mambo mundial, y han sido ellos los q han impuesto sus reglas. Pues visto así, sus reglas las han desarrollado ellos sin haberse ‘copiado’ o ‘fijado’ de nadie. Es justo lo contrario q aquí ahora, q estamos copiando el modelo estadounidense y eso está generando ciertas disfunciones (la gente q no qiere, los ricachones q sí pa hacerse más ricachones todavía, etc). Bueno, esa es mi teoría. Q luego no sé hasta qué punto se podría aplicar.

    Luego sí, ellos son la antítesis de lo q yo valoro en la vida (la realidad, la sinceridad, etc). Es todo apariencia, y por más q eso venda mucho, es detestable pq los demás tenemos mucho más q ofrecer muchas veces, pero no nos lo creemos tanto. Por cierto, q eso ocurre también aquí en Europa, aunq a distintos niveles (p.ej., con los italianos y la moda, los catalanes y el diseño gafapastil, o los franceses y su chovinismo). Ellos ofrecen imagen de progreso, de avance, de tecnología punta, etc. Se lo tienen muy creído y les funciona (y por eso les funciona). Pero bueno, ya veremos qué pasa con el tiempo, yo creo q el tiempo de los EEUU como primera potencia está acercándose a su final poco a poco (aunq eso puede ser otro siglo fácilmente dando por culo).

  20. Ah, y en cuanto a los camareros.. Creo q no voy a pasar por allí, pq yo podría cagarme fácilmente en su puta madre. Y me acabarían echando del local, pero yo no le pago el 15% a un pesao xD.

  21. Agu2v, las clases de Civilización acuden a mi rescate y tengo dos pequeños comentarios al hilo del tuyo (muy bueno, por cierto; me encantan los comentaristas de este blog, tan educados, tan de escribir tildes… ¡qué maravilla, Copépodo): los anglosajones *son* germánicos y el puritanismo es un movimiento mayoritariamente inglés; sus ideales fueron transportados al continente europeo primero, donde empezaron por emigrar, huyendo de la represión en lo que hoy es el Reino Unido, y posteriormente al Nuevo Mundo, donde terminaron yéndose en gran número, los «originales» y los nuevos adeptos, huyendo de persecuciones religiosas. Los primeros pobladores eran puritanos de origen anglosajón (y españoles, pero por el otro lado y por abajo), otras oleadas migratorias más continentales o más germánicas, si queremos llamarlas así, fueron posteriores.
    Lo segundo es que me parece muy interesante lo que mencionas de Chile. Yo nunca he estado, pero mi mejor amiga en los EEUU era nacional de este país, y ciertamente no sentí ninguna gran diferencia a la hora de relacionarnos. Pero sí había una enorme (enormísima) diferencia a la hora de relacionarme con centroamericanos, con los que trabajaba. He vivido en varios países de Europa y conozco un poco Noruega, y digo sin lugar a dudas que me resulta más cercano un noruego que un centroamericano, a pesar de ser «primos» y tan parecidos en ciertos aspectos culturales. Lo mismo me pasa con los estadounidenses. Las cosas cambian mucho de país a país y en la percepción de cada uno; también siento mucho más cercanos a los noruegos en comparación con los suecos, por ejemplo. Teniendo todos estos «peros» y «no obstantes» en cuenta, yo sigo pensando que es más fácil para un español entender la mentalidad de un europeo medio, digamos un francés o un danés, que la de un estadounidense medio, digamos de Nebraska o de Virginia.

  22. Mortiziia, a veces creo que explicar el cambio cultural o de mentalidad o como lo llamemos estaba fuera de mi alcance por «limitaciones del lenguaje», pero me resulta interesante, sobre todo después de leer esa entrada (tu bloj sigue repleto de sorpresas) que es bastante difícil poner en negro sobre blanco esas diferencias. Cuando intentas analizarlo, no parece que haya muchas diferencias, pero todo «se siente distinto»; yo suelo decir que me parece poco espontáneo, pero es sólo una forma de verlo. Oye, y a todo esto, ¿De dónde viene lo de llamar «Guarromán» a tu locus neoyorquino? (lo mismo alguna vez lo has contado, pero tu bitácora casi necesita un índice propio). Gracias por los capotes, porque obviamente estás mucho más puesta, que yo pensaba que las propinas no se declaraban. (Otro día tengo que sacar el tema sobre la enfermiza relación que tienen con los impuestos). Por último, me ha hecho mucha ilusión (y espero que a ellos también), ese comentario sobre las tildes de los concurrentes de esta santa casa.

    Exseminarista: ¿Estuviste «destinado» en el yanqui? No lo recordaba, ¿dónde?

    jmongil: de todo hay en botica, no hace falta ser amigo de que las calles sean un meadero público para disfrutar de un sábado por la noche de forma sana. Es el sentido común el que te dice cuándo es buen momento para irse a casa en una fiesta, depende de distintos factores, pero lo que seguro que no es casualidad es que a mí siempre me parezca que las fiestas de aquí se acaban demasiado pronto, sin motivo (no es tarde, lo estamos pasando bien, etc). Es como si les saltara un resorte interno en plan «uy, me lo estoy pasando demasiado bien, esto no puede ser bueno, voy a ser prudente y a retirarme).

    Agu2v: saltándome los temas a los que te ha respondido Morti, sí me gustaría mencionar algo acerca de la imagen que puedes tener de los estadounidenses. No voy a entrar en eso de si todos los estereotipos tienen algo de cierto, pero coincido contigo en que la idea del marketing, de venderse , de comunicar, etc, es muy de aquí. Lo que no creo que sea cierto es que EE.UU. sea la antítesis de todo lo que valoras en la vida. Quizá sea porque en este momento yo me siento bastante resentido con España (a la vez que echo de menos muchas cosas del lugar donde he vivido más de treinta años, es todo muy esquizofrénico), pero la superioridad moral que a veces nos gastamos los europeos también creo que es un estereotipo con algo de realidad. El choque cultural es sorprendentemente grande, motivo de cierto chascarrillo y cachondeo sano, que es lo que pretendo, y habrá cosas de aquí a las que nunca me acostumbraría, pero a fin de cuentas, aquí viven cientos de millones de personas y hay DE TODO, de verdad, incluyendo todo lo malo que podrías esperar, pero también conductas altruistas y constructivas que jamás veríamos en España, una cultura de la valoración del trabajo de la que algo provechoso podíamos aprender y muchas personas que merece la pena conocer. Y sí, yo también me sentiría más «cómodo» culturalmente viviendo en Chile, lo mismo incluso en Jordania y seguramente en Suecia.

    • Na, un laboratorio en San Diego, CA. Un productivo e inolvidablemente largo año y pico (en el sentido leslutheriano del término, en plan «y nos fuimos de San Diego con el firme deseo de no volver nunca más» XD ).

      Salud y eso.

    • No me entiendas mal, q yo diga q son lo contrario de lo q valoro en la vida no significa q lo q tenemos en España lo sea. Posiblemente esté más cerca, puede ser; pero desde luego tampoco lo es. Entre otras cosas pq hay mucha envidia, muy poca cultura, etc. La verdad es q poniendo en cuestión mis valores, creo q en ninguna parte iba a estar completamente agusto, aunq probablemente en los EEUU de los q menos.. me resulta todo demasiado alienado.

      Aunq para eso está la capacidad adaptativa de cada uno, q yo la tengo :).

  23. Cuando intentas analizarlo, no parece que haya muchas diferencias, pero todo “se siente distinto”;

    Yo lo siento exactamente igual, Copépodo. Y donde me parece más llamativa esa diferencia que sabes que está ahí pero que eres incapaz de poner tu dedo en, es en la publicidad, porque lo ves de golpe en un espacio de pocos segundos.

    La publicidad en este país tiene muchos detalles que te hacen ver el conjunto con nitidez asombrosa, pero comprenderlo parece un trabajo titánico de muchos años y requeriría pasar largas temporadas a lo largo y ancho de todo el país. Porque en la publicidad ves un resumen representativo del todo, percibes que tiene ese algo con lo que el ciudadano se identifica desde dentro, pero que tú desde fuera no ves como identificativo en tu vecino, en tu colega de la oficina o en tus compañeros del gimnasio.

    ¡Qué difícil de explicar, y qué facil de notar con un poco de atención!

    Respecto a los Guarromanes, sí, sí que le dediqué su espacio en el bloj a explicarlo, es una entrada de puro urbanismo yanqui: http://mortiziia.wordpress.com/2010/03/04/guarromanes/. Voy a tener que hacer un índice FAQ y dividir las entradas por categorías: urbanismo yanqui, mejunjes comestibles, publicidad… xD

  24. mortiziia
    He leído tu artículo sobre los «guarromanes». Me ha parecido muy interesante. Yo eso habitualmente lo llamo suburbio a la americana, a falta de un término más sintético.
    El término «guarromán» me parece tentador, pero no me atrevo a repetirlo mucho, salvo con gente que esté en el ajo, porque no es intituitivo y porque da pie a confusiones (guarromán = hombre marrano).

  25. «pero lo que seguro que no es casualidad es que a mí siempre me parezca que las fiestas de aquí se acaban demasiado pronto, sin motivo (no es tarde, lo estamos pasando bien, etc). Es como si les saltara un resorte interno en plan “uy, me lo estoy pasando demasiado bien, esto no puede ser bueno, voy a ser prudente y a retirarme).»

    Haz una fiesta de pijamas, para que no se vayan :P

    » incluyendo todo lo malo que podrías esperar, pero también conductas altruistas y constructivas que jamás veríamos en España, «

    Me gustaria conocer algunos ejemplos.

    Por lo que he leido el 90% de los americanos hace donaciones a organizaciones sin animo de lucro. más que en Europa y en España.

    Tambien he oido que son mas tendentes asociarse y hacer trabajos para el pueblo, etc.
    Aqui hasta tenemos un poco miedo de hacer algo porsi nos dicen algo. Por ejemplo, plantar por nuestra cuentas plantitas en los jardines de la calle.
    Puedes pedir permiso antes, pero si lo deniegan ya has perdido el anonimato para hacer el Bien de extranjis.

  26. Mortiziia: muy bueno lo de Guarromán, muy apropiado.

    Orab: No te sé decir, yo ya venía emparejado, pero algunos amigos latinoamericanos también me han transmitido quejas al respecto, vete tú a saber cuáles son sus estándares.

    Pipistrellum: sí, eso de las donaciones y de la «ayuda a la comunidad es verdad, y también tiene su tela, a ver si otro día…

    Agu2v: «creo q en ninguna parte iba a estar completamente agusto», ahí le has dado, cuando no es por una cosa es por otra

  27. Solo una pregunta tangencial; entiendo que este verano (como yo) no has vuelto ni una semanilla a España, ¿cuanto has echado/estás echando de menos el tapeo y las ‘servesitas’? Porque yo, que creía que no, que nunca me hubiera clasificado a mi mismo como fiestero, las he echado de menos horrores…
    En fin, que sí, interesante reflexión sobre la movilidad y las ‘raciones individuales de personalidad’ (I tip my hat ;) ) de usar y tirar.

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