Es imposible exagerar la relevancia que tienen los bosques en su contribución a las cifras globales de biodiversidad: por su compleja estructura espacial, que abre una infinidad de nichos ecológicos, los bosques son las típicas comunidades «clímax» de los ecosistemas terrestres, y por lo general los enclaves capaces de albergar un mayor número de especies. No se nos escapa tampoco que la quintaesencia de ecosistema hiperdiverso, la pluvisilva tropical, pozo sin fondo de especies nuevas para la ciencia, es un imán para el interés de los biólogos. Quizá estéis familiarizados con uno de los limitantes del estudio de esos bosques, que es precisamente su estratificación en altura. Como ya hace mucho tiempo que dejamos de desplazarnos por las ramas de los árboles, los biólogos que llegan a un bosque tropical tienen acceso sólo al segmento inferior del bosque. ¿Qué pasa con el dosel? La cúpula de ramas, hojas, lianas y epífitas es un mundo aparte, mucho menos accesible, pero con sus comunidades propias de organismos, que piden a gritos ser estudiadas. Siendo conscientes de esta limitación, empezaron a surgir proyectos de investigación enfocados precisamente a recorrer el dosel del bosque tropical, a menudo empleando medios espectaculares y desbordando nuestra emoción exploradora en documentales y reportajes.
Arneses, puentes, tirolinas, e incluso globos y grúas forman parte de la parafernalia habitual para acceder al dosel del bosque tropical y su riqueza oculta. ¡No me digáis que no os gustaría subir a una cosa de estas!
Sin embargo, no os voy a hablar de uno de estos proyectos de documental, financiado por una gigantesca organización, sino de una iniciativa con el mismo objetivo, pero interesada en el dosel de un bosque mediterráneo: el del Parque Collserola, en Barcelona. Se trata de una iniciativa, además de muy interesante, especialmente audaz y meritoria por los tiempos oscuros en los que la investigación debe sobrevivir en España.
Aquí tenéis a Jorge Mederos (@jmedeCCF) haciendo de las suyas en el dosel de Collserola
El interés de estudiar el dosel de un bosque mediterráneo es el mismo que el que se puede tener para una pluvisilva: la gran mayoría de las actividades que los científicos llevan a cabo para entender y explorar la biodiversidad de un bosque se realiza a nivel del suelo. Sabemos con certeza que los estratos superiores del bosque, formados por la cúpula de ramas y hojas, puede ser muy distintos, con una biota especializada, que pese a estar muy cerca de nosotros, resulta más o menos inaccesible por nuestras propias limitaciones. ¿Qué organismos viven en el dosel? ¿Cómo varía la composición de fauna al ascender a los estratos superiores? ¿Qué factores les afectan? Estan son las típica preguntas que estudios de este tipo pueden responder. El método de trabajo no tiene por qué ser muy diferente al que se lleva a cabo a nivel del suelo (sobre todo trampas de distinto tipo en el caso de los entomólogos) pero con la ayuda de los elementos necesarios para verlo todo desde una perspectiva diferente.
El elemento principal con el que cuenta el proyecto es una plataforma y una pasarela que recorre el dosel del bosque y desde la que se puede colgar una trampa Malaise, uno de los recursos más usados por los entomólogos para atrapar insectos y que tiene un funcionamiento muy sencillo. ¿Nunca os habéis sorprendido por la cantidad de bichos que entran dentro de una tienda de campaña si os la dejáis abierta más tiempo del debido? Un visionario llamado René Malaise debió pensar que ese era exactamente el mecanismo ideal para cazar insectos voladores, así que pasó a utilizar esta cualidad inesperada de las tiendas para sus objetivos entomológicos: una tienda abierta, con un recipiente colector en una de sus esquinas, que en sus distintas variantes se sigue usando hoy, y que en este caso se puede colgar a la altura deseada.
Aquí se ve la trampa en sí en la pasarela
Recientemente han instalado además una torre de 15 metros de altura que cuenta con una estación meteorológica que suministrará datos microclimáticos estratificados por alturas a varios proyectos que se realizan en la zona.
… y además la torre permite unas vistas tremendas por encima del mar de hojas
Como en todo estudio relacionado con el inventario de la biodiversidad en un área, el tiempo de campo sólo es una parte, normalmente reducida, del trabajo que hay que hacer. Para un entomólogo, las muestras obtenidas por una trampa Malaise o por otros métodos suelen llevar muchas horas de identificación minuciosa, ya que permiten capturar muchos insectos a la vez, pero éstos deben separarse e identificarse uno a uno hasta convertirse en especímenes científicos debidamente registrados, en «átomos de información», por así decirlo, cuya acumulación servirá para encontrar patrones y dar respuestas a las preguntas planteadas.
El campo es sólo el principio
Es el trabajo de laboratorio el que permite tener un contacto más íntimo con los organismos a estudiar, a conocerlos realmente bien, peleándose con claves dicotómicas y con la variabilidad de las especies. En realidad es una de las partes más fascinantes del trabajo de un biólogo de bota: cuando se puede mirar a la evolución cara a cara y descubrir los detalles extraordinarios de un mundo que por su escala está normalmente oculto a quien carece de la meticulosidad y de la capacidad de observación para apreciarlo (y la sensibilidad para disfrutarlo).
Y atravesando la jungla en miniatura…
… nos topamos con ¡un fascinante pseudoescorpión!
He rescatado algunas de las imágenes que Jorge ha ido tomando de algunos dípteros, sí, especialmente bonitos, y la verdad es que me resultan fascinantes. Tomáos un momento para echar un vistazo e imbuiros por un instante en lo que es observar la biodiversidad en sus más diminutos detalles.
Durante el transcurso del proyecto, Jorge y cía han aportado muchas citas relevantes, sobre todo de escarabajos:
Diaperis boleti, un coleóptero citado en Collserola por primera vez. En este caso no se trata de ninguna especie rara, sino más bien reacia a caer en las trampas Malaise. Sin embargo, este tipo de citas creo que deben animarnos: ¡Hay mucho por hacer!
Un caso distinto es el del diminuto y espectacular Longitarsus substriatus, otra de las nuevas citas que el proyecto aporta a la Península Ibérica y que bien podría representar a una de las cientos de miles de especies que están descritas pero de las que no sabemos prácticamente nada
Son sólo un par de ejemplos de resultados del proyecto, sobre los que suelen aparecer actualizaciones en el blog, como artículos publicados o listas de especies, que demuestran los frutos del trabajo y la dedicación. Además, Jorge sube muchas de las fotos al portal Biodiversidad Virtual, donde acaban estando disponibles para todo el que esté interesado.
Hay varias razones por las que desde hacía tiempo quería llamar la atención sobre este proyecto. La primera ya la he dejado caer: hay una inmensidad de cosas que ignoramos, y no hace falta irse a la selva de Borneo para colocarse justo en la frontera del conocimiento humano y adentrarse, aunque sólo sea un poquito, en lo que nadie, nunca ha sabido antes que nosotros (y esa es una sensación asombrosa). Un espacio natural a tiro de piedra de una ciudad como Barcelona tiene un potencial estupendo para conocer mejor lo que es más nuestro: el monte mediterráneo, tan cercano y a la vez tan valioso.
La segunda es mi admiración más sincera por todo el trabajo e iniciativa que sus participantes han empleado en hacer esto posible. Soy defensor de que la investigación básica se reconozca como un sinónimo de progreso y civilización en sí mismo, y creo que es necesario y razonable que todos la financiemos en su justa medida con nuestros impuestos, pero en las circunstancias actuales son muchos los investigadores que están recurriendo a campañas de crowdfunding (micromecenazgo si lo preferís) para sacar adelante sus iniciativas; así pasó con el estudio del dosel de Collserola. Aquí tenéis uno de los vídeos que se emplearon en una de estas campañas donde explican además el proyecto (en inglés) y se puede ver cómo lo tienen montado todo.
Como os decía al principio, y con ayuda de la última campaña, la torre es ya una realidad:
Por último, a poca gente he visto tan entregada como a Jorge a hacer partícipe a la sociedad de su trabajo, y cada vez parece más evidente que para que el círculo se complete es necesario que los beneficios de la investigación retroalimenten la fuente de sus recursos. En el caso del proyecto en Collserola, no sólo estamos al tanto de todos los detalles gracias al blog y a la cuenta de Twitter de Jorge (¡ya estáis tardando en seguirlos!), sino que tanto él como la institución donde trabaja facilitan visitas (especialmente a los mecenas interesados) a las alturas del bosque mediterráneo o actividades como los bioblitz (¡Con lo que molan esos saraos!), donde todos, y muy especialmente los niños, pueden empaparse de lo que significa estudiar la biodiversidad (algo que, en la enseñanza de las ciencias naturales, cada vez está más abandonado).
¡Esto sí que es acercar la biología a la gente!
Muy bonita experiencia y geniales las fotos.
Un saludo.
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La primera vez que vio algo de esto fue en la muy interesante, creo que a mediados de los 90 no tenia ni idea que se hiciese algo parecido en españa o tal vez Europa.
En la isla Caiman en la trampas literamente cogian kilos de mosquitos. En una trampa unos 3 kilos. Luego fumigaron y controlaron muchisimo la poblacion.
La solucion me produce sentimientos ambivalentes?
Cual es tu opinion como biologo?
En España pasa lo contrario. Por Utrera creo hay unos arrozales inmensos, criaderos idealess de mosquitos. Por algun motivo dejaron de fumigar y tenian una nubes tremendas mosquitos.
En mi opinion parte del problema es la fumigación. Porque mata los depredadores de las larvas y los depredadores tardan mas en adaptarse a su presas.
Lo han solucionado con otra fumigación, pero yo creo que es mas sostenible y barata a largo plazo una solucion biologica, por ejemplo repoblar con peces que coman las larvas.
Creo que me he ido un poco por los cerros de Ubeda. Lo siento …
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Admirable y maravilloso, todo un ejemplo a seguir.
Martincx, Epicureo: gracias por comentar
Pipistrellum: pues sí, me parece que estás mezclando cosas muy distintas, vamos por partes:
– El propósito de este tipo de estudios no es matar mosquitos, es saber qué mosquitos (y qué escarabajos, avispas, etc, etc) viven en un bosque. Hay que matarlos porque se necesitan especímenes científicos que demuestren las observaciones, pero no se los mata en masa para acabar con ellos. Esta actividad es insignificante como para que suponga una amenaza a la población de insectos y no, no me supone ningún sentimiento ambivalente: la biología es eso, y no forrar con fotos de perritos las carpetas (perdona la comparación, no lo digo por ti, sino por una compañera mía de carrera que, en fin, mejor lo dejo).
– En las selvas tropicales sí que se hacen (o se han hecho) muestreos de dosel en los que se ahúma o se fumiga un árbol para saber qué fauna de insectos tiene asociada, y sí, el resultado es espectacular (estamos hablando de un bosque tropical), pero NO es algo que se haga a gran escala para matar bichos, es una metodología científica, y sí, no hay alternativas (sólo los especímenes son la prueba de la validez de los datos, ¡esto es una ciencia!) y no, estos muestreos en sí no suponen una amenaza para la biodiversidad: talar el bosque es la amenaza.
– Combatir plagas de mosquitos o del insecto que sea es otro tema muy diferente al que se está tratando aquí, para el que me temo, no existen soluciones mágicas (te recuerdo que la introducción de la gambusia precisamente con el propósito que mencionas ha supuesto una amenaza casi mortal a pececillos endémicos como el fartet)
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La verdad que me he desviado bastante del tema y creo que te he despistado. Mis disculpas.
Tal vez lo debi aclarar pero el ejemplo de las islas Caiman no era un estudio cientifico en si mismo. Simplemente, se pretendia controlar o eliminar la poblacion de mosquitos que era barbara. Como te digo en un trampa de muestreo se lleno con 3kg.
Lo mismo se ha hecho por ejemplo cuando se construyo el canal de Panama.
El Sentimiento ambivalente lo comentaba, por que por una parte supongo es un impacto ambiental muy grande fumigar a gran escala, pero por otro para la poblacion humana es un sinvivir si no se controla.
En el caso de Utrera, supongo que los arrozales son construidos y es dificil para los peces autoctonos acceder naturalmente. Yo pensaba en llevar peces autoctonos. Seguramente hagan el trabajo igual de bien que las gambusias.
Creo que mi comentario te ha sentado un poquito mal por la confusion entre ecologistas y animalista o protectores de los animales (no se cual es termino mas adecuado).
Creo que has tenido que explicarlo unas cuantas veces y te estas cansando.
Hace tiempo te quejaste de que llamaran ecologistas a los que liberaban visones de un granja peletera y es un buen ejemplo de que no siempre coinciden los objetivos de ecolgistas y animalistas, aunque otras veces.
La liberacion de visones produce un daño al ecosistema cercano, aunque salve de la vida a unos cuantos. No todos sobreviven, aunque son muy adaptables, se han encontrado visones en isla de galicia 5km mar adentro.
Supongo que una granja de visones no les hace mucha gracia a los ecologista. Por el simple hecho de estar ya es un peligro de fuga, aunque nadie quisiese que se fugasen.
Otros ejemplos
En algunos por aqui hay coipus salvajes. No conozco el origen. Para un ecologista sin ninguna duda hay que eliminarlos. Cazarlos es lo mas facil, pero para una animalista matar al bicho no esta bien.
La tauromaquia tambien financia la conservacion de las dehesas, pero para muchos no es aceptable el fin que va tener el toro. Especialmente animalistas.
Los perdigones de plomo dicen que matan mas rapido y producen menos sufrimiento. Para una animalista es mas importante el sufrimiento del animal, para un ecologista, no sembrar de plomo el campo.
Cazar con arco crea un impacto menor en el medio, porque es mas dificil cazar con él. Sin embargo, es menos efectivo matando y el animal tarda mas en morir.
Muchas gente confunde ambas filosofias y aunque muchas veces coincidad. Otras tiene opiniones diametralmente opuestas, a pesar de lo que pueda parecer.
Yo tambien pensaba que eran lo mismo, hace no mucho tiempo.
No hombre, no me ha sentado mal, pero no estábamos hablando de plagas, así que es mi deber decírtelo por si no había quedado claro.
Todo aclarado, ya nos podemos ajuntar :P
Por cierto, me puede quitar la direccion de correo publicada. Es que me confundi y la meti al reves. Arriba donde pone @gmail.com
Gracias