Del choque cultural transatlántico quedaba por contar qué otro aspecto de la vida en EE.UU. me recuerda a un videojuego, y después de Los Sims tocaba hablar del SimCity. Que los estadounidenses dependen del coche muchísimo no es ninguna novedad, pero diría que las diferencias en el modo de entender el pueblo o ciudad y la dependencia del coche es lo que menos me gusta de este país, una de esas diferencias de concepto a la que mejor no darle muchas vueltas porque no vas a llegar a entenderla.
Mi mención al SimCity se explica de una forma curiosa. No sé si conocéis esa saga de videojuegos de gestión en los que eres el alcalde de una ciudad y vas construyéndola, ampliándola y solucionando los problemillas que pueda haber, desde terremotos a una invasión extraterrestre. Lo que hace un alcalde todos los días, vaya. A mí me gustaba mucho cuando tenía tiempo para esas cosas, y aunque viví la primera versión, las que más jugué fueron la de simcity2000 y 3000. En ellas calificas los terrenos de acuerdo a tres tipos de zonas distintas (residencial, comercial e industrial), las conectas con carreteras y vas añadiendo servicios, como escuelas y hospitales, y si tienes un día Fabra, puedes poner un aeropuerto internacional en tu aldea, sólo por hacer la gracia.
Gran juego
Una de las primeras cosas que intenté hacer era reproducir la localidad donde vivía en aquel entonces (Coslada, una ciudad dormitorio cercana a Madrid), y mis reproducciones siempre resultaron bastante mediocres. Intentaba reconstruir mi barrio, con sus bloques de pisos, pero en el juego la tendencia era siempre a colocar casas unifamiliares, que para mí eran sinónimo de residencias de lujo (algo que en mi barrio no había), y sólo conseguía algo parecido a un bloque si ponía zonas residenciales de muy alta densidad, que resultaban en unos edificios horribles y monstruosos que no venían a cuento, si no querías construir un «Manhattan». Otro problema eran las carreteras. ¡Sólo había carreteras! ¿Cómo poner las plazoletas, bulevares, etc que tenía mi barrio? ¡No había manera! Además, entendía eso de que las fábricas estuviesen lejos, pero, ¿Qué sentido tenían las zonas comerciales segregadas? En mi barrio si querías comprar algo te ibas a las tiendas que estaban en los propios bajos de los bloques de pisos, todo estaba junto, no existía esa distinción residencial-comercial. El manual de instrucciones (sí, tuve el SimCity2000 original) decía que la idea era poner zonas comerciales en el centro, pero yo pensaba que incluso en el centro de Madrid la gente también vivía ahí, no sólo compraba. En fin, que nunca conseguí hacer una versión pasable de Coslada, y aunque disfruté mucho del juego (cumpliendo algunas hazañas tales como crear y mantener una ciudad de 500.000 habitantes en la que toda la energía procedía de fuentes renovables y toda la basura se reciclaba), siempre pensé que no poder reconstruir mi entorno se debía a que la simulación era muy básica y no daba para más.
¡Qué equivocado estaba!
Viviendo en Estados Unidos me he acordado a menudo del SimCity en un sentido muy positivo: ¡los diseñadores, lo clavaron! Con SimCity3000 podría levantar ahora mismo una réplica exacta de mi pueblo actual, sin echar nada en falta. La simulación era básicamente bastante buena, la diferencia, obviamente, es que se inspiraba en el urbanismo estadounidense. Algunos productos de aquella simulación, como tiendecitas aisladas en mitad de la nada, carreteras como única vía de comunicación o zonas de negocios donde no vive nadie han resultado ser el fiel reflejo de la realidad urbanística de todo un país.
Efectivamente, aquí la mayoría de la gente vive en viviendas unifamiliares (aunque las muy grandes pueden estar divididas en apartamentos), suelen ser de madera, por lo que tienen que estar siempre a vueltas con los incendios (Alfie dice que nadie les contó el cuento de Los tres cerditos), y los detectores de humo vienen a ser como el fetiche indispensable y sagrado de cada vivienda (el casero te puede crujir si no lo tienes en condiciones y con su pila bien cargada), a menudo incompatible con cocinar, aunque poco importa porque ellos son poco de cocinar de todas formas. Este tipo de vivienda es independiente de tu nivel de vida. Quiero decir: claro que hay muchos tipos de casas dependiendo del lujo que te puedas permitir, pero vivir en una casa unifamiliar con jardín, al contrario que en mi tierra, no es sinónimo de tener el dinero por castigo, y puede haberlas bastante cutres. A la inversa, muchos de ellos deben creerse que en Europa somos todos pobres porque vivimos mayormente en colmenas. Como la densidad residencial es tan baja, las extensiones son inmensas. En los alrededores de las grandes ciudades hay superficies interminables de casas y más casas, con su jardín y su chimenea, muy bonitas de ver, pero, desde mi punto de vista, desagradables de habitar «de puertas para afuera»: en el momento en el que sales de casa estás, irónicamente, aislado. Puede que a nivel de papeleo residas en el municipio «X», pero a efectos prácticos estás a tomar por culo de cualquier sitio, excepto de la casa de tus vecinos inmediatos: toda actividad que no sea sacar al perro necesitará de una excursión en coche: comprar el pan, ir a la lavandería, tomarse una cerveza, pasear por algún sitio interesante, hacer cualquier deporte que no sea correr, etc. Sí, la gasolina es más barata que en Europa, pero ¿De qué sirve si las distancias y los desplazamientos son mayores y más frecuentes?
El centro histórico
El día típico para un estadounidense puede transcurrir casi sin caminar: el coche te lleva, el coche te trae, hay aparcamientos inmensos en todas partes y en muchos locales te ponen un «drive-thru» para que ni siquiera tengas que bajarte. Lo conocía de oídas en restaurantes de comida rápida, pero flipé al verlo en bancos. Como en el coche acaban pasando muchísimas horas del día, terminan siendo una extensión del propio «yo», como una segunda casa, y por eso y por la abundancia de espacio para aparcar pueden ser absurdamente grandes (todoterrenos a tutiplén), además de contar con todo tipo de accesorios como posavasos y bandejitas para alcanzar el confort que deseas en el sillón de tu casa. Por la propia naturaleza expansiva de su urbanismo, y ya totalmente rendidos al uso de las cuatro ruedas, las distancias y tiempos de desplazamiento son increíbles. Conozco varias personas que viven incluso en Massachusetts, a más de una hora por trayecto en autopista (sin atascos), y que vienen al campus a diario. Lo acojonante es que no se han ido a vivir, yo qué sé, a Boston o a un sitio bonito, sino a una ciudad más, de extensiones interminables de casas en mitad de la nada. O más que en mitad de la nada, en lugares a los que es difícil encontrar ningún encanto por lo similares que parecen todos entre sí. El año pasado, visitando Durham (Carolina del Norte), un autóctono me enseñó un poco la ciudad… desde el coche, obviamente: «ese restaurante es bueno, en ese sitio se come bien, este es un buen lugar para tomarse un café», y así todo. No es que me parezca mal, pero se hace raro que para enseñarte un lugar haya que recurrir a comercios que serán buenos, pero que podrían estar en cualquier parte, como si esa fuera la única seña de identidad. ¡Comercios! Esa es otra…
Las tiendas te las encuentras en los lugares más insospechados. De repente, en una carretera comarcal hay una chocolatería, ahí, en mitad de la nada. La primera duda que se te cruza es qué éxito puede tener un local así, con un producto tan específico, dejado de la mano de Dios. ¿Confían en que el señor automovilista diga, «¡coño, cómo me apetece una caja de bombones, a ver si veo una chocolatería abierta!»? Pues lo cierto es que sí, o casi. Como todos los comercios están, de todas formas, lejos de la residencia, al final siempre que quieras algo vas a tener que ir a buscarlo en coche. La alternativa a la dispersión extrema del pequeño comercio son las «plazas». Al oír esto uno se puede hacer falsas ilusiones: no son plazas de verdad, sino un enorme aparcamiento rodeado de tiendas, innacesible excepto en coche. Morti los llama «guarromanes» (en honor a las estaciones de servicio donde paran los autobuses de línea en ciudades «de tránsito», como Guarromán), y creo que es una denominación muy acertada, con perdón de Guarromán downtown, que seguro que le da mil vueltas a cualquier pueblo de Nueva Inglaterra.
La chocolatería en mitad de la nada
No sé cuál es exactamente el origen de esta forma, expansiva y descontrolada, de ocupar el terreno, aunque supongo que el hecho de llegar a un «Nuevo Mundo» sin demasiadas restricciones históricas de las propiedades de la tierra tiene mucho que ver. Sin embargo, eso no puede explicarlo todo. Quizá en zonas más al oeste no haya otra razón (recuerdo este verano cruzando el Valle Central de California: los pueblos de Nueva Inglaterra son maravillosos en comparación con la tristeza clónica y desalmada de esta zona del mundo, absolutamente simcitesca). Eso allá, pero no por nada los estados del este fueron los primeros del país en colonizarse y las poblaciones eran en principio más europeas. En Nueva Inglaterra muchos pueblos antiguos sí tienen centro histórico. Willimantic, donde vivo, fue un bullicioso centro de negocios ligado a la industria textil como atestiguan unos bonitos molinos industriales de piedra junto al río (hoy en día son lofts, tan bonitos como caros, una de las pocas excepciones a la residencia unifamiliar en el pueblo). Las fotos de finales del siglo XIX muestran una calle principal ajetreada, la estación de tren siempre llena, y una colina llena de espectaculares casas victorianas. El pueblo entró en decadencia cuando la industria se trasladó a los estados del sur (más tarde a Asia). Los molinos se abandonaron, el tren dejó de parar, la calle principal perdió su ajetreo… la historia de siempre, potenciada con un problema serio con la heroína hasta finales del siglo XX. Es una pena. Aún hoy ves la calle principal y le ves mucho potencial, un lugar agradable por el que pasear, pero que rara vez se aprovecha. Quizá conscientes de este problema hay una iniciativa comunitaria para revitalizar el centro y promover el comercio local, aunque no parece tener mucho éxito, creo que porque se intenta forzar a la gente a hacer algo que en el fondo no le gusta. Para mí, sin embargo, la elección de este pueblo como residencia, determinada por ser el único que tiene autobús al campus y por poder tener la libertad de ir andando a tomar una cerveza o a hacer la compra, estaba clara: es lo más parecido que hay a mi concepto de «pueblo», y aunque estamos pensando en mudarnos a un apartamento más grande, seguramente nos quedaremos en Willi.
La calle principal, a principios de siglo (¡con tranvía!) y hoy
Hoy la estación no admite viajeros
El abandono del centro histórico no ha sido algo sólo de pueblos. Hartford, la capital de Connecticut, es una de las ciudades más antiguas de Estados Unidos (siglo XVII). Por fuerza debería tener algo de interés, pero ¡no! el centro, desierto excepto en horas de oficina, consta sólo de algunos mini-rascacielos (paradójico, pero real) de compañías de seguros y es el escenario ideal para rodar una película apocalíptica un domingo al mediodía. Una vez más, el SimCity lo clava. No siempre fue así: antes del coche era también una ciudad activa y bulliciosa, pero el desarrollismo hizo pasar varias autopistas interestatales por el puñetero centro haciéndolo inhabitable. El propio centro de Boston sufrió una mutilación tremenda a consecuencia de una autopista que sólo recientemente han soterrado como han podido, a lo Gallardón. Algunos amigos me han hablado de un término, (white flight, el vuelo blanco, o el vuelo de los blancos) que hace referencia al momento, supongo que cercano a cuando las autopistas destruyeron las ciudades, en el que la población blanca y pudiente abrazó de forma voluntaria el coche como modo de vida y se mudaron a las afueras, a esas extensiones interminables de casas irónicamente aisladas. Sobra decir que la segregación económica y racial de facto que tuvo lugar no ayudó precisamente a revitalizar el centro urbano.
Vista aérea de Hartford en 1877 (cuando se conservaba el centro) y actual, tras la construcción de las interestatales y el abandono
Centro histórico de Hartford, una de las ciudades más antiguas de EEUU, un domingo al mediodía
Hay excepciones, claro. Existen ciudades estadounidenses que son habitables, caminables y donde puedes vivir sin coche: Nueva York, Boston, Chicago y San Francisco de las que yo conozco, Nueva Orleans en cierta medida, y me han hablado muy bien de Portland, pero son excepciones. También he estado en pueblos en los que viviría (Northampton, Massachusetts, si alguna vez os pilla de paso), pero como digo, excepciones. No parece haber mucha demanda por recuperar pueblos y ciudades habitables, caminables, etc. La gente en general parece contenta con esta forma de entender la ciudad y por ir en coche a todas partes.
De esto podríamos hablar mucho, sobre todo en términos de sostenibilidad, habitabilidad y alternativas, pero yo ya he dado la chapa bastante, así que mejor os lo dejo para los comentarios a ver qué os parece todo esto.
Qué loco. Pensé que eran solo cosas de la tele, que siempre exagera.
Te acordás de la presentación de la serie Weeds y su cancioncilla? Little boxes? http://www.youtube.com/watch?v=VUoXtddNPAM
Estimado Copépodo. Sigo tu bloj desde hace varios años y como Arquitecto agradezco este acercamiento, desde tu perspectiva de hombre de ciencias, a una materia tan importante como es el urbanismo. Me he guardado tu post como perfecto ejemplo para exponer a mis alumnos. Sólo decirte que le eches un vistazo al texto porque se ha colado alguna cosilla en la ortografía, la gramática y ciertas expresiones no muy fluidas. De nuevo muchas gracias por compartir tus pensamientos, reflexiones y experiencias, algunas veces incluso con una calidad literaria excelente que nos hace disfrutar y emocionar profundamente.
hola te sigo desde hace rato te leo con frecuencia pero no con religiosidad, pero este post tuyo me ha encantado, yo vivo en una ciudad mexicana de provicincia (como se dice aqui a lo que no es la capital dle país) y han aunque vivo en una casa pequeñísima de 50 m2 aqui están adoptando eso de todo en coche. A veces estoy harta del coche pero es muy dificil ir ala biblioteca publica que está a 5 kms de mi casa con calles transitadas, banquetas sin árboles (porque ese es el mayor problema, no tener árboles en una ciudad que en verano llegamos a los 45°C). Me gusto mucho tu reflexion.
mmmh.. llevo un cuarto de hora mirando y sigo sin encontrar a wally
Dando la tabarra de nuevo. Estaba pensando, que por estos lares, las propiedades se valorizan, y se buscan, con los centros de compras/entretenimiento/educación a mano, cosa de, precisamente, evitar largos desplazamientos.
Ya con solo ver la calle me parece que todo esta lejos aunque este en la misma calle.
En ese aspecto yo debo ser un ultraprivilgiado. Tengo bus Casi en la calle de detras, 30 metros mas o menos. 2 o 3 panaderias en mi calle y el tren a 6 minutos paso ligero (que me puede llevar al otro pais, no es broma) y bastante tiendas cercanas y supermercados de pueblo. Y Tambien un hipermercado a 15 min, más o menos. Aunque ese tecnicamente, esta en otro pueblo.
Seguro que hay una documental de dibujos animados tipicos americanos que lo explica. Como me gustan esos docus. jeje.
En un principio era normal que la poblacion estuviese dispersa. La poblacion seria agroganadera y necesita mucho espacio para su actividad. Los basico se lo proveian ellos mismos y de vez en cuando iban a la ciudad a vender su producto y comprar cosas de adquisicion menos frecuente.
Guillermo Fesser, el alto de GomaEspuma, aparte de un libro, hizo un documental sobre USA, criticando la movilidad del pais.
Un extracto y un fragmento y otra
Lo siento no he encontrado el docu complento. Acabo de descubrir que hay version inglesa llamada U-Turn.
Pancho: ¡sí! yo también me he acordado de esa entradilla cuando pienso en estas cosas. Lo que nunca había hecho era escuchar la canción original.
Pablo: pues mira, te agradezco la llamada de atención, porque es verdad que a veces publico las entradas casi sin revisar y este es un buen ejemplo. Le he pasado una manita a ver qué tal.
Luzali: Gracias por comentar. No creo que pase sólo en México, por desgracia.
Pvaldes: eso es porque está en su casa.
Pipistrellum: lo del pasado agroganadero seguro que tiene que ver con el modo de colonización original. En Connecticut aún quedan bastantes granjas. Echaré un ojo a los enlaces porque este tema es interesante.
Creo recordar que es en «Ciudades del Mañana» donde, medio en broma medio en serio, el urbanista Peter Hall califica la relación entre la mentalidad anglosajona y la ciudad densa al estilo contintental-mediterráneo como de incompatible. Yo no sé si será tanto como incompatibilidad: supongo que las peculiaridades de Inglaterra tendrán también algo que ver: en un país en el que la última guerra civil tuvo lugar en el siglo XVII, y que estuvo a la vanguardia mundial desde el XVIII a pricipios del XX, y en el que tienes prácticamente asegurado el suministro de agua dondequiera que vayas, la gente se plantea de otra forma dónde vivir.
En el contexto americano, si a este sustrato trasplantado desde Inglaterra añadimos las prácticas urbanicidas que se recogen en el post, (y que también se han dado en Gran Bretaña: yo, por ejemplo, aluciné en Glasgow con las autopistas literalmente por medio de la ciudad), y la dependencia del coche, el resultado es el urbanismo a la americana. O más bien el desurbanismo. De hecho, incluso lo tienen teorizado: el gran Frank Lloyd Wright era un forofo de la baja densidad, y en su Broadacre City planeó una ciudad entera de viviendas unifamiliares en parcelas de un acre cada una.
a) Me uno a los comentarios de la intro de Weeds. Es lo primero que he pensado…
b) No se dice simcitesco. Se dice simcitiesco. Desde luego…
Firmado: uno que se lee con detalle solo los posts no científicos. ;)
Supongo que los Estados Juntitos de Norteamérica del Norte no se pueden comparar del todo a Canadá, y menos a Quebec, pero aún así todo lo que has escrito me ha sonado familiar. Una de las cosas que se me ha girado aquí ha sido la dicotomía pueblo-ciudad: aunque nunca he vivido en Madrid ni Barcelona, siempre he dicho que prefería vivir en ciudades pequeñas, o incluso pueblos. Pasar horas a la semana en el metro no me seducía lo más mínimo, y las ciudades pequeñas me ofrecían todo lo que necesitaba (puedo pasar sin el último restaurante nepalí de moda, por ejemplo) y me permitían ir caminando a los sitios.
Y sin embargo, aquí es al revés. De los pocos sitios donde uno puede hacer vida de pueblo es precisamente en las ciudades. El otro día, por ejemplo, fuí a una floristería, después a una tienda de quesos y embutidos, más tarde a la panadería, a tomar un café… y todo eso andando, en un radio de 15 minutos de mi casa. Y eso, aquí, en un pueblo, es impensable. Como dices, las casas unifamiliares te producen envidia cuando las ves, pero si lo piensas debe ser bastante coñazo el día a día allí. Por supuetso, en una ciudad grande como Montreal el metro es imprescindible, pero el poder hacer vida de «barrio» es impagable. Eso sí, todo el mundo insiste en que es la más europea de las ciudades norteamericanas, así que igual tampoco es un ejemplo.
Otra cosa que llama la atención es cuando decsubres, en efecto, que las viviendas unifamiliares no son exclusivas de los ricos, como dices. Sin ir más lejos, el otro día estuve en casa de unos amigos – estudiante de doctorado él, trabajadora social ella – que tienen un chaletaco de 2 pisos con su jardín, su chimenea, su barbacoa… Claro que si nos ponemos a hablar de los sueldos igual nos ponemos a llorar…
Ah, y me dejaba un par de cosas:
Primera: el hecho de que el urbanismo sea así, con casas desparramadas, creo que es herencia de cómo se colonizó Norteamérica. Al final, a cada nuevo colono se le daba un pedazo de tierra (todo estaba ya medido y dividido antes) y allí plantaba su casa, sus cultivos y su ganado. Y el vecino estaba a una distancia igual a la anchura del terreno. Se dan cosas curiosas, como que en Quebec, al contrario que en la mayor parte de Norteamérica, los terrenos eran alargados (para dar acceso al río al mayor número de personas) en vez de cuadrados. Y esa distribución aún se puede apreciar en las manzanas de las ciudades, mucho más largas que anchas https://www.google.ca/maps/preview/place/Montreal,+Quebec/@45.5358303,-73.5974776,15z/data=!4m2!3m1!1s0x4cc91a541c64b70d:0x654e3138211fefef
Segundo: no se si hay una relación causa-efecto o viceversa, pero intuyo que el vivir en casa unifamiliares aisladas y el marcado carácter individualista que hay por la zona tienen algo que ver.
Y ya lo dejo…
Moriarty: algo de eso hay, al final todo depende de cómo te gusta vivir, y está claro que a ellos les gusta esto. Creo que al final todo está relacionado, como decía en otro post, aquí la gente es más de quedar en las casas que de salir fuera, pero tiene sentido porque, ¿a dónde vas a ir?
Ccasanueva: «simcitiesco», vale, me lo apunto para la próxima vez :-P
Multivac: Qué envidia, y no por el restaurante nepalí de moda, sino tener vida de barrio a ese nivel. Anda que no echo de menos Madrid y mi rutina de hacer la compra enfrente de casa. Curioso lo de Quebec, aunque también me ha recordado a las manzanas de Manhattan
Acabo de ver fragmentos de este documental y parece el extremo opuesto.
Tener servicios cerca de casa es casi una necesidad por falta de espacio. Hasta se tienen que bañar fuera y casi tiene hasta la despensa fuera de casa. Creo que la comida callejera es muy barata y puede que mas que cocinar uno mismo. Tal vez japon no sea el caso mas extremo pero ya he oido eso en singapur, corea y tailandia.
En casa de mis abuelo tampoco habia ducha y la tuvieron que añadir a posteriori. Tenian lo que hoy se llamaria un aseo.
Como creo que he mencionado yo creo que eres un Alexis de Toqueville moderno con respecto a tus observaciones de la vida en America. Todas estas entradas deben ser recopiladas en una guia para en nuevo inmigrante que creo que seria un exito mundial. Me hubiera gustado que existiera tu blog hace 15 años para guiarme
Hablando de comercios inesperados, en las estaciones de descanso del Florida Turnpike (una autopista) tienen una tienda de perfumes. Yo dije algo parecido, pero coño quien para en el medio de un viaje largo de autopista porque quiere estirar las piernas o tomar cafe y se pone a comprar perfumes caros?
Des de mi vision, que ya hace un mes que vivo en ciudad americana, realmente te doy la razon en casi casi todo. Fargo no es ni de lejos una ciudad grande (unos 100.00 habitantes) pero da la sensacion que tiene el tamaño de barcelona! todo esta muy lejos de todo lo demas, siendo imposible vivir sin coche. Y aun siendo de la North Dakota State University tienes bus gratis por todo el pueblo y hay unas 30 lineas de bus diferentes asi que no esta del todo mal, pero aun asi … uno necesita coche.
Saludos!
Pipistrellum: acostumbrado a vivir en casas pequeñas creo que me sentiría más identificado con el docu japonés, pero no lo he visto aún.
Erick: Jajaja, se agradece el cumplido, pero ya sabes que a todos nos llaman la atención el mismo tipo de cosas, no estoy diciendo nada nuevo. Me ha gustado lo de la tienda de perfumes.
Aleix: Exacto, si vives en una ciudad de este tipo al final da igual que sea grande o pequeña, todo te pilla lejos siempre. Está muy bien que al menos en muchos campus (en Duke yo vi que era así también) se tomen alo más en serio lo de los autobuses, nuestra universidad es especialmente conocida por su aislamiento semivoluntario. El campus en sí recibe buenas críticas sobre sostenibilidad, pero dudo que tengan en cuenta el aspecto del transporte a otros sitios. entre otras consecuencias, una superficie enorme está ocupada por aparcamientos. ¡Saludos!
El concepto casa pequeña ser distinto en un sitio u otro. Me parece que el caso de japon es otro orden de magnitud.
Iba a buscar un post mas adecuado, pero ahora mismo no encuentro.
Tal vez interesé este reportaje sobre los recortes en la investigación y los expatriados.
http://www.mitele.es/programas-tv/conexion-samanta/
http://www.mitele.es/programas-tv/conexion-samanta/temporada-6/programa-64/
Creo que no te descubrira nada nuevo pero seguramente te veas reconocido.
No se si me ha creado desasosiego o frustración.
Y este es el primer y gran choque cultural de los europeos en los Estados Juntitos. Siempre recordaré el día que Julia y yo dijimos al llegar a Tempe, Arizona, en pleno verano: «vamos a explorar la zona (a pié) que hay un centro comercial a no sé cuantas manzanas de aquí…» Menudo error, menudo error. En general, nos miraban raro por ir andando y alguna persona se creyó que eramos un asesino múltiple que decían que andaba suelto por allí.
Vaya, nada que envidiar.
¿Son capturas de Simcity 3000? Vaya, lo recuerdo más… bonito :S
Si tío, a mi lo que más me ha llamado la atención es la sensación de ‘todo es igual’: no te creas que UK es muy diferente. Bueno si, aquí les gustan más las ‘terraced houses’ que son estas casas adosadas de ladrillo rojo, así que podemos conceder que la densidad urbana es algo más alta. Pero Dinamarca o Suecia se parecen mucho más al urbanismo que describes, y no olvidemos que no pocos inmigrantes escandinavos llegaron a EE.UU. Ciudades extensísimas, pueblecitos dispersos y absolutamente cochedependientes, y locales comerciales en medio de la nada. Desconozco cómo es el urbanismo alemán, del que sabemos que la mayoría de la población estadounidense es más directa descendiente. Creo que el clima más amable tiene algo que ver, la concentración de población tan característica española y hasta donde sé, común del sur de Europa, no me hace más que invitar a pensar que como siempre, la aridez del clima tiene algo que ver. Me faltaría por tu parte algún comentario sobre el urbanismo del sur de los EE.UU. Como si te pillara al lado, claro… ;)
El coche ha destrozado las ciudades
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Todavia no he visto este documental, pero parece muy intresante.
Urbanismo:La escala humana
A mi me ha gustado la filosofia de estos dos chicos. Cada vez se piensa más en cuanto influye el espacio publico en la vida de la gente
La vida en los Espacios publicos
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