Por petición popular (toda una novedad, en concreto de dos lectores, Francisco y Asturfer), voy a contaros mi mayor hazaña con el Kerbal Space Program, el simpático juego de simulación de programas espaciales que ya comenté una vez. Este juego es una maravilla; sus posibilidades son interminables y se adapta a tu nivel y experiencia, la curva de aprendizaje es muy satisfactoria. Sin embargo, entiendo que no a todos los lectores os motive mucho el tema, así que si es así, disculpad el inciso en la programación. Aprovecho además para saludar a Jmongil (gran compañero en hazañas kerbaleras e inspiración), que posiblemente se acuerde de la brasa que le di.
Al grano: voy a contar con pelos y señales mi mayor hazaña con el KSP. Me llevó muchas semanas de planificación y de darle al F9 y me dejó con una satisfacción inmensa, pero a la vez puso el listón tan alto que, paradójicamente, me quitó las ganas de seguir jugando hasta la fecha, por pereza de empezar de cero una misión titánica de este estilo.
El desafío
No voy a decir que este tutorial es para un nivel avanzado, porque la gente hace diabluras por ahí fuera y yo no llego a tanto, pero digamos que la misión en sí no era nada ligera. Cuando me la propuse necesitaba un plato fuerte. A esas alturas ya dominaba lanzamientos variados, había explorado todos los entornos de Mun (la Luna) y Minmus (sin equivalente), me defendía bastante bien con acoplamientos en órbita y había construido, por piezas, mi primera estación espacial. El juego se estaba volviendo un poco repetitivo y los siguientes desafíos estaban en otros planetas. Ya había mandado sondas no tripuladas a Eve (Venus) y Duna (Marte) con buenos resultados. El siguiente paso lógico era una misión tripulada a otro planeta, a Duna, por más señas.
Había visto varios vídeos con misiones básicas de este tipo, y estaba de sobra preparado, pero si me animaba a hacerlo quería ir un poco más allá de lo básico, así que me planteé que tenía que cumplir los siguientes requisitos:
- La misión debía estar tripulada por tres kerbals (nada de llevar una capsulita diminuta y ligera: había que ir con la gorda)
- Los tres pisarían el planeta rojo
- La misión incluiría un rover
- El objetivo sería recopilar todos los puntos de ciencia que pudiese
- Para hacerla más creíble, habría que llevar algún módulo que simulase ser habitable (no valía ir sólo con la cápsula, sin poder estirar las piernas), aunque no sería necesario hacerlo aterrizar.
- La misión debería incluir una visita a la superficie de Ike (el satélite de Duna), aunque bastaría que un kerbal cumpliese con este requisito.
- Los tres kerbals deberían volver sanos y salvos a la superficie de Kerbin (La Tierra).
Afortunadamente, guardé capturas de todo, así que allá vamos.
Diseño
Diseñar la nave de esta misión me llevó mucho tiempo y varias sesiones dedicadas exclusivamente a trastear en los talleres. Estaba claro que para cumplir el desafío iba a necesitar una nave monstruosa para mis estándares, con mucho combustible. Además, nunca había despegado desde Duna, pero se me antojaba que poner en órbita una cápsula de tres plazas desde el planeta rojo no sería barato. Por suerte contaba ya con mi estación espacial y con bastante experiencia con acoplamientos, así que decidí que la nave la montaría en órbita.
El problema con el KSP es que resulta dificilísimo salirse de diseños que no tengan simetría radial. Esto hace que las naves acaben siendo demasiado largas, y que haya tendencia a apilar módulos unos encima de otros obstruyendo su funcionamiento y su versatilidad. Yo necesitaba colocar cosas a los lados, pero eso dificulta mucho la maniobrabilidad al mover el centro de masas. Un dilema que mis ingenieros acabaron resolviendo de forma, si no totalmente elegante, sí más o menos eficaz.
Tras muchos dolores de cabeza, el cuerpo central me quedó así:
A esta monstruosidad la llamé «Mojo A» en honor al mono mascota de Homer Simpson. Consta de un eje central (laboratorio orbital que además simulaba la zona habitable durante el viaje espacial) coronado por una cupulita, que siempre luce mucho. En el centro un nodo «enchufe» con múltiples puertos de atraque, y en la parte trasera la friolera de cinco tanques gigantes de combustible y cuatro motores nucleares (aparte de tambores de monopropelante a tutiplén). Focos, paneles solares, baterías,… lo típico, vaya. La clave aquí estaba en que esta sería la pieza más grande a subir de una vez, así que todos los componentes tenían que estar bien amarrados unos a otros y (importantísimo) los tanques de combustible tenían que subir vacíos para poder poner este cacharrazo en órbita y acoplarlo a la estación. La torreta apical con puerto era de uso temporal, para poder acoplarla a la estación.
Supongo que a jugadores más experimentados quizá le parezca que esta nave era muy ineficiente y demasiado pesada, pero no tenía ni idea de cuánto combustible iba a necesitar así que intenté pecar por exceso.
El lander dunar, por su parte, era tal que así.
Esta fue la parte que más tiempo me costó diseñar. El desafío era conseguir un cacharro con combustible suficiente como para poder aterrizar en Duna desde la órbita y poder volver a subir, orbitar el planeta y acoplarse de nuevo con la nave principal. Solventé el problema del rover (nunca sé dónde ponerlo) colocándolo debajo de la nave, y debajo del instrumental científico (ambos desechables para que pese menos a la subida). En total constaba de ocho tanques pequeños de combustible, conectados en dos etapas (de forma que cuatro pudiesen desprenderse durante el ascenso), amén de tutiplén de paracaídas para facilitar el aterrizaje en la tenue atmósfera dunar. Como digo, muy, muy satisfecho. Eso sí, la cantidad de combustible y esas cosas lo hice totalmente a ojo, no tenía ni idea de cuánto costaría.
Pero claro, si voy a enganchar este trasto en el nodo central de la Mojo A, necesito equilibrarlo por el otro lado…
Y eso fue lo que hice. Este cacharro (al que llamaré «trimódulo») tiene, oh sorpresa, tres módulos independientes. El del centro es un modulito monoplaza de aterrizaje en Ike, inspirado en un diseño, muy ligero y versátil, que había desarrollado para las misiones a Mun. Los otros dos tanques me servirían como reserva extra de combustible, pero tuve la precaución de ponerles un motor y un sistema de navegación para poder usarlos de forma remota. Una especie de salvavidas autónomo que podía dirigir a distancia para remolcar a alguno de los otros módulos si, por casualidad, me quedaba seco a mitad de una maniobra de acoplamiento (una decisión muy sabia, como veremos enseguida).
Por supuesto, lo que para mí supuso un portento de ingeniería fue asegurarme de que ambas estructurastenían EXACTAMENTE la misma masa durante el viaje de ida…
Ahí está, clavado
… pero no sólo eso, sino que además deberían tener exactamente la misma masa también en el viaje de vuelta, cuando gran parte del lander ya estuviese desechada y la misión a Ike completada. Esto sí que me hizo sudar tinta china.
Un aplauso, por favor
Una vez completado el diseño, tocaba montarlo a 100.000 m de altitud.
Ensamblaje
Esta parte de la misión también me llevó muchas sesiones y mucha paciencia. Poner en órbita la Mojo A sin combustible exigió un lanzamiento pesado e inestable, y acoplarlo a mi estación espacial casi me provoca túnel carpiano. Este mamotreto es muy poco maniobrable y sólo tras mucho sufrimiento conseguí engancharlo a la estación. Este ha sido sin duda el rendevú más complicado que he tenido que hacer… pero lo hice.
Sólo conservo estas dos imágenes de aquello. A la izquierda, la estación espacial (bonita ¿eh?), y a la derecha, con la Mojo A ya acoplada. No sé cómo lo hice
Acoplar a ambos lados del nodo el lander dunar por un lado y el trimódulo por el otro fue relativamente más sencillo, porque eran más manejables.
Llegado este punto, la nave estaba completamente montada, ahora había que llenarla de combustible. Para ello empleé tanto los tanques que ya tenía en la estación como una penosa serie de misiones destinadas exclusivamente a inyectar combustible en la misión dunar. Esto fue sencillo, pero necesitó de buenas dosis de paciencia. Finalmente, cuando todo estuvo listo, hice embarcar a la tripulación, integrada por mis kerbonautas más experimentados: Bill, Kenlan y sí, Jebediah.
A la izquierda, una de las misiones de repostaje. A la derecha, la Mojo A momentos antes de del lanzamiento
Viaje a Duna
El desarrollo y ensamblaje de la misión tuvo lugar un poco antes de que se pusiera a tiro una buena ventana de lanzamiento, calculada gracias a esta web. Cuando llegó el momento óptimo, los tres intrépidos kerbal se despidieron de su planeta natal por una buena temporada.
La Mojo A se separa de la estación e inicia su odisea
Por cierto, como las etapas eran muy complicadas y dependían de la fase de la misión, las fui programando manualmente en cada momento.
La ignición para salir de Kerbin fue un infierno. A pesar de que la nave estaba equilibrada, el lander y el trimódulo empezaron a oscilar y a bambolearse, por lo que la aceleración tenía que ser muy gradual y por lo tanto, muy, muy lenta (en esta versión aún no estaba el piloto automático así que me tocó estar dirigiendo el rumbo de forma manual, creo que durante 10 minutos o algo así).
Pero bueno, pasada esa mala experiencia inicial me hice más o menos con los controles de la nave y desde entonces me tomé las maniobras con mucha calma para que no hubiese movimientos bruscos. Aparte de alguna corrección a mitad de camino, el viaje interplanetario fue sereno y la tripulación jugó a muchos wargames.
Varios meses después: Duna
Entrar en órbita no supuso mucho problema. Hice un par de aerofrenados y luego intenté corregir la trayectoria para tener una altitud de unos 60.000 m, relativamente baja y ecuatorial para poder subir mejor en el ascenso.
A estas alturas ya había gastado la mayor parte del combustible, pero esto era de esperar, y contaba con que el regreso sería mucho más ligero, pues me podría desprender de varios módulos y tanques. La primera parte había sido un éxito.
Superficie dunar
La tripulación al completo embarcó en el lander y se iniciaron las maniobras de descenso sin buscar ningún sitio en concreto. En general los descensos a Duna son complicados porque los paracaídas siempre se abren muy al final y es necesario asistirlo con los motorcillos, pero como tenía experiencia haciendo adunizar sondas, no fue demasiado traumático. Además conservé gran parte del combustible del lander.
Lo primero que hice fue liberar el rover y moverlo un poco para que sea más fácil montarse luego. Además aproveché para hacer todas las mediciones con el laboratorio colgante, y después dejarlo caer al suelo. Llegados este punto es cuando tiene lugar el esperado momento.
Foto para la historia
Esta parte fue muy relajada: darse una vuelta por los alrededores en el rover y tomar los datos científicos de turno (sin olvidarse de recoger los del laboratorio desechable), etc. Relajada y aburrida. Los kerbals se acordaron de Kavafis y de su Ítaca y llegaron a la conclusión de que estar allí tampoco era para tanto.
Último amanecer sobre el planeta rojo
Así que pasados unos días, cuando la Mojo A seguía una trayectoria que le llevaría a pasar justo por el cénit del lugar de aterrizaje, la tripulación volvió a preparar los paracaídas (detalle importante para el regreso final) y embarcó.
Ascenso del lander y perfecta separación de su única etapa (debí hacerlo antes, pero fueron momentos de mucha tensión)
Una de las intrigas del diseño era si el lander tendría suficiente combustible para ponerse en órbita y acoplarse con la Mojo A. La respuesta a la primera pregunta es afirmativa, pero no lo fue con la segunda. Los depósitos se quedaron secos cuando estaba cerca del encuentro, pero por suerte el monopropelante, que siempre llevo en exceso, me sirvió para terminar las maniobras y conseguir reengancharme a la nave principal. No hizo falta usar los remolcadores.
Momentos de tensión con final feliz
Misión a Ike
A estas alturas de la película, la verdad es que el resto fue pan comido. Muy similar a la típica misión Kerbin-Mun, pero mucho más barata en cuestión de combustible dada la menor masa del sistema Duna-Ike. Todo lo hice con mi modulito de una plaza que os he enseñado antes.
Aquí también había ciencia p’a aburrir
Pese a todo, el regreso fue algo accidentado al incluir un acoplamiento en órbita, así que en este caso sí que tuve que mandar un remolcador al rescate de Kenlan, una vez éste estuvo a medio camino del encuentro con la Mojo A. Gran idea la de los remolcadores, sí señor. De no ser por ellos, aún seguiría por ahí perdido.
No sé si se ve muy bien, pero a la derecha el módulo pequeño, ya de vuelta, tiene pegado el remolcador atrás
Retorno
La misión estaba lista para iniciar su regreso. Esto implicaba redistribuir el combustible sobrante de forma que fuese lo más eficiente posible y colocar los restos del lander equilibrados con un único remolcador (para que el centro de masas siguiese quedando alineado con el eje de la nave, como mostré al principio).
Una vez liberado el lastre (incluyendo dos de los tanques grandes de combustible, ya vacíos), la nave aún estaba a más de la mitad de su nueva capacidad de combustible. Cuando Kerbin se puso a tiro, de vuelta para casa.
La Mojo A en configuración de regreso, dejando Duna atrás
Unos meses después, y con la pequeña corrección habitual a mitad de camino, la misión estaba de vuelta. Hizo falta una frenada bastante intensa (con ayuda atmosférica también), pero la verdad es que podía haber ahorrado combustible en el diseño: me sobró mucho. Durante el viaje aprovecharon para procesar todos los datos de ciencia en el laboratorio y almacenarlos en el lander.
A la nave principal la dejé en órbita a modo de recuerdo (y de estación espacial accesoria). Llegaba el momento de decir adiós a la Mojo A. Los kerbal embarcaron en el lander. Ya que estaba, quise que volvieran a tierra con estilo, bajando con la nave completa (esto ya no está permitido en las versiones actuales del juego en los que sí influye en rozamiento con la atmósfera, pero sí que se podía hacer cuando hice esta misión).
Pues nada, misión cumplida. En total fueron 2780 puntos de ciencia, si os picaba la curiosidad.
Y ahora, responderé encantado cualquier pregunta que haya quedado pendiente.
Como ya te dije en su día, me parece casi increíble que fueses capaz de hacer tantos diseños coordinados de módulos para pudiesen acoplarse en órbita de forma que el peso quedase bien distribuido simétricamente. La releche.
Y eso de tener que hacer la ignición de escape de órbita de Kerbal a baja potencia durante 10 minutos suena a pesadilla. Ya te conté que intenté también montar naves en órbita, que aún siendo simétricas, durante las igniciones se producían vibraciones de amplitud creciente hasta despedazarse el conjunto.
Precisamente al juego lo que le haría falta es que los kerbal pudiesen tender cables tensores entre los módulos para proporcionar al conjunto más cohesión estructural. Si pueden resetear los paracaídas, ¿por qué no?
Deberías contar también el «making» de tu base munar. En ese proceso me quedé yo cuando intenté imitarte haciendo una similar. Los módulos ya los tengo diseñados y también los accesorios para unirlos todos. Lo que me falta es diseñar dispositivos de transporte (casi ná). A ver si un día de estos me pongo a ello.
Y también me llama un poco la parte de aviónica, tras la cual sospecho que hay mucha mucha chicha.
gracias, copepodo!! super interesante, un placer.
Siempre leo tu blog, aunque nunca comento nada. Pero esta vez tengo que darte las gracias por haberme hecho descubrir este juegazo.
Ahora soy un novato de KSP. Me estoy peleando por rescatar al kerbal que esta por ahí suelto en órbita(no me acuerdo del nombre), pero no estoy teniendo éxito. Creo que necesito desarrollar materiales porque siempre me quedo sin combustible en órbita intentando acercarme.
Una gran misión la que has hecho. A mí aún me queda para llegar a ese nivel.
Saludos
Dani. Una vez en la órbita adecuada los maniobras se hacen impulsándose con monopropelente en lugar de con combustible convencional. ¿Cuentas con depósitos del primero?
Yo en esa misión cometí todo tipo de pocos errores por desconocimiento de la interpretación de los instrumentos y de las teclas adecuadas. Menudas risas me eché a cuenta de esa misión.
Jmongil, no lo sabía, gracias! Estoy en las primeras etapas de juego en las que aun no he desarrollado material suficiente y aun no tengo un motor para monopropelente disponible para montarlo. De hecho siempre vacío el depósito de monopropelente porque no lo puedo usar. Supongo que he intentando una misión demasiado difícil para los materiales q tengo. Lo máximo que me conseguí acercar es algo menos de 2 Km durante unos pocos segundos :/
Pues 2 Km de entrada no está nada mal. Yo también di muchos palos de ciego hasta que Rafa me pasó enlaces de youtube con tutoriales mucho más eficaces que los que proporciona el juego.
Ahí te va el enlace del primero: https://www.youtube.com/watch?v=d74m3qThOoU
El espacio y sus infinitas posibilidades. No sabría por donde empezar. Así que vamos a plantear el asunto desde el punto de vista ibérico, con posibilidades españolas
Ahí va eso. Aportando creatividad y nivel al foro.
Que no os pase ná:
Has dicho que responderías a CUALQUIER pregunta, oye