[Libros]: Lab Girl y los Principia

Dos críticas de lecturas recientes, totalmente inconexas:

labgirlEste es uno de los libros de los que todo el mundo está hablando ahora en el mundillo de la divulgación científica angloparlante: Lab Girl, de Hope Jahren. Se trata de un libro de divulgación sobre plantas, y con eso sería suficiente para atraer mi atención. Pero es que además este libro ha venido rodeado de una expectación fuera de lo común: he llegado a leer por ahí que estábamos ante la Oliver Sacks de la botánica (palabras mayores). Lab Girl, decían las críticas, promete mostrar las plantas desde una perspectiva desconocida para el público, contada en primera persona por una científica con una carrera de más de veinte años dedicada a descubrir los secretos del reino vegetal.

A Hope Jahren la conocía por su blog, centrado precisamente en la carrera investigadora en EE.UU. desde la perspectiva de una mujer. La suya es, desde luego, una de mucho éxito y en la actualidad tiene su laboratorio en la Universidad de Hawaii, después de haber dado muchos tumbos por el país. De particular interés pueden ser, por ejemplo, sus posts sobre cómo superó el síndrome del impostor o sus hilarantes 20 consejos para las entrevistas de trabajo académicas, de gran utilidad.

Lo que más me ha gustado del libro ha sido la parte biográfica, que viene a ser el 90% del mismo. Con el mismo estilo directo, lleno de desparpajo, al que nos tenía acostumbrados, narra básicamente la totalidad de su vida como científica, desde que empezó a estudiar hasta que se convirtió en pope de sus cosas. Una narración llena de anécdotas y en la que no se le caen los anillos por hablar de otros temas como la enfermedad mental o la precariedad de la vida científica. En ese sentido, genial y muy recomendable, la fortísima personalidad de Jahren y su forma muy pragmática de ver la vida impregna cada página.

Sin embargo, el libro me ha decepcionado en cuanto a que apenas hay contenido científico sobre plantas (no es un libro centrado en biología vegetal, sino una autobiografía). Tan sólo algunas reflexiones breves sobre cómo es la vida desde el «punto de vista» de un árbol o de una semilla y algunas estadísticas llamativas pero no mucho más. Además, la experiencia de Jahren con la investigación es la de una persona muy machaca con la que personalmente no acabo de comulgar.

principiaUna recomendación para los físicos: la traducción al inglés de los Principia de Newton. Este libro me lo compré en un arrebato tras volver de una cata de vinos (literal). Estaba de oferta en la librería del campus y me pareció irresistiblemente bonito. Aclaro que por muchos vinos que llevase encima, no aspiraba a poder estar a la altura de una lectura como esta, pero me entró curiosidad porque no tenía ni idea de cuál era la estructura ni la forma de exposición de un libro tan revolucionario como este. Y total, por 20 dólares… ¿Cómo no enriquecer mi biblioteca con un clásico así?

Este libro es una reedición de la traducción del latín al inglés que hicieron Bernard Cohen y Anne Whitman a finales del siglo pasado, y la introducción cuenta precisamente la historia de esta traducción. Resulta sorprendente que hasta que ellos iniciaron este proyecto, las posibilidades de leer a Newton para los no latinistas no es que fuesen demasiado diversas. Los autores cuentan brevemente la responsabilidad que suponía el proyecto y el desafío que significó entender la profundidad del pensamiento de Newton, necesitando hacer varias «pasadas» sucesivas al texto. En sí misma esta aventura supone una lectura muy interesante.

Como digo, mi física está muy oxidada como para poder leer algo así y entenderlo, pero fue muy curioso hojearlo y ver el nacimiento de ideas que para nosotros hoy son triviales (como el principio de inercia o la suma de vectores) expresadas en su forma embrionaria, antes de que tomaran las expresiones que hoy nos resultan familiares. Es emocionante, por ejemplo, ver cómo Newton explora la aproximación de la velocidad a segmentos de una trayectoria cada vez más pequeños (describiendo con palabras lo que viene a ser una derivada). Para los que no somos físicos pero estudiamos física en el instituto, las partes introductorias nos resultarán suficientemente familiares (empezando por sus tres leyes). Además hay cierta belleza en ver cómo integra los distintos problemas con esquemas y gráficos embebidos en el propio texto (como alaba Edward Tufte en Leonardo, por ejemplo). La parte final (los Phenomena) es especialmente interesante: cuando Newton concluye que todos los cuerpos que se orbitan los unos a los otros, ya sean las lunas de Júpiter o la Tierra alrededor del Sol, están sometidos a la misma y universal fuerza.

Para los que seáis físicos y de verdad queráis sacarle toda la chicha a los Principia, lo suyo es hacerse con la versión tocha (100 dólares) que incluye una guía de lectura muy detallada escrita por los propios traductores que es casi tan extensa como los Principia en sí mismos.

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5 comentarios en “[Libros]: Lab Girl y los Principia

  1. Acabo de terminar «Lab Girl» y no puedo más que estar de acuerdo con tu valoración: desgarradoramente sincero al abordar temas complejos como la enfermedad mental o su relación con Bill, la falta de contenido científico no me ha pillado por sorpresa, porque ya había leído tu reseña.

    Sin embargo ya no es que la experiencia de Jahren sea la de científico machaca, sino que describe una relación con la ciencia casi enfermiza, en la que es normal trabajar 48 horas seguidas o llamar a un colega a las 3 de la mañana para que vaya al laboratorio porque quieres enseñarle algo. Está claro que hay gente que lo hace, pero lo presenta de una manera que parece que fuera lo normal, lo «deseable’. O aún peor, que no hubiera otra. Sólo al final se plantea hasta qué punto la fidelidad ciega de Bill ha podido repercutir en su vida personal (le lleva 20 años planteárselo??) Y como yo (y me consta que tú también) me niego a aceptar que esa sea la única realidad del científico, pues me ha dejado un regusto amarguillo. Eso sí, escribe de coña!

  2. Sí, exacto. Como literatura está genial para todo tipo de lectores, porque es una vida intensísima y excepcional, pero si estás en la pomada algunos de esos comportamientos te empiezan a sonar cercanos y a levantar otro tipo de sentimientos, por lo menos en mi caso. La parte en la que describe cómo «criba» a potenciales estudiantes para el laboratorio, aparte de que seguro que está un poco novelada, a mí me parece un poco cruel, y para nada semejante a una de mies primeras experiencias como becario en la que una investigadora sénior me hizo entender que el tiempo trabajado es valioso (incluso el de un pipiolín como yo en aquel momento).

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