Tiernos momentos prenavideños

Andaba yo el otro día por la calle pensando en mis cosas cuando veo de frente a un grupo de unas seis niñas de unos doce años aproximándose. Detrás de ellas, a dos o tres pasos de distancia, dos mujeres ya hechas y derechas. Todas ellas cuchichean y me miran, para mi mosqueo; algo se traen entre manos. Conforme la distancia se acorta, lejos de mirar para otro lado, se excitan más todavía y se ríen. Yo empiezo a mosquearme en serio, pero sigo mi camino haciéndome el loco. Una de ellas saca como un papelote brillante, y cuando el encuentro se hace inminente, estallan en un jubiloso «¡Feliz Navidad!» multiplicado por seis y sin que tenga tiempo de reaccionar me pegan una pegatina en el pecho. Las mujeres de detrás las corrigen: «Hablad más claramente, que se os entienda bien, FELIZ NAVIDAD». Yo, totalmente pillado en un renuncio no puedo responder más que un titubeante «gracias». Lo único en lo que pienso es en si me van a pedir dinero, ya que hasta entonces mi experiencia me decía que cualquier persona que te pone pegatinas en el pecho sin pedirte permiso es porque quiere dinero. Como aquella vez en la que, siendo un tierno preadolescente pringao, una señora me pegó «la paloma de la paz» en el abrigo y acabé dándole cinco duros por el compromiso. Qué pringao que era, madre mía, si la pegatina estaba pintada a mano y ni era una paloma de la paz ni nada. En fin. No ha sido el caso. La chiquillería y las mamás-pato pasan de largo en busca de su siguiente víctima. Yo me detengo a mirar la pegatina.

(inmensa gota de sudor manga recorriéndome la frente)

Ya sabéis que tengo el alma podrida, así que lejos de enternecerme con el gesto, me ha fastidiado un poco. No es que me haya molestado como si me hubiesen puesto la zancadilla, ya sé que lo hacen de buena voluntad, pero son este tipo de cosas las que me hacen pensar que las religiones no se pueden librar del proselitismo. Una cosa hubiese sido que me hubiesen deseado felicidad en estas fechas tan entrañables, como me dijeron de palabra, pero la letra pequeña de la pegatina, «Jesús nace para todos» parece querer ir más allá: «quieras o no quieras, Jesús también nace para ti, no te resistas, no hay escapatoria». En fin, que seguro que me lo tomé por donde no era, pero me dieron ganas de llamar a las catequistas y devolverles la pegatina.

Sí, ya lo sé, me merezco que me visiten tres fantasmas en Nochebuena, a ver si espabilo.

13 comentarios en “Tiernos momentos prenavideños

  1. Bueno, yo casi prefiero que me asalte el proselitismo de unas niñas contentas acompañadas de sus madres que la prostituta de la calle Montera del otro día (acuérdate, que íbamos juntos) con su frasecita de «¿Nos vamos a follar?», al tiempo que pretendía agarrarme de la mano…

  2. Desgraciadamente, ese Jesús al q se referían las de la pegatina, metáfora de felicidad y paz, no nace para tod@s por más q se empeñen. .Ojalá. Esta gente vive en una nube q no les deja ver más q a sí mismos y su confortable entorno.

    felices fiestas de solsticio, Copépodo y q la suerte te sea favorable. >:0]

  3. Ja, ja, ja. Pues yo me he partido con la estampita. Me ha recordado a aquellos chistes de «¿cuál es el colmo de…» Copépodo? Ja, ja, ja.

  4. LOL

    No sé si alguien se ha percatado, pero la estrella de la pegatina está claramente INVERTIDA.

    A mí me lo hicieron al volver de la uni un par de preadolescentes de estas que acaban de entrar en el instituto, pero simplemente gritando e intentando asustarme. Una de las niñas me metió mano descaradamente… =_=U

    Soy partidario de hacer un pin y mandároslo por correo. Algo como, por ejemplo, «Odio a todas las personas». Así a lo mejor, si el pin es bien grande, la gente se da por aludida y no hace eso…

    En cualquier caso, FELID NABIDAZ, KOPEPODODO!! Los HOYGAN sí nacen en navidad para todos ;)

  5. Yo no estoy muy seguro de las intenciones de esa gente. Igual no eran tan malas, porque la estrella estaba con la punta superior HACIA ABAJO, con las implicaciones satánicas de esto

  6. Es curioso eso de que digáis lo de la estrella hacia abajo, yo también me había dado cuenta. Me ha recordado a una anécdota sobre las estrellas en banderas de distintos países, lo mismo os la cuento un día de estos.

  7. jajajaja, con todo y lo agnostico que soy (y un tanto antinavideño) me pareció algo gracioso jajaja, digo, si a mi tambien me fastidia el roselitismo religioso, pero por alguna extraña razón prefiero esos detalles religiosos en navidad que al marica de Papá Noel (o Santaclaus, como le prefieras decir) al menos parece que fue de buena fe.
    y cuando lo agarran desprevenido a uno, no queda más que hacer…

  8. Jajaja, me he llevado una sorpresa al ver lo que ponía en la pegatina. Constantemente se puede ver este tipo de casos por las zonas más concurridas de la ciudad, aunque no siempre tratan del mismo tema. Creo que estas cosas hay que tomárselas de buena gana, es cierto que no siempre coinciden con tus ideales, pero a pesar de todo creo que predomina que hoy en día quieran tener un bonito gesto con las personas (algo difícil de ver ya…).

    Copépodo, siéntete afortunado, al menos te felicitaron las Navidades, a mí nunca me han querido ni dar los panfletos de los Testigos de Jehová XP

  9. Imaginad cuál hubiera sido la reacción si yo le hubiera puesto en la solapa a una de esas catequistas una pegatina que pusiera «Probablemente, dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta la vida». Seguro que se lo hubiera tomado a mal y no como «un bonito gesto con las personas». Estoy hasta los huevos de tener que comprender a los creyentes y que ellos no hagan el más mínimo esfuerzo en comprendernos a los ateos.

    Yo, de tener la capacidad de reacción de la que carezco, en tu caso las habría parado, les hubiera devuelto la pegatina y les hubiera explicado que es algo insultante que me «obsequien» de ese modo. Así que si lo que les mueve es el amor a los demás, consideren mejor que pueden estar ofendiendo al prójimo y que mejor dediquen sus energías a algo objetivamente provechoso.

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