Una explicación de #llantocofrade


Finalmente, me he decidido a escribir algunas líneas sobre uno de mis pasatiempos de estos días llenos de torrijas y pestiños: el de reírme de los costaleros, nazarenos, devotos y demás fauna autóctona de la España profunda que llora amargamente cuando la lluvia les chafa la procesión de turno. Esta explicación, que nadie me ha pedido, no es para justificarme, sino que incluso es un acto deliberado de meter el dedo en la llaga y por el que, supongo, me van a caer unos cuantos palos. A primera vista muchos podrían decir que estoy practicando eso que los alemanes llaman «Schadenfreude«, es decir, encontrar placer en la desgracia ajena. Sinceramente, no lo creo. No soy muy del chadenfroide ese, no me agrada la tristeza ajena y en el fondo las procesiones me la sudan, excepto quizá cuando me bloquean el recorrido hacia mi destino, en cuyo caso me la envaino porque la calle es de todos; de las procesiones de Semana Santa, de las carrozas del Orgullo Gay, de las carreras populares e incluso, por qué no, de los viandantes. La cuestión es que estas lágrimas me parecen risibles porque, a poco que hagamos una reflexión sobre el tema, veremos que es un comportamiento que hace aguas (jojojo) por todas partes y, sobre todo, que no ceo estar riéndome de desgracia alguna.

Empecemos por lo más básico. A nadie se le escapa que los aludidos cofrades llevan mucho tiempo preparándose para salir a darse tripazos por las calles con su cristo de turno. Son muchas semanas de ilusión y ensayos practicando cada detalle, por no hablar de los músicos, los nazarenos, los arreglos florales, etc. Es muy fácil de entender que si se te estropea un plan al que has dedicado tantos días, te siente muy mal, ¿verdad? De hecho, si es tan fácil de entender es porque a cualquiera de nosotros nos ha pasado. No me refiero concretamente al caso de salir de procesión, sino quizá a un viaje suspendido, a un encuentro que no puede tener lugar, una celebración importante… lo que sea. Todos hemos pasado por circunstancias similares, a veces por razones realmente desafortunadas y trágicas, y otras por algo tan sencillo como el tiempo. Desde que somos niños aprendemos que la meteorología puede jugar mala pasadas, y también se nos enseña que no tiene sentido culpar a nadie por ello ni lamentarse demasiado porque «nunca llueve a gusto de todos» y no hay más vuelta de hoja. Hay un momento de la vida en el que aprendemos que no merece la pena tomarse muy en serio que el tiempo te juegue una mala pasada. Ese momento suele llegar a los ocho años.

Cuando un adulto se toma demasiado a pecho que la lluvia le estropee el plan de un día de primavera, seguro que muchos lo verían como un gesto de inmadurez, especialmente cuando se trata de algo tan previsible como el caso que nos ocupa, que se repite una y otra y otra vez cada año (Asumidlo, cofrades: en Semana Santa suele llover; es una contingencia para la que hay que estar mentalizado). Sin embargo, si uno comete la imprudencia de poner la televisión estos días, nos hartaremos de ver maromos de 40 tacos llorando como magdalenas y, lejos de ignorar este acontecimiento, los medios de comunicación lo ensalzan y lo acentúan poniéndolo incluso como ejemplo de devoción, curiosidad antropológica y vaya a saber usted qué. Este acento informativo actúa como una caja de resonancia que refuerza positivamente estos comportamientos de año en año, comportamientos que, vistos de forma objetiva, no son más que lo dicho anteriormente: rabietas por mal tiempo. Yo mismo soy de lágrima fácil, ¡pero al menos no presumo de ello, y menos por determinados motivos!

Por supuesto, el factor diferencial es que tenemos a la religión de por medio, y aquí es donde empieza lo interesante. En el momento en el que la rabieta tiene contenido religioso, lo que en cualquier otra circunstancia sería un gesto de inmadurez, por arte de magia se convierte en muestra de lo profunda que es la devoción de la persona en  concreto, porque claro, eso de ser de una cofradía es «algo muy grande» «que no se puede explicar», etc etc. Mi opinión personal y verdadera motivación de mi pitorreo es que esta actitud la mayor parte de las veces tiene un alto contenido en teatro (por demostrarle al vecino lo devoto que es uno), y si no, es decir, si el llanto es sincero, o bien es un gesto de absoluta inmadurez, o bien es un síntoma preocupante de fanatismo (fanatismo hereje, por cierto, como explicaré después).

¿De verdad me tengo que creer que esto es un gesto de devoción y no de teatro? Señora, la próxima vez no sobreactúe.

Sea cual sea la circunstancia, es muy curioso cómo en este país te puedes pitorrear de los políticos, de los futbolistas, del vecino del quinto, de los funcionarios, de los militares, de los policías, de los parados y del panadero… nadie pondrá en duda tu derecho incluso a hacer chistes de mal gusto sobre cualquiera de ellos ni pretenderá querellarse contigo si lo haces, pero ¡amigo! Cuando llegamos al asunto de la religión, un aura misteriosa de excepcionalidad protege incluso las actitudes más ridículas, como la de enfurruñarse hasta el llanto porque llueve. Este aura, por cierto, no está justificada de ninguna manera en nuestras leyes, donde muy al contrario, se garantiza la libertad de expresión y el estado aconfesional (ejem). Por eso me río. No porque me importe lo más mínimo, ni porque no me cueste nada entender que es una putada llevar ensayando con el tambor todo el año y no poder salir a las calles el día de la verdad. Me río para compensar el absurdo ruido mediático que ensalza una actitud sin sentido. Me río como sano ejercicio de libertad de expresión que responda a un tabú que amenaza como un tumor. Me río para poder gritar que el emperador está desnudo, mientras me dejen. Y sobre todo, me río porque en el fondo no hago daño a nadie, mi pitorreo es inofensivo, inocuo y ni siquiera es de mal gusto porque objetivamente los afectados no están sufriendo ninguna desgracia; cada día que el tiempo se pone chungo a alguien se le jode algún plan o algún día especial (bodas, celebraciones, merendolas, excursiones, vuelos cancelados, etc) y la mayoría de nosotros nos lo tomamos, como es natural, con resignación pero sin dramatismos infantiles. Y por supuesto, me río porque hay desgracias que ocurren a nuestro alrededor constantemente, desgracias auténticas que merecen llanto, rabia e indignación y bajo cuya perspectiva el llanto de un nazareno es, efectivamente, ridículo y risible.

Además, ya que estoy metido en faena, me voy a atrever a explicar por qué, incluso desde dentro del credo cristiano, el llano cofrade es totalmente absurdo. ¿Por qué no se plantea de forma regular, en los días de lluvia, hacer alguna variante de la procesión? Ya se han visto a veces pasos cubiertos de plástico para que no se mojen las tallas, y también podrían hacerse procesiones incluso sin el paso, pero con el mismo recogimiento, misticismo, cirios, pies descalzos, tambores, saetas, capirotes y demás; Dios está en todas partes ¿no? Vale que no es lo mismo, pero menos da una piedra ¿Por qué el paso es tan importante? ¿Por qué sin el paso no hay procesión? La respuesta es evidente: esa dependencia del paso en sí, esa atribución de importancia a una figura material, esa devoción de la gente tan focalizada en una escultura, es clarísimamente idolatría/dulía, algo que va en contra del credo católico y que desde hace siglos se ha criticado por los protestantes. Incluso el Vaticano ha tenido que puntualizar que el uso de imágenes está permitido como una forma de visualizar los misterios, pero que de ninguna manera se pueden adorar a esculturas de cualquier tipo. sin embargo, eso es exactamento lo que ocurre por toda la geografía española por parte de gente que se cree (o quiere parecer) fervorosamente devota cuando en el fondo, desde el punto de vista de su propia teología, son unos herejes.

Atribución de poderes mágicos a la talla de la Virgen Rocío (no es la Semana Santa, ya lo sé). Los poderes son tales que merece la pena incluso hacer pasar a un niño por un mal trago con tal de tocar al ídolo. Su padre se cree muy devoto cuando en el fondo es un hereje y un fanático.

Y ahora un corolario. El año pasado se organizó una «procesión atea» para el Jueves Santo que finalmente tuvo lugar en otra fecha porque «dañaba la libertad religiosa«. Yo no tenía pensado ir, pero como soy muy cabezón y no me gusta que me digan que no puedo hacer una cosa, finalmente asistí con Radagast y Jezabel. Cuatro gatos (comparados con las masas que se juntan en las procesiones verdaderas, aunque idólatras) estuvimos dando vueltas por las calles de Lavapiés, sin salir a ninguna vía importante, sin molestar a nadie. Desde luego, un espectáculo un tanto lamentable por la escasez de afluencia y totalmente irrelevante a nivel mediático, pero necesario, pese a todo, o eso creo. Necesario, no porque piense que haya que ser ofensivo contra nadie, sino porque muy a menudo da la sensación de que eso de la libertad de expresión queda muy bonito negro sobre blanco, pero tal y como están las cosas muchos sentimos curiosidad sobre si, a la hora de la verdad, realmente se va a garantizar ese derecho si me apetece cagarme en Dios. Personalmente, tendría muchos motivos para sentirme ofendido. Me basta abrir determinados periódicos, ver determinados canales o escuchar a determinadas personas para recibir auténticos insultos a mi forma de ser o de pensar. Por supuesto, hace mucho tiempo que maduré lo suficiente como para entender que no puedes estar pendiente de lo que otros piensen de tus creencias y tus gustos. De nuevo, una lección que una parte de los creyentes debería aprender.

Este año, la «procesión atea» ha vuelto a prohibirse durante el Jueves Santo a pesar de que existe el precedente del año anterior y se sabe que la asistencia sería ridícula, que permanecería cercada en un recorrido sin procesiones y de que en un hipotético conflicto, los costaleros darían una soberana paliza a los manifestantes (por superioridad numérica y experiencia).  Una vez más, el aura de excepcionalidad religiosa se anota un tanto. Mientras pueda, yo me sigo reservando el derecho a regocijarme y comentar el espectáculo de los cofrades llorando porque la voluntad divina, inexplicablemente, ha querido que llueva el día de la procesión. Por supuesto, entiendo que a algún lector le parezca un gilipollas y un malnacido y, oye, me parece estupendo. Ahí abajo hay una sección de «comentarios» donde pueden dar rienda a su imaginación y a sus amenazas, que no me voy a ofender ni a molestar.

Sólo me queda por decir que el hashtag de Twitter para enlazar fotos y vídeos es #llantocofrade. ¡Felices Pascuas! ¡Feliz temporada de Llanto Cofrade!

41 comentarios en “Una explicación de #llantocofrade

  1. Mi opinión acerca de las procesiones adquiere una moderación que normalmente es impropia de mí. Y es porque me parece que, a pesar de que sea tópico lo que voy a decir, esto de las procesiones es una expresión de cultura popular. Si un extraterrestre cayese en esta época en España, fliparía en colores con la cantidad de matices, tradiciones y seguimiento popular que genera la semana santa. Es más, como bien dices, ni siquiera refleja un sentimiento católico real. Es otra cosa distinta.

    Sobre los llantos, yo es que lo veo en la tele y también me descojono, porque es para reírse, pero no es el único evento donde este tipo de cosas ocurren. En la Fallas de Valencia se supone que las falleras tienen que llorar cuando la Cremá. Las imágenes muestran a niñas maquilladas hasta las orejas forzando la llorera o llorando de verdad porque… porque no sé el qué, si se lo han pasado de puta madre. Los que tendrían que llorar son los que han construido los carísimos monumentos que luego queman porque la tradición así lo dicta (?). Si buscamos aspectos irracionales o comportamientos irreflexivos en cualquier celebración tradicional/cultural humana los encontraremos sin ninguna dificultad. Cope, eres un tío viajado, sin duda puedes encontrar cosas similares por ahí, solo tienes que desligarte un poco.

    Lo que quiero decir es que la gente puede (y suele) tener reacciones que van más allá de lo estrictamente lógico, especialmente si hay algún tipo de tradición antigua detrás. En el caso de las procesiones, la tradición está totalmente instaurada en las localidades. Podría prohibirse, abolirse o abandonarse la religión católica y seguirían sacando el paso como si tal cosa y llorando cuando llueve y no pueden hacerlo. Y efectivamente, si no pueden sacar el santo es porque no quieren, ya que parte de la tradición es llorar si llueve, como hace mil años.

  2. Pues fíjate, que estoy de acuerdo en casi todo (y entendiendo, en parte, el llanto de los cofrades que han estado preparandose durante mucho tiempo para poder hacer una procesión, y la fe sincera que pueda haber en muchos de ellos).

    A veces es necesario distinguir entre la fe cristiana, como reconocimiento de un hecho que la razón, con plena libertad, puede reconocer o no; o incluso la religiosidad verdadera que reconoce un «quid» último en toda la realidad (como sucede con la mayoría de religiones del mundo), de la payasada ésta que nos intentan vender los «cofrades de pacotilla», que no es otra cosa que una idolatría (porque renunciando al uso de la razón, se atribuyen cualidades divinas a ciertas imágenes, aquello que debería ser un simple punto «de paso», en el recorrido de la razón, y no su final).

    Es sintomático, por ejemplo, una persona que conozco, que dice no creer en Dios, pero cada día 14 va a tocar las reliquias de Santa Gema, como si tuvieran poderes mágicos o como si lo sobrenatural fuese algo mensurable, que uno puede utilizar, consumir y sacar del tarro como si fuese arroz (yo, por mi parte, suelo ir a misa a Santa Gema, porque me pilla cerca, pero los 13 y 14 suelo desaparecer, más o menos cuando la cosa empieza a llenarse de gente «gore». Como siempre, llevando la contraria…).

    No dudo que en muchos haya una verdadera religiosidad, pero en bastantes casos la sobreactuación y la atribución de poderes mágicos a objetos de manera acrítica convierten ciertos aspectos de la semana santa en puro fetichismo. Lo cual, como católico, me duele que sea mezclado como «las churras y las merinas».

    Un abrazo, man!

    P. D.: Con lo que no estoy muy de acuerdo es con el corolario… Ya me dirás si es que no hay días en el calendario para expresar el ateísmo, que hay que buscar fechas en las que los cristianos celebran los misterios centrales de la fe… ¿eso no es provocar?

  3. Eulez: Sí… y no. Fíjate que veo totalmente normal que se llore de alegría y emoción, por las fallas, por el «Pobre de mí» o por las propias procesiones en el caso de que salgan, por ver a tu hijo en la función del colegio o por lo que sea. No hace falta ser creyente para que una saeta te ponga los pelos de punta ni ser valenciano para imaginarse lo que debe sentir la Fallera Mayor en la cremá. Pero en mi opinión, el llanto que nos ocupa es totalmente distinto, alimentado por la imagen que se quiere proyectar de uno y nutrido en un ambiente que como tú mismo dices, tiene mucho más de folclore que de verdadera devoción y que, estoy convencido, es teatro en un 90%, teatro de plañidera. El mismo señor que llora amargamente porque la Virgen del Jarepeich no puede salir este año, seguro que es perfectamente capaz de llevarlo con mucha más entereza si, yo qué sé, una nube de ceniza volcánica le impide asistir a la boda de su hija. Me atrevería incluso a postular que en tiempre pre-televisivos la comprensible frustración de los costaleros y nazarenos no tenía lugar como la vemos ahora. Con todo y con eso, a mí me parece genial que lloren, yo lo único que reivindico es mi derecho a reírme del circo mediático que surge alrededor de estas rabietas.

    Chema: no me sorprende que estés de acuerdo. Creo que tu postura es la realmente coherente que debería tener cualquier católico conocedor de su propia fe. Respecto a lo de la procesión, puedo entender que la interpretes como una provocación, pero como he dicho, a todos nos iría mejor si aprendemos a convivir con la idea de que algo que puede ser muy importante para ti, no tiene por qué afectar en nada al otro. Si esta procesión fuese como el año pasado, restringida a calles sin procesiones y totalmente pacífica, no afectaría en nada al desarrollo de las procesiones habituales. Lo que me preocupa es que si esto no tueviese nada que ver con la religión (si fuese una manifestación contra el fútbol a la vez que se juega un partido) nadie pondría pegas. Es el aura de excepcionalidad a la que hago mención lo que no me gusta un pelo. Hay que aprender a vivir sabiendo que lo que es sagrado para ti no tiene por qué serlo para los demás.

    Gracias a ambos por comentar

  4. Cope: No, lo que digo es que el lloro asociado a la «Virgen del Jarepeich» es lo mismo que sacar a la propia Virgen de paseo (a su estatua, se entiende) o cantarle saetas o tomarse unas cervezas después de la historia. La persona en cuestión no tiene un dolor personal real, es algo colectivo y está asociado a todo lo demás. Es una cosa más. Lo del lloro de las falleras es similar, menos intenso, pero asociado a todo el ritual.

    Chema: Es llamativo esa idea que tenéis lo católicos con lo de «provocar». ¿Provocar el qué? ¿Incidentes violentos? ¿Represalias por parte de sectores ultraconservadores? La semana santa puede ser muy importante para vosotros pero no tiene porqué serlo para el resto de los mortales. El respeto a las tradiciones, creencias y expresiones populares de la gente debe respetarse en general y no solo para aquellas expresiones que están institucionalizadas, como pasa en España con todo aquello que tenga que ver con la religión católica. Existen argumentos de sobra para criticar la perniciosa influencia del catolicismo romano (más allá del sentimiento religioso o de la cultura popular) en la sociedad española y para reivindicar un modelo de Estado laico.

  5. Pues yo estoy muy de acuerdo con el fondo del post, que no es realmente entrar a discutir si hay bastantes motivos para llorar o no; sencillamente, creo que es más que necesario que cunda un poco el ejemplo de crítica sana y plenamente justificada cuando las cosas se salen de madre. Como bien expresa Chema, no hace falta ser un ateazo para ver cuándo se ha perdido el norte con las «tradiciones»… y también a este respecto, personalmente estoy un poco harto no de tanto extremismo y tanta inviolabilidad para ciertos colectivos o situaciones. Por ambos bandos, además. Procesiones: ale, todos los que pasamos hasta el culo tenemos que estar ofendidísimos y beligerantes, como si deseásemos erradicarlas. Joder, con razón luego dicen que «provocamos». Una cosa es reírse sanamente de algo que además es bastante risible, como el caso que nos ocupa, y otra cosa querer que de la noche a la mañana la racionalidad impere, la superstición no exista, y sólo se llore por los males del mundo. Y luego está el otro bando, que en cuanto uno bromea un poco fuera de tiesto, ya se convierte en un irrespetuoso perseguidor, radical y yoquesécuántascosasmás.

    Yo pediría a TODO el mundo un poco más de buen humor y tolerancia, una cosa no quita la otra, y con este mundo de mierda o lo tomamos con humor y nos llevamos bien, o acabaremos más jodidos de lo que ya estamos.

    Por lo demás, muy bien escrito y desarrollado el post.

  6. eulez: Provocar es provocar, llanamente. La segunda acepción: «Irritar o estimular a alguien con palabras u obras para que se enoje». Según los usos y costumbres sociales, y de buena educación del contexto histórico y cultural que nos ocupa (Madrid, abril del año 2012), convocar «ad hoc» una manifestación burlesca de otra manifestación que se está produciendo a escasos metros, es provocar. Lo siento, pero es así. Provocar, y ofender por ofender los sentimientos religiosos. Si al menos fuese con gracia, se podría entender, pero no se por qué me da, que lo que prima es la chabacanería y el mal gusto (a la Vírgen del mismísimo C… me remito).

    Pongamos por ejemplo que yo soy un defensor acérrimo de la monarquía (es hipotético), y que para mí los borbones son lo mejor que existe en todo el universo. Para manifestar mi orgullo borbónico, decido convocar una concentración de celebración en la Puerta del Sol, exhibiendo banderitas, coronas, el ABC… y al decir la fecha, y tratando de reprimir un repentino ataque de hilaridad digo: «El 14 de abril». Evidentemente, o estoy de guasa, o estoy provocando. (Copepodo, nótese que aquí no he mencionado la religión, y sin embargo, estoy provocando de igual manera…)

    Hay días en el calendario, tanto para celebrar el orgullo patrio (que me trae sin cuidado), como para reivindicar el estado laico, sin necesidad de provocar.

    Y el hecho de que para otros no sea sagrado lo que para mí sí lo es, no entiendo por qué tiene que otorgar el derecho a la ofensa y al insulto. Con lo bien que estamos sin insultarnos…

  7. Muy bueno copepodo, precisamente cuando llegan estas fechas siempre me viene a la cabeza esta misma reflexión y a veces pienso «Si dios existe y tiene la capacidad de hacer llover y joder la semana santa….No le gusta la semana santa, porque con la de tiempo que llevaba sin llover…» jejeje. Estoy con Dr. Litos y con parte de la opinión de Eulez y Chema en varias cosas. Por una parte, me parece que reírse sana y críticamente de estos hechos es un ejercicio saludable de crítica, comprendo que pueda ofender a alguien, pero no tiene porqué. Me quedo con la frase de que a diario se escucho en los medios de comunicación ataques directos a mi forma de ser y pensar…y no por eso me indigno cada día. A lo más, unos días me cabrea un poco y otros me resbala y me da pena por esos pobres desgraciados.

    Bueno, a la risión quería yo ir. ¿Donde has encontrado a esa actriz en potencia madre mía? Que potencia, que voces, que variedad en los clamores. fantástico. jejejejej

    Pues eso, critiquen lo criticable, que es casi todo pero como siempre, con buen humor. Y quien se pique…(sobre todo si es drácula) ajos come. Insto a los comentarios a todo el que se haya ofendido por esta entrada… porque comentar algo con lo que estoy totalmente de acuerdo…no me incita a hacer bueno y largos comentarios jejeje.

  8. Chema: El que alguien se enoje por una manifestación pacífica y puntual que no dura más de una hora es cosa suya. En la única manifestación «atea» en la que he estado es en la que se celebró coincidiendo con la invasión católica de Madrid de las JMJ. Te puedo asegurar que el sentido del humor era radiante (en la manifestación), pero claro, burlándose del despliegue católico. Lo que para unos puede ser gracioso, para otros es «irritante», sobre todo si se creen en posesión de verdades absolutas. Por cierto, hablando de «irritar», a mí y a muchos nos irritó bastante que un millón de personas ocupasen, con mucha «chabacanería y mal gusto» (desperdicios, juegas nocturnas, ruido, etc), nuestros colegios públicos y nuestra ciudad. Pero claro, según las autoridades y la mayor parte de la gente, todo esto es normal y debe ser admitido, aunque se pague en buena parte con medios públicos y con el dinero de todos. Y encima los católicos vais de víctimas, y eso ya es el colmo.

    Sobre el tema de la monarquía, es que no lo has entendido. Es que haces muy bien en convocar el 14 de abril. No estás provocando, eliges la fecha que te da la gana. Es de suponer que si todos somos civilizados, nadie te va atacar o te va a pegar por semejante chorrada, es de suponer. Cuando consideras que se está «provocando» ante este tipo de cosas, viene a demostrar que de verdad consideras que es una provocación y que sería normal que hubiese enfrentamientos violentos. Desde luego, diciendo este tipo de cosas no demuestras ninguna tolerancia, esa que los católicos exigís solo para lo vuestro.

  9. En todo de acuerdo, como no podía ser menos. Sin embargo, me he fijado un poco en el vídeo y dos cosas:

    -¿os habéis fijado que la voz de la señora se parece a la voz de la señora franquista de este video? http://www.youtube.com/watch?v=SOiMRksAIbU
    Igual son figuraciones mías, no sé, como soy sorda…
    -y ¿os habéis fijado cómo la sacan de plano ahí, bruscamente? Interesante, casi le sacan un hombro.
    (Diseccionando documentales)

    ¿Y qué decir del niño? Lo del bebé de Michael Jackson por la ventana queda en maniobra de aficionado al lado del padre del pobre crío.

    Nada bueno puede ser esto, ya lo creo.

  10. Jajajajajaja, eres un pedazo de cabron sin alma y ay si la tuvieres.

    Documental antropologico de valor incalculable censurado en su momento por nuestra gloriosa democracia….

    Y un temazo ochentero….

  11. Pingback: Enlaces yuriesféricos del 03/04/2012 | La Yuriesfera

  12. Se te escapa que todo esto tiene un componente tribal de aúpa. Eso por un lado.

    Y por otro, sí, habrá muchos -probablemente una mayoría- cuyos llantos sean de corchopán, pero cuidado, esto no es así en cualquier caso. Estás hablando de algo tan sumamente irracional como la fe. Yo no entendí el concepto hasta que hablando con una guerrera de la luz -literal, que encima ahora estará por tercero de teología pero así, por gusto- me dijo una vez: -cuando yo miro una cruz, veo a mi padre, imagina que tú la mirases y vieses al tuyo-. Aquello que me dijo para mí fue «revelador» -je-, y pensé: ¡hostia! ahora imagino -más o menos- lo que se debe sentir al ver uno de estos siendo creyente Ô.Ô No sé si podrás hacerte una idea pero te invito a que imagines el caso. Supón que tú mirases una cruz y vieses al tuyo -sé que es un ejercicio de surrealismo extremo, pero inténtalo al menos-, a eso, súmale todo el asunto de que se supone que cargó con todos los «pecados» de los hombres y tal y tal y tal. Con nuestro mal y por nosotros, vaya. No es cosa de risa, porque hablamos de personas, y de lo que sienten, y lo entendamos o no, algo por lo que padecen y a lo que dan las gracias. En resumen, aquello en lo que basan su existencia y a lo que otorgan su sentido por necesidad. Real o ficticia. Así que te digo que mucho me cuidaré de lo que digo a según quién. No hablo de que no opine, porque mi opinión la tengo y ahí está. Pero llegado al punto en que ofende aunque no sea la intención, pliego velas y a otra cosa. Me ha pasado un par de veces a lo sumo, y yo soy tan masoca que he pasado muchas, muchas horas debatiendo con creyentes. Pero en esos casos, ya no me compensa hacer tanto mal, porque se hace. Lo comprenda mejor o peor, sé que es así.

    Al fin, la cuestión no es de respeto a las creencias, sino a las personas que las tienen.

    Luego sí, están aquellos a los que dedicas tu post. Los otros. Muy probablemente la mayoría -o no, ni idea, no los he contado- esos que realmente son egoístas, corchopán de primera que lloran ahora porque caen cuatro gotas y no pueden entre otras, expiar sus culpas, pero que sin embargo pasan el resto del año haciendo mal. Y estoy de acuerdo en que a todos ellos ni agua, más allá de la que cae de arriba.

    Pero ni agua para estos, ni agua para los no creyentes que son del corte, o peores.

    Saludetes.

  13. eulez: ¿Puedes clarificar un poco el salto que das entre «provocación» (entendida como molestia/ofensa, para que alguien se enoje) y «justificación de los incidentes violentos»? Es que no la veo para nada evidente, ya que no estoy familiarizado con la violencia

    A mí no me parece justificable en ningún caso el llegar al plano de la violencia física. Evidentemente, el problema es otro. Se trata de buscar la convivencia, y que nadie se vea molestado ni ofendido en la libertad religiosa, ni en la posibilidad de expresión pública de su fe.

    Y no se si la manera más adecuada es por medio de la contra-procesión, de la contra-JMJ, o de la sistemática contra-manifestación (y encima, por medio del insulto) cuando son otros los que ejercen su derecho a la libertad religiosa. Sinceramente, me parece que la relación entre creyentes y no creyentes se construye en un diálogo, y no en una cadena de contra-manifestaciones.

    La fe no es una alucinación, sino que es un acto de la razón, que puede reconocer su contenido o no, porque existe la libertad… ¡tanto la mía como la tuya!

  14. Chema: sigues sin pillarlo. El problema es del que se ofende, porque el presunto ofensor tiene todo el derecho del mundo a convocar una manifestación (siempre, claro está, que no impida ni condicione las demás manifestaciones) cuando y donde le dé la puta gana. Por ejemplo, en el caso de la procesión de la tetera: la actuación de la delegada del Gobierno es incorrecta porque prefirió aplastar un derecho fundamental que dar otras medidas para compatibilizar los derechos de todos (como proponer recorridos alternativos, o poner más presencia policial si de verdad pensara que habría altercados).

    Además, yo prefiero no guiarme por la ofensa, porque ésta es muy subjetiva. Por ejemplo, de la procesión de la tetera se puede discutir si es ofensiva (habrá católicos que considerarán que sí y probablemente los haya que consideren que no), dónde es ofensiva (a 500 metros es obvio que lo era… ¿el límite está en el kilómetro, en los 10 km., en el término municipal? ¿Es ofensivo que pase por calles con nombres católicos (algo que se ha sostenido en serio en este debate)? ) y cuándo es ofensiva (durante las procesiones católicas, en toda la Semana Santa, en cualquier festividad de origen católico.,,). Sentirse ofendido es problema de cada uno.

    Por eso no puede tomarse como criterio de nada, Tomar la ofensa como criterio de cualquier cosa supone tomarla de manera absoluta, porque si tomas un criterio «medio» de lo que es ofensa, los ultras, que siempre se ofenden ante cosas menos importantes que los moderados, gritarán «eh, ¿por qué los moderados tienen derecho a no ser ofendidos y yo no?» Por ejemplo, si tomas la decisión que ha tomado la delegada del Gobierno, los católicos ultras podrán gritar «¿y por qué esa «procesión atea» se permitiría en domingo por la calle de San Cipriano? ¡Me ofendo!»

    Lo mejor es optar por la solución liberal (aunque muchos autodenominados liberales y ciertas delegadas del Gobierno parecen no entenderla): ofender a otros es parte de la libertad de expresión, y lo es porque cualquiera se puede sentir ofendido por cualquier cosa. No existe un derecho a la «tranquilidad moral»: si te ofenden, enfádate y discute con tu ofensor, pero no lleves el asunto a los tribunales, que el Estado no te puede amparar. Si no se está impidiendo el ejercicio tranquilo de tus derechos no tienes nada que reclamar.

    Por otra parte, decir que la manifestación atea es una provocación implica también no haber entendido nada: es un uso estratégico de un derecho fundamental, y es legítimo. Los derechos están para ejercerlos cuando conviene: ¿o es que denunciamos a los periódicos por haberse callado alguna noticia por intereses económicos? ¿O a los sindicatos por convocar una huelga general después de una reforma? ¿O a los afectados de algo por asociarse y reclamar cuando ven que el Gobierno es más permeable? No, no lo hacemos, y los tres son ejercicios estratégicos de derechos fundamentales: los han ejercido cuando y como han querido. Pues esto, igual: una manifestación contra la falsa laicidad de este Estado que toma la forma de una parodia de procesión hay que convocarla cuando puede ser más visible y generar más debate, es decir, en Semana Santa.

  15. Hay una cosa más en la que la gente que lloriquea porque en primavera llueve parece preferir no pararse a pensar (y eso que este año, en Sevilla, he oído muchas variantes del «es injusto», pero no dan el siguiente paso): ¿Es que nadie se plantea que, según sus creencias, el Dios al que pretenden honrar sacando a pasear las imágenes, es el MISMO Dios que hace que llueva? Igual deberían ir pillando la indirecta…

  16. Eulez: no estoy de acuerdo con que sea lo mismo llorar de emoción (por ver el paso) que llorar de frustración porque el paso no sale. Además, insisto en que la cuestión no es que se llore por una cosa u otra (que no es asunto mío, aunque tenga mis sospechas fundadas de que en el caso de la lluvia es teatrillo plañidero), sino en que se pregone y se exalte como gesto de devoción y que encima se vea mal que me ría de ello únicamente porque se trata de un aspecto religioso. Lo del aura de excepcionalidad, vaya.

    Dr. Litos: yo creo que el punto clave es no pretender que lo que tú crees o piensas tenga que afectar a la vida de los demás, incluyendo la libertad de expresarte. Cuando alguien se expresa en contra de lo que yo creo no me lo tomo como algo personal, y punto (siempre que se limite a una expresión, claro.

    Chema: el tema de las manifestaciones no era lo fundamental, pero es interesante, aunque Eulez y Sirsamuelvilmes han expresado más o menos lo que pienso así que no insistiré mucho. Éste último da en el clavo cuando puntualiza que la ofensa es algo muy subjetivo, y se llegan a situaciones absurdas cuando además se tiene en cuenta el aura de excepcionalidad de la religión. En general da la sensación de que muchos creyentes tienen un umbral de sentirse ofendidos particularmente bajo, que roza el absurdo si se compara con declaraciones, juicios e incluso insultos que se leen y se escuchan diariamente en todos los ámbitos (políticos, sociales, deportivos, etc etc). Es como si quisieran que todo lo relacionado con la Iglesia sea intocable y libre de crítica o burla, y como comprenderás esa excepcionalidad coarta el derecho de libertad de expresión. No hay más que estar un poco atento para ver en qué desemboca todo esto, incluso sin salirse del cristianismo: penar la blasfemia (como en Irlanda), convertir el ateísmo y agnosticismo en tabú (como en EEUU) o sin irnos tan lejos, inferencias del credo católico en cuestiones de legislación civil (recurso al TC sobre el cambio en la ley de matrimonios, re-penalización del aborto, por no hablar del privilegiado estatus de la Iglesia, que lejos de autofinanciarse continúa chupando del bote en 2012). ¿De verdad no se entiende que haya gente que quiera protestar? ¡Y mira lo que pasa cuando se hace!

    Óskar: la señora del vídeo se llevó el premio a #llantocofrade de 2011, y creo que es insuperable.

    Biónica: sí, sí, la sacan de plano por la vergüenza ajena que les da al resto. Demasiado…

    Descendiente: gracias por los documentos audiovisuales, pero ¿a qué narices responde la película «Rocío»?

    V.S. Buen comentario, aunque tengo que decirte que sé muy bien de lo que hablo, porque yo mismo fui creyente y practicante en mis años mozos. Por eso, como decía antes, entiendo los lagrimones de alegría, pero los de frustración no tienen nada que ver con la religión, tienen que ver con la inmadurez. Un creyente consecuente con sus ideas jamás lloraría por una estupidez así sin caer en la idolatría. Totalmente de acuerdo con el respeto a las personas, pero si una actitud me parece risible es inofensivo que me ría. El problema es que por ser algo relacionado con la religión, parece que debe ser intocable, y eso es lo que pretendo criticar.

    Sirsamuelvilmes: como he dicho por ahí arriba, me ha gustado mucho tu comentario. ¿Estuviste el día de la tetera?

    Áuryn: sí, un motivo más para pensar que no son llantos sinceros. Seguro que eso lo saben de sobra.

  17. Uff Copépodo. Coincidimos en todo.
    También para mí en los últimos años la Semana Santa es simplemente una ocasión para carcajearme de los cofrades llorones. Y creo que este año me lo voy a pasar en grande, a la vista del parte meteorológico. De hecho casi estoy deseando que llueva a ver si aprenden.

    Francamente, si tanto les ponen las procesiones y tan ilusionados están, que se busquen ídolos impermeables. Además con la lluvia, los pasos pesarán más, así que más penitencia consiguen; y encima con los pavimentos mojados y los pies descalzos, más van a poder presumir con los compadres.
    Oiga, y si se estropean los ídolos con la lluvia, pues poco importa, porque salvo contadas excepciones (Salzillo, Berruguete, etc), son todas un espanto. Van tan recargadas de ornamentos que son el colmo del mal gusto. En fin, que nada se pierde exponiéndolas a la intemperie. Guapa, gritan los muy pánfilos. ¿Dónde hay un oftalmólogo de guardia?

    Metes el dedo en la llaga acusando al respetable de hereje. De hecho, bajo las premisas de la ortodoxia cristiana.estamos ante un simple caso de politeísmo encubierto. Parece mentira, pero después de dos milenios de cristianismo el politeísmo sigue campando a sus anchas por toda la península.
    Porque en una religión que se dice monoteísta no caben cultos a chorrocientos cristos, vírgenes y santos localistas. Éstos sin duda son las reminiscencias de antiguos cultos locales, revestidos al cristianismo merced algún avispado misionero de la época. «Oigan, esa diosa de la fecundidad que tanto les mola sepan que en realidad es la virgen; así que en lo sucesivo ya saben cómo deben dirigirse a ella». Así que a seguir adorando al ídolo que hay en el santuario del lugar; nunca al del pueblo de al lado, aunque también represente a la señora esa que por lo visto se fue al otro barrio con el chochete intacto (sin mácula, para quien así lo prefiera).
    Es que eso de que Dios sea único, omnipotente y omnipresente es un concepto muy jodido de asimilar. Pero es que además la Iglesia, siempre hostil a a cualquier corriente renovadora intelectual, conecta con mucha facilidad con estas habituales desviaciones del vulgo. Nunca ha tenido reparos en compatibilizar el núcleo de su doctrina con el culto a los santos y vírgenes. Y no sólo por motivos políticos o por necesidad misionera. Porque una cosa es que se ensalce a los santos como figuras de excepcional virtuosidad moral, pues la ejemplaridad nunca viene mal. Es que la Iglesia no se corta un pelo en pregonar su utilidad como intercesores entre los cristianos y Dios. Qué leches, ¿desde cuándo un Dios que se dice omnipotente necesita delegados para enterarse de lo que se cuece entre los fieles?

    No hay duda, un atajo de herejes.

    Y encima, sedientos de protagonismo. Pues es del dominio público que en algunos lares se dan de tortas por formar parte de la cofradía de turno, ésa que por estas fechas saca a pasear un ídolo horrible que por lo visto lava más blanco que el del pueblo de al lado.

    Anda, no sabía que te habías sumado a lo de la procesión atea. Debí habérmelo imaginado.
    Francamente, creo que sus promotores se lo están montando muy mal. Deberían haber afrontado el asunto buscando un móvil religioso, tipo Monstruo Volador de Espagueti. Se sacan de la manga que estas fechas son sagradas y ala, a retar a la Delegada del Gobierno. Si niega el derecho a pasear al ídolo (con o sin albóndigas), de cabeza a los juzgados, por flagrante discriminación por motivos religiosos.
    Y a ver qué pasa.

  18. Saludos desde la hoy pluviosa Murcia, emocionado y lloroso (de la panzada a reir que me he pegado con tu post). Si pudiera te cantaba una saeta hiphop, que eres lo más grande, vamos, «que no se puede de explicá». ¡Blanco palomo, guapo, guapo y guapo!

  19. Brillante argumentación, amigo, hubiera estado bien una argumentación a favor del derecho a reírse de semejante espectáculo, pero esto ha estado aún mejor (y ya la parte de por qué es hereje desde un punto de vista cristiano… magistral). Voy a difundirlo por mi círculo, a ver que les parece

  20. Rocio rsponde al mejor documento audiovisual creado en España acerca del llamado sentimiento religioso desde una perspectiva antropologica historica politica y social. No deja titere con cabeza y el momentazo de ver la imagen de la virgen desnuda y amputada no tiene precio…

    http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article15729

    http://www.publico.es/culturas/401475/el-documental-censurado-rocio-tendra-su-homenaje

  21. Im-prezionante, oiga! Últimamente no tengo mucho tiempo para leer, comentar, o publicar, pero me alegro de haber salido de mi agujerito precisamente a tiempo de leer esto. Totalmente de acuerdo, y expresado con gracia y salero además…

    Habrá premiso al mejor #llantocofrade2012??

  22. Eres un cabrón! Casi me atraganto con la cerveza de la panzada a reir que me he pegado XDDDD….y eso que yo soy uno de esos raros que disfrutan con el arte de algunas de las tallas y la imagineria y música religiosa (y eso que no voy a misa ni invitado).
    Muy bueno Rafa, muy bueno…#llantocofrade no sería lo mismo sin este post.
    Un abrazo!!!!
    Quique

  23. Ese teatro ridículo montado entorno a la Semana Santa no es una muestra de religiosidad, sino, simplemente, una manifestación folclórica. Por desgracia, esos golpes de histeria colectiva provocan en mí verguenza ajena, más que hilaridad.

  24. Buenas a todos. Ante todo tengo q decir q no me he leido todos los comentarios, pero estoy con el móvil y esto es una auténtica tortura.

    A ver, yo como andaluz lo entiendo. Me ha costado muchos años hacerlo, pero es q despues de vivir mucho tiempo aqí acabas haciéndolo. Vaya por delante q yo soy mas ateo q las ratas, pero me gusta, me parece algo muy bonito y bastante espectacular -a la par q bastante sacrílego, por cierto-; esta conversación la he tenido varias veces últimamente, pero es q la Semana Santa española a día de hoy es de todo menos religioso. Tiene un origen religioso, sí, pero como habéis dicho por ahí arriba hoy día el sentimiento religioso brilla por su ausencia. Por qé lo entiendo entonces? Pues pq la gente aqí se lo toma MUY en serio. No, no es un tópico, y tampoco es como el fin de semana q planeas en la playa. Conozco a gente q está metida en juntas de gobierno de alguna cofradía y cuenta cosas bastante chungas. Cosas como q hay luchas de poder entre distintos grupos dentro de la cofradía, y cosas así. O sea, cosas q a mí me parecen para flipar, pero q una vez te das cuenta de q existen entiendes q luego llegue el día de la procesión, y no salga y se echen a llorar. O como mucha gente, q nada más nacer su hijo le hacen socio del Betis (o Sevilla, lo q toqe) y hermano de alguna cofradía, q son los q llevan saliendo en esa cofradía desde sus abuelos o bisabuelos y para ellos es algo muy fuerte. Q no son muchos, pero existen. Y claro, luego se echan a llorar. Pero tb deberíamos ser conscientes q a estos son a los q saca la tele, y no a los miles q se van a su casa sintiéndolo mucho y ya está. Así q al final lo entiendes. Aparte q es esa pasión la q hace q sea algo bonito, y no el trasfondo religioso q ya no existe. Es como otras cosas, como las cruces de mayo, q para el q no lo conozca es una fiesra aqí en el sur donde se plantan varias cruces de flores en algunas plazas con una barra alrededor y la gente se dedica a bailar y emborracharse allí. Sentido religioso ya tiene más bien poco, aparte de la susodicha cruz, pero bien te lo pasas una jartá.

    Ah, y con lo sepa manifestación atea, yo lo siento, pero veo lo más normal del mundo q no la autoricen. Los ateos se qejan de intolerancia con la religión, pero es q ahi pecan exactamente de lo mismo. Ninguno de ellos vería raro q no autorizaran una manifestación del Atleti en plena celebración del Madrí, no? Es q eso no es antilibertad religiosa, eso se llama sentido común. Como no hay días en el año tienen q hacerlo justo ese día para tocar los cojones. Q ojo, yo soy el primer tocahuevos de este país, pero cuando se trata de una masa enfervorecida -por lo q sea-, me cuido muy mucho de hacerlo.

  25. Siento lo de las tildes y fallos de escritura varios, pero como ya digo estoy con el móvil y me están dando ganas de tirarlo por la ventana. Bueno, sólo qería decir q igual q lo entiendo, tampoco me parece mal q la gente se ría de ellos -yo el primero-. Para q dejen de ser tan exageraos, cojones, q parecen tontos a veces.

  26. Plas plas plas plas plas, Rafa, excelente post. No se si por ser del sur se me permitiría añadir que estoy mucho más hasta la polla que vosotros de estas mierdas, pues efectivamente las vivo y me afectan, pero qué hacerle. Haría un comentario mucho más largo (el video que has añadido me parece genial, pero no sabes cuantas veces se ve eso por la calle en Málaga en el día a día), pero solo voy a hacer un apunte y a lo que me recuerda: las imágenes de los coreanos llorando a Kim Jong Il. Ahí lo dejo caer.

  27. Ostras, tu….. iba leyendo y sustituía religión por futbol….. y tus reflexiones servían perfectamente también para definir la pasión por el balompié…. Y para que no queden dudas, no soy practicamente, pero tampoco soy contraria a la religión (que cada cual haga lo que quiera) y el futbol ni me gusta, ni me disgusta.

  28. Pingback: El amante de Jesús y las dramáticas consecuencias del homoerotismo bíblico « Diario de un copépodo

  29. Es que ser creyente es un signo de inmadurez, de por sí.

    Si mucha gente no lo ve es por esa aura de intocabilidad de la que hablas, que no es más que una ley del silencio que toda religión lucha con todas sus fuerzas por imponer. La necesita para sobrevivir y acaba evolucionando para imponer esa ley del silencio.

  30. Aunque muy tarde, quería dejar mi comentario.
    Esto de los lloros porque se suspenda una celebración de Semana Santa, me da mucho que pensar.
    Es cierto que no es lógico llorar por algo previsible, pero ¿por qué lloran como magdalenas unos tipos hechos y derechos porque once chavales forrados de pasta pierdan al futbol frente a otros once?
    ¿por qué uno está dispuesto a partirse la cara (o a partírsela a otro), a veces literalmente, por ‘unos colores’?

    Siento que, en esto de la Semana Santa, como en el fútbol, como en mostrar lo bueno que es el propio país, o… hay algo tribal. Y si algo les impide que se celebre el ‘acto de afirmación tribal’ se sienten realmente desgraciados y por eso lloran.

    No conozco el mundo de las cofradías, pero ¿Cuántos cofrades estarían dispuestos a sustituir su participación en la procesión de X por la de Y, aun reconociendo conscientemente que es la misma virgen o el mismo cristo bajo distintos nombres?

  31. Es penoso que «libertad religiosa» signifique que si eres religioso tienes toda la libertad del mundo para hacer y decir lo que te venga en gana.

    Francamente a mí me parece muy acertado que compares eso con un tumor. Es igual de amenazante. Si no que se lo digan a los países de la zona de Siria que no hace tanto eran laicos y ahora están bajo durísimas teocracias, y lo que te rondaré morena. Me da mucha grima esa aura de excepcionalidad en torno a lo religioso (incluido el fútbol y cualquier cosa que suene a fanatismo) que hay en España y que como se te ocurra criticar empiezan a hablarte de que no eres tolerante.

    Vamos, que si me azotan tengo que aguantar sin rechistar, no ser un intolerante que se queja.

  32. Estais criticando algo que siempre sera asi siempre vale vale porque es como en el futbol si es verdad yo lloro tambien vale en el futbol y en la semana santa ok

Deja un comentario