Civilization VI: psé


Sé que todos lo estábais esperando y aquí va: mi esperada riviú del ínclito Sid Meier’s Civilization VI. He malgastado invertido muchos cientos de horas a lo largo de mi vida en los juegos de la saga civi, desde el primerito de todos ellos allá por el siglo pasado, hasta sus más recientes versiones. He visto imperios caer de la forma más tonta, traiciones que han puesto fin a siglos de cooperación internacional y reconquistas heroicas. Y, obviamente, a Gandhi lanzando cabezas nucleares (un clásico). Estaba cantado que iba a ser carne de cañón de la nueva entrega, fuese buena o mala, pero en el año de la post-verdad, no me voy a amilanar para decir que al menos de momento, el resultado es un poco decepcionante.

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Es tradición que mi primera partida siempre es con Grecia

Lo mejor

Aunque no es mérito suyo, lo mejor de esta nueva versión es que conserva varios de los grandes aciertos del civi 5. A saber: el mapa con casillas hexagonales en el que las unidades del mismo tipo no pueden superponerse, y en general, un concepto mucho más espacioso y amplio del «tablero». Si jugaste al civi 5, la dinámica del 6 es muy parecida y puedes ponerte a jugar inmediatamente.

La mayor de las novedades positivas es la del nuevo sistema de diseño de las ciudades con distritos. Hasta ahora la ciudad ocupaba una casilla, y los alrededores se usaban para poner granjas, minas y explotaciones varias. En la nueva versión, la ciudad se disperas. Además del centro urbano, hay que construir distintos distritos fuera de la ciudad (cada uno de ellos ocupa una casilla). Los distritos son temáticos y potencian ciertas cualidades de las ciudades, y su ubicación exacta es relevante porque cada casilla recibe bonificaciones diferentes para según qué distrito. El campus contiene la biblioteca y las universidades, el distrito comercial los mercados y los bancos, etc. Dónde se coloca la ciudad se convierte, a partir de ahora, en una decisión aún más crítica. También se favorece que las ciudades se especialicen (en ciencia, comercio, cultura, ejército, etc), algo que ya se podía hacer antes pero que en la sexta entrega es casi obligatorio y le da un nuevo giro a la estrategia. Las maravillas del mundo también se construyen en casillas fuera de la ciudad.

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La sexta entrega del civi tiene dos árboles de investigación, uno científico y uno político. Algunas de las mejoras de la civilización, sistemas de gobierno, edificios y maravillas se hacen gracias a avances políticos. En general este aspecto es una mejora interesante que también me ha gustado. Además de los descubrimientos en sí mismos hay momentos eureka que hacen progresar la investigación en distintos campos. (Por ejemplo, entrar en contacto con una nueva civilización te da un momento eureka en la escritura y hace mucho más fácil desarrollarla). Conocer los momentos eureka y «buscarlos» en el momento adecuado puede suponer una diferencia significativa a la hora de desarrollar la ciencia y la política.

El espionaje está muy logrado. Al igual que ocurría en algunas versiones anteriores, los espías son ahora unidades del juego que hay que producir y que se pueden destinar a distintas ciudades con objetivos precisos.

Se pueden designar parques nacionales hacia el final del juego. Esta novedad aún está muy limitada. Básicamente llega un momento en el que puedes designar áreas de cuatro casillas con bosques y montañas bien conservados y declararlos parque nacional. Ayuda a incrementar el turismo y a facilitar la victoria cultural, y además premia algo que no se había visto hasta ahora: que dejes intactas algunas casillas de naturaleza.

Lo peor

Para empezar, los gráficos. Son espantosos, como de dibujos animados, nada que ver con el espectacular diseño del civi 5 en el que los paisajes y las unidades estaban muy bien logradas, alcanzando un buen compromiso entre lo esquemático y lo realista. En esta edición se ha optado a propósito por un diseño warhammero que personalmente no me gusta nada.

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Eso sí, la niebla de guerra, muy lograda

La IA es horrible. Todo el mundo dice que la mejorarán en futuras versiones, pero de momento es exasperante jugar contra el ordenador. El comportamiento de las otras civilizaciones es errático y estúpido. Se enfadan contigo o te adoran sin la menor lógica, producen unidades obsoletas en cantidades exageradas hasta colapsar sus economías y es imposible hacer tratos comerciales sensatos. Se supone que detrás de todo esto hay muchas innovaciones con agendas personales relacionadas con la personalidad de cada líder, el desarrollo de un menú de casus belli para declarar guerras, etc. Todo eso queda muy bien cuando lo lees, pero a la hora de la verdad, no funciona.

Los trabajadores se gastan. Después de tres acciones (alguna más si tienes ciertas bonificaciones) la unidad se gasta y desaparece. Es muy costoso mejorar los entornos de la ciudad. No entiendo muy bien qué aporta una decisión así cuando a la vez puedes mantener una unidad arcaica de tío con garrote hasta la invención de internet. Fatal.

El ritmo está muy descompensado. Esto ya pasaba un poco en el civi 5  pero ahora se ha descontrolado. Es como si el tiempo y las eras pasaran muy deprisa y no te diese tiempo a jugar en cada una como se debería. Creo que la idea es que las partidas no sean demasiado largas, pero a mí no me gusta este ritmo. Ahora que los trabajadores se gastan y que antes de construir edificios necesitas preparar el distrito adecuado, se necesitan muchos turnos para establecer y hacer funcional la civilización. La consecuencia es que llegas a la Edad Media y aún tienes solo dos o tres ciudades y un ejército diminuto. Es imposible montar una guerra medio interesante al principio del juego.

Han quitado las Naciones Unidas. Otra de las cosas que se supone que van a mejorar en el futuro, pero que hace que esta primera versión deje mucho que desear. De hecho, como ya dije en su día, el papel de la ONU y la tensión de sus votaciones para la victoria diplomáica era de las cosas que más me gustaron de Brave New World. Ni rastro de ella de momento, con el agravante de que la religión adquiere demasiado protagonismo. En el anterior civi, si no te apetecía montar una religión, apenas tenía efecto en el juego. Ahora no puedes despistarte porque como una religión extranjera convierta muchas de tus ciudades puedes perder. De hecho, en una de mis primeras partidas perdí tras conquistar una ciudad, porque de rebote la mayoría de mis ciudadanos pertenecían ya a cierta religión.

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En resumen: hay cosas chulas en esta nueva edición, pero el regusto que me deja es un poco decepcionante, por eso me voy a tirar jugando todo el punete de Acción de Gracias.

 

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7 comentarios en “Civilization VI: psé

  1. Ya sabes que Sid Meier tiene la (mala) costumbre de diseñar un juego y luego sacar a la venta una parte del mismo. Meses después va publicando 3 expansiones sin las cuales el juego no acaba de estar completo. Este es el motivo por el que todavía no me lo he agenciado (parche, loro, patapalo). Y seguramente por eso algunas cosas del juego no te están convenciendo.

    Lo de los trabajadores de tres acciones me parece un asquete, cierto.

    En cuanto al ritmo histórico demasiado rápido, supongo que como en la versión 5 podrás parametrizar la escala temporal, ¿no?

    ¿Es cierto que los diplomáticos ahora tienen un aspecto más cómico? Es algo que añoro de la versión 1.

  2. Javi, de acuerdo en todo. No por anticipada es menos criticable la manía de sacar el juego a medias, sobre todo después de tanto hype. De todas formas en esta ocasión dicen que las actualizaciones se descargarán automáticamente a través de Steam, y de hecho ya ha habido una.

    Lo de cambiar el ritmo, si es como en el civi 5, no me soluciona el problema porque el ritmo de producción también se ralentiza.

    Y sí, todos los líderes son ahora como dibujos animados de Píxar, lo cual no es necesariamente malo, pero a mí me gustaban más los anteriores

  3. Hola, cope,
    Perdona que te haga una pregunta un tanto tangencial al tema.
    Soy poco aficionado a los videojuegos, pero me atrae los serious games, la ludificacion, gamificación, etc.(tiene varios nombres)
    Basicamente el aprendizaje de habilidades a traves de juegos, tambien no-virtuales.
    Has notado que estos videojuegos te han mejorado alguna habilidad como efecto secundario o simplemente a sido ocio sin ninguna repercusion apreciable?

  4. Hola
    Esta totalmente descompensado, no puede ser que un rival en plena era de la información que te planta cara con unidades modernas, tenga la misma investigación que tu. Y cuando le conquistas una ciudad, este completamente pelada, ningún distrito desarrollado, ni fabricas, ni nada, eso si, acorazados tiene. La escala temporal tampoco esta bien. Los mapas son pequeños, y fundar una ciudad en épocas avanzadas cuesta mucho desarrollarla, no puedes comprar distritos.

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