Cómic para captar monaguillos

La Diócesis de Palencia ha sacado un cómic para animar a los niños de la provincia a ser monaguillos. Podéis leerlo íntegramente aquí. Me proponía hacer un comentario detallado y socarrón, del estilo del que hago con los tratados de Chick, pero algunas viñetas me provocan una vergüenza ajena tal que me veo incapaz. Es posible también que el conductismo de mis años mozos me impidan seguir adelante y por ello no me veo con las cualidades necesarias para completar mi fechoría. ¿Quién sabe? Quizá fui monaguillo de niño y mi mente selectiva ha borrado esos recuerdos para evitarme traumas y a la vez me impide arremeter contra la fraternidad a la que una vez me uní con un juramento de sangre frente a un pollo descabezado, porque de hacerlo espezaría a escupir pus por la boca mientras el cuello me da vueltas, o algo peor. He seleccionado algunas viñetas para ilustrarlo y hacer un comentario light. Os animo, si os véis capaces, a leerlo en su integridad. Me he cuidado mucho de hacer chistes fáciles, y eso que a menudo eran MUY fáciles. Ruego se me tenga en cuenta antes de ponerme a parir.

Bien. Así comienza todo. La invitación a formar parte del «Monaguillos Club» la realiza el mismísimo obispo de Palencia encarnado en personaje de cómic, con su vestidito y su canesú y un crucifijo que haría huir a la niña del Exorcista. Que la presentación del libro sea así es bastante poco adecuado. Cuando quieres captar gente para la secta de turno, todo el mundo sabe que el asunto debe tener el menor tufo religioso posible. Los grupos de catequesis y cosas de esas se venden en primer lugar como grupos de amigos para pasarlo bien. El adoctrinamiento viene después, como quien no quiere la cosa. ¿Que cómo sé esto? Bueno, diré que tengo información de primera mano y lo voy a dejar ahí. «No, si esto es un sitio donde se queda para pasarlo bien y jugar, no se habla nada de religión». Ya, bueno, pues eso. Alguien podrá decir que en el fondo esa actitud sincera honra al cómic, y tendría razón, pero veremos cómo de hecho sí que se utiliza el truco de la zanahoria en la presente obra. En la primera viñeta se nos presenta a los jóvenes protagonistas (9 añitos de edad), y concretamente a Samuel, un chico un poco travieso que sin embargo no se pierde una sesión de catequesis.

A la salida de la iglesia, él y Carlos, que son muy muy traviesos, se suben a escondidas al campanario (uy, qué malajes) y allí les sorprende el monaguillo en funciones (Miguel) que les enseña cómo se toca la campana. (¡¡Chsssss!! ¡¡El risitas del fondo que se calle!!)

Tocar las campanas de la iglesia (y los conceptos adyacentes de «llegar a lo más alto», «destacar») se convierte en la zanahoria de este cómic: si eres monaguillo, podrás tocar la campana, y si no, pues te quedarás en la plaza escuchando. Nótese de todas formas cómo de manera sutil se intenta desligar la idea de ser monaguillo con la de ser un beatillo o un parao: puede que se mueran de ganas por tocar la campana, pero los protagonistas siguen metiéndose en líos (¡uuuuuuh! ¡qué malotes!). Esto es importante, porque las principales dudas que puede tener un niño respecto a si se mete a monaguillo o no, no van a ser la pureza de su alma ni los detalles de la transustanciación, sino que sus compañeros de clase se partan el culo de risa cuando se enteren.

Samuel recibe una carta del párroco de la iglesia invitándole a él y a sus amigos a ser monaguillos. Mucho ojito al comentario que hace nuestro amigo: «Guau! ¡Ser monaguillo como Miguel! «La mamá de Samuel, ahí entre los pucheros, le da el beneplácito siempre que se lo tome en serio.

Después de mucho pensarlo, Samuel y Carlos coinciden: van a dar el gran paso. He elegido esta viñeta porque se les ve jugando a la consola (y a un juego de dar tiros). Es importante que los niños lectores del cómic puedan sentirse identificados con los protagonistas, que no son gente rara sino que ¡juegan a la consola! Y qué narices ¿a quién no le gustaría tocar una campana? ¡Vayamos al laboratorio la parroquia ahora mismo!

Aquí vendrían varias páginas del cómic en las que se ve cómo Samuel se vuelve mejor persona, mejor estudiante, mejor hijo y un niño mucho, mucho más bueno en todos los sentidos a raíz de convertirse en monaguillo y entrar en la hermandad secreta. No le da vergüenza llevar faldas ni nada porque está muy cerca de Jesús y no tiene ningún conflicto en clase. Es también la parte más didáctica del cómic en la que se enseña un poco de qué va todo el rollo monaguillil.

Unos días más tarde…

Amigos del blogoplancton, me hieren en el alma estas viñetas, pues despiertan recuerdos aciagos y muy dolorosos. Samuel se reencuentra con sus amigos no-monaguillos. Es evidente que le echan de menos. Lejos de corregir esa lamentable y nada cristiana conducta de de dejar de un lado a los amigos de toda la vida, Samuel se justifica porque ahora todo tiene que ver con el hecho de ser monaguillo. Sus amigos no dan crédito con lo que está pasando, pero en lugar de sacarle los colores a Samuel parece que es él el que los convence de lo guay que es ir con la patena p’arriba y p’abajo y los demás le despiden con un «hasta pronto». Bueno, cómo se nota que este es un cómic para captar gente. Esto no va así amigos, esto es revisionismo, yo os cuento lo que pasa:

Los amigos de Samuel llevan semanas sin saber de él, pues sólo da evasivas y dice que es que ha quedado «con los de la parroquia». Pese a que siguen llamándole ya no asiste a los partidos ni a los cumpleaños. Cuando coinciden con él, que no es por otra cosa más que porque le pillan embarazosamente acompañando a su madre a la compra, y oyen que es monaguillo, sobreentienden que ya no son lo bastante buenos para él (porque serán niños, pero no idiotas), con lo cual se callan, siendo conscientes de que ya no son una buena influencia (macarras deportistas, camisetas sin mangas, pelos largos… Vade retro!). En el fondo deberían montarle un pollo de narices, pero no lo hacen porque están dolidos, y así queda todo.

Esto no tiene por qué pasar sólo en este escenario. Pongamos (es sólo un ejemplo que se me ocurre así, como hipotético) que tu amigo del alma durante el instituto, con el que has llegado a tener una relación estupenda, empieza igualmente a darte evasivas sin motivo alguno. Tú sabes que tiene problemas en su familia, sabes que su madre empezó a quedarse a limpiar en la iglesia, cada vez que ves a su hermano en el autobús, lleva una camiseta de unas convivencias o de un encuentro juvenil con el Papa, y sabes también que se pasa por una finca que, según te cuentan terceras personas, pertenece al Opus Dei. Cuando te lo encuentras es cada vez por menos tiempo y en tu 19º cumpleaños te regala un libro titulado «Meditaciones sobre la fe», que provoca que una enorme gota de sudor manga te recorra la carrillada. Después de eso no vuelves a verlo jamás, excepto cuando vas a recoger a tu abuela octogenaria de la iglesia un puñetero miércoles por la tarde. Te saluda y se va casi corriendo para no tener que dar explicaciones o, quién sabe, para no verse contaminado por una mala influencia. ¡Me cago en la leche Luismi! ¿En qué momento dejé de ser suficientemente bueno para ti? ¿Te crees que esos gilipollas valen una mierda? ¿Eso es lo que te enseñan allí, a dejar de lado a la gente que te quiso y te apoyó en los momentos difíciles? ¡Eres un pedazo de cabrón, Luismi!

Ehmmm

Perdón, ¿quiénes sois vosotros? ¡Ah, sí! ¡el cómic! Perdón, perdón…

Pues eso, Samuel se convirtió en un niño modelo en tooodos los aspectos de su vida. Con sus nuevos amigos monaguillos forjó una amistad muy especial con muchas aventuras tocando las capanas de su iglesia. Y colorín colorado…

Ea, despedida y bendición del obispo de Palencia y espacio recortable donde incluir los datos del niño en cuestión para que se le haga llegar una guía más didáctica sobre los pormenores del monaguillismo. Esta parte final con espacio para poner los datos propios es siniestramente similar a los tratados de Chick. Yo soy muy prejuicioso y lo mismo mi fanatismo me nubla las ideas. No sé muy bién qué pensar. ¿Soy demasiado susceptible si veo al pobre Lucho en los ojos de Samuel?

Para los lectores más morbosos propongo que visitéis también «el rincón del monaguillo«.

22 comentarios en “Cómic para captar monaguillos

  1. Uf, no creo que seas excesivamente prejuicioso ni que tu análisis sea exagerado… Como bien has dicho al principio, ¡te podrías haber pasado tres mil pueblos más!

    En fin, no considero tener una mirada más sucia que la media, y cuando leo estas cosas católicas, siempre me acuerdo de lo que contaba un conocido que se metió en el seminario sobre las duchas de agua fría y los atracones de comer que se daban los «curas-to be» para no ceder ante sus pensamientos impuros…

    Sí, creo que el adjetivo que define a todas las viñetas que has puesto es «enfermizo» y no quiero seguir leyendo el resto, que me pongo mala.

  2. Quitando la videoconsola y el pelopincho, perfectamente podría poner (C) Copyright 1940… el aspecto del curita no tiene desperdicio.

  3. Recuerdo que durante mis años de colegial los del Opus intentaron captar a uno de mis mejores amigos su madre, encantada, lo empujaba para que aceptase y entrara en la muy católica secta. Por suerte para él los viernes (que era el día que se reunían los sectarios) siempre quedábamos para jugar a los Legos así que el pobre se fugaba de las reuniones para venirse a casa. El angelito recuerdo que se llevó más de una bronca de su madre por preferir el camión amarillo de los legos (que era su lego preferido) a una secta ultracatólica. Los cabrones sectarios lo empezaban a llamar desde el miércoles para convencerlo de que aistiera a sus reuniones y les explicara por que no había ido a la anterior.

    Marcador final: Opus 0 Legos 1

  4. A mí lo que me gusta es ese modo sutil pero elegante de ignorar el barrizal: «Porqué las niñas -esas enviadas de Satán- no pueden ser amigas íntimas de Jesús, con cariño de tu Obispo.»

  5. Bueno, a mi modo de ver, la idea de atraer monaguillos no es mala en sí. Pero si, la historia excesivamente edulcolada, porque el tío que se hace monaguillo no es sino un bicho raro. Que dejen a los críos jugar.
    Ah, y sí, parece un tratado Chick, solo que al final no arde ningún pagano.

  6. ¿Límite de edad? Por supuesto, tanto superior como inferior, pero voy a dejarlo ahí, que prometí no hacer chistes.

    Eulez: todos estáis autorizados a llamar a Luismi «cabrón» si os apetece, se agradece el apoyo moral.

    Vespinoza, Lanarch: Qué grandes los legos y el rol, a cuántos niños habrán salvado

    Jezabel: yo te aseguro que he visto monaguillos-hembras

    Coleccionista: A mí el rollo monaguillo me parece mal en el sentido de la ecuación: niños + religión = lavado de cerebro

  7. A mi el comic me convenció (lo leí en la edición impresa de Alfa y Omega) y ya estoy haciendo gestiones para hacer de monaguillo del Obispo de Tenerife (al que le provocan los menores salidorros)

  8. Me lo he leído todo todo y todo, me parece una maravilla, una obra de arte, y una necesidad ética y moral que hace tiempo que deberían de a ver obligado, libremente, a todo niño post comunión a leer una y otra vez, asta que se entere que la letra con sangre entre aunque sea en comic, por que todo el mundo sabe que un bebe de 1 a 3 años es libre para saber si quiere bautizarse, que un niño entre 7 y 8 años hace la comunión por estar mas cerca de DIOS, y nunca por lo regalos o el traje de marinerito (me guardo el chiste también), y que ahora un niño de 11 a 13 años es totalmente maduro para confirmarse, si señores es la edad media de confirmación, tocate los cojones, ups esto… como DIOS manda.

    Joder yo también saludo Luismi, mas que cabron, te digo con todo mi cariño, abre los ojos y mira debajo de tus pies, hay un mundo, gente que es como tu, pero con la que tambien se puede hablar, gente con problemas, y que se busca otros amigos imaginarios con los que hablar…

    Bueno dejo de quemarme, que a mi esto me recurda a muchas cosas, y algunas no muy lejanas , ademas tengo que repasar el rincon del monaguillo de arriba a abajo

  9. Pues mientras el niño no es libre de esto y de lo otro son los padres los que eligen por él, y por mucho que queramos la iglesia ya no se dedica a matar a la gente, será porque no puede o por lo que sea, pero es cierto. Igual que lo educan de una forma o de otra si son obreros o marqueses, o lo mismo que le eligen la ropa.

    Yo estuve en la salle cuando niño y no me lavaron el cerebro. La ecuación «niños + religion = lavado de cerebro» no es más certera que la de «ciencia + dinero = bomba atómica».

  10. mi mas grande sueño es tomar la vocacion de monajilla y por fin lo logre mas bien logre conbenser a mi mama para q me dejara tomar la vocacion de monajillo y por fin lo logre

  11. me intereso para una de mis niñas de la catequesis que anda acolitando mil gracias que Dios les bendiga y gracias soy de aca de saltillo coahuila mexico saludos a todos por alla

  12. Esto es ¡genial! No he leído algo como esto en mucho tiempo . Maravilloso hallar a alguien con algunas ideas propias sobre este tema. Este blog es algo que se necesita en la red , alguien con un poco de originalidad. Un trabajo útil para traer algo nuevo a Internet. Gracias de todos lo que te leemos.

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