La naturaleza de Nueva Inglaterra contada para europeos (3)

3. Fauna

Continuando con la miniserie dedicada a la naturaleza de Nueva Inglaterra, llegamos a los animalillos. Al igual que en la parte anterior, tengo que disculparme por el nombre tan rimbombante y ambicioso y aclarar que, en realidad, ni la época ni el tiempo fueron los adecuados para llevarse una impresión global adecuada de la fauna local, pero aún así pude ver muchos animales, entre otras cosas porque vivíamos en mitad del bosque, y algunas fotografías de allí o de los lugares que visité sí que me pude llevar.

Así, muy pronto los días empezaban a acortarse y las temperaturas a hacerse más bajas, por lo que no pude disfrutar mucho tiempo con los dueños y señores de la biosfera: los invertebrados en general y los insectos en particular, pero al menos no me quedé con las ganas de ver uno de los insectos americanos más famosos: la mariposa monarca.

Monarca, (Danaus plexippus)

Pasamos del tirón a los vertebrados terrestres. En un área tan húmeda y tan frondosa como Nueva Inglaterra, los anfibios campan a sus anchas y hay una diversidad nada pequeña. Hay literalmente docenas de especies de urodelos, como los de los géneros Ambystoma o Notophthalmus (endémicos de Norteamérica) o Plethodon preciosas y diminutas salamandras sin pulmones. Entre los anuros tanto las familias como los géneros nos resultan bastante familiares, aunque tienen un elenco de especies endémicas muy curiosas.
Sin ir más lejos, en los alrededores de la casa donde vivíamos había, al menos, cuatro especies de ránidos conviviendo: la rana leopardo norteña (Rana pipiens), de precioso jaspeado, la rana verde, a secas (Rana clamitans subsp. melanota), la rana forestal (Rana sylvatica) y la enorme rana toro (Rana catesbeiana).

De izquierda a derecha y de arriba a abajo: Rana pipiens, Rana clamitans subsp. melanota, Rana sylvatica y Rana catesbeiana

La familia de las ranas arborícolas (lo hýlidos), de los que en Europa contamos si acaso con un par de especies, son muy diversas en Nueva Inglaterra y sus llamadas nupciales son ensordecedoras en las noches de verano. Además del género Hyla, que conocemos bien, tienen el género Pseudacris (ranas grillo), diminutas y grises, pero de voz muy potente. La más abundante era Pseudacris crucifer.

Así como los anfibios eran muy conspicuos, costó mucho ver reptiles. Ya que la tengo fotografiada menciono aquí a Tamnophis sirtalis sirtalis, una culebrilla de la hojarasca que, cuando se captura, desprende por alguna glándula un olor realmente nauseabundo como mecanismo de defensa.

Tamnophis sirtalis

Las aves fueron una de las fuentes de mayores satisfacciones y tuve ocasión de amortizar mis prismáticos. Es muy difícil condensar aquí todo lo que se puede ver, pero intentemos poner un orden. Ya que suelo destacar aquellos grupos de organismos que son exóticos al observador europeo, debería empezar por algo tan atávicamente americano como son los colibríes. En realidad, los colibríes son básicamente neotropicales, pero hay una especie que durante el verano sube bastante al norte por la costa Este y se deja ver con facilidad en Nueva Inglaterra: el colibrí de garganta rubí (Archilochus colubris), que se paseaba ocasionalmente por el jardín durante el mes de septiembre, pero que se marchó buscando climas más benignos poco después. Debido a la dificultad que plantea fotografiarlo no tengo imagen de él, pero sí a Eulez y Juliacgs como testigos.
Por lo demás, la avifauna suele ajustarse a esa sensación de “exotismo moderado” que ya os he comentado otras veces: todo resulta familiar, pero las especies son totalmente distintas.

Aves marinas o limícolas:

Los chorlitejos Charadrius semipalmatus, la diminuta gaviota de Bonaparte (Larus philadelphia) y la gaviota de pico negro (Larus delawarensis)

Lo que más pude ver, especialmente porque eran el espectáculo principal del desayuno, eran aves forestales que se ponían las botas en los comederos del jardín. Entre ellos los carpinteros eran mis favoritos. Hay un género con especies diminutas que por su plumaje recuerdan mucho a nuestros picapinos: el Hairy Woodpecker (Picoides villosus) y el Downy Woodpecker (Picoides pubescens) que se diferencian sutilmente por el tamaño relativo del pico, más corto en este último. Además era muy habitual ver al Red-bellied Woodpecker (Melanerpes carolinus), una auténtica preciosidad. En las excursiones por las montañas Verdes de Vermont también pude ver una especie bastante más rara: Sphyrapicus varius.

Picoides villosus, Picoides pubescens y Melanerpes carolinus

Y entre las paseriformes forestales, por ser las más comunes destaco a las siguientes:

5

(de arriba a abajo y de izquierda a derecha) Black-capped Chickadee (Poecile atricapilla) igualito que nuestro carbonero garrapinos. White-breasted nuthatch (Sitta carolinensis), un trepador parecido a S. europaea, pero menos colorido. tufted titmouse (Baeolophus bicolor), simpatiquísimo. Cardenal norteño (Cardinalis cardinalis) de inconfundible color rojo vivo, sobre todo los machos. Y finalmente el dark-eyed junco (Junco hyemalis), estos empezaron a llegar a finales de otoño.

Un pequeño tributo aquí para mi ave favorita de nuestro jardín adoptivo: el Blue Jay (Cyanocitta cristata), que hace las veces de urraca, pero con una bonita librea azul. Eran muy inquietas y no conseguí una foto buena, así que cuelgo una que sacó Alfie para mí.

Acabamos con los mamíferos. Al igual que con las aves, durante el desayuno se veían triscando por el jardín a las ardillas grises (Sciurus carolinensis) y las tamias (Tamias striatus), un esciúrido distinto a las ardillas y de hábitos terrestres.

Sciurus carolinensis

En el área también era fácil de ver (especialmente por las noches, cruzando la carretera) mapaches (Procyon lotor), ciervos (Odocoileus virginianus) e incluso opossums de Virginia (Didelphis virginiana), en expansión en Nueva Inglaterra. Me quedé con ganas, sin embargo, de ver alces (Alces alces) en las montañas de Vermont (que estuvimos a punto).

Y qué mejor forma de acabar el capítulo de la fauna de Nueva Inglaterra con una espectacular especie que lleva el nombre de esta región: la ballena jorobada (Megaptera novaeangliae), cuyos avistamientos ya se comentaron aquí.

—————————-

La naturaleza de Nueva Inglaterra contada para europeos:

1. Introducción

2. Flora

3. Fauna

4. Cómo se hizo